Tails of Iron

Análisis Tails of Iron – Nintendo Switch. Las ratas unidas jamás serán vencidas

Por suerte... ¡no nos salió rana!

Tails of Iron
Fecha de lanzamiento
17 septiembre, 2021
Número de Jugadores
1
Idiomas
Español, inglés, alemán, etc.
Tamaño de la Descarga
1264,00 MB
Nuestra puntuación
90

Las ratas llevan años ganando terreno, y protagonismo, dentro del mundo de los videojuegos. Y es que, más allá del mundo del cine o los dibujos animados (véase Mickey Mouse y compañía) nunca han sido una apuesta demasiado habitual dentro del mundo de los videojuegos. Por suerte, con títulos como Curse of the Sea Rats de camino, los estudios indies no están dispuestos a seguir manteniendo en un segundo, o tercer plano, a tan singular animal. Odd Bug Studio, desarrolladora independiente afincada en Reino Unido, es un ejemplo más. Y es que su último juego, Tails of Iron, nos presenta un soulslike que pretende despuntar, más allá de manidos estereotipos, tanto a nivel narrativo como jugable o artístico. Un oscuro cuento sobre nuestros miedos más profundos y la forma en la que los afrontamos, un RPG con grandes dosis de acción y unos combates realmente desafiantes. La cosa promete, ¿verdad? Pues que nadie se baje de su caballo ni se despoje de su armadura. Y es que tras su lanzamiento en Nintendo Switch, entre otras pRATAformas, os traemos el análisis del que aspira a ser una de las grandes sorpresas, y ya van unas cuantas, de 2021.

 

 

Un oscuro y sombrío cuento de hada… ¡ratas!

Tails of Iron comienza presentándonos una historia que se aleja de la típica epopeya narrativa vista en los cuentos de hadas. Encarnamos a Redgi, heredero al trono del reino de las ratas, que ve cómo un grupo de ranas destrozan su hogar casi por completo. Exterminando, ya de paso, a casi todos sus congéneres. Tras sobrevivir a tan horribles acontecimientos, Redgi comienza una cruzada para rescatar a sus hermanos, restaurar la paz en el reino y, lo que parece aún más importante, vengarse de los asesinos de su familia.

 

Si tenemos en cuenta que nuestros bigotudos protagonistas se comunican mediante feromonas y vocalizaciones (ultrasónicas), parece un acierto haber optado por bocadillos y dibujos a modo de migas de pan con las que guiarnos a lo largo y ancho de nuestra peculiar andadura. Es cierto que esta decisión condiciona toda la aventura. No obstante, más allá de algún inconveniente con el sistema de comercio, que abordaremos con posterioridad, todo se torna bastante gráfico e intuitivo. Es una sensación extraña con la que, a medida que avanzamos, cada vez nos hemos sentido más cómodos. Además, la presencia de una voz en off aporta, como trataremos más adelante, un punto de apoyo extra para los que necesiten algo más tangible a lo que aferrarse.

 

Tails of Iron

 

Supera tus miedos. Rescata a tus hermanos. Restituye tu reino

Mecánicamente hablando se nos presenta un RPG de acción en 2D y desplazamiento lateral con claras reminiscencias al género souls. Al menos en lo que a la dificultad de sus combates se refiere. No obstante, es necesario puntualizar que Tails of Iron se ha tomado varias licencias con las que hacer bastante más llevadera la aventura. En primer lugar, es cierto que no contamos con guardado automático, pero los puntos de salvado manuales son bastante abundantes y logran suprimir gran parte de la presión típica de este tipo de juegos. Por otro lado, ni disponemos de medidor de resistencia, ni las armas y el equipamiento obtenido se estropea con el uso. A pesar de todo, que nadie se lleve a equívoco, no nos encontramos ante una suerte de paseo contemplativo. Los rudos movimientos de nuestro ratonudo amigo, así como la necesidad de sincronizar nuestros movimientos en combate (desde los dos flancos que nos ofrece la perspectiva 2D) compensan con creces los pequeños respiros anteriormente comentados.

