Han pasado 4 años desde que se anunciase que los monstruos digitales iban a dar el salto al género de las novelas con Digimon Survive, un juego que finalmente podemos jugar en Nintendo Switch (pero también en PS4 y en PC, vía Steam). Así, este título desarrollado por HIDE y distribuido en nuestro territorio por Bandai Namco, nos trae hasta el mundo de los juegos muchos conceptos que hasta el momento solo habíamos visto en las series de animación. ¡Analizamos hoy por qué debemos perdernos y tratar de sobrevivir en este mundo hostil habitado por criaturas llamadas “Kemonogami”!
La supervivencia no está garantizada en el Mundo del Instinto
Creo necesario empezar este texto explicando qué es y qué no es Digimon Survive, sobre todo debido al “review bombing” que sufrió el juego en sus primeros días por parte de usuarios que tenían una idea totalmente distinta de lo que verdaderamente es. Tal y como se dijo en la promoción del juego, puedo reafirmar que estamos ante un título que es un 70 % novela visual y un 30 % RPG táctico, por lo que la mayoría del tiempo tendremos que leer texto para poder avanzar en la trama.
Dicho todo esto, empecemos a hablar de ese 70 % de novela visual, ya que la historia tiene mucho peso a lo largo de todo el juego. Podemos decir que Digimon Survive bebe mucho de la serie de animación original, Digimon Adventure, pero que al mismo tiempo es totalmente diferente. Si bien a lo largo de la aventura en el mundo de los Kemonogami son muchas las referencias a este primer anime (un campamento de verano, nieve cuando no debería ser posible, un santuario en el que se abre la puerta a otro mundo, etc.), ahora nos encontramos con una trama mucho más madura y con unos personajes con un gran desarrollo que afecta a la progresión de la aventura y a la relación que tienen con sus Kemonogami. Aunque bueno, la trama no es solo mucho más madura, sino también mucho más oscura, y es que no todos los personajes que forman parte del grupo principal llegan vivos para volver al Mundo Humano (y aquí quiero avisar, y es que algunas muertes son bastante impactantes, sobre todo para lo que estamos acostumbrados a ver en la franquicia).
De hecho, estos cambios ya los vemos precisamente en la forma en la que se refieren a sus compañeros monstruosos. ¿Habéis visto que en el texto solo he usado hasta ahora la palabra “Digimon” para hacer referencia al nombre del juego? Eso viene dado porque incluso aquí se apartan enormemente de la concepción de “monstruos digitales”, presentándonos a unos seres algo más similares a los Yokai, los espíritus propios del folklore japonés. Podemos decir que Agumon es el de siempre, pero a la vez totalmente distinto.
Para avanzar por el Mundo del Instinto (el universo en el que se desarrolla la trama, así que aquí también nos olvidamos del “Mundo Digital” como tal) tenemos que ir desplazándonos por decorados realizados en 3D en los que se nos ponen nuestros personajes en 2D. De esta manera, tenemos que ir forjando lazos con los compañeros de aventura, eligiendo las respuestas correctas en las conversaciones, para así subir nuestra afinidad, la cual es muy importante, ya que nos permite desbloquear nuevas evoluciones y también potenciar los ataques en las partes de combate (aunque este último punto lo desarrollaré con un poco más de profundidad más abajo, en el segmento del texto dedicado a las luchas). Pero eso no es todo, ya que también tenemos que prestar mucha atención al sistema de karma, puesto que, según las respuestas que demos en algunos momentos clave, tenemos acceso a una de las tres rutas principales del juego. Son dos sistemas de juego sencillos, pero que nos permiten meternos de lleno en la trama y con los personajes.
Sin embargo, no todo es positivo en lo que respecta a hablar con los personajes. Personalmente, debo decir que la interfaz por las que nos movemos en las fases de exploración (avance de la historia principal) y en las fases de tiempo libre (con movimientos limitados y avance de las tramas personales de los personajes) es algo lenta y en ocasiones sentimos que la trama principal se ve ralentizada, sobre todo en los primeros compases de la historia. No obstante, a medida que avanzamos, estas conversaciones van haciéndose más interesantes y vamos conociendo muchos más detalles, por lo que, al menos en mi caso, esta sensación de lentitud y de pesadez desapareció por completo.
