Análisis Cuisineer – Nintendo Switch. Mazmorreo, restaurantes y furries: la receta para un título exquisito

Fecha de lanzamiento
28 enero, 2025
Número de jugadores
Una sola consola (1)
Idiomas
Español, inglés, alemán, etc.
Tamaño de la descarga
2,2 GB
Nuestra puntuación
75

Es habitual que haya muchos juegos en Nintendo Switch, tanto de grandes desarrolladoras como de los pequeños estudios indie, que intenten ofrecer a les jugadores grandes aventuras en las que tienen que derrotar monstruos y salvar al mundo. No obstante, aunque las aventuras están bien, en ocasiones es preferible combinarlas con algún tipo de “negocio paralelo”. Ya son algunos títulos los que nos han permitido gestionar un negocio al tiempo que luchamos contra monstruos y conseguimos materiales, pero… ¿gestionar un restaurante? Pues sí, estamos hablando de Cuisineer.

 

Marvelous y XSEED han colaborado con el pequeño estudio BattleBrew Productions para traer este ingenioso título a Nintendo Switch. Un título que transmite calma, dulzura y humor a cada paso, pero que también te hará sudar la gota gorda, tanto en las mazmorras como en los fogones. ¿Queréis saber cuál es la “receta” del éxito? Pues entonces seguid leyendo para saber lo que “se cuece” en Cuisineer.

 

 

De aventurera a restauradora

Nuestra joven protagonista en esta historia es Lichi, cuya pasión es ir de aventuras y explorar el mundo… hasta que sus planes se ven torcidos con la jubilación de sus padres, que deciden dejar su restaurante a su cargo. De esta forma, Lichi se ve obligada a volver a su Pael, su pueblo natal, y devolver la gloria al restaurante, ¡empezando literalmente desde cero, porque sus padres han vendido hasta los muebles para permitirse sus vacaciones! Gracias a Melisa y al resto de les aldeanes, Lichi tendrá que combinar su pasión aventurera con el negocio de la hostelería para salir adelante (y pagar las múltiples deudas que acumularon sus padres). Este es mayormente el contexto, ya que el juego no cuenta con una historia de por sí. El desafío se encuentra en ir pagando esas deudas para ir desbloqueando nuevas mazmorras, siendo estas mayormente nuestra fuente de ingredientes y poco más, pero dejemos eso para más tarde.

 

Cuisineer

 

 

Hablemos en primer lugar de Pael, una aldea muy cariñosa y con todo tipo de aldeanes muy “animalescos”, ya que todes son animales antropomórficos (o en otras palabras, “furries”). Los diseños son muy coloridos y tiernos, aunque la mayoría de elles conservan la idea de “ser humano con orejas y cola”. De hecho, el único que podríamos considerar 100 % furry es el gran Aliso (tan grande que ni cabe en pantalla). Ahora en serio, el diseño de los personajes es súper mono, y se ha trabajado mucho para que el dibujo principal de los platos luzca lo más detallado posible. El diseño de la aldea y las mazmorras es bastante acogedor gracias a sus gráficos 3D más sencillos, y la música es bastante relajante y animada. El único problema que encontramos a la hora de jugar es que, en modo portátil, todo parece muy pequeño.

 

¿Esta sardina es un ingrediente… o un arma?

Es hora de hablar de los dos grandes aspectos de Cuisineer, empezando por el mazmorreo. Al más puro estilo roguelite, tenemos a nuestra disposición varias regiones, y al entrar, se genera una mazmorra aleatoria. No excesivamente aleatoria, ya que se repiten salas y algunos patrones de monstruos, pero lo suficiente para que cada partida sea entretenida. En las mazmorras no tenemos mayor objetivo que derrotar a todo bicho que se nos ponga por delante para reunir ingredientes, y hay que reconocerlo, el juego cuenta con mucha originalidad: por supuesto que las gallinas dan huevo y carne, pero también tenemos pequeñas bolas de pelo que sueltan harina, guindillas que escupen fuego o soldados de trigo, entre otras criaturas curiosas. Y las armas de Lichi tampoco se quedan atrás, ya que tenemos desde espátulas y cuchillos hasta sardinas y bombas huevo. Además, estas armas cuentan con características pasivas de todo tipo para darnos más ventaja en el combate. A nivel de control, el sistema de combate es sencillo, pero es al añadir los efectos secundarios cuando se añade más profundidad a la estrategia de combate.

