La figura de Yoko Taro es bastante peculiar. Y no lo digo por lo de llevar una máscara en la cabeza de uno de los personajes del primer NieR. Lo digo porque dentro de Square Enix su trayectoria es digna de estudiar. Hasta NieR: Automata ninguno de sus títulos vendió especialmente bien, (con mucho reconocimiento de parte de los fans, eso sí) pero fue llegar 2B y 9S y catapultarlo al estrellato. Desde entonces se ha convertido en una de las cabezas (no) visibles de Square Enix hasta el punto de que hace poco anunció su nueva saga: Voice of Cards. Y aunque solo haga un año del anuncio de la primera entrega, con Voice of Cards: The Beast of Burden ya son tres los juegos publicados de esta saga de JRPGs representados en cartas. Ante esta situación la pregunta es evidente: ¿aguanta bien el ritmo esta saga?
La venganza y el cielo estrellado
Puede parecer que en la actualidad vivimos en un mercado que poco a poco se va saturando de juegos de cartas, pero la realidad es que no son tantos los juegos DE cartas y si son bastante los juegos CON cartas. Esta diferenciación es básica a la hora de enfrentarse a Voice of Cards: The Beast of Burden, pues está en las antípodas de ser un JRPG con el sistema de combate de juegos como Slay the Spire, perteneciendo al segundo grupo de los dos anteriores. Es más, aquí las cartas son una simple herramienta visual para representar todos los elementos de su mundo. El objetivo de las pequeñas piezas de cartón es el de simular que estamos jugando a un juego de tablero, dando fisicalidad con la ayuda de las cartas, los dados y demás elementos. Elementos como que las cartas reflejen la luz en los detalles dorados en función de como les dé la luz que ilumina la mesa, se rompan, se arruguen o mojen en función de lo que les ocurra durante la historia, o que los cálculos de posibilidades y daños se hagan con tiradas de dados de verdad.
La sensación es la misma que la que daba The Forsaken Maiden con respecto a The Isle Dragon Roars: The Beast of Burden se siente como si se tratase de una expansión de un juego de mesa. Las reglas son las mismas, hay cartas que se reutilizan del «juego base», hay algunas modificadas y las hay nuevas. Pero incluso las que ya son conocidas adquieren una importancia distinta en esta campaña gracias a la nueva Game Master. Por primera vez en la franquicia contamos con una mujer a cargo de narrar la historia y mover los hilos entre bambalinas. Pero este cambio no es solo por diferenciarse de los dos anteriores juegos al introducir una voz femenina. A diferencia de sus compañeros de las anteriores entregas, esta narradora es mucho más calmada en su tono de voz, pero le tiembla poco la voz a la hora de ser cruel y narrar sucesos macabros. Cada uno de los tres Game Masters se sienten distintas personas, con sus propias formas de narrar, interpretar y utilizar los recursos a su disposición. Una vez más volvemos a lo de que se sienta como un juego de rol de tablero, donde con las mismas herramientas dos personas distintas pueden dar una experiencia completamente diferente. Todo esto en su conjunto consigue meterte dentro del juego e imaginarte vívidamente todo lo que ocurre en la historia, a pesar de que delante de ti lo que ves son representaciones de personajes dibujados en trozos de cartón virtuales.
The Isle Dragon Roars era una aventura épica de salvar el mundo derrotando a una bestia legendaria. The Forsaken Maiden era la historia de como es posible superar el destino si tienes el apoyo necesario de tus amigos. Dos tópicos muy manidos en el género, pero a los que los Game Masters se encargan de darle giritos constantemente para crear algo nuevo y que sorprende en varios momentos de la historia rompiendo con las expectativas. Por su parte, The Beast of Burden coge el tropo de la chica que quiere venganza contra los monstruos que arrasaron la aldea subterránea donde vivía. A partir de ahí el guion se esfuerza en retorcer esta premisa y convertirla en otra cosa con un mensaje que, aunque predecible, es muy importante ser siempre consciente de ello.