Igualmente, hay que mencionar que precisamente la exploración en estos entornos no está muy desarrollada. Contamos con la cámara de nuestro móvil para descubrir secretos que no pueden verse a simple vista, pero la mayoría de las ocasiones en las que la usamos conseguimos algunos objetos, lo cual no motiva precisamente a explorar mucho, sobre todo si jugamos en dificultades bajas, en donde los objetos se hacen totalmente innecesarios. Sí que es verdad que también está la posibilidad de conseguir extractos de tres historias paralelas que nos ayudan a conocer todavía mejor este universo en el que viven los Kemonogami, pero son meros extras que no son necesarios para la trama principal, y si ya estamos desmotivados como para usar esta cámara porque lo único que conseguimos son objetos que no usamos, acabamos pasando por alto estos textos.
Y ya para terminar con lo que respecta a la trama, simplemente hablar de la cuarta ruta del juego, la secreta. Si bien las tres primeras rutas son accesibles desde un primer momento si tomamos las decisiones correctas, la cuarta ruta, la secreta, estará bloqueada hasta que iniciemos nuestra segunda partida. Si durante nuestra segunda visita por este mundo de muerte cumplimos ciertos requisitos, podemos acceder a una nueva trama final que nos cuenta la verdadera naturaleza de la historia. Eso sí, puesto que las diferencias entre rutas no empiezan a marcarse hasta el final del capítulo 8, tenemos que repetir gran parte del juego. En mi caso, la primera partida fueron algo más de 25 horas (acabé en la ruta de la armonía y sin llegar a la afinidad máxima con los supervivientes), pero puesto que el propio juego cuenta con sistemas para agilizar (posibilidad de omitir textos (y que no se omitan aquellos que no habíamos leído ya), combates automáticos, conservar el nivel de los Kemonogami al iniciar una nueva partida, etc.), mi segunda partida fue mucho más cortas, de algo más de 15 horas (“tan solo” 5 horas hasta que llegué al final del capítulo 8). Y si bien las 3 primeras rutas se alejan mucho más de lo que habíamos visto hasta ahora en los productos de la franquicia, es precisamente esta ruta secreta la que se acerca más a la aventura de los “niños elegidos” y de los “entrenadores” que habíamos visto hasta el momento, llevándonos incluso alguna que otra sorpresa en lo que respecta al destino final de los protagonistas. ¡Junto a nuestros Kemonogami lucharemos por el Mundo del Instinto con fuerza y amistad hasta librar la tierra de la niebla!
Coloca bien a tus Kemonogami para tratar de sobrevivir
Como decía más arriba, Kemonogami Digimon Survive es tan solo un 30 % de combates tácticos, ya que se centra principalmente en la trama y precisamente algunas de las decisiones que tomemos en las partes de novela visual también afectan a los combates. Si un protagonista humano muere, su Kemonogami también lo hace, por lo que no solo perdemos una unidad, sino que también perdemos la oportunidad de que dicha unidad alcance su etapa final y todo su poder. Incluso si la afinidad con los personajes humanos es elevada, en los combates podemos realizar ataques conjuntos y también conseguir recuperar PH.
Y hablando de unidades, existen tres tipos de ellas principalmente: Agumon, los Kemonogami compañeros del resto de los protagonistas y los Kemonogami salvajes que podemos reclutar. Ante todo, he de decir que esta diferenciación de tres tipos ha sido todo un acierto, puesto que se rige muy bien por las bases de lo que es la evolución en la franquicia, pudiendo ver cómo aquellos que tienen compañeros humanos adquieren formas evolucionadas más poderosas (aunque de forma temporal y con gasto constante de PH) que aquellos salvajes que deben regirse por la ley de la naturaleza para así hacerse más fuerte (el pez grande se come al pez pequeño).
Retomando los tipos de unidades, vamos con ellas a explicarlas. En primer lugar, Agumon, por ser el compañero de Takuma, el protagonista principal del juego, cuenta con tres líneas evolutivas distintas que van variando en función de nuestro progreso en la historia, ya que están ligadas al sistema de karma. ¿Que nos ha salido Tyranomon y no Greymon? Eso es porque la opción de “Armonía” es la más desarrollada en ese momento de la historia. En segundo lugar, para el resto de los compañeros de los humanos, las evoluciones aparecen ligadas a la afinidad que tengamos y al progreso en la historia, porque algunas evoluciones no se desbloquean hasta que tenemos los suficientes puntos de afinidad y otras no las conseguimos hasta que no progresamos en la trama. Eso sí, en las que funcionan con el sistema de afinidad, estas nos permiten ver cómo se estrecha la relación entre humanos y Kemonogami, pero también conocer más de las historias personales de los humanos (el spoiler es que precisamente no son historias alegres). En tercer lugar, también tenemos la posibilidad de reclutar Kemonogami salvajes, negociando con ellos, para que así nos ayuden. En este caso, las evoluciones son permanentes y, aunque en dificultades altas puede ser que los necesitemos para poder progresar, en las dificultades más bajas podemos olvidarnos de que este sistema existe, porque ni nos hace falta, tan solo reclutamos a aquellos que nos gustan y ya (¿he dicho que acabé con un Metalseadramon y un Machinedramon en mi equipo para casi ni utilizarlos? Pues entonces lo digo ahora).
