El género sandbox, o de mundo abierto, ha «sufrido» un crecimiento exponencial durante los últimos años. Algo que ha venido de la mano de una constante proliferación de multitud de propuestas clónicas, que en ocasiones llega a rozar el bombardeo. Por fortuna, no todo está perdido. En ocasiones llegan a nosotros títulos que logran insuflar algo de aire fresco ante semejante panorama y ante una falta de originalidad y un exceso de repetitividad, que llega a rozar lo grotesco en no pocas ocasiones. Y ese es el caso de Star Overdrive. No en vano, el estudio italiano Caracal Games y la editora gala Dear Villagers nos traen un rico universo de ficción repleto de puzles, acción y un hermoso y vasto mundo que recorrer y explorar a bordo de un acrobático hoverboard flotante muy del estilo de nuestro querido y mítico Tony Hawk. Menudo cóctel, ¿verdad? ¿Quieres conocer el resultado final de tan singular propuesta/apuesta? En tal caso no te pierdas nuestro análisis para Nintendo Switch. ¡Es hora de surfear dunas alienígenas!
Bienvenidos a Cebete
Star Overdrive no es un título que destaque precisamente por su narrativa. No obstante, nos encontramos ante una historia entretenida y, sobre todo, bien hilvanada. La aventura nos pone en la piel de Bios. Un carismático y rebelde personaje, que decide acudir al rescate de su novia. Desaparecida en un extraño, lejano y peligroso planeta alienígena.
Hasta aquí todo muy arquetípico, ¿verdad? Repetimos que nos encontramos ante una propuesta que decide echar el resto en lo mecánico y jugable. No obstante, la forma en la que se desarrollan los acontecimientos, y evoluciona la trama, mientras desbloqueamos cintas de cassette, nos hace mantenernos pegados al mando de principio a fin. Y ellos es, sin ningún tipo de duda, todo un logro en el género que aquí nos ocupa
Un mundo abierto de lo más acrobático
Star Overdrive se nos presenta como un título 3D en tercera persona cuyo principal combustible es un extenso planeta por recorrer. ¿La mecha? Nuestro hoverboard. No en vano, nos encontramos ante una herramienta en torno a la que gira toda la aventura. Sí, Bios puede caminar e incluso impulsarse de forma bastante ágil e intuitiva. Aún así, el juego nos ha llevado constantemente a alternar nuestros paseos en hoverboard (para largas y medias distancias) con la investigación más detallada en espacios cerrados o zonas mucho más delimitadas.
Por si fuera poco, nuestro original medio de transporte nos permite realizar multitud de acrobáticos movimientos, propios del skateboarding. Y no sólo se trata de una cuestión de lucimiento personal. No en vano, manteniendo un botón presionado en el momento justo y elaborando diferentes florituras con la cruceta en el aire ganamos un valioso impulso extra similar a los power-ups y derrapes de Mario Kart 8. Algo que, más allá del desplazamiento puro y duro, nos viene de lujo durante las frenéticas carreras contrarreloj presentes en el juego.
Innovación, dinamismo y personalización
La capacidad de personalización es otro de los aspectos más destacados del juego. Pudiendo modificar a nuestro gusto desde el aspecto del hoverboard, hasta los sistemas de energía. Y no solo se trata de una cuestión meramente estética. Pudiendo mejorar el árbol de habilidades pasivas y activas de nuestro hoverboard. Toques RPG que logran aportar un extra de profundidad que resulta de agradecer. Eso sí, el sistema de actualización requiere recolectar diversos recursos bio-orgánicos que posteriormente deben centrifugarse en un artefacto que se encarga de generar diferentes mejoras. Un sistema que, pese a lo original, se torna algo desconcertante y no demasiado intuitivo. No, no contamos con un libro de recetas con el que saber que recursos usar para elaborar una mejora concreta.
Por otro lado, también conviene destacar un sistema de vida basado en un escudo protector, que cuando se agota deja a nuestro protagonista totalmente vulnerable. Se trata de una adición que aporta frescura. Alejándose de las alternativas habituales. No obstante, a diferencia de las barras de energía clásicas, aquí desconocemos su duración o resistencia.
Combate armónico y musical
Star Overdrive nos permite empuñar a Keytar. Una suerte de guitarra eléctrica con la que realizar espectaculares y poderosos ataques. Permitiéndonos, por el camino, realizar un ataque aéreo y otro potenciado al mantener el botón correspondiente presionado. Las sensaciones aquí se encuentran encontradas. No en vano, se trata de un efectista sistema de combate de corte clásico. Aunque, y hablamos de mera profundidad mecánica, se echa en falta la posibilidad de marcar a los enemigos para poder encararlos sin perder la perspectiva en ningún momento. Eso sí, para aportar un toque de profundidad, podemos escoger el comportamiento del hoverboard en plena batalla.
