Aquí me tienes, con mis 44 años, y puedo decir que he llegado hasta ellos junto al fontanero. Y es que de pequeño ya hacía dibujos del bigotudo en el cole, ¡me caló muy hondo! Fue uno de los motivos, aunque no él único, por los que me hice nintendero. Este personaje me ha hecho vivir con tremenda ilusión todos y cada uno de sus lanzamientos. Para mí, es algo muy especial, más que una saga de videojuegos. ¡Incluso mi hijo también creció junto a él! Y me siento muy orgulloso de ello. Y por esto, sin dudarlo, me presenté candidato a este análisis de Super Mario Bros. Wonder, videojuego de Nintendo Switch al que espero hacer justicia en estas líneas.
Porque sí, lo que dicen de él, es cierto. Super Mario Bros. Wonder es maravilloso… aunque no comparto la opinión de muchas personas que indican que es «el mejor Mario 2D de todos los tiempos». Mi podio está compuesto por tres: Super Mario Bros. 3, Super Mario World y Yoshi’s Island, los tres ahí arribita, sin que ninguno comparta el segundo o tercer puesto. Justo en el peldaño de abajo, de gran altura, se encuentra el conocido en Occidente como Super Mario Bros. 2. ¡Eh! Esta es una lista muy subjetiva, ¡cada uno tiene sus preferencias! Y a veces éstas no están motivadas 100% por la objetividad, sino por los sentimientos, la nostalgia…
¿Absolutamente maravilloso?
Desde el primer momento en el que te pones a los mandos de Super Mario Bros. Wonder, notas la magia de este inesperado viaje. Y digo inesperado, porque no hace tanto desde que conocemos de su existencia, y ya está aquí, en nuestras consolas. La actual política de anuncios de Nintendo puede lograr que en pocos meses, sin saber absolutamente de un juego, llegue al mercado algo que no sabías que deseabas. Y no funciona nada mal. No creas que el juego que nos ocupa ha sido algo desarrollado a «correprisa», pues sus creadores se han tomado el tiempo que han necesitado para completarlo, algo que se nota en cada esquina.
Más allá de la jugabilidad que alardea Nintendo, el mimo al detalle está repartido por el nuevo Reino Flor, un mundo bastante distinto a nuestro acostumbrado (y cambiante) Reino Champiñón, donde los pobladores no son Toads, sino unos humanoides tipo flor llamados Poplin. De hecho, el soberano del País, el gusanesco Príncipe Florian, nos hará de guía e incluso ayudará a la hora de gestionar las insignias, poderes de los que hablaremos más tarde.
Recorrer el Reino Flor de cabo a rabo es toda una gozada, aunque sus tierras no nos resultarán extrañas pues cuenta con la misma variedad de entornos que el Reino Champiñón. Mundos helados, desiertos, zonas ponzoñosas… se trata de un videojuego de la serie Super Mario Bros., aunque también con mucho espacio para la sorpresas. De hecho, ¡agárrate que vienen curvas! La Flor Maravilla entra en escena.
La Flor Maravilla, sinónimo de lo inesperado
Superar un nivel en Super Mario Bros. Wonder no es muy diferente de anteriores entregas. Tienes un nivel que atravesar de principio a fin, consiguiendo las clásicas monedas, así como las monedas flor (que nos servirán para comprar más adelante), hasta llegar a un banderín, tratando también de conseguir unas semillas que desbloquearán nuestro avance. Hasta aquí, no hay mucha innovación en lo que respecta a estructura… hasta que entra en escena la Flor Maravilla que encontrarás en cada nivel.
Este objeto pone literalmente patas arriba esa estructura clásica, incorporando variaciones en la jugabilidad que en ocasiones resultan de lo más alocadas, tanto, que muchas veces no ves ver venir lo que se viene. ¿Ejemplos? Trataré de no irme mucho de la lengua, porque me encantaría que descubrieras ti mismo lo que tiene este videojuego por ofrecer, y es que su factor para dejar «el culo torcío» al jugador de las formas más inesperadas, creo que es el mayor atractivo de Super Mario Bros. Wonder.
Coger una Flor Maravilla y ver cómo las plantas piraña de un nivel comienzan a cantar al son de la música… es un tremendo dibujador de sonrisas bobas. ¡Es que no puedes reaccionar de otra forma! También es cierto que esto no sería posible si el juego no hubiera realizado el salto que ha dado en cuanto a animación, y si no acompañara una banda sonora a la altura.