 

Y es que es, precisamente, en los combates donde reside uno de los pilares jugables de Tails of Iron. Nuestro decidido, pero poco aguerrido, protagonista puede saltar y rodar por el suelo para esquivar o bloquear los ataques (de vital importancia). A su vez, cuenta con dos tipos de ataques en función de si utilizamos armas de una mano o de dos. En relación al primer tipo, más ligero, nos permite usar una herramienta fundamental para evitar o parar determinados ataques, el escudo. En el caso de las armas pesadas, más allá del daño extra causado, también nos resultan tremendamente necesarias de cara a acceder a determinadas localizaciones del mapeado. Para complementar, contamos con armas a distancia, como el arco o la ballesta, muy útiles para eludir los enfrentamientos cuerpo a cuerpo. El resto del equipamiento queda definido por la armadura y el casco. Elementos de protección que cuentan con estadísticas (peso y efectividad) y efectos propios (resistencias a determinados enemigos, etc.).

 

Tails of Iron

 

Y es importante tener en cuenta tanto nuestro equipamiento como la carga, limitada, de nuestro inventario. Ya que en función del tipo y peso de armamento escogido definimos nuestro estilo de combate. Puede que Redgi no sea el más ágil, fornido o veloz de la clase. Pero saber equiparnos con un conjunto adecuado de armas, escudos o armaduras (el surtido a nuestra disposición es bastante amplio) resulta del todo fundamental en Tails of Irons. Además, un equipo más pesado permite absorber más golpes, mientras apostar por una equipación más liviana nos permite ser más rápidos, pero también más vulnerables.

 

Y tan importante como adecuar las armas a nuestro sistema de combate resulta memorizar los tres tipos de ataques (precedidos siempre de señalizaciones de diferentes colores) con que cuentan los enemigos. Porque sí, a poco que nos descuidemos, hasta el enemigos más insignificante, al menos en tamaño, puede acabar haciéndonos morder el polvo. Por un lado tenemos los ataques con avisos amarillos, los cuales se deben bloquear con el escudo, admitiendo el contrataque. Por el otro, los rojos, que solo se pueden esquivar y los ataques básicos, que admiten tanto el bloqueo como la evasión. Como podéis leer, la sincronización de movimientos resulta crucial. Aunque, tranquilos… el timing es bastante más generoso que el visto en otros juegos del mismo género y tras morir unas cuantas veces (he perdido la cuenta) uno termina haciéndose a los movimientos de cada tipo de enemigo. Puede que se eche en falta un sistema de combate que evolucione con nuevas habilidades o técnicas especiales, pero no vamos a negar que los diferentes patrones de ataque siempre nos mantienen alerta. Por otra parte, las ejecuciones finales (con tan solo presionar un botón) resultan, a todas luces, espectaculares.

 

Tails of Iron

 

Una rata, una misión y multitud de posibilidades

El sistema de comercio, que incluye elaboración de armas, comida o pociones a partir de los materiales que nos vamos encontrando, resulta, como el resto de la aventura, bastante intuitivo. Nos situamos sobre el mercader en cuestión y presionamos el botón para interactuar con lo que nos ofrece el cartel situado sobre su cabeza. Al principio, como comentábamos unas líneas más arriba, nos costó un poco tomarle el pulso a este sistema tan simple y visual, pero una vez le tomamos el pulso resulto ser bastante efectivo, cómodo y rápido.

 

Dicho sistema se ramifica y expande gracias a un árbol de misiones secundarias presente en diversos tablones repartidos por todo el mapa. No es el más completo del mundo, pero aporta la suficiente variedad y nos facilita/permite progresar en el juego. Algo que se complementa con los diferentes puntos de viaje rápido repartidos por el mapa. Si, vale, el mapeado (al que tenemos acceso en todo momento para comprobar nuestra posición y la situación de los objetivos y misiones) no es el más extenso, pero si que cuenta con el tamaño suficiente como para que, alcanzadas ciertas horas de juego, termine resultando una opción muy a tener en cuenta en nuestros frecuentes desplazamientos.

 

Tails of Iron

 

Y a vueltas con el backtracking, es aquí donde reside una de las pocas pegas que se le puede poner a Tails of Iron. Su sistema de progresión nos ha obligado a realizar diversas misiones secundarias para poder obtener monedas con las que mejorar nuestro castillo. Esto no es algo ni mucho menos malo, ya que aporta un añadido bastante interesante y potencia su componente metroidvania. El problema llega, precisamente, porque de misiones secundarias tienen poco. Y si queremos progresar en la aventura no nos queda otra que completarlas para obtener liquidez caballeresca con la que acometer las pertinentes actuaciones palaciegas. Algo que nos lleva, frenando ya de paso el propio ritmo de juego, a regresar a las mismas localizaciones con bastante frecuencia, abocándonos a despertar al fantasma de la repetitividad.

