Comencemos este texto echando un vistazo al pasado, más concretamente a julio del año 1980. En aquel entonces un videojuego creado por Nichibutsu, una desarrolladora japonesa que se disolvió hace 8 años, fue el primer paso de la franquicia de «matamarcianos» que conocemos como Cresta. Tras el estreno de Moon Cresta hace más de 40 años, el relevo fue tomado por Terra Cresta 5 años después y a él le siguieron el paso 4 juegos más: Dangar – Ufo Robo (1986), Terra Force (1987), Terra Cresta II (1992) y Terra Cresta 3D (1997). Terra Cresta 3D parecía ser la última aventura de la que disfrutarían los fans, pero PlatinumGames dio la sorpresa 2 décadas más tarde con lo que en un principio era una mera broma del April Fools. De una forma u otra, el chiste acabó volviéndose toda una realidad y a lo largo de este análisis vamos a hablaros de Sol Cresta, un título que aun con sus tropiezos con retrasos, ha logrado resucitar una IP que muchos daban por muerta. ¿PlatinumGames es una digna sucesora de Nichibutsu? ¡Enseguida os lo contamos!
Ha llegado la hora de recuperar el sistema solar
Como es de esperarse de una obra de este género, la trama está presente de manera anecdótica y puede ser incluso ignorada sin que la cosa pierda demasiada gracia. Sin embargo, por suerte para aquellos que nunca jugaron a sus predecesores, Sol Cresta comienza introduciéndole al jugador la historia de diferentes entregas de la franquicia hasta los eventos actuales, en vez de soltándole directamente en la acción como hacen muchos en su lugar.
Esta propuesta de PlatinumGames nos sitúa en el año cósmico 101, un momento en el que la humanidad se enfrenta a una crisis sin precedentes. Todo empieza cuando el demonio Mandler emerge de una nube de oscuridad e invade el sistema solar. Las fuerzas de Mandler se hicieron sin rodeos con el control de varios planetas y se asentaron en la luna con la intención de conquistar la Tierra, lo que provocó que la humanidad a la desesperada desarrollara una respuesta que por desgracia no sirvió de nada. Los supervivientes de aquella tragedia tuvieron la idea de esconderse en una base subacuática y desde allí contratacaron con nueva tecnología.
En primera instancia, el contrataque fue un éxito que logró borrar del mapa a las fuerzas de Mandler, pero desafortunadamente su líder sobrevivió. Junto a Zofer, la orden universal de la oscuridad, regresó para reconquistar la Tierra. Aunque la humanidad resistió todo lo que pudo, ante una invasión continua y la amenaza de «Mega Zofer», pierde la partida y ve como el enemigo logra conquistar hasta el mismísimo Sol. Ya en la actualidad, los resquicios de la humanidad malviven en Laomedeia, el doceavo satélite de Neptuno, situado en el borde del sistema solar. Bajo esas circunstancias nace la organización «Solar Recovery Army Sol Cresta», la cual se vuelca en la creación de Yamato, una nave insignia compuesta por tres acoplables que es la última esperanza de la humanidad. ¡El destino de este fragmento de la Vía Láctea está en vuestras manos!
Lo que acabamos de poneros arriba, es la única historia que se transmite a través de textos escritos en inglés y un narrador, fuera de eso, los demás acontecimientos son contados con lo que pasa en pantalla y los logros que dan al completar cada uno de los 7 escenarios. No obstante, para los que buscan un modo historia tradicional, aún existe una opción: el DLC Dramatic. Aunque el redactor de este análisis no ha tenido acceso directo a él, tenemos entendido que el DLC permite descubrir los secretos jamás contados en el modo arcade, como el por qué tras la conquista de Mega Zofer del sistema solar, la identidad del rival de los protagonistas, el pasado de estos, cómo crecen y maduran ante la amenaza que deben enfrentar, etcétera. No os vamos a mentir, aunque esta experiencia funciona sin la presencia del DLC, resulta algo molesto que dejaran lo interesante a nivel argumental fuera de la fórmula, haciendo que no haya manera de, por ejemplo, saber por qué ocurre cierta cosa al final del juego. Por no saber, ni sabíamos que los pilotos se llaman Sho, Luna y Dril hasta que nos pusimos a investigar acerca de este contenido descargable de pago…
¿Cuánto se tarda en llegar a los créditos? Dejando a un lado modos secundarios que se desbloquean mediante logros y tienen su miga, la única respuesta viable aquí es «depende». Este videojuego es desafiante, por lo que la destreza de cada uno posee un papel clave en la duración. En manos de alguien con mucho camino recorrido en esta clase de obras, la cosa puede alargarse alrededor de una hora, mas a un novato le espera un muro difícil de franquear si no ajusta bien la dificultad (en el siguiente apartado entramos en detalles). Afortunadamente, Sol Cresta es muy rejugable y ofrece un buen abanico de desafíos acordes a las habilidades de sus posibles jugadores, por lo que la duración no es un problema.
La unión hace la fuerza
Como os adelantamos antes, a lo largo de esta travesía controlamos «Yamato»: una flota de tres naves que se acoplan entre sí y que, dependiendo de las posiciones, hace unas cosas u otras. Si la nave roja lidera el trío, lanzamos disparos láser que cubren un buen rango, destruyen escudos y derriten el hielo. Si la nave azul está delante disfrutamos de misiles teledirigidos que tras explotar dejan tras de sí un rastro eléctrico que daña a los enemigos. Por último están los taladros de la nave amarilla, los cuales propinan múltiples golpes y destruyen rocas. Además, hay 3 ataques cargados que consumen medidor de SP (puntos que se ganan haciendo daño): un láser gigante, ocho misiles disparados simultáneamente y un taladro enorme que te cubre de los ataques que vienen de frente.