Esta nueva campaña del juego de cartas Voice of Cards cambia las reglas
¿Qué sería de una expansión de un juego de mesa sin añadir nuevas características para que se sintiese algo nuevo pero conocido? Voice of Cards: The Beast of Burden cambia bastante las reglas del juego, logrando precisamente eso, que existan novedades en su sistema de combate. Si la segunda entrega jugaba con las constantes entradas y salidas de personajes en el equipo para diferenciarse de la primera entrega, esta entrega juega con la posibilidad de Al-Sirah, la protagonista, tiene la habilidad de capturar en cartas a los monstruos que derrotemos para que luchen a nuestro lado. Pero lejos de convertir esto en un juego tipo Pokémon, lo que harán estos monstruos es darnos distintas habilidades.
Al sustituir el tradicional proceso de aprendizaje de habilidades por nivel por este nuevo, se consigue una mayor personalización y estrategia a la hora de construir a los personajes, pudiendo asignarles el rol que nosotros creamos en función de las habilidades de los monstruos que les otorguemos. Además, cada carta de monstruo tiene cinco niveles de rareza que logran que, dentro del mismo tipo de monstruo, las cartas más raras tengan más posibilidades de aplicar los efectos adicionales o a hacer más daño al hacer más favorables los requisitos para el jugador en las tiradas de dados. Este pequeño detalle consigue que las habilidades vayan mejorando a lo largo de la historia, al contrario de lo que pasaba en anteriores entregas, donde estaban al máximo de su poder desde el principio, habiendo algunas que ya fuese por poder o por unos requisitos bajos para meter estados alterados estaban bastante desbalanceadas desde un principio.
En cuanto al equipo creativo, decir que vuelven los habituales de la franquicia con Yoko Taro (sagas NieR, Drakengard) y con Yosuke Saito (NieR, Dragon Quest) a cargo de la producción, el arte de Kimihiko Fujisaka (sagas NieR, Drakengard) y Keiichi Okabe (sagas NieR, Tekken), quien prueba estilos diferente, a los que nos tiene acostumbrados en un par de piezas, aunque por desgracia debido a que es un juego más comedido y a que al tener una narradora todo el rato hablando a la que no puede pisar la música, no puede explayarse tanto como en otros juegos.
Por desgracia, todas estas novedades pueden parecer pocas para los jugadores que este sea su tercer Voice of Cards. El haber sacado tres títulos en menos de un año confirma, por un lado, que con esta saga la idea de Square Enix y el equipo de Yoko Taro es sacar constantemente historias cortas, aprovechando lo bien pensado que está el esqueleto del juego de mesa, reduciendo considerablemente los costes de producción, que ya de por sí no deben de ser muy altos. Pero, por otro lado, genera una sensación de agotamiento de la fórmula mucho más rápido de lo normal, sobre todo porque los defectos de los anteriores Voice of Cards continúan aquí. En efecto, volvemos a estar ante un juego cuya parte más llamativa es la historia y el apartado visual frente a las mecánicas, pero que se empeña constantemente en lanzarnos un combate tras otro en el mapa y las mazmorras. Esto es especialmente ridículo en el tercer acto del juego, donde es imposible dar tres pasos sin que salte un combate y en el final donde hay varios combates encadenados contra jefes finales. Además, vuelve a ocurrir esa cosa tan extraña y característica de los juegos de Square Enix donde la traducción y localización al castellano y las voces en inglés rara vez coinciden en las formas, aunque digan lo mismo. Es algo que se viene observando los últimos años con juegos de la compañía japonesa y puede resultar bastante raro
Voice of Cards: The Beast of Burden – No hay dos sin tres
Por mucho que Voice of Cards: The Beast of Burden se esfuerce en diferenciarse con los cambios en el combate, la realidad es que peca de continuismo. Esto no es malo por sí mismo, sobre todo si eres un jugador nuevo, pero si ya has jugado a los anteriores puede terminar pasando factura. Quizás ahora que ya han sacado una trilogía es el momento de pararse un añito, sacar un recopilatorio en físico y pensar como volver con suficientes novedades como para sorprender a los fans. De no ser así, es bastante probable que no puedan suplir con una buena historia y personajes las virtudes que poco a poco se pueden ir tornando en carencias.
Hemos analizado Voice of Cards: The Forsaken Maiden gracias a un código digital cedido por Koch Media. Versión analizada: 1.0.1
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