 

 

Una vez tenemos nuestros ingredientes, es hora de abrir el restaurante, que sin duda parece la opción más “cocinada”. Al principio tenemos poco: una mesa, una silla y una olla, y cocinar es tan sencillo como ir a la herramienta en cuestión y seleccionar la receta. Ahora bien, hay que tener en cuenta las peticiones de los clientes, ya que si no tenemos el plato que quieren, se van. También se marchan si ven que no hay sitio para sentarse… La verdad, al principio es todo un caos, pero la cocina requiere su tiempo. Conforme atendemos a nuestres clientes, ganamos dinero (de hecho, el restaurante es la única fuente de ingresos) y podemos utilizar ese dinero para comprar más herramientas y mobiliario con los que poder hacer más comida para más gente. También podemos ampliar el restaurante y mejorar las herramientas, lo que nos permite hacer recetas más elaboradas… pero ¿de dónde surgen las recetas? Aquí entra en juego la aldea, que por un lado nos ofrece algunos negocios que nos ayudan en nuestra aventura, como una tienda de té de burbujas para llevar a las mazmorras, un lugar para mejorar las armas con nuestros ingredientes u otros locales temporales para comprar ropa y otro mobiliario. Por otro lado, les aldeanes nos solicitarán todo tipo de misiones secundarias, la mayoría de ellas relacionadas con entregarles ingredientes o platos ya preparados, para ofrecernos recetas con las que ampliar nuestro catálogo y elevar la popularidad del restaurante a lo máximo. Al final, Cuisineer da la sensación de ser un juego más centrado en la gestión del restaurante y en satisfacer estas misiones secundarias que en la exploración en sí, y aunque supone un cambio agradable, a veces abruma todo lo que hay que hacer.

 

 

Ahora bien, no todo es tan bonito, y es que no hemos podido evitar encontrar algunas cosillas que pulir a este juego, aparte de que en modo portátil todo se ve bastante pequeño. Al principio se nos enseña lo muy, muy básico para ir tirando, pero te quitan los ruedines muy rápido y no te indican de forma clara cosas como las mejoras de las herramientas, mejorar tu inventario u otros. Solo te señalan cosas mediante mensajes en tu buzón, y no son precisamente extensos en sus explicaciones. Por otro lado, en las mazmorras, puede abrumar la cantidad de enemigues que se interponen en tu camino, haciendo que le acabes dedicando mucho tiempo a explorar una mazmorra cuando se supone que lo tienes que compaginar con la gestión del restaurante. Y a eso hay que añadir las pantallas de carga, en ocasiones extrañamente largas. Es decir, no debería tardar tanto en cargar cuando pasamos de nuestra habitación al restaurante, que son dos instancias pequeñas.

 

Cuisineer – ¡Cocinera, quiero repetir!

Cuisineer es la prueba de que siempre se puede innovar en el mundo de los videojuegos, y lo hace transmitiendo la emoción (y también el estrés) de llevar un restaurante a la vez que te vas de aventuras. Hay ciertos aspectos que necesita mejorar, y quizá no se trate de una aventura súper profunda, pero si lo que buscáis es un juego llamativo y colorido, Cuisineer os dejará buen sabor de boca.

 

NOTA: La autora de este análisis se disculpa por los chistes malos de cocina “espolvoreados” por el texto. Para una vez que se le ocurren chistes, por muy tontos que sean, quería ponerlos.

 

Cuisineer

 

Hemos analizado Cuisineer gracias a un código digital cedido por Marvelous y Decibel PR. Versión analizada: 2.0.25

Chicote le da el aprobado a este restaurante
Lichi debe hacer frente a una aventura nueva: ¡llevar un restaurante! La propuesta de Cuisineer combina de forma armoniosa la exploración de mazmorras con la gestión hostelera, y aunque hay algunas cosillas en lo técnico y en el diseño que se podrían mejorar, ofrece diversión y emoción por partes iguales. Un juego que logra saciar el apetito.
PROS
Los diseños del mundo y los personajes son adorables.
Un juego fácil de aprender, pero con mucha complejidad en el fondo.
Ofrece muchas horas de juego.
CONTRAS
Algunas pantallas de carga son demasiado largas.
En modo portátil se ve todo bastante pequeño.
En ocasiones, el equilibro mazmorra-restaurante se rompe.
75