Aquellos que llevamos ya varias décadas en esto de los videojuegos, cuando pensamos en Konami lo primero que nos viene a la mente es aquello de «quién te ha visto y quién te ve». La que antaño fue una de las compañías japonesas más prolíficas de la industria, a mediados de la década pasada comenzó a distanciarse cada vez más y más de los videojuegos, sus franquicias y de sus creadores, dejando de sacar juegos de sagas como Metal Gear Solid, Goemon, Silent Hill o Castlevania.
Esto dio lugar una etapa en la que la única actividad de la compañía japonesa, en el mercado de los videojuegos, fue apostando casi única y exclusivamente por juegos para teléfonos móviles y alguna cosilla para consolas de sobremesa que solo triunfan en Japón como Power Pros. Sin embargo, en los últimos años ha ido volviendo poco a poco a sacar más y más juegos con recopilatorios de sus sagas más famosas, como Metal Gear Solid: Master Collection Vol. 1 o las recopilaciones de Castlevania clásicos y de Game Boy Advance, un remake de la tercera entrega de Metal Gear Solid o e incluso unos cuantos proyectos de Sillent Hill. Algo está cambiando en Konami y Castlevania Dominus Collection parece ser otra prueba de ello.
De Nintendo DS directo a todas las plataformas
Las particularidades de Nintendo DS como consola con dos pantallas, una de ellas encima táctil, ha hecho que desde su lanzamiento hace 20 años pocos sean los juegos que han podido portearse a otras plataformas, al menos sin ser un remake completamente hecho desde cero. Y aun con todas esas peculiaridades Castlevania Dominus Collection recopila los tres juegos de la saga para la consola de dos pantallas de Nintendo — junto a un buen puñado de extras de los que ya hablaremos— y lo hace con unos ports dignos que han sabido adaptarse a plataformas más convencionales de la mejor forma posible. Para empezar con la distribución de las pantallas. La resolución tan particular de las pantallas de Nintendo DS ha permitido que en las opciones de cada título podamos elegir entre varias configuraciones a la hora de representar las pantallas, en gran parte gracias a una decisión de diseño bastante inteligente.
En las versiones originales siempre teníamos una pantalla principal donde se desarrollaba la acción del juego y una secundaria donde podíamos alternar entre el mapa de la zona o las estadísticas y equipamiento del personaje pulsando el botón SELECT. El hecho de que sean tres pantallas, permite hacer una distribución con una pantalla principal, acompañada de dos más pequeñas, pudiendo consultar la información de las dos pantallas secundarias a la vez, facilitando el moverse y el controlar toda la información en un vistazo general. Eso sí, merece la pena comentar que quizás las pantallas secundarias pueden mostrar detalles un poco más pequeños de lo que es ideal, sobre todo en pantallas pequeñas como las de Nintendo Switch lite.
Este problema no está en la pantalla principal, donde los gráficos siempre se muestran claramente, a mayor resolución y tal como se veían en Nintendo DS, debido a que no hay ninguna opción de suavizado de píxeles o filtros. De todas formas para aquellos que prefieran ver la pantalla secundaria más grande, también hay opciones para jugar con tan solo dos de las tres pantallas e incluso con las distribución original de DS. Quizás, por poner pegas a este aspecto, se echa en falta una sexta configuración que respetase la distribución de los juegos de DS, pero que permitiese poner la consola en vertical, como algunos juegos de naves, para poder experimentar mejor la experiencia en vertical.
Otras de las mejoras de estos recopilatorios es la posibilidad de poder guardar y cargar partida en cualquier momento, algo que se agradece porque la dificultad no perdona en ninguno de los tres títulos. Esta opción, junto a la de poder rebobinar los últimos treinta segundos, hace a los tres juegos experiencias mucho más accesibles para todos los jugadores. La última de estas concesiones a nuevos jugadores es la posibilidad de acceder en todo momento a un compendio con la información de todos los enemigos, objetos, armas, drops, etc. desde el menú. Esta información puede conseguirse y consultarse dentro de cada título jugando, a base de derrotar a los enemigos y conseguir los objetos, pero este compendio está completo y accesible en todo momento, así que ojito con los spoilers. Como siempre, son opciones que están ahí para el que quiera usarlas, por lo que no se pierde nada de la esencia de los juegos originales y solo están ahí para facilitar a que más gente descubra estos clásicos de la saga.