Animado y sonoro como ninguno
Tan solo con ver los andares de cualquier personaje convertido en elefante, o verlos entrar por una tubería, te das cuenta de que Nintendo ha ido varios pasos más allá en cuanto a animación con este capítulo. Es verdaderamente gratificante y todo un lujo para los sentidos, disfrutar de cualquier nivel a los mandos de Mario y compañía. La banda sonora no se queda atrás, salpicando de temas clásicos de títulos, incluso de las vertientes 3D como Super Mario 64 o Super Mario Sunshine, que casan en todo momento a la perfección con la acción en pantalla.
En Super Mario Bros. Wonder, se nota que parte del tiempo de desarrollo se ha invertido en que sea un festival para la vista y el oído. Y hablando de esto último, y por si no te habías enterado, Charles Martinet no tiene participación alguna como la voz de nuestro héroe y su hermano (así como de otros personajes), habiendo tomado el relevo Kevin Afghani. Reacciones sobre esto: desde luego, le tenemos mucho cariño a Martinet, siempre será nuestro Super Mario, pero hay que decir que Afghani, así como el resto de actores de doblaje que ponen sus voces, hacen un trabajo magnífico. El nuevo actor «no clava» al veterano, pero tampoco le ha hecho falta para dotar de vida al bigotudo fontanero.
Como detalle muy curioso, os pediría que, cuando os agarréis a los bloques propulsados (unos que nos deslizan a toda velocidad sobre ellos), os paréis a escuchar vuestros mandos. La sutil vibración HD incorporada en este título empieza a emitir un curioso sonidito, demostrando una vez más mimo al detalle, en el que diríamos que es el título de la serie en el que más mimo se ha puesto incluso a los sonidos FX. EH, y las flores parlantes, aunque en un principio la idea parecía un poco extraña, nos acompañan durante nuestra aventura aportando un tipo de humor que en ocasiones llega a dar totalmente en el clavo.
Sin duda el Mario 2D más accesible
Dicho esto, Super Mario Bros. Wonder se convierte en todo un agradable «paseo» de principio a fin, que ningún fan de la serie debería perderse, aunque aquellos que hayan llegado hasta él en busca del reto puedan quedar bastante hambrientos. Al menos para mí, ha sido el título del fontanero (contando 2D y 3D) que más rápido me he pasado. No es que no exista el desafío, pues cuenta con unos pocos niveles especiales un poco fuera del camino que pueden ponerte las cosas bastante interesantes, sino que la curva de dificultad es bastante más asequible de lo que nos tienen acostumbrados. También encontramos algún puzle interesante, pero sin demasiada complicación para su resolución.
Aquí no hay inventos como «la Superguía» que puso de moda Nintendo hace años, pero bien cierto es que hay muchas otras ayudas que podrías rechazar para ponerte a ti mismo las cosas más complicadas, aunque no existe la obligación para que lo hagas. Por ejemplo, se trata del título en el que más acompañado te vas a encontrar, dado que, si tienes el modo online activo, vas a ver en todo momento jugadores del mundo entero ayudándote cada vez que mueras, pudiendo recuperarte de tu forma fantasmal al tocarlos a ellos, o a los (coleccionables) paneles que el jugador puede repartir por el mundo a su antojo, ya sea para salvar a otros jugadores o para dar pistas (cosa que puede recordar un poco al uso de Miiverse de anteriores juegos).
No creo que hacer un juego fácil de superar (que no digo fácil de completar al 100%) sea un punto negativo. Hay jugadores que no disponen de la paciencia o tiempo suficiente para superar un juego de dificultad compleja, y luego está que la habilidad de cada jugador puede ser muy variada. Insisto en el sentido de que, si bien por lo general superar Super Mario Bros. Wonder puede convertirse en un muy agradable paseo, también encontrarás algunos retos desviándote del camino principal. No muchos, pero los hay.
Un multijugador que no termina de cuajar
El multijugador se aprecia, como algo que no está bien resuelto del todo. Aunque jugando encuentras la explicación de que sea así, por supuesto. Por ejemplo, si juegas en modo local, hasta cuatro participantes pueden jugar de forma simultánea, escogiendo entre los doce personajes disponibles: Mario, Luigi, Peach, Daisy, los Toad amarillo y azul, Toadette, los Yoshi verde, rojo, amarillo y celeste, y, por último, Caco Gazapo.
Es algo bueno que el manejo entre todos no cambie, pues así te decidirás simplemente por tu personaje favorito, exceptuando el caso entre los Yoshi y Caco Gazapo, que no reciben daño de enemigos ni pueden usar ítems. Y pese a que puedes montar a lomos de un jugador que maneje a Yoshi, con la ayuda que supone esto, se siente que en este modo se ha perdido «algo» con respecto a la serie New Super Mario Bros., donde podías interactuar con otros jugadores, agarrándolos por ejemplo. El jugador que lleva la corona, es el que manda, y puede dejar sin querer atrás al resto, incluso acabar con sus vidas si no los espera. Sus compañeros también pueden ayudarle cogiendo objetos difíciles de alcanzar, muriendo por el camino pero regresando antes de que pierda una vida. La verdad es que jugar en este modo pone las cosas más fáciles de la cuenta.