¿No os convence el sistema de combate? Conviene tener en cuenta que la propuesta que aquí nos ocupa no pretende despuntar en cuanto a los instantes de acción se refiere. Es más, la variedad de enemigos es bastante escasa. Y es que los verdaderos puntales de esta aventura son la exploración y la resolución de puzzles relacionados con un sistema de físicas muy a lo Breath of The Wild. En relación a esto último, Bios cuenta en su haber con diversas habilidades. Desbloqueables de forma progresiva en una suerte de mazmorras también muy en la línea de los santuarios de Breath of The Wild. Habilidades que nos permiten interaccionar con nuestro entorno. Algo fundamental aquí. No en vano, la combinación de dichas habilidades resultan clave para derrotar a ciertos enemigos, resolver puzles, superar desafíos de parkour y, en definitiva, para progresar. Aspecto este último que también logra formar interesantes, y dinámicas, sinergias con el propio sistema de combate anteriormente mencionado.
Un hermoso bioma interconectado
Y si la exploración, los puzles y, de forma residual//colateral, el combate son pilares de Star Overdrive, ninguna de ellas podría haber cuajado sin un mapa inteligentemente conectado. No, no nos encontramos ante el mundo abierto más grande o poblado (poligonalmente hablando) visto en un videojuego. Es más, resulta bastante limitado y, por momentos, se siente algo vacío. Por fortuna, Caracal Games Studio ha sabido tapar muchas de sus costuras, que nadie olvide que estamos ante un indie, con varios biomas inteligentemente cohesionados.
Por si fuera poco, cada rincón, espacio o elemento presente en pantalla parece diseñado a la medida de nuestro hoverboard y sus diferentes movimientos acrobáticos. Algo que hace que el simple hecho de desplazarnos de un punto a otro del mapa sea una experiencia tan divertida como entretenida. Más aún si cabe si tenemos en cuenta que nos encontramos ante un mundo abierto con multitud de misiones que gestionar desde un intuitivo, y visual, menú con todo lo necesario a nuestro alrededor. ¿Conclusión? Dar forma a una experiencia de juego tan amigable, que no fácil, hace que la aventura pueda alargarse casi de forma indefinida.
Arte a golpe de sintetizador
De nada serviría hacer hincapié en el peso de la exploración si el mundo que se nos presenta en Star Overdrive no logrará captar toda nuestra atención. Afortunadamente, la arquitectura alienígena, repleta de estructuras de metal y un vasto planeta repleto de desierto, dunas y restos de gigantescos animales logran dar fuerza a un imponente apartado visual. Algo a lo que se suman las explosiones, los efectos de luces y un estilo tipo cell shading que, y al vacío poligonal de ciertas zonas me remito, logra enmascarar la costuras de una propuesta eminentemente indie. En lo que a sonidos se refiere, la música de corte ochentero y los golpes de sintetizador aportan un singular y llamativo ambiente con el que sumergirnos aún más en una experiencia ya de por sí bastante inmersiva.
¿Su rendimiento y desempeño en Nintendo Switch? El Juego que aquí nos ocupa se desempeña de una forma bastante solida. Las bajadas de frames están ahí, con alguna que otra rascada. Eso sí, momentos del todo puntuales que no logran empañar una más que satisfactoria experiencia de juego tanto en el dock como en modo portátil. El juego también cuenta con coleccionables en forma de cintas de cassette. Contando todas ellas con un código QR que nos permite escuchar diferentes pistas musicales tanto fuera como dentro de la aventura.
Star Overdrive – Toda una frenética odisea videojueguil
Frenéticas carreras a bordo de un hoverboard, un gran mundo por explorar, acción, un sistema de puzles basado en la física, una interesante narrativa, multitud de toques RPG y de gestión y personalización y un apartado artístico que engancha. Eso y mucho más es lo que os espera con Star Overdrive.
No vamos a negar que tratar de imitar propuestas AAA, con un presupuesto infinitamente menor y un equipo tan reducido, suele hacer saltar más de una costura. No obstante, y más allá de un marco que mezcla elementos futuristas con otros ochenteros, nos encontramos ante una original propuesta que toma prestados elementos de multitud de géneros para enganchar al jugador de principios a fin. Nos encontramos, sin ser ni mucho menos perfecto, ante uno de los grandes tapados de corte indie del año. ¿Preparado para investigar Cebete mientras surfeas sus hermosas y majestuosas dunas?
Hemos analizado Star Overdrive gracias a un código digital cedido por Jesús Fabre. Versión analizada: 1.0.3
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