Y aunque como vemos, tenemos bastantes opciones para el combate, tengo que decir que este es el aspecto más flojo del juego. No puedo negar que el combate táctico a la franquicia de Digimon le ha sentado muy bien, y me encantaría ver en un futuro otro juego con este sistema de lucha, pero en el caso de Survive, vemos un sistema muy simple, y no precisamente en el buen sentido. Por ejemplo, las unidades de los compañeros humanos pueden hablar entre sí mismas para conseguir algunos estados beneficiosos, una vez por combate, pero no nos dejan dar estos estados beneficiosos a las unidades de los Kemonogami salvajes. Puede entenderse que, al no tener compañero humano, no inicien la conversación, vale, pero las partes de novela visual nos muestran en todo momento a monstruos salvajes capaces de seguir una conversación, por lo que esta decisión de desarrollo queda algo extraña.
Además, los entornos de combate están muy poco aprovechados y la mayoría son muy simples. Es cierto que los de los primeros jefes están más trabajados (¿puede que estos escenarios se diseñaran antes de que cambiara el equipo de desarrollo?), pero la mayoría son simples con uno o dos niveles de elevaciones en los que no se llega a lucir la mecánica de daño en función de la altura o de la posición desde que la que ataquemos; y en los que casi no hay elementos con los que interactuar, tan solo algunos cofres. Y aunque dicen que las comparaciones son odiosas, en este caso no se me iba de la mente Triangle Strategy, un título que en esencia es igual a Digimon Survive, pero en el que, a diferencia de aquí, los escenarios de combate están mucho más trabajados y tienen multitud de elementos con los que interactuar. En algunos capítulos de Survive he sentido que había demasiados combates (y aún así siendo solo un 30 % del total del juego), con escenarios totalmente “planos” y repetitivos, en donde casi no variaban las unidades enemigas y en los que repetíamos los mismos patrones una y otra vez. Al final optaba ya por el combate automático para pasar estos tramos lo más rápido posible. Y a pesar de estos combates tan “sencillos”, puesto que también contaban con una fuerte carga narrativa, no puedo negar que también los he disfrutado, pero no al mismo nivel que en otros RPG tácticos.
Así es el mundo en el que viven los Kemonogami de Digimon Survive
Pasando a un lado más técnico, llega el momento de hablar de gráficos, banda sonora, dificultad y todos esos aspectos que debemos tener en cuenta en los programas informáticos. Empezando por los gráficos, como decía más arriba, nos encontramos con entornos en 3D en los que se sitúan a nuestros personajes, los cuales aparecen representados en 2D y de forma totalmente expresiva y animada. En las partes de novela visual, vemos el mundo a través de los ojos de Takuma, por lo que siempre vemos una vista frontal que controlamos, pero hay que decir que estos entornos en 3D no son del todo perfectos. Aunque algunos están bien representados, otros están difuminados y con elementos que parece que estén totalmente recortados y pegados de mala manera. No son muchos los casos así, pero cuando lo vemos, no podemos evitar que nos chirríe. En las partes de combate no tenemos estos problemas, puesto que el campo de batalla se ve a través de una vista isométrica y los Kemonogami y las Kenzoku se representan sin ningún tipo de problema.
Si nos centramos en la banda sonora, esta, a pesar de no ser precisamente extensa, cumple en todo momento con su cometido. A lo largo de las fases de exploración tenemos temas tranquilos que no crean un aura relajante, en la que estrechar los lazos con el resto de los personajes, y en los momentos más agitados tenemos temas mucho más movidos, algunos incluso con vocales (que ya sabemos que cuando salen temas así y con letra en latín, la cosa se pone complicada, primera regla de los RPG).
Hablando de dificultad ahora, contamos con 4 de ellas para los combates (muy fácil, fácil, normal y difícil), pero lo cierto es que no se nos recompensa ni se nos penaliza por jugar en una o en otra. Una vez más, vemos que el combate está condicionado por la trama, puesto que aquí solo tenemos que elegir, antes de cada enfrentamiento, cómo queremos avanzar. ¿Queremos algo más tranquilo o rompernos la cabeza? Todo es seleccionarlo y ya.