¡Eh! Pero también tiene multijugador online! Puedes reunirte con amigos para jugar con ellos, cada uno desde su casa… aunque cada uno también irá por su lado. Es decir, a diferencia del multijugador local, donde puedes dejarlos atrás, aquí cada jugador maneja su propia pantalla y no tiene por qué esperar a otro, ni puede interactuar, más allá de poder salvarlo cuando está en modo fantasma, o bien regalarle uno de sus objetos en reserva, cosa que puedes hacer también con desconocidos. Sinceramente, espero que Nintendo logre en un futuro mejorar la experiencia de jugar a un multijugador de un «Super Mario Bros. 2D».
¿Objetos limitados?
El número de objetos que otorgan poderes escogidos para esta ocasión me ha parecido un escaso… a priori. Es decir, contamos con los míticos Super Champiñón y Flor de Fuego, y sumamos la Flor Burbuja (mi ítem menos favorito), el interesante (pero quizás desaprovechado, y que me encantaría ver en Super Mario Maker) Champitaladro y la muy muy muy muy muy socorrida Elefanzana que nos transforma en la vertiente elefante de los héroes del Reino Flor. Lo cierto es que no sientes que debas escoger obligatoriamente un objeto u otro para completar un nivel, casi todos son igual de buenos pero, como puedes ver, su número es algo más reducido que en anteriores juegos.
Esto es debido a que la Flor Maravilla, de por sí, puede transformarte en lo más inesperado que imagines, pero también porque existen insignias que pueden cambiar por completo la jugabilidad de un nivel. Es decir, comenzamos con una enorme gorra que nos sirve para planear, para luego poder conseguir otras insignias que podrían ajustarse más a tu forma de jugar o incorporar interesantes mecánicas de juego… aunque he de decir que algunas son bastante olvidables, otras están para rellenar y, por lo general, tampoco he sentido que sea una mecánica clave; OJO, sí interesante, pero no clave ni que se sienta imprescindible.
La extensión de los dominios del Reino Flor
La estructura del Reino Flor en un principio se antoja bastante grande, pero no todos los mundos tienen la misma extensión, o incluso «jefes finales». De esto creedme que me gustaría hablar más, pero para no chafar sorpresas diré que me he sentido algo decepcionado. ¿Qué decir? El problema está en la variedad y en la importancia para mí de tanto enfrentamientos intermedios, como los finales. No os revelaré quién hace de jefe, pero diré que, en este sentido, diría que parece que Nintendo haya gastado toda su imaginación en cómo la Flor Maravilla pone patas arriba cada mundo, descuidando casi por completo los enfrentamientos finales. Y con esto os diré que este ha sido el primer Super Mario que me paso su jefe final a la primera y sin problema alguno.
Super Mario Bros. Wonder, otra maravillosa reinvención de fórmula de la serie
No es que Nintendo lance un Super Mario tras de otro repitiendo fórmula, sino que siempre trata de reinventar las mecánicas de su juego, creando algo diferente por el camino. Es decir, diría que es equívoco decir que este juego reinventa la serie, pues es lo que lleva haciendo la gran N desde su concepción.
Para mí, no es el mejor juego de la vertiente 2D de la franquicia, pero sí el mejor indiscutible en una diversidad de apartados, como el gráfico y el sonoro (ojo, en lo que respecta a sonidos FX), algo que no solo se consigue por el simple avance del tiempo y la tecnología, sino por el mimo que sus creadores han puesto en él. En cambio, en conjunto, si bien Super Mario Bros. Wonder ha logrado maravillarme en muchas ocasiones, convirtiéndose en un inesperado viaje del que puedo decir que agradezco cada instante, hay cuestiones en ese conjunto que no hacen ver que se trate del «Super Mario Bros. perfecto».
Al principio de este análisis mencioné mis juegos favoritos de la serie, títulos que incluso a día de hoy me parecen perfectos y redondos, aunque quizás no tan accesibles para que sean disfrutados por cualquier tipo de jugador. Y es que muy posiblemente le ofrecerás jugar Super Mario Bros. 3 a un jugador que no disfrutará de él, pero que, en cambio, podría hacerlo, y mucho, con Super Mario Bros. Wonder. De hecho, estoy seguro de que se convertirá en el videojuego favorito para muchos. Es sin duda, ¡el título de la serie más todoterreno (o todojugador)!
Hemos analizando Super Mario Bros. Wonder en su versión 1.0.0 gracias a un código de descarga proporcionado por Nintendo
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