Como ya viene siendo costumbre en este tipo de recopilatorios, encontramos una extensa galería musical y de imágenes, con arte conceptual de los tres juegos, con algunas ilustraciones inéditas hasta ahora. Me gusta destacar especialmente que en estas galerías se ha incluido los archivos originales de los manuales de instrucciones de la versión de Nintendo DS de los tres juegos en todos los idiomas, castellano incluido. Puede parecer una tontería, pero gran parte de estas recopilaciones de títulos es la conservación de las obras del medio, facilitando que nuevas generaciones puedan acceder a ellos y esa preservación también debería incluir siempre todo el material relacionado con los títulos, como folletos publicitarios, todas las distintas carátulas de las versiones y, por supuesto, los manuales de instrucciones.
Dawn of Sorrow — La última vez que vimos Castlevania cronológicamente hablando
Dawn of Sorrow tiene dos peculiaridades que pueden interpretarse como un handicap. La primera es que, como indica su título, es secuela directa de Aria of Sorrow de Game Boy Advance y da por supuesto que ya sabes quién es realmente Soma Cruz, Arikado o Julius Belmont, por lo que no se guarda esos ases bajo la manga y spoilea esas sorpresas. La segunda es que al ser un juego que salió durante la ventana de lanzamiento de Nintendo DS sufría bastante de tener que usar el Stylus y la pantalla táctil de la consola más de lo que un Castlevania tradicional lo necesita. Salvo para quitar bloques de hielo en unas tres salas contadas del castillo, en la mayoría de ocasiones se usaba el lápiz para trazar círculos mágicos, que eran el último clavo en el ataúd (jeje) para derrotar a los jefes y que, de no hacerse correctamente, suponía que recuperasen vida, alargando el combate más tiempo. En esta nueva Dominus Collection ese control táctil se puede realizar de tres maneras distintas. La primera, más cómoda y evidente es usando la pantalla táctil de la Nintendo Switch. Las otras opciones son menos intuitivas, pero que solucionan la papeleta de la mejor forma posible; con el stick derecho podemos manejar un cursor como si fuese un ratón de ordenador con distintas velocidades. Esta solución es un apaño para completar los primeros círculos mágicos, pero a medida que se complican, se vuelve bastante imprecisa, por lo que la tercera solución es hacerlos con un quick time event, bastante cómodo y rápido.
En cuanto al resto de la jugabilidad, la peculiaridad de Soma es su capacidad para absorber y controlar el alma de sus enemigos. Esto le proporciona a Soma un sin fin de posibilidades a la hora de atacar, pues todos los enemigos tienen un poder que se puede conseguir, combinar y potenciar consiguiendo más copias de esas almas. Además de todo el armamento tradicional de los Castlevanias, al que en esta ocasión se le añaden armas de fuego modernas al estar el juego ambientado en el año 2036. Esta fecha marca cronológicamente el final de la saga Castlevania, al menos hasta el día de hoy y en cuanto a juegos se refiere, pues tanto Portrait of Ruin como Order of Ecclesia se sitúan siglos antes en la cronología, a pesar de haberse lanzado posteriormente, quedando inconclusa la resolución de la resurrección del Señor Oscuro o la guerra de final de milenio en la que Julius derrotó definitivamente a Drácula.
Y hablando del último Belmont, al igual que ocurría en Aria of Sorrow, al conseguir ciertos finales malos en este título, se desbloquea el Modo Julius, que nos permite jugar a una versión alternativa del juego con el cazavampiros, Yoko Belnades y «Arikado», cada uno con sus propias habilidades que debemos de combinar para superar el juego y ver el final alternativo. Este modo, junto a un Boss Rush con diferentes objetivos a superar que desbloquean equipamiento para el juego principal, ayudan a alargar considerablemente la duración de Dawn of Sorrow.
