Ya ha pasado un tiempo desde que todo el mundo comenzó a darse cuenta de que la industria de los videojuegos es, a día de hoy, la más lucrativa y la que más dinero mueve en lo que respecta a entretenimiento. El gaming pegó un pasón por la derecha a la música y al cine, y se convirtió, por tanto, en el nuevo foco de empresarios y fondos de inversión que buscan llevarse un trozo del pastel y obtener beneficio económico. Y en ésas continúa Arabia Saudí, que poco a poco se va haciendo con más acciones de Nintendo, acercándose ya a un porcentaje que es sinónimo de récord.
Arabia Saudí sigue dejándose los petrodólares en Nintendo
No ha pasado un mes desde que Arabia Saudí hizo su segunda compra en la gran N, elevando sus acciones del 5%, lo adquirido en su primera compra, al 6%, y ya tenemos una nueva cifra: el Fondo de Inversión Público de Arabia Saudí ha vuelto a hacer una compra de acciones de la compañía nipona, ascendiendo ahora su porcentaje al 8,3%, y convirtiéndose así en el máximo accionista foráneo, superando incluso al Fondo de Inversión de Pensiones del Gobierno de Japón, y quedando sólo por detrás de la propia Nintendo, según los datos proporcionados por Bloomberg.
La estrategia de Arabia Saudí ya es conocida: el país árabe tiene un proyecto a largo plazo para lograr que su economía deje de depender del petróleo, con metas fijadas para 2030 como construir relaciones económicas estratégicas y atraer tecnología punta a su nación, como energías renovables, análisis big data y entretenimiento. Otras compañías con participación de este fondo son Capcom, Activision Blizzard, Electronic Arts, Take Two y Koei Tecmo. Dicho de otro modo: Nintendo no es un caso aislado, es parte de un gran plan por parte de los saudíes.
El analista Kenji Fukuyama afirma que «es complicado apostar contra el PIF debido a su tamaño en el mercado», y el consultor Serkan Toto considera que no sería sorprendente ver al fondo saudí aumentando su porcentaje de acciones en un futuro no muy lejano. En lo que respecta a los protagonistas de la operación, ni la gran N ni el país de Oriente Próximo han hecho declaraciones.