Elderand

Análisis Elderand – Nintendo Switch. En busca de la gloria perdida más allá de la oscuridad

¿Bienvenidos a EldeRING?

Fecha de lanzamiento
16 febrero, 2023
NÚMERO DE JUGADORES
1
TAMAÑO DE LA DESCARGA
3085,00 MB
IDIOMAS
Español, inglés, alemán, etc.
Nuestra puntuación
70

Probablemente el inicio de este análisis resulte prototípico e incluso reiterativo. No obstante, no por ello viene a ser menos cierto. Y es que el género metroidvania, casi siempre sazonado con un excelente pixel art, ha logrado encontrar un lugar de honor entre el excelso catálogo de la híbrida de los de Kioto. Y ello es lo que debieron pensar en Mantra y Sinergia Games a la hora de incluirla entre las plataformas de lanzamiento de su último título. No hablamos de otro que de Elderand. Un metroidvania de corte pixelado y ambientación oscura que llega a España, de la mano de Graffiti Games, dispuesto a demostrar que aún hay margen de sorpresa en el género que aquí nos ocupa. Otra cosa será descubrir si finalmente lo ha logrado. Por lo pronto, y como viene siendo habitual en la redacción de NextN, os invitamos a echar un vistazo a nuestro análisis de su versión para Nintendo Switch para conocer nuestra opinión al respecto.

 

 

Explorando un mundo gris

El comienzo de Elderand podría ser el típico de cualquier título del género que aquí nos ocupa. No obstante, aquí la particularidad radica en que, como leeréis más adelante, va más allá de lo narrativo para presentarnos un marcado tono lovecraftiano. No en vano, el principal protagonista aquí no somos nosotros, sino un mundo oscuro, maligno y extraño que se presenta ante nosotros como un a suerte de enemigo que solo piensa en matarnos. ¿Nuestra misión? Descubrir sus secretos, hacernos con el mayor número de tesoros posibles y sobrevivir a los designios de una retorcida secta. Tampoco esperéis ningún tipo de alarde narrativo. Ni falta que hace. No obstante, si que es cierto que dicho hilo narrativo, aunque simplista y tenue, sirve para ponernos en antecedentes y contextualizar todo lo que va a apareciendo ante nuestros incrédulos ojos.

 

Énfasis en el combate

Elderand, y su propuesta jugable, es honesta con su cometido y lo que pretende mostrarnos. Homenajear a los clásicos de acción y plataformas en general y al género metroidvania/soul en particular. Y esto es así por diversos motivos. ¿El primero? sus batallas. Que nadie olvide que nos encontramos con un título en 2D de desplazamiento lateral que hace especial énfasis en el combate como uno de sus principales pilares jugables. Y esto queda claro desde el minuto siguiente a crear nuestro personaje (no esperéis un gran editor) y pasar una suerte de mini tutorial.

 

 

Nuestro personaje puede saltar, cubrirse (si contamos con escudo), atacar y utilizar una suerte de dash defensivo que marca el timing del juego. Sin lugar a dudas, y más allá de inspirarse en sagas como Castlevania, el toque soul está presente en todo momento. No en vano, aunque repetitivos, debemos aprendernos los patrones de hasta el enemigo más insignificante si queremos salir airosos. Por otro lado, contamos con varios ataques especiales e incluso armas secundarias. Por si fuera poco, también hemos ido desbloqueando diversas habilidades que nos han permitido acceder a zonas antes imposibles. Efectivamente, en Elderand no os vais a quedar sin backtracking. Para finalizar este apartado, la respuesta a los controles es bastante fluida y, más allá de las pegas técnicas que comentaremos más adelante, el sistema de control se deja disfrutar.

 

Un arsenal de armas a nuestra disposición

Y de nada serviría todo lo anterior si no contáramos con un buen armamento. Por fortuna, Elderand cuenta con un impresionante arsenal de armas a nuestra disposición. Hachas, espadas, escudos, dagas, arcos e incluso bastones mágicos. Y, ojo a esto, cada una de ellas cuenta con ataques bien diferenciados y, lo que resulta aún más importante, estadísticas propias que pueden ser mejoradas gracias a un sistema de creación.

