Análisis Spelunky – Nintendo Switch. Explora. Muere. Repite

Uno de los clásicos de los roguelikes modernos llega ahora, junto a su secuela a Nintendo Switch

Fecha de lanzamiento
26 agosto, 2021
Número de jugadores
1-4
Idiomas
Español, inglés, francés, etc
Tamaño descarga
275,00 MB
Nuestra puntuación
80

Desde hace un par de meses, tanto el clásico Spelunky como su secuela están disponibles en Nintendo Switch, cumpliéndose así las demandas de muchos aficionados y del propio creador del juego, Derek Yu. Este roguelike de mazmorreo, exploración, plataformas y recolección de tesoros lleva poniendo la paciencia de sus fans a prueba desde el año 2008 y en distintas plataformas a las que se une ahora la consola híbrida de Nintendo.

 

Se trata de uno de los juegos más aclamados por la crítica y el público y, sin duda, clara influencia de los roguelikes o roguelites, como prefieran los puristas del género, que vendrían en años venideros y de los que ahora seguimos teniendo un auténtico boom. ¿Sigue siendo igual de adictivo que hace 15 años? ¿Le sienta bien a la consola de Nintendo? Lo descubrimos en el siguiente análisis.

 

 

«Debería estar en un museo»

Cuando se tiene que analizar un juego con unos años ya a sus espaldas y con una comunidad de fieles tan grande, uno se plantea ir con mucho cuidado. Intentas evadirte y olvidar que ya existen análisis previos, notas y valoraciones de todo tipo. Y todo eso sin haberle puesto siquiera las manos encima al título, del que únicamente habías oído hablar sin haber visto un solo vídeo de gameplay. Algo así me ha pasado con Spelunky, del que siempre he oído comentarios como «joya indie» o al que catalogaban como uno de los responsables del crecimiento de los roguelike modernos. En 2016 incluso PC Gamer lo incluyó en su listado de «Los 50 juegos de PC más importantes de todos los tiempos».

 

Con esos antecedentes toca andar con pies de plomo. Es importante no dejarse arrastrar por comentarios y opiniones anteriores para poder hacer un análisis lo más honesto posible ni tampoco caer en el lado contrario y hacer una crítica destructiva yendo totalmente a contracorriente de la opinión establecida, bien por impostar una falsa objetividad, bien por intentar ir a contracorriente y destacar por ser el único que no se ha dejado llevar por «el rebaño». De esto último hemos tenido algún ejemplo en los últimos días respecto a lanzamientos de relumbrón, pero eso queda fuera de nuestro negociado actual.

 

Al final lo que queda es, como decía, intentar ser lo más honesto posible, probar el juego con una mirada limpia, huyendo de influencias de todo tipo. Dejar que sea el propio título el que te lleve por dónde te tenga que llevar y escribir simple y llanamente las sensaciones que te ha dejado tras probarlo una y otra vez. Y mi resumen bien podría ser este: ¡yo te maldigo, Spelunky!

 

 

 

«Fortuna y gloria, hijo. Fortuna y gloria»

Spelunky nació como un juego gratuito en 2008 desarrollado por el californiano Derek Yu a través de su compañía independiente Mossmouth. El juego original aún puede ser descargado de la web Spelunkyworld totalmente gratis y no sería hasta 2012 cuando recibiría un remake en HD y desde entonces ha aparecido, además de en PC, en plataformas como PlayStation 3, PlayStation 4, PS Vita, Xbox 360 y, desde el pasado mes de agosto, en Nintendo Switch. Ríase usted de la vida útil de Grand Theft Auto V.

 

El juego es básicamente un título de plataformas y mazmorreo en el que el personaje principal, una mezcla entre Indiana Jones y un minero de la Cuenca Minera Berciana se dedica a recorrer distintos niveles en los que el objetivo es hacerse con el mayor número de tesoros posible. Por el camino se encuentra distintos obstáculos que van desde enemigos como murciélagos, arañas, serpientes (que el personaje odia, por cierto) o muertos vivientes hasta trampas letales. Todo esto con mapeados generados aleatoriamente que hacen que cada partida sea distinta. La estética y la jugabilidad recuerdan a otros clásicos de la historia del videojuego como por ejemplo Rick Dangerous, título de plataformas de finales de los 80 o Spelunker, juego de 1983 que apareciera en la Nintendo Entertainment System y que se encuentra disponible para Nintendo Switch en la eShop.

 

Estética y jugablemente, todas estas son algunas de las influencias reconocidas por Yu a la hora de crear Spelunky pero la clave está en la creación aleatoria de niveles y en elementos de los roguelike más puros como la ausencia de puntos de guardado unido a una alta dificultad. «Explora. Muere. Repite». Este bien podría ser el mantra del juego así como de cualquier otro del género. En todos esos títulos aparece una referencia de la cultura pop muy clara: la de Indiana Jones. Todos los personajes son de alguna forma sosías del arqueólogo interpretado por Harrison Ford y en Spelunky se pueden encontrar multitud de guiños al mismo no solo en los -escasos- monólogos del protagonista sino en elementos como el látigo, arma inicial con la que contamos, o en el diseño de algunas de las trampas, bola gigante incluida. La misma referencia cultural la podemos encontrar en Fred (1983), uno de los juegos de la edad de oro del software español y que también presentaba un laberinto generado de forma procedural.

