Sonic 3 La Película cierra la primera trilogía exitosa de adaptaciones de videojuego. En solo cuatro años, SEGA y Paramount Pictures, con el buen hacer del director Jeff Fowler, y un gran impulso del carisma de Jim Carrey, han conseguido que parezca fácil algo que hasta ahora nadie había conseguido antes. Y lo mejor es que, siendo todas buenas películas, la saga cada vez mejora más y más.
Hace casi cinco años, en la crítica de Sonic La Película, estrenada en febrero de 2020, escribimos que «se preocupa tanto en ser tan correcta y no cometer ningún “sacrilegio”, que nunca toma ningún riesgo». Le dimos buena nota, 3 estrellas de 5, que ya querrían para sí muchas otras pelis videojueguiles, pero nos pareció que era «insulsa y descafeinada».
Dos años después, Sonic 2, estrenada en abril de 2022, subió la temperatura, porque acertaba al «reducir la intrusión humana y rodear a Sonic de más personajes y elementos afines a los videojuegos originales», y aunque nos dejó muchas mejores sensaciones, apostamos a que «aún no ha desplegado todo su potencial». Y no nos equivocábamos.
Sonic 3 es el videojuego en estado puro
La evolución de la trilogía de Sonic representa fielmente cómo han evolucionado las propias adaptaciones de videojuegos. Si antes se intentaba rehuir lo máximo posible de la esencia de los videojuegos, de los ingredientes estéticos y narrativos que caracterizaban la materia prima, Sonic 3, al igual que Super Mario Bros. el año pasado, abraza sin complejos su origen.
En casos como The Last of Us de HBO, es relativamente más fácil: es como adaptar una novela, contar la misma historia punto por punto, aunque sea con más o menos cambios. En cambio, con Sonic… ¿cómo es hacer una adaptación fiel de Sonic? La solución, al principio, era hacer la prototípica historia de «pez fuera del agua», con Sonic apareciendo en el mundo humano y haciéndose amigo de un policía. Reduciendo al mínimo imprescindible los elementos fantasiosos, no vaya a ser que resulte demasiado «friki» para el gran público (y además reduciendo la necesidad de efectos digitales).
Después de dos películas cada vez más taquilleras, ya no se andan con rodeos. Esta vez, los personajes humanos queda relegados, dando total protagonismo a Sonic, Tails y Knuckles: son los que mueven la historia y los que toman todas las decisiones. Eso no significa que no salgan todos los personajes humanos de la franquicia, incluyendo los más secundarios (¿os acordáis de la trama de la boda de Sonic 2?) en forma de cameos… que, todo sea dicho, están bien integrados en la historia y son graciosos.
Con una excepción: Jim Carrey, que ahora interpreta a dos versiones de Robotnik, el que conocemos todos… y a su abuelo perdido. Y casi todas sus escenas son interactuando con su «otro yo», lo que significa que en el set actuaba delante de nadie. Y da un auténtico recital, tan histriónico que parece que no hayan pasado décadas desde los noventa (por la clase de humor «slapstick», que hoy está pasado de moda, y por cómo se contorsiona con 62 años). Incluso si no te resulta muy gracioso, es una pasada verle actuar.
Esta vez hay un nuevo integrante del universo Seguero: Shadow, interprertado en VO por Keanu Reeves. La película recrea algunos de los puntos clave de Sonic Adventure 2, el último juego de Sonic para una consola de Sega, Dreamcast, y también el primero que salió en GameCube de lanzamiento. Eso incluye la trágica historia de Shadow, así como el clímax final… con el mítico tema Live and Learn.
Eso significa que, en muchos momentos, Sonic 3 no solo roza, sino que se sumerge completo en el ridículo. Pero el ridículo bueno, porque los juegos ya son muy ridículos de por sí (la oscuridad «edgy» pasada de rosca de Shadow, yendo en una moto que claramente no necesita). Y Hollywood, cuando se enfrente a un material que de partida es muy fantasioso e infantil, y más aún cuando es extranjero como un juego japonés, se suele acomplejar y lo maquilla, haciendo más «realistas» personajes y situaciones que acaban siendo irreconocibles, dejando a los fans migajas como que suene la música original durante diez segundos.
En el cine de superhéroes ha costado mucho quitarse la manía de «nolanizar» todo: hace doce años salió el Superman tristón de Zack Snyder, pero hoy tenemos a un Superman con su perro kryptoniano. Sonic 3, como el Superman de James Gunn o las últimas películas más pijameras que nunca, aunque con mayor o menor fortuna, de Marvel Studios, demuestra que al menos algunos ejecutivos de Hollywood se han quitado los complejos y se han tragado el orgullo al entender que a veces escuchar a los fans no es un sacrilegio.
Sonic 3 es una de las adaptaciones de videojuego más «puras»
Sonic 3 es muy entretenida y divertida, la acción es frenética, los chistes funcionan para todos los públicos, pero en el fondo no tiene más pretensiones que las de cualquier capítulo de una serie de dibujos animados que echaban por las mañanas por la tele. Y eso nos parece la mejor forma posible de abordar algo como Sonic.
En ese sentido, es una de las adaptaciones más puras que se han hecho. Ya no solo de la saga, sino de un juego en concreto, Sonic Adventure 2, sin esconder su influencie (casi nadie del público mayoritario, que serán niños, sabrán cuál es ese juego, en realidad). Y además, nos regala otra interpretación antológica de Jim Carrey, quién sabe si la última de su carrera (es bien sabido lo quemado que está de todo), que redondea uno de los blockbusters más entretenidos del año.
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