Un último apunte al respecto del juego que merece la pena comentar es el apartado artístico. Por un lado, seguimos teniendo a Michiru Yamane y Masahiko Kimura deleitándonos pieza a pieza con la banda sonora, tanto con los temas viejos, como con los nuevos. Sin embargo, la que no repite es Ayami Kojima, ilustradora principal de la saga desde Symphony of the Night, cuyos diseños góticos le sentaban como anillo al dedo a la franquicia y que tanto aquí, como en Portrait of Ruin fueron sustituidos por diseños anime mucho más genéricos, usados con el objetivo de atraer a audiencias más jóvenes. El hecho de que en Order of Ecclesia se volviese al estilo gótico oscuro os puede dar una pista de lo que opinaron de este cambio los fans de la saga.
Portrait of Ruin — Pintores, tiranos y Segunda Guerra Mundial
Donde Dawn of Sorrow es una continuación directa de Aria of Sorrow, Portrait of Ruin hace lo suyo respecto a Bloodlines, poniéndonos en la piel de Charlotte Aulin y Jonathan Morris, descendientes de la familia Belnades y Morris respectivamente. Ninguno de estos dos protagonistas tienen realmente experiencia haciendo frente al mal. Sin ir más lejos Jonathan no puede empuñar el Vampire Killer al no ser un Belmont y, sin embargo, se ven obligados a hacer frente a la aparición del Castillo de Drácula en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, y con ella, una posible resurrección de su dueño.
Sin duda, uno de los peores capítulos de la historia de la humanidad es el entorno perfecto para la resurrección del Señor del Mal, pero en situaciones normales solo es posible una vez cada 100 años y es por eso que en esta no es una de esas situaciones normales. En esta ocasión, el responsable de la aparición del castillo es Brauner, un vampiro pintor capaz de darle vida a sus cuadros. Este poder afecta a la progresión directa del juego en cuanto a su jugabilidad, pues debemos entrar en diferentes cuadros repartidos por todo el castillo, que actúa de HUB central, y dentro de ellos tenemos mapas con escenarios lineales, pero mucho más variados y diversos, aportando frescor a las zonas tradicionales de Castlevania.
Al contrario que el juego de Soma Cruz, en este juego recopilado en Castlevania Dominus Collectionaquí el uso de la pantalla táctil es meramente anecdótico en el modo principal, quedando relegado a un par de easter eggs o mover de un lado a otro al otro personaje secundario. Y es que esto último es la gran novedad de Portrait of Ruin, la posibilidad de llevar a dos protagonistas simultáneamente por primera vez en la saga o alternándolos. De esta forma se crea una dinámica de juego única, con un personaje más clásico (Jonathan) que puede recordarnos a como se jugaba con Alucard o el mismísimo Soma, más enfocado al cuerpo a cuerpo, con maestría en muchos tipos de armas y con algún ataque a distancia y otro personaje especializado en devastadoras magias a distancia (Charlotte), que pueden volverse aún más fuertes si se conjuran durante un tiempo, pero que sufre en el combate mano a mano y con peores defensas. Y es precisamente ahí donde está la gracia de esta entrega, en la gestión de dos personajes simultáneos, en cuando llevarlos juntos, cuando alternarlos y como equiparlos para que creen sinergias entre ellos.
En cuanto a los modos extras, aquí contamos hasta con tres modos distintos con personajes alternativos, además del Boss Rush y el modo difícil, todos ellos con sus respectivos desbloqueables para el modo principal al completarlos, alargando la vida del juego y añadiendo variedad. Un último comentario respecto a la banda sonora es que en esta ocasión, el compositor que acompaña a Michiru Yamane es el mítico Yuuzo Koshiro (Shinobi, Ys, Streets of Rage, Sonic), formando uno de los mejores dúos a nivel de composición musical de la industria japonesa.
