Ori and the Will of the Wisps

Análisis Ori and the Will of the Wisps – Nintendo Switch. Segundas partes sí pueden ser buenas

Ori and the Will of the Wisps
Fecha de lanzamiento
17 septiembre, 2020
Número de Jugadores
1
Idiomas
Español, inglés, francés, etc.
Tamaño de la descarga
4,4 GB
Nuestra puntuación
94

Después de haber destacado con el lanzamiento en 2015 de Ori and the Blind Forest, Moon Studios consideró que la historia del pequeño Ori y el mundo que crearon a su alrededor todavía podía dar más de sí. Por eso se pusieron manos a la obra para dar forma a una esperada secuela que llegó en marzo de 2020 a Xbox One y PC y en septiembre de ese mismo año a Nintendo Switch. Y con ese lanzamiento, Ori and the Will of the Wisps vio la luz con la enorme presión de superar a su predecesor.

 

Los desarrolladores tenían en sus manos la posibilidad de mejorar los pocos puntos negativos del primer Ori, que pudimos analizar recientemente, y seguir explorando una fórmula que no dejó indiferente a nadie. Según el archiconocido refranero español, segundas partes nunca fueron buenas. Esta frase, a menudo usada para justificar cómo algunas secuelas de buenas películas o libros no están a la altura, nos sirve también para seguir tirando de refranero y hablar de la excepción que confirma la regla. ¿Es Ori and the Will of the Wisps una de esas secuelas que cumplen que segundas partes nunca fueron buenas o es la excepción que confirma la regla? Volvemos al bosque de Nibel para averiguarlo.

 

 

Regreso al bosque de Nibel

Viendo el éxito de la primera parte, Moon Studios no quiso perder la oportunidad de recuperar el mundo mágico en el que Ori y compañía habitan. Partiendo de un prólogo que retoma la historia dónde lo dejó el primer juego, Ori and the Will of the Wisps nos da más de lo mismo, pero mejor. Dicho así puede sonar vago, pero es que es la perfecta definición de lo que es esta secuela. La aventura de Ori es ligeramente más larga, el mapeado más grande, las mecánicas y los movimientos de Ori se han ampliado y hasta se añaden pequeñas misiones secundarias que alargan la vida del título. Se mantiene el buen gusto del apartado artístico y sonoro, que ya rozaba la perfección en el primer juego, y su peculiar forma de acercarse al género de los metroidvania, dejando el backtracking como algo más opcional. Y, por supuesto, se mantiene el plataformeo, que de nuevo sigue siendo seña de identidad del título.

 

Igual que en el primer Ori, con el que va a ser inevitable hacer comparaciones todo el tiempo, la historia comienza con un bonito prólogo que tras unos minutos nos lanza directamente a la aventura. Desde el primer momento comprobamos que controlar a Ori no es que siga siendo igual de divertido, es que es incluso mejor que antes. Como si la magia que envuelve a la historia impregnara también los controles, en nada estamos aprendiendo nuevas habilidades y moviéndonos por los escenarios como pez en el agua. Al principio las habilidades son viejas conocidas, pero poco a poco se introduce la gran novedad de esta segunda parte: las armas.

 

Una de las pegas que se le podía achacar al debut de Ori es el contraste que había entre moverse por los escenarios y el sistema de combate. Claramente estábamos ante un juego de plataformas y en eso es en lo que más destacaba, dejando de lado la otra vertiente. Ori and the Will of the Wisps sigue siendo un plataformas por encima de todo, pero el añadido de las armas aporta algo más de variedad y opciones a los enfrentamientos con los enemigos y en Moon Studios han sabido sacarle partido. De esta forma, como si de un primate que aprende a usar sus primeros utensilios, Ori es capaz de dominar una espada, un arco o una jabalina, que además de servirnos para atacar a unos enemigos más capaces y variados, nos ayudan a progresar en la aventura de diferentes formas. Y sí, como podéis imaginar, si hay una mayor versatilidad en el combate y más variedad de enemigos, los jefes finales también gozan de este nuevo añadido. Siguen siendo pocos, pero son lo suficientemente espectaculares como para considerarlos una mejora notable respecto a la anterior entrega. Eso sí, pese al gran añadido que son, no puedo evitar sentirme algo decepcionado al ver que se podía haber sacado un mayor partido a todo. Nuevamente el juego es relativamente corto, en 8-10 horas se puede terminar sin problemas según la velocidad a la que vayamos, por lo que hay ideas que no llegan a aprovecharse del todo.

 

En cualquier caso, son buenos añadidos que se complementan con otra de las novedades del título: la introducción de un sistema de amuletos similar al de Hollow Knight, es decir, que se pueden equipar algunos de forma limitada en función de unos parámetros para mejorar ciertos aspectos del personaje (salud, daño, etc.). Esto último aporta una capa extra de personalización al personaje que hace que entren en juego muchas más variables y al mismo tiempo puede llegar a romper algo la dificultad de la aventura, ya que no necesariamente está previsto en los enfrentamientos con los enemigos. Siempre cabe la posibilidad de subir el nivel de dificultad si lo que queremos es vernos en un aprieto.

 

Ori and the Will of the Wisps

 

Una secuela para enmarcar

A nivel artístico poco queda añadir si habéis leído el análisis del primer juego. La banda sonora orquestada es brillante y acompaña en todo momento a lo que vemos en pantalla. Desde momentos más tensos a la calma o el desasosiego más absoluto, jugar a este juego sin un buen sistema de sonido debería estar prohibido. Y lo mismo pasa con el apartado visual. Este es uno de los puntos en los que la comparativa con el título original queda casi en tablas, aunque en este se puedan apreciar mejoras en este aspecto, porque ese estilo colorido y vivo sigue presente y continúa jugando de forma sobresaliente con los juegos de luces y los contrastes tan marcados. A grandes rasgos, todo como en el primer Ori, con la salvedad de que en esta secuela desde Moon Studios han querido ir un paso más allá y la variedad de biomas es mucho mayor, aportando así muchos más escenarios nuevos y la sensación constante de estar descubriendo nuevos lugares. De hecho, apenas visitamos Nibel en esta secuela más allá del prólogo, ya que la acción transcurre en una localización llamada Niwen.