 

Una oda artística a los cuentos de hadas, los teatros de títeres y la literatura oscura

Tails of Iron llama la atención desde el minuto uno de juego por su impresionante apartado artístico. Un estilo que, visualmente, recuerda a los cuentos de hadas, las marionetas, la literatura dramática infantil y al teatro de títeres. Odd Bug Studio ha logrado impregnar toda su obra con un toque, único, irrepetible y tan oscuro como mágico. Nada ha sido colocado al azar en los variopintos, y sorprendentes, escenarios por los que pulula nuestro protagonista. Desde los propios personajes y sus movimientos (inspirados en las mascotas de uno de los miembros del equipo), hasta unos entornos minuciosamente detallados. Entornos en los que, desde la farola situada en segundo plano hasta la brizna de hierba, o la bocanada de aire meciendo la rama de un apagado y mustio árbol, cobran vida ante nuestros incrédulos ojos. Y puede que haya quien piense que se trata de diseños caricaturescos… nada más lejos de la realidad. La solemnidad de todos los detalles es de tal calibre que, tras una primera aproximación sincrónica, el desasosiego y la tristeza ya comenzaba a invadirnos.

 

Llegados a este punto, resulta fundamental destacar otro de los grandes aciertos del título que aquí nos ocupa. Y es que los bocadillos de cómic, que emanan de los personajes cada vez que pretenden comunicarse con nosotros, logran que narrativa y apartado artístico vayan de la mano como un todo indisoluble que se fusiona de una forma tan llamativa como acertada y expresiva.

 

 

Por otro lado, ¿qué sería de Tails of Iron sin su apartado sonoro? Nos encontramos con diversas melodías que logran transmitirnos con bastante soltura el tono literario del juego, así como la desolación, la incertidumbre la desesperanza y, en definitiva, la oscuridad que envuelve a todo el juego. No en vano, se nos presenta una historia de superación, frente al miedo, de redención y de venganza. Los efectos de sonido, que van desde el crujir de las ramas, hasta el sonido del viento o de las hojas al caer terminan de complementar un apartado que logra brillar entre tanta oscuridad de principio a fin. Por su parte, los textos llegan en perfecto castellano. Para concluir, pero no por ello menos importante, la voz del narrador se corresponde con la de Doug Cockle, actor y director estadounidense encargado de doblar a personales de la talla de Geralt de Rivia en los videojuegos de The Witcher.

 

En lo relativo a su rendimiento. No hemos apreciado, sin entrar en un análisis más técnico, ningún bajón reseñable de fps y, más allá de los tiempos de carga entre distintas zonas, la fluidez (30 fps) es constante.

 

 

Tails of Iron – los cuentos no siempre son lo que parecen

Tails of Iron es una deliciosa fábula oscura en la que todo ha sido dibujado a mano con sumo mimo y detalle. Una obra arriesgada que fusiona apartado artístico, narrativo y jugable de una forma tan épica como literaria. Evitando, ya de paso, las largas, y en muchas ocasiones kilométricas, líneas de texto. Un título de acción y aventuras en 2D cuyos toques RPG van desde la gestión y creación de armas, hasta la adquisición de recursos, la elaboración de pociones o la cocina. Por si fuera poco, su exigente sistema de combate, al más puro estilo soulslike, aporta un componente desafiante a un título que, a pesar de todo, huye de convencionalismos y se amolda a los jugadores menos exigentes. En definitiva, un must have en toda regla y, sin ningún tipo de duda, una de las grandes sorpresas del año dentro del panorama indie que, por suerte, llega a nuestro país de la mano de la editora española Meridiem Games. ¿Listos para adentraros en un oscuro cuento sobre nuestros miedos más profundos y la forma en la que decidimos afrontarlos?

 

Hemos analizado Tails of Iron gracias a un código digital cedido por Meridiem Games. Versión analizada: 2

Tails of Iron
Una historia que te arratará desde el principio
Tails of Iron es un soulslike en 2D que destacaba por su accesibilidad y por un apartado artístico, narrativo y jugable que quita el hipo. Todo un reto con el que tendréis para rato... ¡y para rata!
PROS
Su apartado artístico. De lo mejorcito de 2021
Un soulslike desafiante, pero también accesible
Arte y narrativa se fusionan en perfecta armonía
CONTRAS
El sistema de misiones secundarias se torna, por su obligatoriedad, algo repetitivo
Los toques RPG podrían haber dado mucho más de sí
90