Es posible que si ahora te preguntamos por franquicias con múltiples entregas a la venta, lo primero que se te pase por la cabeza se mueva en el territorio de los RPG o en las aguas de los títulos deportivos de corte anual, mas es una realidad que esto se ve con todos los géneros que se os ocurran y sin ir más lejos, los metroidvania también poseen nombres que se van puliendo con cada título que sacan al mercado. Verbigracia, tenemos a Momodora: Moonlit Farewell, el protagonista de este texto y el quinto videojuego de una IP desarrollada por rdein y sus compañeros de Bombservice. ¿Merece la pena o no consigue hacerle sombra a Reverie Under the Moonlight? ¡Ahora respondemos la pregunta con un análisis de la versión para Nintendo Switch!
La oscuridad despierta una vez más
Es un hecho inamovible que los largos días siempre son sucedidos por la noche, pasándose así el relevo del sol a la luna para que esta ilumine y observe el mundo en compañía de las estrellas. Una de esas noches, una campana negra resonó en trece ocasiones, pero lejos de crear dulces melodías, convocó demonios con el único propósito de traer miseria con cada uno de sus pasos… El sagrado Árbol de Lun se encuentra en peligro, el futuro de la aldea de Koho está en juego e incluso el destino de la vida misma en el planeta es incierto. ¿Quién le robó la campana a las hadas y para qué? ¿Dónde está ese diabólico instrumento? ¿Es posible arreglar la situación? La última esperanza de la humanidad recae en que las sacerdotisas Momo y Dora, con el apoyo de Cereza y las hojas sagradas, logren dar con las respuestas antes de que sea demasiado tarde y posean la fuerza necesaria para cumplir una misión que juega con el destino de todos.
¿Hace falta experimentar las entregas previas para disfrutar de Momodora: Moonlit Farewell? Si bien no vamos a negar que es recomendable pasarse los anteriores, porque no es lo mismo vivir una aventura a que te la cuenten y porque son cortos, esta propuesta hace gala de una historia autoconclusiva e interesante, que además pone a disposición de los jugadores múltiples formas de enterarse de los entresijos del mundo actual y pasado. En resumen, aunque la trama se sitúa cinco años después de los acontecimientos de Momodora III, los ocasionales guiños a eventos de antaño no provocan que jugadores nuevos pierdan el hilo argumental, por lo que nada te impide empezar por aquí si lo deseas.
En una situación apocalíptica como esta, es evidente que no falta el drama y la comedia es un bien que escasea, mas también hay hueco para momentos enternecedores que son aprovechados para reforzar los vínculos entre los personajes y darles capas de profundidad. Es posible que ahora te preguntes cuánto dura la última obra de rdein y siendo claros, la cosa depende mucho de cómo la juegues. Si vas a saco y te centras solo en lo principal, te esperan alrededor de ocho horas; si decides explorar hasta el último rincón del mapa y conseguir todos los logros, el contador supera fácilmente las doce horas. Por cierto, el único bug que encontré mientras jugaba justo tiene que ver con la duración: si te vas al menú “Home” y no cierras el programa, el cronómetro interno sigue en marcha. Es una tontería, pero si por casualidad deseas picarte con tus tiempos, recuerda salir de la aplicación cada vez que pares.
Llegó la hora de combatir demonios
Como ya os adelantamos al arrancar el texto, Momodora: Moonlit Farewell se trata de un metroidvania y no precisamente del montón. Aunque comparte misión con Dora, en todo momento controlamos a Momo Reinol, una joven sacerdotisa que ya fue protagonista en Momodora II y III, pero que aquí comienza por los cimientos. Al principio ella solo es capaz de saltar, trotar despacio, atacar con su hoja sagrada, curarse con una campana, disparar flechas con un arco y esquivar ataques dando volteretas con un breve periodo de invencibilidad, lo que causa que en los primeros compases de la aventura se refuerce la sensación de ser débil en un mundo hostil. No obstante, según avanza la trama, esa sensación se diluye poco a poco mientras refuerzas tus estadísticas o desbloqueas posibilidades como el doble salto y ni que decir tiene que la jugabilidad se vuelve más intensa, compleja e interesante con cada paso que das.