Order of Ecclesia — Depende del día que me preguntéis, os diré que es el mejor de la saga
Y por fin llegamos a Order of Ecclesia, el título por el que recibe su nombre Castlevania Dominus Collection. La trilogía de Nintendo DS es curiosa, porque conforme más moderno es el juego, más atrás se sitúa cronológicamente. El juego protagonizado por la guerrera Shanoa, se sitúa en un año indefinido del Siglo XIX, en el que, tras la desaparición del Clan Belmont, muchas organizaciones empiezan a investigar formas alternativas de derrotar a Drácula, adelantándose a un más que posible retorno en un futuro. Una de esas organizaciones es la Orden de Ecclesia, que ha conseguido desarrollar un glifo mágico llamado Dominus, capaz de neutralizar el poder del vampiro por excelencia. Por desgracia, el glifo es robado y es Shanoa la que tiene que recuperarlo junto a sus memorias, pues ella era la destinada a ser portadora del glifo.
El poder principal de Shanoa es precisamente ese, un control total sobre los glifos mágicos y su capacidad para absorberlos y atacar con ellos. A nivel jugable esto se traduce en un total de 70 glifos distintos que conseguir derrotando enemigos o explorando y que Shanoa puede combinar, pudiendo equiparse uno en cada mano y llevar así dos copias de la misma arma/hechizo o distintas. A diferencia de los otros protagonistas que atacaban con armas físicas, al ser los glifos mágicos, cada ataque gasta magia, convirtiendo la barra de PM en una barra de resistencia o stamina, que debemos de controlar y saber cuando dejar de atacar para que se recupere. La gestión de los pares de glifos de armas en función de la situación, junto a los especiales que otorgan poderes de transformación o control del escenario, es una pieza clave del gameplay de Order of Ecclesia y es por eso que al poco de empezar se nos da la posibilidad de rotar entre tres sets de equipamientos distintos con una sencilla combinación de botones. Teniendo todo esto en cuenta, estamos ante el combate más completo, con mayor posibilidades, rápido y complejo de toda la saga, siendo una auténtica delicia el explorar y enfrentarse a los desafíos ocultos del juego en las fases finales del mismo cuando Shanoa es un arsenal andante.
Y si hablo de «fases finales» es porque la distribución de Order of Ecclesia es un tanto peculiar, hasta el punto de que en su momento levantó bastantes quejas de los fans más tradicionales de la saga que venían buscando un «metroidvania» más de manual. Lejos de tener un gran mapa interconectado como podría ser el caso de Symphony of the Night o Dawn of Sorrow, Ecclesia recupera la idea original de pantallas lineales y cortas, con un inicio y un final, sobre todo en sus primeros compases. Antes de llevaros las manos a la cabeza ante esta decisión, hay que tener en cuenta que a nivel argumental tiene todo el sentido del mundo, pues Shanoa está siguiéndole la pista al ladrón de Dominus por toda la región, yendo de aquí para allá y esto no tendría sentido dentro de un castillo. Por supuesto, a medida que la historia avanza, estos mapas se vuelven más grandes y complejos, hasta llegar a Castlevania que vuelve a ser la tradicional zona grande, laberíntica e interconectada a la que nos tiene acostumbrada la franquicia.
Como no podía ser de otra manera en este trío de juego, Order of Ecclesia también cuenta con sus modos extras al completar el juego, incluido otro con un personaje completamente distinto. Tampoco podía fallar Michiru Yamane, acompañada esta vez por Yasuhiro Ichihashi. Donde si rompe esta entrega con el resto del paquete, es en el apartado visual que abandona la estética anime de los dos títulos anteriores y le encarga el arte a Hirooka Masaki, quien apuesta por un estilo gótico más parecido al de Ayami Kojima y que le queda como anillo al dedo a la saga. Aunque hay que admitir que los retratos originales no estaban pensados para una pantalla con una resolución tan grande como las actuales y se ven bastante más pixelados de lo que debería, perdiéndose gran parte de su encanto. Por suerte hay otros sitios donde ver el arte sin tener que salir del juego.
