Poco más de veinte años después, Nippon Ichi Software nos presenta Phantom Brave: The Lost Hero, la secuela de uno de sus aventuras clásicas más queridas de la época de PlayStation 2. El juego estará disponible en formato físico y digital para Nintendo Switch a partir del 30 de enero, aunque ya podéis ir dándole caña a su demo gratuita.
Y seguramente te estés preguntando. «Si es una secuela… ¿Me hace falta buscar el juego de PS2 (con el precio especulado que eso implica) antes de lanzarme con esta entrega?» La respuesta es un NO rotundo. No porque la entrega original no haga falta, sino porque afortunadamente puedes encontrarla como parte de Prinny Presents NIS Classics Volume 1. ¡Benditos sean los relanzamientos y abajo la especulación!
Pero respondiendo a la pregunta clave, lo cierto es que la historia intenta ser autocontenida, de modo que se pueda disfrutar sin verse obligado a jugar al título original, pero es algo que recomiendo encarecidamente para que se entienda más sobre la historia y su universo. Dicho esto. Vamos a ver qué tal está el juego en este, nuestro análisis.
¡Reúne a la tripulación!
Tras los suceso de la primera entrega, la alegre Marona y su fiel compañero Ash viajan despreocupados y preguntándose qué les deparará en el futuro. Por desgracia para ellos, la respuesta llega inmediatamente y no es nada de lo que se esperaban.
Una misteriosa flota ataca a nuestros héroes y en el enfrentamiento (en el que poco o nada pueden hacer), Ash y Marona se ven separados. Nuestra protagonista termina naufragando en una remota isla, pero gracias a su habilidad para hablar e invocar a Fantasmas, unirá fuerzas con la pequeña Apricot para formar una tripulación pirata y salir en búsqueda de pistas que la lleven a reunirse con Ash. Por el camino descubrirán unos cuentos misterios, lucharán contra toda clase de villanos y también harán nuevas alianzas.
Las cosas son mejor en grupo
La jugabilidad de Phantom Brave: The Lost Hero no es especialmente complicada, aunque sí puede resultar confusa si es la primera vez que te aventuras en esta clase de títulos. Si jugaste a algún Disgaea, entonces puedes hacerte una idea general, pero si no fue así, entonces te recomiendo prestar atención al prólogo si no quieres pasarlo mal.
Podemos resumirlo en: llegas, sacas a los tuyos, ganas y te vas, pero por el camino hay algunos matices y puntos para intentar darle una jugabilidad única. Por ejemplo, las unidades se pueden desplegar en cualquier turno y no hay un límite en la cantidad que puedes tener sobre el campo de batalla, pero sí están limitados en cuanto al tiempo que las unidades duran.
Verás, en Phantom Brave: The Lost Hero tus aliados son Fantasmas. Esto ocasiona que debas seleccionar un objeto al cual vincular su alma para poder invocarlos (rocas, armas, plantas, hay muchas opciones). Se suelen ir tras unos cuantos turnos, y aunque tienes una habilidad especial para extender su estancia en el mapa, sólo puedes usarla en uno a la vez.
En la práctica es algo que se aprende de forma rápida y se transforma en una acción mecánica, pero esta condición te obliga a pensar en si las unidades más fuertes deben ir al frente desde el primer turno, o si por el contrario te compensa más debilitar a tu enemigo de a pocos y luego sacar la artillería pesada.
Además, en muchas ocasiones los mapas cuentan con mecánicas únicas como puede ser el uso de objetos especiales, restricciones en ciertas zonas hasta que se cumplan ciertas condiciones e incluso objetos capaz de dar características increíbles a nuestros enemigos de forma permanente (hay solución para esto, pero puede llegar a hacerse cuesta arriba si te descuidas.
Al contrario que en la precuela, aquí tenemos una variedad más que decente de clases a fabricar sin necesidad de requisitos previos, contando con habilidades propias y pudiendo equiparse con cualquier arma y sin penalización alguna, pero lo ideal es ir creándolos según lo que necesites.
Algunas clases son capaces de desbloquear nuevas opciones (conocidas como «fábricas») en la isla. Como puede ser el aprendizaje de habilidades, salir a pescar para obtener nuevos recursos e incluso la capacidad de mejorar nuestro navío pirata. El único «problema» es que al tener tanta libertad para invocar y crear tarde o temprano muchas unidades se van quedando atrás y no llegas a usarlas.
Personalmente, para evitar esto recomiendo usar las unidades que se hayan quedado atrás para completar misiones secundarias. Las misiones secundarias van de obtener cierto número de recursos o luchar contra enemigos. No son las mejores misiones del mundo, pero permiten que haya más variedad en la jugabilidad y son una forma entretenida de pensar nuevas estrategias.
Y ya que hablamos de estrategia, no se podía dejar de lado la «fusión» de Marona. Nuestra protagonista es capaz de fusionarse con un compañero (siempre que se cumplan ciertos requisitos) para crear una unidad completamente nueva con sus propias habilidades activas y pasivas.
Con respecto a la historia, esta inicia un poco lenta pero consigue despegar a tiempo. Las aventuras y desventuras de Maron no son la mejor historia que te encontrarás durante tu vida, pero cumple siendo entretenida y contando con personajes bastante carismáticos.
Bastante cuidado en muchos apartados
Visualmente, Phantom Brave: The Lost Hero es un juego que se ve bonito y sabe tener un buen equilibrio entre gráficos 2D y 3D, pero que aún así se siente por debajo de lo que fue la entrega original. Tal vez esto sólo sea cosa mía y la nostalgia esté haciendo lo suyo, pero me parece que el estilo original sigue siendo insuperable. Aún así, vuelvo a repetir que el juego se ve bastante bonito, por lo que se lleva un aprobado en este apartado.
La música está bastante bien, siendo uno de los apartados que más me han gustado y que se ve potenciada por el hecho de que podemos escucharla dentro del juego. Se acompaña de doblaje en la mayor parte de diálogos importantes, con un trabajo que da la talla tanto en inglés como en japonés (que es mi trabajo de voz favorito en esta ocasión. Aunque, al igual que el 99% del catálogo de NIS, en esta ocasión volvemos a tener una aventura que no está traducida al español.
Por último, tenemos un rendimiento que es bueno tanto en portátil como sobremesa, existiendo la posibilidad de alternar entre un modo calidad y otro de rendimiento. No hay glitches notables a lo largo de la partida, aunque el juego se me ha cerrado de forma inesperada un par de veces. No he conseguido encontrar el motivo para esto (cierres en distintos momentos y en distinta carga gráfica) pero espero que se solucione en una futura actualización.
Phantom Brave: The Lost Hero – Una espera bien recompensada
Aunque posiblemente nadie se hubiese esperado una secuela de Phantom Brave, he de confesar que Phantom Brave: The Lost Hero lo hace muy bien como secuela, llegando a sentirse que la espera ha merecido la pena.
Es cierto que en algunas ocasiones no se puede evitar pensar con la nostalgia, pero el juego por si mismo es bueno y entretenido. Eso sí, su gran problema es que puede resultar un tanto confuso, que no difícil, para quienes tengan un primer contacto. Una confusión que para muchos hispanohablantes se ve incrementada a causa de la carencia de una traducción al español.
Hemos analizado Phantom Brave: The Lost Hero gracias a una copia digital cedida por Bandai Namco España. Versión analizada 1.0.1
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