Es importante mencionar que en esta ocasión tomaron medidas para evitar que los jugadores abusen de X o Y opciones. Por ejemplo, lanzar flechas o dar volteretas, salvo que ejecutes una esquiva perfecta, ahora consume parte de una barra de energía que se repone con el tiempo y dicha barra también está presente cuando corres y vas con cuidado, porque hacerlo te deja expuesto y aumenta el daño que recibes. Además, cada «carta» nueva que te dan es útil para explorar, siendo el doble salto necesario para llegar a zonas elevadas o correr a toda pastilla para atravesar corrientes de aire. Naturalmente, no todo son limitaciones; repartidos por los escenarios hay zonas ocultas que os animamos a descubrir, dado que allí hay bayas que aumentan la salud o la magia de la protagonista, hadas Lumen que actúan como un coleccionable por el que te van dando recompensas, etcétera. Es más, el propio juego te anima a explorar colocando en el mapa un símbolo «?» en sitios con cosas por encontrar y si alguien tiene algo importante que contar, te lo señalan con un bocadillo rojo.
Siguiendo con el hilo de lo que puedes ver explorando, están los sellos. De primeras no suenan a que sean la gran cosa, pero como se intuye por el contexto, son especiales. Es posible equiparte de dos a cinco sellos y a efectos prácticos, son «habilidades» que permiten desde lanzar flechas en llamas o mejorar lo que cura tu campana, hasta usar espadas mágicas a tu favor. Complementando a los sellos, están los compañeros. Estos objetos mágicos coleccionables son una especie de «mascotas» que no participan durante los combates contra jefes, aunque sí atacan, te curan o buscan cristales lunares («dinero») en las demás situaciones. Por último, falta explicar los niveles de dificultad que ofrece Momodora: Moonlit Farewell. En tu primera partida ponen a tu disposición la dificultad «Normal» y la «Light», que además de ser el modo fácil, da a su vez la posibilidad de activar una dificultad adaptativa. Sin embargo, a partir de la segunda partida, el modo normal se divide en 3: estándar, hardcore y reorganizado. El modo estándar es para repetir la experiencia original, el reorganizado es un «modo espejo» con nuevos enemigos y el hardcore es una locura; tus adversarios son más letales, aumentan su número y si te matan, la partida se borra. Asimismo, de gustarte complicarte la vida, ten presente que existe un sello que reduce tu salud a solo 1 punto y que tras completar el juego, es posible volver a enfrentar a versiones reforzadas de los jefes, los cuales están en escenarios que pillan chicha con obstáculos.
El retumbar de la campana
A continuación toca hablar de una de las mejores facetas de esta obra frente al título anterior, la visual. La relación de aspecto de «4:3» y las consecuentes franjas negras que vimos en Reverie Under the Moonlight pasan a mejor vida, dando la cosa un salto a los «16:9» a los que estamos acostumbrados hoy en día. Del mismo modo, el «pixel art» de rdein sube un nuevo escalón, con escenarios llenos de vida, con la mayoría de los «sprites» elaborados con todo lujo de detalle y con animaciones que no se quedan atrás. Por otro lado, el rendimiento va de lujo tanto en el modo dock como en el portátil y la única pega que encontramos en este apartado es que las letras pecan de ser algo pequeñas para la pantalla de la híbrida.
Llegados a este punto, debemos profundizar un poco en el campo sonoro. Aquí el juego es una caja de sorpresas, porque puedes estar explorando tranquilamente y de buenas a primeras toparte con un jefe secundario que viene junto a una melodía de gran calidad como la de arriba. Pues bien, por suerte lo que comentamos no es una excepción y logran mantener el nivel durante todo el viaje. De los efectos de sonido no tenemos queja alguna y si acaso, recalcamos que nos gustaría que en el próximo proyecto de Bombservice usen más «efectos humanos», como risas en momentos que se prestan o los típicos ruidos que hacen personajes justo antes de propinar golpes. Solo utilizaron este recurso en un par de ocasiones contadas y aun sin ser un doblaje como tal, es capaz de aportar un granito de arena valioso para la inmersión.
Momodora: Moonlit Farewell – Las hojas sagradas vuelven a alzarse
En definitiva, Momodora: Moonlit Farewell es un metroidvania elaborado con mimo que, acompañado de una premisa interesante y entrando por los ojos, logra superar en múltiples apartados a sus predecesores, mientras toma medidas para funcionar adecuadamente sin que los jugadores deban pasar primero por ellos.
Hemos analizado Momodora: Moonlit Farewell gracias a una copia digital cedida por PLAYISM. Versión analizada: 1.1f33.4
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