Una última sorpresa — El regreso de Haunted Mansion
Sin lugar, el mayor motivo de compra de Castlevania Dominus Collection es la recopilación de la tripleta de juegos de Nintendo DS, pero hay un juego más. Konami ha decidido esconder dentro de esta colección el primer Castlevania hecho desde cero y que no es un gatcha que ha desarrollado la compañía desde el año 2014. Se trata de un remake/reimaginación del Castlevania exclusivo de arcades japoneses Haunted Castle de 1988, cuya versión original también se incluye en esta recopilación denominada Castlevania Dominus Collection.
Reconozco que nunca había jugado al original y que se nota que es un juego de arcade de la época: duro, sin ganas de hacer amigos e injusto con el novato que no tiene experiencia en estos juegos, ni la paciencia que requieren. Aquí toca currárselo para llegar al final de la sexta pantalla y poder rescatar a la novia de Simon Belmont de las garras de Drácula. Y en ese sentido Haunted Castle Revisited afloja bastante la exigencia gracias a una serie de mejoras de calidad de vida como puede ser la recuperación de vida al terminar una pantalla o las distintas mejoras del látigo. Estas mejoras recuerdan bastante a las que se aplicaron a Castlevania: The Adventure Rebirth de Wii Ware, (otra reimaginación de un Castlevania clásico de Game Boy), hasta el punto que me atrevería a decir que Haunted Castle Revisited es su sucesor espiritual quince años después.
¿Y ahora qué? ¿Cuál es el futuro de la saga?
Tras este Castlevania Dominus Collection, ahora que se ha quedado sin posibles colecciones que sacar, a no ser que quiera tirar la casa por la ventana y sacar una con los títulos en tres dimensiones como Castlevania 64 o Curse of Darkness, toca preguntarse ¿cuál va a ser el futuro de la franquicia a manos de Konami? El hecho de incluir el juego nuevo de la franquicia en una década puede ser tomado como una declaración de intenciones. Esto que sonaría descabellado hace unos años no es ninguna tontería a día de hoy. Con nuevos proyectos de Sillent Hill y Metal Gear en marcha, lo raro sería que Drácula se quedase mucho más tiempo en su ataúd sin resucitar. Además, tenemos muestras de que Konami está tratando de tender algún puente a antiguos creadores como Kojima, mencionándole y atribuyéndole el mérito del diseño tras Metal Gear Solid Delta: Snake Eater, cosa impensable hace unos años, donde el nombre del creativo había sido tachado de absolutamente cualquier sitio posible.
Pero claro, el problema de haber acabado a malas con artistas como Kojima o Igarashi, es que ellos estén dispuestos a volver a colaborar con la empresa que se las hizo pasar canutas en sus últimos años, por mucho que hayan podido mejorar las cosas. Cuando hay autores con un nombre tan vinculado a una saga, resulta raro pensar en una nueva entrega sin que ellos formen parte del equipo creativo. En Konami lo saben y por eso están haciendo casi exclusivamente ports, remakes y remasters. Sin duda, se vienen noticias en los próximos años para los fans de las franquicias de Konami, tan solo queda ver si serán buenas o malas.
Castlevania Dominus Collection — Una recopilación imprescindible
Hacía bastantes años que no jugaba a esta trilogía de juegos, concretamente desde que guarde la DS en su caja al comprarme una 3DS. Durante todos estos años, cada vez que me he acordado de ellos, siempre he pensado que aguantarían el paso del tiempo perfectamente y rejugarlos la ha confirmado. No solo eso, me ha demostrado que son tres de los mejores juegos el género y de la saga, con permiso de Symphony of the Night, a pesar de que el género de los metroidvania ha tenido un boom en estos últimos años y han salido representantes buenísimos de todo tipo. Castlevania Dominus Collection es una recopilación imprescindible tanto si eres fan de la franquicia, fan del género o si quieres descubrir porque a tanta gente le gustan los «metroidvania» y porque el subfijo «-vania» tiene tanto peso a la hora de definir un género.
Hemos analizado Castlevania Dominus Collection gracias a un código digital cedido por Konami. Versión analizada: 1.0.0
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