 

Spelunky está lleno de referencias a la saga del Dr. Jones

 

“Hoy has perdido, chico, pero no tiene por qué gustarte.”

Más allá de todas las referencias e influencias, aún afecten a mecánicas o a lo estético, Spelunky tiene una personalidad propia, la de un roguelike que nos invita a sufrir y a seguir enganchados al juego durante horas. La premisa ya la hemos comentado: ir avanzando a través de distintos niveles consiguiendo tesoros. Tesoros que podemos invertir en las distintas tiendas que encontramos en los niveles para reponer nuestros consumibles, cuerdas para poder alcanzar plataformas inaccesibles y bombas para abrirnos paso a través del terreno, o adquirir armas y objetos especiales que nos ayudan en nuestra aventura. En esta aventura, claro, porque si morimos en el intento tenemos que empezar de nuevo, con los bolsillos vacíos salvo por algunas bombas, cuerdas y nuestro inestimable látigo.

 

Contamos tan solo con cuatro corazones, cuatro porciones de vida o puntos de daño, como los queráis llamar. Las trampas y los enemigos son los encargados de reducir nuestra salud a cero y alguna caída demasiado abrupta, también. Tan solo podemos recuperar vida entre niveles si hemos salvado a alguna damisela en apuros que nos recompensará con un beso y la recuperación de un punto de vida. Un tópico, por cierto, que quizá habría que revisar por lo desfasado que resulta en pleno 2021.

 

Con estos mimbres se construye una experiencia de juego con una dificultad bastante elevada, no solo por los enemigos o las plataformas a las que nos enfrentamos sino también por culpa de un control tosco que a veces no responde tan bien como quisiéramos, algo que se siente a veces demasiado retro, quizá recordando a algunos de los juegos a los que Spelunky quiere emular o homenajear a su estilo. Y aún con todo, a pesar de ir acumulando muertes y frustración, siempre termina dándole al botón de «Continuar» tras cada incursión fracasada mientras el juego nos recuerda casi como si quisiera restregárnoslo por la cara, el número de fracasos que hemos ido coleccionando en forma de contador de muertes. Supongo que es la misma sensación que tienen los fans de los soulslike.

 

Por todo lo demás, ese aire retro, sus gráficos, su música, son perfectos acompañantes para una aventura adictiva, que nos invita a jugar una y otra vez. A seguir intentándolo hasta que te quieres dar cuenta de que el reloj ha corrido hasta que ha llegado ese momento en el que es demasiado tarde para acostarte y demasiado pronto para levantarte a desayunar. Un grado de adicción que solo son capaces de generar esos juegos que tienen «algo».

 

El juego cuenta con multijugador en local y vía wireless

 

Spelunky – Explora. Muere. Repite

Superadas todas las tentaciones de mirar qué han opinado otros analistas sobre un título que cuenta ya con casi 15 años e intentando formar una opinión propia después de horas de exploración y frustración, hay que reconocer que ahora entiendo la devoción por este juego. Es la muestra perfecta de hacer mucho con muy poco. Y sí, ahora mismo, en 2021, se le notan los años en según que cosas y a su vez se le reconoce esa contribución a la hora de recuperar un género como el roguelike. Sin duda ni The Binding of Isaac o Hades, por buscar dos ejemplos muy distintos entre sí y muy diferentes a Spelunky, no serían lo que son sin el juego de Derek Yu. Y como ocurre con ambos, Nintendo Switch se convierte en una plataforma perfecta para disfrutar de él, siempre y cuando uno sea capaz de gestionar bien el desafío y la frustración y la consola no acabe destrozada contra la pared. Porque sí, la opinión final se puede resumir en un «yo te maldigo, Spelunky» pero al final, si terminas dándole a «Continuar» para seguir descubriendo los muchos secretos que esconde, es que el título te ha atrapado en sus garras.

 

Hemos analizado Spelunky gracias a un código digital decido por Mossmouth. Versión analizada: 1.0.4

El padre de los roguelikes modernos
Spelunky llega a una consola que parece hecha a medida para este tipo de juegos. A pesar de que sus años y de que algunas mecánicas y controles pueden haberse visto superadas en otros roguelikes, mantiene su capacidad para frustrar y enganchar al jugador durante más horas de las que aguanta la batería de la híbrida. Sin duda, como con cualquier título del género, no es un juego para todo el mundo pero hará las delicias de los amantes de este tipo de desafíos.
PROS
Adictivo y desafiante
Gran capacidad de rejugabilidad
Aire retro con multitud de referencias
CONTRAS
El control a veces es algo tosco, sobre todo en el uso del látigo
Su dificultad puede llegar a desesperar
80