 

 

Por fortuna, en todo momento podemos escoger las armas que más se adecuan a nuestro estilo de juego. Y es que, ahondando en su correcta, aunque limitada, vertiente RPG, se nos permiten varias combinaciones de armas para poder intercambiarlas con tan solo presionar un botón. Algo muy útil y que fomenta el dinamismo y la capacidad de adaptación del título de Mantra y Sinergia Games.

 

Enemigos y jefes

Como os podéis imaginar, semejante surtido de armas, solo puede querer decir una cosas, vamos a tener que pelear a base de bien. El juego que aquí nos ocupa cuenta con más de 60 enemigos diferentes y una decena de jefes. Y, más allá de su tamaño o tipo, hasta el más insignificante puede hacernos morder el polvo. Algo que hace que nos encontremos ante un reto. Puede que no de los más exigentes a los que he tenido el placer de jugar, pero, a fin de cuentas, un reto.

 

 

Eso sí, la IA de los enemigos comunes nos ha llevado a adoptar casi siempre la misma estrategia en los enfrentamientos: esquivar y atacar. Mención especial merecen los jefes. Es cierto que algunos enemigos comunes han supuesto mayor desafío que determinados jefes. No obstante, su gran tamaño, espectacular diseño y variedad de patrones que memorizar, hacen que cada enfrentamiento sea una verdadera delicia.

 

Toque RPG

Que nadie piense que la gestión de armas o las habilidades especiales son el único componente RPG de Elderand. Ni muchísimo menos. En primer lugar, nuestro personaje va subiendo de nivel. Pudiendo ir mejorando los diferentes atributos existentes a nuestro antojo (algo totalmente reseteable llegado el caso) en función del personaje que pretendemos crear. Más enfocado al ataque cuerpo a cuerpo, armas a distancia, magia, etc… Por otro lado, también se nos permite ir mejorando las armas o, como comentaremos más abajo, comprar equipamiento con el que mejorar nuestras estadísticas.  Eso sí, las posibilidades, una vez más, se antojan escasas.

 

 

Explorando un metroidvania clásico

Pero no todo pasa por repartir estopa en Elderand. No en vano, el juego, y sus 7 áreas, también cuentan con un importante componente exploratorio con alma de metroidvania. Contamos con un mapa para guiarnos y escudriñar cada rincón de este oscuro y lovecraftiano mundo. Múltiples tesoros y reliquias que descubrir, mejoras e incluso habilidades con las que sacar partido al backtracking. Eso sí, más allá del gancho o del doble salto, el surtido de habilidades disponibles se antoja muy corto. Todo ello sin olvidarnos de que aquí el dinero conseguido puede ser canjeado por pociones, equipamiento con el que ganar atributos, armaduras y un buen surtido de armas. ¿Dónde? En el puesto ambulante de un señor con nombre de mercader y viajero veneciano. Atentos al regateo.

 

El juego cuenta, y seguimos profundizando en su vertiente metroidvania, con zonas (señalizadas con el cartel de una hoguera) en las que guardar partida o viajar de un punto a otro. Algo de agradecer tras conseguir un valioso botín o derrotar algún enemigo duro de roer. Eso sí, la distribución de dichos puntos en ocasiones resulta caprichosa. Haciendo que de un punto a otro diste un excesivo trecho. Por suerte, no se trata de algo que ocurra habitualmente.

 

 

Una experiencia tan equilibrada como fugaz

Como ya hemos comentado unas líneas más atrás, los toques soul son más que evidentes en Elderand. No obstante, a diferencia de lo vivido en otros títulos, aquí la experiencia resulta algo más accesible y equilibrada. Vais a morir, tenedlo claro. No obstante, tampoco nos encontramos ante un nuevo Dark Souls. Por desgracia, en términos de durabilidad el título que aquí nos ocupa se aleja sustancialmente de lo visto habitualmente en el género metroidvania. No en vano, el juego puede ser completado perfectamente en 4 o 5 horas. Para compensar, y más allá del backtracking, el mapeado cuenta con diversos secretos (final oculto con guiño a cierta saga de cazavampiros incluido), sacrificios opcionales y cartas perdidas de los pobres incautos que precedieron nuestros pasos. Algo, esto último, que nos ha ayudado a comprender el lore del juego. No en vano, gran parte de la historia del juego se cuenta a partir de dichos manuscritos o de las inscripciones que nos vamos encontrando durante la aventura.