Y, por último, el aspecto más importante de una novela visual, sus textos, en donde tengo que ser más crítico que con el resto de los elementos que llevo comentados en el análisis. Para empezar, decir que las voces de los personajes solo están disponibles en japonés y que los textos están también disponibles en varios idiomas, entre los que se encuentra el español y el español neutro (según se indica en los propios menús del juego). No tengo que negar que es una gozada poder jugar en nuestro idioma a un título de Digimon, sobre todo después de que Digimon Story Cyber Sleuth: Complete Edition nos volviera a llegar en inglés (aunque esa vez también incluía el alemán, algo que no pasaba en las ediciones de PS4), pero ha vuelto a ocurrir lo que voy a definir como “el efecto Digimon World: Next Order”, es decir, una traducción muy descuidada y con errores (¡aquí llega de nuevo nuestro querido amigo “GreymonCalavera”!). Si bien no he querido darle importancia a otros aspectos del juego, relacionados sobre todo con el combate, aquí sí que tengo que hacer especial hincapié, puesto que el punto fuerte de las novelas gráficas son sus textos, y si eso falla, apaga y vámonos.
En Digimon Survive, aunque hay textos muy bien traducidos y juegos de palabras totalmente acertados (como el “Takumalo” que dice Miu cuando se enfada con Takuma), en otras ocasiones encontramos diálogos que parece que hayan sido pasados por Google Translate. También observamos que la terminología no se ha cuidado mucho, por ejemplo, cuando en algunas ocasiones se les escapa la palabra “Digimon” en el juego, lo cual no tiene ningún sentido, ya que este nombre para los Kemonogami no se utiliza hasta, literalmente, la antepenúltima línea de diálogo de una de las 4 rutas. Igualmente, también vemos algunos textos en los que no se ha implementado el salto de línea y que se salen de la pantalla y textos que no están colocados en el orden adecuado, sacando totalmente al jugador de la ambientación y descolocándolo totalmente. Tampoco hay que olvidar mencionar que hay algunos elementos que no se han traducido, como el menú de pausa o algunas palabras del sistema de combate. De esto último quiero destacar los PH (puntos de habilidad), ya que en inglés es SP (Special Points), y así se puede confundir con los PS (Puntos de Salud) en español si el inglés no es precisamente nuestro fuerte.
Digimon Survive – Se abre la puerta entre el mundo de los humanos y el de los Kemonogami
Para este “inicio del fin”, decir que, por un lado, Digimon Survive se sustenta como una novela visual perfecta para aquellos que todavía no habían jugado a nada de este género, con un sistema de decisiones que, sin ser muy complejo, es lo suficientemente interesante como para que nuestras elecciones tengan impacto en la historia y en nuestros personajes. Además, nos encontramos con una historia bien escrita que, además de seguir con las convenciones establecidas en la franquicia, las agarra, las pone totalmente al revés y logra un producto que todo tipo de Digifans pueden disfrutar.
No obstante, por otro lado, tiene varios puntos en los que flojea, empezando por un sistema de combate algo superficial que podría haber sido mucho más. Pero ese no es el mayor de sus problemas, sino que, tratándose de una novela visual, considero que el mayor problema ha sido precisamente su traducción y la forma de sus textos, que como traductor profesional que soy, os digo que podrían haberse “mimado” mucho más de haber invertido en ellos los recursos adecuados, de haber invertido en lo que considero lo más importante de un juego de este género.
Teniendo todo esto en cuenta, nos encontramos, al final, con una novela visual que funciona, que nos presenta una nueva forma de ver a los Digimon (mucho más espiritual y tradicional) y que trae a los videojuegos algunos conceptos propios de las series de animación, llegando incluso a profundizar todavía más en ellos, como son las historias de los humanos y sus vínculos con los Digimon Kemonogami. Por todo ello, y siendo muy consciente de que hay mucho margen de mejora, este juego es un buen inicio para una nueva rama de videojuegos que puede llegar a sentarle muy bien a los monstruos digitales. Se trata de una aventura de supervivencia en un mundo desconocido que no puedo hacer otra cosa que recomendar, aún a pesar de que su ejecución técnica no sea precisamente la mejor.
Hemos analizado “Digimon Survive” gracias a un código de descarga digital cedido por Bandai Namco. Versión analizada: 1.0.2
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