Es bastante posible que Sonic La Película fuera la última película que vieras en cines antes del confinamiento. Estrenada en febrero 2020, acabó convirtiéndose en la sexta película más taquillera del año en todo el mundo, con la tampoco estelar cifra de 320 millones de dólares. Pero era más que suficiente para compensar su presupuesto de 85 millones, relativamente modesto si lo comparamos con la otra «furro adaptación» Pokémon Detective Pikachu.
Más allá de las cifras, Sonic La Película se ganó el cariño del público por ser una aventura sencilla y disfrutona, con un Sonic CGI carismático y que no daba pesadillas. Ninguna otra adaptación de videojuegos había cuajado tanto. Y Paramount Pictures, que tampoco es que esté forrada de franquicias taquilleras que le aguanten el pulso a Disney y Warner, no iba a dejar pasar la oportunidad de convertir al erizo de Sega en una estrella cinematográfica.
Así, con un poco de ayuda del destino, y mientras algunas películas de aquel fatídico 2020 se han retrasado tanto que aún no se han estrenado (como Morbius), la secuela Sonic 2 se estrena en cines españoles este viernes 1 de abril de 2022.
En buena compañía
El equipo creativo es el mismo, incluyendo el director Jeff Fowler y los actores humanos James Marsden, Tika Sumpter, Jim Carrey y el resto de secundarios de la primera que probablemente hayas olvidado, como Lee Majdoub, el compinche de Robotnik, o Natasha Rothwell, la hermana de la novia del protagonista humano que protagoniza una extraña trama.
Pero ahora más que nunca la estrella es Sonic (de nuevo con la voz en VO de Ben Schawartz).Y no está solo: durante la mayor parte de la película le acompaña Tails (con la voz en VO de Colleen O’Shaughnesssey, la misma que en los juegos) y Kunckles (con la voz de Idris Elba en VO y su doblador habitual en español).
Que los personajes humanos queden en segundo plano en esta ocasión es un gran acierto que en la primera película no se atrevieron a consumar. En general, Sonic 2 es mucho mejor que su predecesora en todos los aspectos, algo que se puede resumir en una cuestión de confianza.
La primera se apoyaba mucho en la relación entre Sonic y su amigo humano, unidos por su condición compartida de ser un poco pardillos pero de buen corazón. Era simpático, pero también bastante predecible y que poco o nada tenía que ver con los videojuegos, otro síntoma de que la película no se atrevía a abrazar su fuente, reduciendo la presencia de lo fantástico y pasándolo por un filtro «grounded», más digerible para el público que nunca haya tocado un mando antes.
En la secuela, Sonic pasará la mayor parte del tiempo alejado de su compañero humano, reunido en su lugar con un socio más afín, Tails, con quien desarrolla una relación de amistad mucho más creíble y enternecedora.
Uno de los temas de la película es la búsqueda de tu tribu, la gente con la que más cómodo sentirte y con la que poder mostrarte tal y como eres. Es una bonita y sincera moraleja para una película infantil, pero parece también la consigna que han seguido los guionistas en esta secuela: reducir la intrusión humana y rodear a Sonic de más personajes y elementos afines a los videojuegos originales, para que de verdad sea el personaje que todos conocemos de los juegos.
Adaptación de un videojuego, y a mucha honra
Si en la primera casi toda la acción tenía lugar en un bucólico pero anodino pueblo de Montana que no podría estar más alejado de los mundos de los juegos de Sega, en la secuela la acción es, dentro de lo terrenal, mucho más exótica. Una ladera nevada con una persecución en snow a lo Point Break, exuberantes playas hawaianas e incluso un templo laberíntico lleno de trampas y pinchos.
Son, en general, entornos que no desentonarían en un videojuego de Sonic. O de cualquier videojuego, vaya, algo que permite desmelenarse con escenas de acción mucho más creativas que una simple persecución de coches, incluyendo muchos momentos en los que dirás «anda, está haciendo en pantalla lo mismo que yo en el juego».
