Con tantos años a sus espaldas, el mundo de los videojuegos es un mundo en el que igual que en otros como en el del cine o el de la literatura, es difícil ver productos que supongan una verdadera innovación y se alejen del continuismo o las modas. En muchas ocasiones, cuando algo se pone de moda o triunfa, lo que vemos es como aparecen subproductos relacionados, inspirados o que directamente copian al original. Y mientras unos optan por una línea más conservadora para seguir sacando rédito sin apostar arriesgadamente, la escena independiente lleva la voz cantante en lo que a innovación respecta y de vez en cuando se saca de la manga productos como en el que nos ocupa hoy: Worldless.
Desarrollado por el estudio barcelonés Noname Studios, con distribución de Coatsink y Thunderful, Worldless se abre paso entre los grandes pesos del desarrollo nacional español con una propuesta que mezcla diferentes géneros bien reconocibles para crear algo único y especial con ellos. Plataformas de acción en 2D con toque metroidvania y combates por turnos en una historia en la que las palabras son un elemento anecdótico. Pero no adelantemos acontecimientos, así que si os interesa la propuesta acompañadnos en este análisis.
https://www.youtube.com/watch?v=2V8WL7yO2sk
Un conflicto eterno en un universo nuevo
Hablar de la trama de Worldless es complejo, ya que lo que se ha hecho con el juego difiere mucho de lo habitual, pero las bases se asientan en una rivalidad elemental entre unas entidades atrapadas en un conflicto eterno. Los opuestos se atraen y eso no siempre es bueno, por lo que vamos a ser testigos de esa rivalidad en los albores de un nuevo universo. Y es difícil explicar más sin reventar alguna sorpresa y sin dejar que sea el propio usuario el que, a través de sus propias sensaciones y la exploración, construya el resto del relato. Worldless deja de lado la narrativa tradicional y las palabras brillan por su ausencia (a excepción de los breves tutoriales que explican cómo se juega). Esa ausencia de palabras se limita al grueso de la historia, aunque también se nos dan algunas pinceladas, y el juego se enfoca así en el descubrimiento de todo por parte del jugador.
El juego sí que nos acompaña cuando se trata de aprender mecánicas tanto para el plataformeo, el uso del mapa o los combates. Worldless combina con bastante acierto diferentes géneros que generalmente no van de la mano, como son el metroidvania plataformero con los combates por turnos en los que prima la estrategia y la rapidez de reacción. Es un cóctel realmente original que hace que estemos ante una propuesta única, mucho más por su apuesta jugable que por su historia en sí, aunque la forma de contarla sí sea poco habitual.
Esto último, tanto la mezcla de géneros y su desarrollo, como la narrativa, hacen de Worldless un título especial que a su vez no está pensado para todo el mundo. El equipo ha querido hacer algo diferente y eso puede dejar fuera a jugadores más clásicos o a los que por un motivo u otro no terminan de entrar en alguno de los géneros o incluso en videojuegos de dificultad elevada como en el caso que nos ocupa.
Una mezcla de opuestos
Igual que lo que plantea la historia con su enfrentamiento entre fuerzas opuestas, la base jugable del título se apoya en géneros muy diferentes entre sí combinados para ofrecer algo bastante único. La vertiente metroidvania nos pone a los mandos de un juego de plataformas asequible en el que vamos desbloqueando diferentes habilidades con las que desplazarnos (un dash que nos permite alcanzar lugares elevados, caminar sobre el agua, …) y abrir nuevos caminos mientras exploramos el mapa y acompañamos a nuestro personaje en su búsqueda para encontrar su lugar en el mundo.
Por su lado, el combate por turnos cambia radicalmente las mecánicas planteadas por la otra parte del juego y nos pone frente a frente contra enemigos a los que nos enfrentamos por turnos como en cualquier RPG. Eso sí, con diferencias. Los turnos tienen tiempo limitado y nos permiten atacar más de una vez y con ataques variados, siempre y cuando estemos dentro de nuestro tiempo. Lo mismo cuando es el turno del rival, momento en el que tenemos que defendernos de una forma u otra y a ser posible apretando el botón en el momento correcto para hacer una guarda perfecta. Existen ataques físicos y ataques mágicos, cada uno de ellos con sus pros y sus contras, además de diferentes mejoras que se van adquiriendo a lo largo de la aventura tanto derrotando enemigos como encontrándolas por el camino. No hay un sistema de progresión con puntos de experiencia al uso, pero el árbol de habilidades desbloqueables es un buen sustituto.
