El género de las plataformas ha evolucionado mucho durante los últimos años, ramificándose de formas insospechadas gracias al paso del 2D al 3D. Grandes IP nacidas en los años 90 cimentaron su éxito en esta jugabilidad, aprendiendo de los avances hechos por Super Mario 64 y convirtiendo a personajes como Crash y Spyro en iconos del medio. Una época dorada que muchos recuerdan con nostalgia, y que algunos estudios independientes tratan de rememorar y homenajear con propuestas que, tanto en mecánicas como en el aspecto artístico, nos transportan a los albores del 3D. Como por ejemplo, Frogun.
Desarrollado por el autor independiente Molegato y distribuido por Top Hat Studios, el simpático plataformas 3D de estilo retro vuelve a estar de actualidad gracias a su flamante edición física que viene de la mano de Plaion. Supone, de este modo, una ocasión única para hacerse con este título en formato físico. Los amantes de lo retro y lo indie han recomendado con frecuencia este título desde su lanzamiento inicial, allá por 2022. Si no conoces el motivo, es el momento de que nos acompañes en este análisis, y en nuestra expedición a través de las ruinas de Beelzebub.
La rana y Renata, una aventura muy grata
La premisa de Frogun es sencilla. La pequeña Renata viaja por todo el mundo con sus padres, renombrados arqueólogos, pero un buen día les pierde la pista. Se han adentrado en las ruinas de Beelzebub, consideradas como uno de los lugares más peligrosos del mundo, y no han vuelto a dar señales de vida. La niña, preocupada tras varios días de espera, decide adentrarse en las ruinas para dar con ellos. Y, para ello, cuenta con la inestimable ayuda de una pistola-gancho con forma de rana que le ayuda a desplazarse por las ruinas… Y defenderse de las amenazas que acechan en sus entrañas.
Así es como da comienzo un título que responde a la perfección a la definición de «plataformas de la vieja escuela». Un título secuenciado mediante zonas y niveles, con un total de 36 niveles repartidos en 6 biomas distintos, con sus correspondientes jefes, y perfecto para aquellos que busquen un desafío que vaya ganando en complejidad y dificultad conforme avanzamos. Es un juego que puede durar en torno a 4 o 5 horas si nos centramos exclusivamente en completar cada nivel… Pero que incluye varias capas de desafío que pueden mantenernos pegados a los mandos durante el triple o el cuádruple de ese tiempo.
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Lo que nos ofrece Frogun
El objetivo de cada nivel, como es obvio, es superar los obstáculos y los enemigos que nos esperan a lo largo del recorrido, llegando sanos y salvos al punto final. Los primeros niveles, claro, no suponen un gran desafío. Pero conviene no subestimar a Frogun, porque conforme avanzamos, los recorridos van ganando en complejidad, en elementos y en mecánicas, llegando incluso a coquetear con el plataformeo de precisión en algunas fases. Llegado cierto punto, es importante contar con una alta tolerancia a la frustración y el fracaso, porque es común morir repetidas veces en algunos de los niveles más avanzados.
Mención aparte merecen dos tipos concretos de nivel: dentro de cada mundo, contamos con un desafío de carrera y con un jefe final. El desafío de carrera nos lleva a conocer a Jake y a su pistola-serpiente Snatch, quienes nos desafían a llegar a la meta antes que ellos, convirtiendo así esos niveles, idénticos a los normales en el resto de aspectos, en una contrarreloj velada que nos motiva más a acelerar que a recolectar. Lo mismo sucede con los jefes finales, que plantean interesantes batallas basadas en la paciencia, la esquiva y la selección del momento adecuado para atacar.
Desafíos completistas no exentos de valor
Pero más allá de ese objetivo, hay una serie de objetivos adicionales en cada nivel: completar el recorrido por debajo de un tiempo estipulado, llegar al final con cero muertes, recoger todas las monedas del nivel, hacerse con las dos ojomeraldas, encontrar las notas perdidas de los exploradores de las ruinas y acceder a la zona secreta para conseguir la calavera de obsidiana. Todas estas tareas son casi imposibles de completar a la misma vez en un solo intento, por lo que incentivan de manera importante la rejugabilidad de los niveles, llevándonos a enfrentarnos a ellos varias veces si queremos ser completistas. Sí, por eso el juego puede durar tres o cuatro veces más de lo que dura. Puro colectatón.
El valor de finalizar cada nivel de la manera más completa posible no reside únicamente en el hecho de acabarlos en sí. Cada uno de los desafíos mencionados anteriormente nos proporciona un tipo distinto de trofeo, y estos trofeos recolectados por el camino son una moneda de cambio que puede ayudarnos muchísimo en los niveles más avanzados. A lo largo de nuestro recorrido, encontramos varios cofres que contienen mejoras para la salud de Renata. La exhaustividad en nuestra exploración, por tanto, se premia con más entereza a la hora de afrontar los desafíos finales del juego.
Jugabilidad con encanto retro, para bien y para mal
Lo mejor de la decidida apuesta retro de Frogun es, sin duda alguna, su estética. Su diseño de personajes y escenarios lowpoly con texturas de píxel grueso recuerda mucho a esa época en la que el género estaba dando sus primeros pasos, y la banda sonora, que baila entre baja fidelidad y chiptune, termina de redondear esa sensación de estar jugando a un juego de otra época. El diseño de todos los elementos artísticos del juego sirve a un propósito que se logra con nota. La edición deluxe, además, incluye un libro de arte, un manual de instrucciones y una sala de música, todo ello digital, para disfrutar en más profundidad de este aspecto del juego.
El aspecto técnico también recuerda a los albores del 3D. La jugabilidad es simple, basada en apenas tres conceptos: moverse, saltar y disparar. La movilidad, en general, es buena. El disparo, por lo general, también. Pero hay ciertos momentos en los que el apuntado no es del todo fino, y en los que los controles no responden con la agilidad que desearíamos, y eso, en las fases en las que se requiere mayor precisión, supone una capa adicional de dificultad, sobre todo en modo portátil. Además, el diseño de ciertos escenarios hace que sea difícil determinar correctamente la posición de nuestro personaje, independientemente de dónde movamos la cámara, lo cual dificulta también un poco el progreso. Ambos defectos, un mal heredado de las mecánicas de los primeros plataformas en 3D, y aspectos que mejorarían notablemente la experiencia de estar más pulidos.
Frogun – Nintendo Switch. Apunta, dispara, pégate
Frogun condensa con magistral sencillez el espíritu de los plataformas 3D de toda la vida: desafíos completistas, niveles que aumentan el desafío de manera progresiva, mecánicas ágiles y accesibles y variantes que dan color a todo el conjunto. Si eres fan de los clásicos plataformeros de los 90, este título te supondrá un golpe de nostalgia. Si no estás tan relacionado con el género, prepárate para enfrentarte a mecánicas que pondrán a prueba tu paciencia. En cualquiera de los dos casos, te adentrarás en una experiencia simpática y desafiante a partes iguales, con potencial para mantenerte pegado al mando en busca de exprimir al máximo cada nivel.
Hemos analizado Frogun Deluxe Edition gracias a un código digital proporcionado por Plaion. Versión analizada: 1.5
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