Hubo una época en la que el género beat’em up (yo contra el barrio de toda la vida) hacía furor en los salones recreativos. Nos dábamos tortas, nunca mejor dicho, por acaparar, primero, el arcade de turno y posteriormente la consola del momento con títulos que iban desde Final Fight hasta Streets of Rage, Double Dragon y un largo etc. Por suerte, y de ello son responsables los estudios independientes, el género en cuestión se encuentra más vivo que nunca. Y si no que se lo digan a dos de las sagas por excelencia dentro del género: TMNT y SoR. No en vano, tanto Streets of Rage 4 como TMNT: Shredder’s Revenge han sabido llevar a la excelencia la fórmula clásica. La desarrolladora británica Bitmap Bureau (Xeno Crisis) es más que consciente de ello y por eso nos trae Final Vendetta. Un beat’em up de corte clásico que aspira a hacerse un hueco de honor entre tanta estopa. ¿Logrará conseguirlo?, no te pierdas nuestro análisis (Nintendo Switch) para descubrirlo.
Un arcade tremendamente continuista
Un teléfono sonando, alguien secuestrado y un grupo de amigos dispuestos a repartir leña. Nada nuevo bajo el sol. Una vez desvelada su escasa carga narrativa, Final Vendetta nos permite escoger entre tres personajes bien diferenciados. Por un lado, Claire Sparks una estudiante muy ágil con algo menos de poder de ataque pero una gran velocidad de golpeo. Por el otro, Miller T. Williams, un luchador corpulento de menor velocidad, pero gran poder de ataque y Duke Sancho, un boxeador (sin guantes) curtido en las peleas callejeras y con unos atributos bastante equilibrados.
Las peleas se desarrollan en un Londres que, cabinas telefónicas a parte, parece sacado de los barrios pandilleros de los 90 en EEUU. En lo relativo a la propuesta que se nos presenta, nos encontramos ante un beat’em up tremendamente respetuoso y conservador con respecto a los clásicos de la época. Es decir, en la actualidad estamos recibiendo con los brazos puños abiertos títulos, como Streets of Rage 4, que rinden un sentido homenaje al género pero que también actualizan su propuesta jugable a los tiempos que corren de una forma bastante certera. No es el caso de Final Vendetta. Y ojo, dicha afirmación puede ser entendida tanto como una virtud (por los más puristas) como por un defecto (entre los más exigentes).
Una sólida fórmula jugable
Por fortuna, Final Vendetta se deja jugar bastante bien. Contamos con movimientos comunes que nos permiten saltar, esquivar, agarrar, cubrirnos, patear enemigos en el suelo y dar patadas o puñetazos. Por otro lado, tampoco faltan, al más puro estilo Final Fight, los especiales. Ataques exclusivos de cada personaje que pueden ser realizados en cualquier momento con diversos matices. Contamos con una barra de energía y cuando se llena podemos realizar un especial sin penalización alguna. En el resto de ocasiones con cada uso perdemos una porción de vida. Os suena, ¿verdad?
Por otro lado, el sistema de combos nos permite combinar los ataques potenciados con el resto de golpes para encadenar combos realmente devastadores. Algo especialmente palpable con el bueno de Duke. También contamos con diversos objetos como cuchillos o palos de hockey. Aunque, al final, hemos optado por no usarlos. Ya que son demasiado lentos y al final terminan siendo contraproducentes con respecto al resto de la experiencia de juego.
Otro de los aspectos clave de cualquier beat’em up es su repertorio de enemigos. Por suerte, Final Vendetta resulta bastante variado. Y no solo en lo que a su diseño se refiere. Cada malote cuenta con movimientos y patrones de ataque bien diferenciados que tenemos que aprendernos de pe a pa si queremos salir vivos de semejante empresa. Y es que hasta el enemigo más «insignificante» puede hacernos moldear el polvo.
Los controles resultan correctos, aunque hubiera estado bien que alguna de las configuraciones de botones disponibles hiciera uso de los gatillos. Efectivamente, se ha suprimido dicha posibilidad para poder disfrutar la aventura de una forma más cercana a los clásicos.
Tan intenso como fugaz
Final Vendetta no ofrece demasiado en cuanto a re-jugabilidad se refiere. No obstante, tras completar el Modo Arcade se desbloquea Modo Entrenamiento, Modo Supervivencia y Modo Carrera de Jefes. Este último viene a ser un Boss Rush en toda regla. Además, contamos con multijugador local para dos jugadores y alguna que otra fase de bonificación en la que destrozar cosas. Seguro que también os suena…
Por desgracia, dicho contenido se antoja muy corto. Para que os hagáis una idea, el juego, y sus seis niveles, puede ser completados en menos de una hora. Es cierto que todo ello es fruto del deseo Bitmap Bureau de presentarnos una propuesta totalmente fiel a los clásicos. No obstante, los «daños» colaterales son más que evidentes para los jugadores que busquen una experiencia algo más profunda. Por otro lado, y aunque el cooperativo local a dos jugadores es divertido, alguna modalidad online hubiera sido recibida con los brazos abiertos.
En lo relativo a su dificultad, nos encontramos ante un juego bastante equilibrado. Contamos con tres modos a nuestra disposición (alguno previo desbloqueo): normal, difícil y ultra. Y todos ellos suponen un verdadero reto para el jugador objetivo al que van dirigidos. Por otro lado, el sistema de aprendizaje de movimientos y técnicas encaja bastante bien con la filosofía presente en este juego. No en vano, conviene recordar que no contamos con continúes ni créditos extra. Es decir, tenemos que pasarnos el juego del tirón. Algo, por otro lado, lógico si, como ya hemos indicado con anterioridad, tenemos en consideración la escasa duración de esta propuesta 100% arcade.
Un acabado con regusto a clásico
Gráficamente no es que el juego beba de los clásicos del género sino que se sumerge de lleno en ellos para ofrecernos una experiencia bastante fiel, artísticamente hablando, a los originales. Colorida paleta de colores, píxeles inmensos. El resultado es más que satisfactorio. Aunque, y regresamos a esos daños colaterales comentados con anterioridad, un poquito de ambición no le habría venido mal.
El apartado sonoro nos presenta varias pistas que mezclan jazz funky con breakbeats o techno. No en vano, las canciones han sido creadas por el dúo británico Utah Saints. Los efectos de sonido, voces incluidas, parecen sacadas de una radio cascada (mono). Y no, tampoco se trata de un error a solventar. Nos encontramos ante un guiño más a los beat’em up clásicos. Los textos, pese a algún «gazapo» que probablemente se haya colocado ahí a posta, llegan en castellano.
Final Vendetta – Yo contra un barrio
Final Vendetta es una propuesta 100% continuista con respecto a los arcades y beat’em up que hacían furor allá por los años 90. Que nadie busque originalidad, ni toneladas de contenido u opciones online. Es más, el juegos es bastante escueto en cuanto a contenido se refiere. No obstante, su refinada jugabilidad, un multijugador local bastante divertido y los continuos guiños a la edad de oro del género ponen la guinda a una propuesta que, eso sí, peca de demasiado continuista. Su precio reducido y el esmero con el que Bitmap Bureau ha logrado recrear a los clásicos del género lo sitúan ante una compra obligada para los amantes de los beat’em up en general y para los más nostálgicos en particular.
Hemos analizado Final Vendetta gracias a un código digital cedido por Meridiem Games. Versión analizada: 1.0.1
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