Con todo esto, la mezcla de metroidvania plataformero y los combates por turnos funcionan bien si somos capaces de cambiar rápidamente el chip cuando llega el momento de dejar de saltar y empezar a repartir espadazos.
Artísticamente también puedes quedarte sin palabras
El apartado artístico del juego es uno de los puntos donde más puede destacar. El equipo ha optado por elegir un aspecto visual sin grandes artificios, casi conceptual, que visualmente es muy bonito. Los personajes son formas casi elementales conectadas por lo que parece energía, todo lleno de colores vivos y efectos llenos de luz, con grandes contrastes y paletas muy suaves (hasta que quieren desgarrar todo con cambios más grandes), y el resultado es notable. Es un arte en apariencia sencillo que esconde detrás muchas buenas decisiones.
La parte sonora sigue una línea parecida. La música envuelve en una atmósfera épica y melancólica el mundo que han querido crear, dejándonos escuchar temas más tranquilos en las zonas de plataformeo y algo más moviditos cuando llega un combate. Que sean temas orquestados hace que funcionen muy bien (lo hemos visto perfectamente en otros metroidvania relativamente recientes) y le dan mucha personalidad. Al mismo tiempo, los efectos de sonido creo que son bastante reconocibles y están bien integrados. El conjunto consigue que sea de esos juegos que se disfrutan mejor con unos buenos altavoces o incluso con cascos.
Cabe señalar que el juego, pese a no contar con una narrativa clásica, sí que tiene traducción a numerosos idiomas y entre ellos está el español. Al ser un estudio español es lo esperable (aunque no siempre sea así) y la localización es más que correcta.
Una dificultad que implica less world
La propuesta de Worldless es original, de eso no cabe duda, pero viene acompañada de algunos puntos que pueden convertir esa originalidad en un impedimento para que todo el mundo disfrute del juego. Por supuesto, depende de cada tipo de jugador y de lo que esté buscando en ese momento. Por ejemplo, como metroidvania propone una exploración bastante asequible que apenas penaliza. Morir o fallar un salto no implica tener que repetir toda una zona sino que el personaje reaparece al lado, sin perder tiempo ni nada. Moverse por los escenarios es sencillo y las habilidades se van desbloqueando poco a poco, con cierta explicación. Esta es una parte bastante accesible para todo el mundo, incluso si poco a poco se va complicando. Sin embargo, los combates por turnos sí que se le pueden atragantar a más de uno.
Los combates vienen acompañados de una breve explicación cada vez que hay mecánicas nuevas, pero el tiempo de (re)acción es tan breve y penaliza tanto un error que no van a ser pocas las veces que se tenga que repetir un mismo combate hasta superarlo. Y no solo eso, sino que hay acciones que es difícil de entender cómo funcionan porque la explicación es insuficiente o directamente no existe. El sistema de combate, desde mi punto de vista, no es nada amigable y aunque morir te permite reintentar inmediatamente el enfrentamiento si así lo deseas, incluso combates del inicio del juego pueden obligarte a repetirlo numerosas veces. La frustración no es buena amiga en un juego y, siendo dos los que hemos jugado en casa, uno ha abandonado completamente el juego por ser incapaz de avanzar contra un enemigo después de una hora de juego y más de una veintena de intentos.
Al no haber modos de dificultad ni ayudas, Worldless es un juego poco accesible para todos los públicos y eso es algo a tener en cuenta. Es un buen metroidvania y su mezcla de géneros funciona, pero para disfrutarlo se necesita paciencia y mucha habilidad.
Worldless, una mezcla para quedarse sin palabras
Worldless llega a Nintendo Switch y el resto de plataformas tras un largo desarrollo en el que el estudio Noname Studios lleva trabajando años. El resultado salta a la vista: visualmente es muy atractivo y su música es cautivadora. La mezcla de géneros le da un toque de originalidad y frescura que se agradece y rompe con lo conservador que puede ser el panorama habitualmente. Worldless es una puesta única que va a encantar a jugadores experimentados amantes de los metroidvania plataformeros de siempre y de los combates por turnos, pero que puede atragantarse a la gente menos hábil a los mandos. Su original desarrollo narrativo es un soplo de aire fresco, cuenta con una duración más que aceptable y en Nintendo Switch funciona perfectamente, sin tirones ni cargas excesivamente largas (sí que hay cargas al cambiar de zona, pero son unos segundos). En definitiva, una buena apuesta si las pegas que se le pueden encontrar nos parecen secundarias.
Hemos analizado Worldless gracias a un código digital cedido por Thunderful Games. Versión analizada: 1.1.0
Debe estar conectado para enviar un comentario.