Dice el dicho que las comparaciones son odiosas. Y, desde luego, en muchas ocasiones lo son. Pero, bien utilizadas y bien entendidas, son una forma magnífica de poner algo en contexto y ayudarnos a hacernos una idea de lo que nos espera con algo. En videojuegos, las comparaciones son constantes, especialmente entre los jugadores, que referencian a sus títulos favoritos para situar a otros en un género o en un rango de expectativas. Ya sea haciendo referencia a una única IP, o a varias, como en el caso que nos ocupa hoy. Se trata de Gal Guardians: Demon Purge (ACTUALIZADO 9/03/23: anteriormente conocido como Grim Guardians).
Inti Creates, el estudio encargado de títulos como Azure Striker o Gal Gun, entre otros, presentó su nueva IP dejando ver desde el primer tráiler que, en esta ocasión, las comparaciones se quedaban en casa. Gal Guardians: Demon Purge venía a ser, en lo aparente, una comunión entre otras dos de las grandes sagas del estudio japonés: Mega Man y Bloodstained. Llega a Nintendo Switch este 23 de febrero, y en NextN ya hemos tenido la ocasión de comprobar hasta qué extremo llega este curioso maridaje entre acción de disparos y ambientación demoníaca del más puro estilo vania. ¿Cuál ha sido el resultado? Acompáñanos a comprobarlo.
Alguien está jugando con la realidad
Todo transcurre como una mañana normal y corriente para las dos hermanas Kamizono, Shinobu y Maya, colegialas cazadoras de demonios, hasta que llegan a la puerta de su instituto y ven que, en su lugar, se alza un castillo de aspecto demoníaco. Lejos de achantarse ante la situación, se adentran en la edificación y no tardan en descubrir a la culpable del desaguisado. Se trata de la diablesa Kurona, una vieja enemiga, que se ha dedicado a experimentar con las fuerzas del mal para fastidiar a las hermanas. Si quieren que el instituto, y las personas que había en él, vuelvan a la normalidad, no les queda más remedio que llegar a la parte alta del castillo y derrotar a la traviesa Kurona.
Así comienza la historia de Gal Guardians: Demon Purge, un título en el que no tenemos a una protagonista, sino a dos. Podemos controlar a ambas hermanas, alternando una con otra a placer, o incorporar a una persona más a la partida, de modo que cada uno controle a una de las hermanas. Este detalle no es algo trivial, ya que la diferencia entre las aptitudes de las dos chicas es el pilar maestro de la jugabilidad. Cada una tiene sus propias habilidades y su propio arsenal, lo cual dota al avance y al combate de un dinamismo único. Vamos con ello.
Shinobu y Maya, dos hermanas muy especiales
Comencemos por Shinobu, la mayor. Si hay algo de Mega Man en Gal Guardians: Demon Purge, es sin duda ella. La especialidad de Shinobu es el ataque a distancia con pistola, aunque en el transcurso de la partida adquiere otro tipo de armas secundarias, como lanzas o puñales. Dispara en ráfaga y, cuando su munición se acaba, debemos detener nuestro ataque durante unos momentos para recargarla al completo. Sus habilidades son perfectas para el combate contra enemigos que suponen un peligro en las distancias demasiado cortas, y tiene una barra de vida bastante generosa. Además, lidera un potente ataque combinado que incluso deshace el cambio dimensional durante un breve instante.
La hermana pequeña, Maya, se parece bastante poco a ella. Maya ataca cuerpo a cuerpo, con espada y shurikens de corto alcance. Sus ataques son más potentes, pero tiene menos vida. Por lo tanto, es idónea para enemigos a los que conviene golpear rápido y fuerte para quitárnoslos de encima enseguida. Compensa su poca vida con su fuerza, pero también con un arsenal secundario que vamos desbloqueando, como un paraguas, origami protector o un pingüino capaz de congelar a los enemigos. Además, puede colarse por lugares estrechos, en los que su hermana mayor no cabe. En definitiva, dos estilos de lucha completamente distintos, y que se complementan a la perfección, logrando un equilibrio ideal en el combate, y que también es importante en la exploración.
Gal Guardians: Demon Purge, dos vidas en vez de una
La peculiaridad de jugar con Shinobu y Maya a la vez, no obstante, no se queda en la alternancia de estilos y de aptitudes. Cada hermana tiene su propia barra de vida, y si una de las hermanas muere, la otra tiene aún la ocasión de alcanzar la posición de la otra para reanimarla. Dicho de otro modo: para que muramos del todo, no basta con que una de las hermanas caiga, sino que deben de hacerlo las dos. Una decisión que, una vez más, parece nimia, pero no lo es. Menos aún, en los combates contra jefes, en los que es bastante común perder el conocimiento una y otra vez, y en los que la mecánica de reanimación nos salva la vida, literalmente.
Que este factor sea relevante o no depende en gran parte del modo de juego. Si escogemos jugar en modo Casual, las vidas son infinitas, algo a agradecer en un título cuyos combates pueden llegar a ser realmente exigentes, incluso prohibitivos, si no conseguimos pillarle rápido el punto a cada hermana. Pero, incluso con vidas infinitas, Gal Guardians: Demon Purge premia a los que no se dejan morir del todo. En un combate contra jefes, cuando una hermana cae, la otra no regresa a la habitación con el jefe totalmente renovado, sino que ya ha perdido algo de vida. Si morimos del todo, en cambio, el combate se reinicia con todas las de la ley.