Mientras Sonic, Tails y Knuckles comparten mucho más tiempo en pantalla juntos, el Doctor Robotnik de Jim Carrey recibe el mayor «buffeo», con más bigotazo, más calva y más cachivaches, con un diseño mucho más fiel a su fuente, sin la menor intención de maquillarlos para hacerlos más «realistas». No faltan las referencias a los videojuegos que atraparán los fans, aunque también hay kilos de guiños a otras películas o series, sibilinamente mezcladas para no resultar cargantes, y que contentarán a todos los sectores del público. ¡Hay una referencia al Jean Ralphio (Ben Schwartz) de Parks & Recreation!
Las gesticulaciones exageradas de Carrey quizás agoten la paciencia de muchos espectadores, pero muestran que tanto actor como cineastas se sienten mucho más cómodos haciendo una película que no tiene miedo ni reparos en divertirse y ser extravagante y «campy», aunque a veces sea en exceso.
Esto se traduce también en una trama más ambiciosa, que mira a un universo mayor y que extrae mucho más elementos del lore de Sonic como las Esmeraldas o… bueno, no hay spoiler. ¡Pero quedaos para la escena post-créditos!
Sin embargo, Sonic 2 es también una película equilibrada. Aunque sus personajes humanos estén fuera de la historia la mayor parte del tiempo, también tienen su papel, acertado casi siempre. Sí que hay una subtrama que se extienda algo más de la cuenta pensada para los papás (y especialmente las mamás) que quizás se aburran con tanto dibujo animado. Puede ser polémica, pero a mí me pareció un «interludio» con bastante gracia.
El corazón de la película, sin embargo, sigue siendo la evolución de Sonic, su relación con Tails y Knuckles y las miradas a la mitología de las Esmeraldas del Caos, aunque sin perder el foco ni caer en la «secuelitis». Todas las tramas quedan cerradas y la acción y su (apoteósico) clímax final dejarán a todo el público muy satisfecho… aunque sepamos que hay más películas en camino (y una serie spin-off de Knuckles).
Sonic 2 La Película – Mejor y más valiente que la primera
Lo mejor de Sonic 2 es que no tiene reparos en sacar pecho de sus orígenes, una saga de videojuegos con personajes de dibujos animados con superpoderes y un villano muy del tebeo, con sus gadgets y todo. Un villano que además ha permitido a Jim Carrey regresar a sus orígenes noventeros como actor de comedia física (te guste o no es otra cosa).
Hemos dejado claro que Sonic 2 tiene las intenciones correctas, pero, ¿es divertida? Rotundamente sí. Sonic 2 es una película familiar muy bien hecha, muy equilibrada para contentar a cualquier sector del público, tanto los peques de la casa como sus acompañantes adultos. Pero si estás leyendo una crítica de cine en NextN, probablemente lo que te preguntes es, ¿gustará a los fans?
Si eres de esos que compartieron la opinión de «Sonic 1 no es la bomba, pero está bien», probablemente disfrutes mucho más con esta secuela, que como decimos se siente más en su salsa. Da más protagonismo a Sonic, Tails, Knuckles y Robotnik y sus relaciones (ahora sí son ellos los motores de la historia), tiene acción más vistosa y emocionante, una trama más ambiciosa y ágil y una factura técnica muy buena (algún efecto digital es cantoso, pero no tiene mayor importancia).
No os vamos a engañar: Sonic 2 no es sobresaliente en ningún aspecto, y aunque tiene puntazos, tampoco estarás riéndote a carcajadas. Apostamos a que aún no ha desplegado todo su potencial. Pero tiene una historia muy enternecedora y todos los públicos (niños, adultos, fans o no fans) van a sacar de ella algo divertido. Ojalá, a partir de ahora, las adaptaciones de videojuegos no se avergüencen de sus orígenes y corran con la confianza que tiene este Sonic, que ha venido para quedarse.

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