 

Un excelente apartado artístico

Y si el combate, la exploración o los toques RPG son pilares fundamentales de Elderand, su apartado artístico no se queda atrás. Nos encontramos ante una verdadera oda a clásicos del género metroidvania como Castlevania: Symphony of the Night, Blasphemous, Salt And Sanctuary, Death’s Gambit, Dead Cells e incluso la saga Dark Souls. Pero que también bebe de la tradición y el folclore lovecraftiano, más arraigado en la cultura popular, para mostrarnos su amplio repertorio de monstruos, abominaciones de la «naturaleza» e instantes de violencia totalmente gratuita. Todo un compendio gráfico que destaca por un excelente, y gótico, pixel art en el que cada detalle ha sido diseñado a mano, pincelada a pincelada. Para rematar, la gran variedad de escenarios a nuestra disposición, que van desde una catedral hasta un bosque, pasando por el mismísimo infierno, hacen que la inmersión sea casi total.

 

Elderand

 

Por su parte, el apartado sonoro termina de dar forma a un ámbito, como el artístico, casi redondo. Todo ello gracias al gran trabajo de Michiru Yamane con temas realmente espectaculares con acordes góticos, alma orquestal e incluso toques más roqueros. Eso sí, nos habría gustado disfrutar de un surtido algo más amplio de pistas, efectos sonoros o incluso voces.

 

Regular en lo técnico

Conviene puntualizar que, más allá del destacable apartado artístico, Elderand cuenta con diversos problemas técnicos que logran empañar el resultado final de la experiencia. En primer lugar, las ralentizaciones rascadas aleatorias hacen que en no pocos momentos acabemos a merced de nuestros enemigos. Por otro lado, hemos sufridos varios cuelgues en los que el juego ha quedado totalmente congelado. Viéndonos abocados a tener que reiniciar el juego. El apartado sonoro, tampoco se libra de los lastres técnicos. No en vano, también hemos sufrido momentos en los que el sonido se escucha totalmente distorsionado y roto. Dada su estridencia, se ha tratado de instantes realmente desagradables. Sobre todo con los cascos puestos. Sin lugar a dudas, esperamos que todos estos inconvenientes sean solventados en futuros parches.

 

Elderand – Un gran, aunque limitado, homenaje al género soulvania

Elderand se nos presenta como un sólido metroidvania que destaca por su excelente, oscuro y lovecraftiano, apartado artístico. Y es que su cuidado pixel art, con un gran diseño de niveles y enemigos, y su majestuosa banda sonora nos han logrado enganchar de principio a fin. Jugablemente hablando la cosa cambia. No en vano, aunque su núcleo mecánico se siente realmente sólido, anda, y hablamos del apartado exploratorio, escaso de contenido. Pudiendo ser completado en poco más de 4 horas. Por otro lado, los problemas técnicos terminan de empañar un producto que, aunque más que correcto, podría haber dado muchísimo más de sí. Dicho todo lo anterior, Elderand es una carta de amor al género soulvania que ningún amante de semejante mezcla debe perderse.

 

Elderand

Hemos analizado Elderand gracias a un código digital cedido por Graffiti Games. Versión analizada: 1.2.1.1.

Elderand
Un pequeño gran soulvania
Elderand se nos presenta como una más que correcta mini-oda lovecraftiana al género metroidvania y soul que logra destacar en lo artístico, pero que se queda algo corto en lo jugable y técnico.
PROS
Excelente apartado artístico en donde destaca su ambientación lovecraftiana, un más que cuidado pixel art y su BSO
Sus combates, y jefes, brillan a buen nivel
Un metroidvania sólido en lo jugable...
CONTRAS
... que se queda corto en lo que a contenido se refiere
Peca de falta de ambición
Varios problemas técnicos
70