 

Y es que en general, todo lo que ofrece esta secuela es una mejora del anterior juego. ¿Hay excepciones? Claro, aunque eso ya depende de cada uno. Por ejemplo, el nivel de dificultad general se ha visto reducido para hacerlo más accesible a todo tipo de público. Todavía se requiere de habilidad para llegar hasta el final, pero los momentos en los que el juego pide el máximo del jugador son menos y ese máximo no alcanza el mismo nivel. De la misma forma, uno de los puntos estratégicos de la primera entrega se ha visto eliminado: ya no tenemos que gastar energía para crear puntos de guardado. Son detalles y es posible que a más de uno le parezca un acierto más que un paso atrás, de hecho es una decisión del estudio responsable de la secuela por lo que para ellos debía ser una clara mejora, pero es algo a tener en cuenta. Eso sí, que no sirva esto de excusa para empezar por este y dejar para después el primero. La tentación puede estar ahí, pero personalmente recomendaría no hacerlo. Sí, se puede jugar sin problemas si la historia no os importa, pero entre que están fuertemente conectados narrativamente y que este amplía y mejora la jugabilidad de su predecesor, el paso atrás va a ser notorio.

 

Ori and the Will of the Wisps

 

Corre, Ori. ¡Corre!

El planteamiento del videojuego hace que correr y saltar sea completamente imprescindible. Por su gran mapeado podría calificarse como un metroidvania, pero este Ori se mueve en una delgada línea entre ser eso y ser un plataformas casi lineal. Sí, existe la posibilidad de regresar sobre nuestros pasos y conseguir objetos, mejoras o caminos que nos habíamos dejado antes, pero curiosamente no es necesario para llegar al final del juego. Este hecho, que puede ser una ventaja o un inconveniente según a quién le preguntes, hace que sea difícil calificarlo como metroidvania aunque inequívocamente podemos hacerlo como plataformas en cualquier caso. Y dentro de ese género, Ori and the Will of the Wisps despunta sobremanera.

 

En cuanto a la posibilidad de jugar una vez terminamos y vemos los créditos, siempre queda la opción de volver atrás para conseguir llegar hasta el 100% y ampliar así otras tres o cuatro horas más la duración del título. No hay grandes sorpresas una vez terminemos y posiblemente esta es otra de las pegas del título. Es relativamente corto y no está pensado para que le dediquemos horas y horas una vez completamos la historia, sobre todo tras el final y las mejoras obtenidas entonces.

 

Para terminar, esta segunda parte, igual que su antecesor, se ve de lujo en Nintendo Switch, destacando de nuevo el buen trabajo que ha hecho el estudio para llevar a cabo el port a la híbrida de Nintendo. Verlo igual de bien (o casi) que en plataformas más potentes es todo un lujo que los poseedores de la consola de Nintendo podemos combinar además con el juego portátil, por lo que esto suma puntos extra a esta versión del juego. Y sí, sigue corriendo a 60 imágenes por segundo tanto en sobremesa como en portátil, con resoluciones de 900p y 720p respectivamente.

 

Ori and the Will of the Wisps

 

Ori and the Will of the Wisps – Una secuela imprescindible

Moon Studios sacó pecho con la primera parte y lejos de ofrecer una secuela continuista sin aportar novedades han sabido quedarse con lo mejor del original y darle una vuelta de tuerca a la idea, quizás también añadir descartes que se quedaron fuera de la primera parte, para nutrir esta secuela. Igual que pasaba con la primera parte, Ori and the Will of the Wisps es un soberbio plataformas disfrazado de metroidvania, acusándose más si cabe sus carencias en este sentido en esta secuela. Sin embargo, no hay nada que reprocharle pues nos brinda la opción de jugar de forma lineal o no según nos apetezca, y viendo lo bien que funciona en el resto de apartados es un detalle menor.

 

Si a lo divertido que sigue siendo controlar a Ori, más si cabe que en Ori and the Blind Forest, le añadimos nuevamente un apartado visual deslumbrante y una banda sonora que enfatiza todas y cada una de las emociones que nos transmite el juego, el resultado es casi inmejorable. Es una recomendación imprescindible si sois de los que no podéis entender el mundo de los videojuegos sin el género de los plataformas.

 

Ori and the Will of the WispsHemos analizado Ori and the Will of the Wisps gracias a un código digital cedido por Meridiem Games. Versión analizada: 1.2.0

 

Ori and the Will of the Wisps
Una secuela a la altura
Ori and the Will of the Wisps es lo que toda secuela debería ser. Coge las buenas ideas de la primera parte y las mejora añadiendo algunas características nuevas y supliendo carencias. Peca de ser algo más sencillo y hay ideas que podían haber dado más de sí, pero el conjunto es tan brillante que estos detalles son solo para sacarle algo de punta. Es un título imprescindible para cualquier amante de las plataformas y en general un videojuego que debería estar en la videoteca de cualquier poseedor de Nintendo Switch.
PROS
Una secuela que mejora la primera parte en prácticamente todo
Sistema de combate renovado y más opciones de personalización
Artísticamente es una maravilla
CONTRAS
Es más fácil y menos metroidvania que la primera parte
Una vez terminado lo que ofrece no es igual de interesante que el juego en sí
Pese a contar con un mapa mucho más grande su duración no es mucho mayor que la del primer Ori
94