Mucha violencia, y también algo de exploración
Hasta ahora, hemos hablado principalmente del combate de Gal Guardians: Demon Purge, y es que éste es su aspecto más destacado y brillante. Se combinan mecánicas propias de Mega Man con otras muy del estilo de los plataformas metroidvania. En la exploración, en cambio, los aficionados a este último género podrían salir ligeramente decepcionados de la experiencia. Hay exploración, pero ésta es un factor que queda muy relegado, renunciando a aprovechar un potencial que está ahí, y que podría haber alcanzado cotas mucho más altas.
Los caminos a seguir en el castillo de Kurona no son lineales, pero se sienten como tales. Tenemos bifurcaciones ocasionales, objetos ocultos, compañeras de instituto a rescatar aquí y allá, pero la libertad de movimiento es más bien escasa. En ocasiones, no podemos volver atrás, y nos vemos obligados a seguir siempre hacia adelante, incluso sabiendo que nos hemos dejado algo atrás. La exploración es tan secundaria en este título que ni siquiera te da nunca la opción de consultar un mapa. Te lo muestra al entrar en una zona, y nada más. Considera que no lo necesitas. Y, teniendo en cuenta sus objetivos, es cierto. El avance es muy intuitivo y contamos con la ayuda de una brújula para encontrar el camino hasta el jefe. Pero eso es todo. Y, en ese aspecto, sabe a poco.
Una narrativa que se quiebra en su ecuador, y que peca de anacrónica
La historia de Gal Guardians: Demon Purge comienza de forma bastante prometedora. La primera mitad del juego es una sucesión de hallazgos interesantes, giros de guión, encuentros con personajes significativos, desbloqueo de objetos que permiten visitar nuevos caminos… Todo fluye de manera bastante satisfactoria.
—–Spoilers ligeros aquí—–
Durante un momento, da la impresión de que el juego va a ser bastante corto, a durar en torno a las 3 horas, pero no se hace corto para nada. Sin embargo, sucede algo que prolonga el juego de forma que se siente artificial, y aquí es donde aparecen los grandes problemas. Lo que podría ser una propuesta muy dinámica e interesante cae en lo repetitivo y nos obliga a rehacer, casi paso por paso, todo lo que ya habíamos hecho anteriormente… Y añadirle un giro narrativo que bordea la línea que separa lo cómico de lo innecesariamente pervertido. Finalmente, el título se va a las 6 horas aproximadamente, pero en ese tramo, y a pesar de un combate final realmente digno y divertido, cuesta mantener el interés, ya que el recorrido es prácticamente el mismo que durante la primera mitad del juego, si no idéntico.
—–Fin de los spoilers—–
El diseño de Gal Guardians: Demon Purge, infernalmente bonito
Si hay un aspecto en el que Gal Guardians: Demon Purge puede presumir de asemejarse a los metroidvania, ése es, por encima de cualquier otro, el artístico. Los pixel art de personajes y escenarios recuerdan irremediablemente a los grandes Castlevania en 2D, tanto en el formato del mapa como en las decoraciones, e incluso en los aspectos y patrones de ataque de la gran mayoría de los enemigos. A pesar de parecerse tanto, logra construir su propia personalidad y su propio espíritu, haciendo de éste un título de los que gusta jugar especialmente en modo portátil, aunque también se ve de maravilla en el modo sobremesa.
El trabajo de sonido y el rendimiento técnico también cumplen de sobra. La fluidez en movimientos y controles es notable, y cimenta a la perfección ese sistema de combate que consigue que el jugador se mantenga enganchado a los mandos. En cuanto a la banda sonora, si bien no tiene composiciones especialmente destacadas, no las necesita, porque lo que le dota de personalidad son los efectos y el doblaje. Las hermanas Kamizono son muy parlanchinas, y tienen mucha actividad sonora, más allá de las cinemáticas de la historia principal. Alternar entre ellas, lanzar ataques normales o secundarios, todo tiene su línea de voz, y ambienta la acción de forma ideal.
Gal Guardians: Demon Purge – Nintendo Switch. Acción excelente, exploración mejorable
La sensación que queda tras finalizar nuestro recorrido en Gal Guardians: Demon Purge es agridulce. Visto desde un prisma objetivo, es un título perfecto si venimos buscando una propuesta que se fundamente en la acción y en combates exigentes pero justos. En ese sentido, y volviendo a las odiosas comparaciones, se acerca mucho a una de las IP en las que parece inspirarse: Mega Man. En la estética y la ambientación, hace honores a la tradición vampírica que inauguró Castlevania y continuó Bloodstained. Sin embargo, en la narrativa y la exploración, muestra un potencial que no llega a aprovechar. A pesar de ello, estamos ante una IP prometedora que, si dedica más atención a los aspectos que deja de lado en esta ocasión, puede volverse una referencia fundamental en su género en entregas futuras.
Hemos analizado Gal Guardians: Demon Purge gracias a un código digital proporcionado por PQube/Inti Creates. Versión analizada: 1.0.0
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