En caso de recibir daño sin barreras de por medio, se pierde la nave que está al fondo de las tres y si nos quedamos con solo una, el botón que sirve para separar las naves y reagruparlas, cambia su rol a un esquive con un breve tiempo de invulnerabilidad que consume «SP». Por cierto, las naves sin compañía disponen de disparos simples que solo cambian de color dependiendo de a quién controlamos. Que hablando de disparos, estos pueden hacer más cosas que ir hacia delante… ¿os suenan las «medias lunas» de Street Fighter, Tekken y compañía? Una vez se desbloquean los movimientos en un medidor que se llena con la acumulación de puntos, existen tres comandos que si son introducidos antes de pulsar el botón de disparo individual (va aparte del continuo), cambian la manera en la que salen las ofensivas. Una media luna sirve para atacar a los costados, un movimiento brusco de la palanca hacia delante y hacia atrás es útil para disparar a las espaldas de Yamato y por último, una circunferencia completa libera una acometida multidireccional alrededor del jugador. Al principio cuesta un poco cogerle el tranquillo a esta mecánica, pero os aseguramos que es muy útil para avanzar y satisfactoria de ejecutar.
Volviendo al tema del posicionamiento del equipo, es importante mencionar que existen una serie de chips que al ser recogidos desbloquean formaciones especiales con de dos a tres naves implicadas. Estos pueden salir al destruir enemigos de tamaño reducido que destacan por su color rojo o de contenedores que flotan en el espacio. Del mismo modo, también dejan caer emblemas que reparan naves que están fuera de combate o levantan barreras para proteger al trío. Siguiendo otra vez el hilo de las formaciones, después de ser desbloqueadas debemos posicionar manualmente a Amaterasu, a Tsukuyomi y a Susano para que coincidan con la que nos interese. ¿Para qué sirven? Las formaciones emplean «SP» para ejercer un gran daño de maneras diversas; sacando a relucir desde ondas letales hasta a un fénix que ataca y da invulnerabilidad durante unos segundos. Nota: en la mayoría de casos, la «hitbox» se centra en una sola de las naves, pero si esta recibe daño, la formación se rompe.
En un párrafo previo hablamos de la dificultad de Sol Cresta y, si bien es cierto que exige reflejos en cualquier caso, no son pocas las opciones para que el usuario customice su travesía. Primero permiten aumentar o reducir las vidas con las que empezamos una partida. En segundo lugar dejan alterar los puntos necesarios para generar una vida extra. Luego también es posible rotar la pantalla en Nintendo Switch para aprovecharla mejor. Y por último los jugadores tienen a su disposición 5 dificultades que afectan a la salud de los enemigos, a la cantidad de estos, a cómo regresamos tras estrenar una vida y a la aparición de emblemas y chips. No podemos pasar por alto que tanto las dos últimas dificultades («Hard» y «Hard Platinum»), como los modos «Caravan», «Score Attack» y «Sound Test» hay que desbloquearlos con la ayuda de logros.
El funcionamiento del sistema de logros es sencillo: por cada logro dan puntos y cuando se acumula cierta cantidad, se obtiene un premio. En cuanto a en qué consisten los modos de antes… «Sound Test» es un lugar en el que escuchar la banda sonora y los efectos de sonido, «Caravan» se trata de un modo contrarreloj con las fases del juego en «Normal» y «Score Attack» presenta dos opciones: enfrentar alguno de los niveles de manera individual e intentar sacar la mayor puntuación posible o el modo «Unlimited», en el que comenzamos en el primer escenario y avanzamos hasta caer derrotados. Si os mola picaros con gente, «Caravan» y «Score Attack» son perfectos, pues cuentan con rankings online que van aparte del local.
Las naves retro regresan a la actualidad
En el apartado gráfico Sol Cresta opta por coger el relevo de Terra Cresta II y pulir su estilo artístico a modo de homenaje, en lugar de seguir por el camino con el que empezó a experimentar Terra Cresta 3D. Si bien es cierto que hay gente a la que no le hace gracia esto, pensamos que es una decisión acertada que seguro que sirve de reclamo tanto para los fans de toda la vida, como para los amantes del estilo retro del que hace gala. Eso sí, por desgracia no todo son flores y notamos que tanto en el modo dock como en el portátil, la versión de Nintendo Switch a veces sufre lo que se conoce como «stuttering». Pasa en raras ocasiones, pero en una propuesta en la que gran parte de la jugabilidad consiste en esquivar decenas de proyectiles, la presencia de pequeños tirones es un fallo que no podemos ignorar.
En el ámbito sonoro no tenemos ninguna queja de los efectos, mientras que cuando hablamos de la música solo nos salen halagos. El compositor principal de la OST es ni más ni menos que Yuzo Koshiro y en cada una de sus melodías se nota el talento que le hizo estar en el ajo de franquicias como Streets of Rage, Ys, Shenmue o Etrian Odyssey. Incluso si no os llama la atención el videojuego que protagoniza este análisis, su banda sonora es bastante disfrutable. Por cierto, de manera anecdótica pudimos escuchar un poco el doblaje japonés durante los primeros coletazos. Sin embargo, nos es difícil decir con certeza si es decente, al estar la inmensa mayoría dentro del DLC.
Sol Cresta – Una carta de amor a los matamarcianos de antaño
En definitiva, Sol Cresta es un shoot ‘em up con cierto aire retro en el que se nota la buena mano de PlatinumGames. Si bien es cierto que no es perfecto, logra hacerle justicia a la IP de la disuelta Nichibutsu tras 25 años desde su último baile.
Hemos analizado Sol Cresta gracias a una copia digital cedida por PlatinumGames. Versión analizada: 1.0.1
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