Las matemáticas siempre han sido un campo de la ciencia incapaz de dejar a nadie indiferente. Todos, sin excepción, nos hemos tenido que enfrentar a ellas durante años, y mientras muchos han acabado detestándolas con toda su alma, otros, entre los que me incluyo, nos hemos ido enamorando de ellas cada vez más con el paso del tiempo. La amplitud de sus teorías y aplicaciones puede resultar al mismo tiempo abrumadora y fascinante. Como profesor particular de matemáticas (y aspirante a docente en el futuro), soy plenamente consciente de lo difícil que puede ser, ya no que una persona en edad infante o adolescente se enamore de las matemáticas, sino que simplemente las comprenda y las sepa aplicar correctamente. No es para nada sencillo, y nunca dejaremos de buscar formas nuevas de enseñarlas, haciéndolas más accesibles y comprensibles. Justamente esto me hizo sentir muchísima curiosidad por este título cuando fue anunciado.
El estudio francés Souris-Lab ha hecho un intento muy ambicioso de convertir las matemáticas en algo lúdico. A Tale of Synapse: The Chaos Theories es una propuesta atrevida y arriesgada. A día de hoy, a todos los jóvenes, o a casi todos, les apasionan los videojuegos, y el género de las plataformas es uno de los más accesibles. Pero, ¿qué pasa si a los habituales puzles les añadimos un toquecito picante en forma de desafíos y teorías matemáticas? Hemos podido comprobarlo de primera mano, adentrándonos en su interesante mundo matemático.
Con el caos no se juega
Néro, un niño synapsien solitario y amante de los libros que ha desarrollado una relación paternofilial con el bibliotecario Psyga, comete un terrible error tras ser enviado a un recado en el sótano de la biblioteca de Curiositá, la capital del reino Héméide: sin querer, libera una extraña fuerza maligna que se extiende de inmediato por todo su mundo. Pero tiene la suerte de que también libera a Sci, una medusa con capacidades sobrenaturales. Aunque Sci muestra repulsa por la raza synapsien, reconoce la inocencia del joven Néro y decide revelarle lo sucedido: ha desatado las Teorías del Caos, pertenecientes a Xuga y capaces de hacer que las criaturas de Héméide se vuelvan hostiles y caóticas.
La misión de Néro y Sci es clara: recuperar las teorías del caos y ponerlas a buen recaudo para evitar que afecten al reino. Para ello, comienzan un viaje por las cuatro regiones de Héméide, un total de más de cuarenta y cinco niveles y de 12-13 horas de juego como mínimo en las que, además de encontrarnos con esas teorías, nos cruzamos con synapsiens a los que ayudar y rescatar, además de monstruos afectados por las teorías del caos. Rescatar a todos los synapsiens de una región, además, nos sirve para poder visitar los niveles secretos de esa región y tener una ración extra de puzles y teorías matemáticas. Por el camino no tardamos en ser testigos de cómo el caos cambia la personalidad de algunos de los habitantes… E incluso nos damos cuenta de que el enemigo podría estar más cerca de lo que pensábamos.
Sci, las pistas y la Dimensión Blanca
Nuestro camino por el mundo de Héméide no se entiende sin la relación entre Néro y Sci, pero tampoco sin las habilidades de cada uno. Ambos personajes disponen de un árbol de habilidades inspirado en el estilo de los metroidvania que les ayuda a avanzar con más facilidad: dobles saltos, ataques más potentes, creación de burbujas de apoyo para saltar sobre ellas y alcanzar plataformas más elevadas, y también habilidades de combate. Porque entre tanta plataforma hay de vez en cuando algún enemigo molesto con el que hay que combatir para ganar esferas luminosas.
Las esferas luminosas hacen las veces de puntos de experiencia en A Tale Of Synapse: The Chaos Theories. No hay niveles ni barra de vida. Conseguimos esferas derrotando a enemigos, pero también hay muchas sueltas por el mundo. Perdemos esferas si un enemigo nos golpea, y si estamos a cero, no pasa nada, no hay muerte en este juego. Pero conviene no perder muchas, porque hace falta una buena cantidad de esferas para conseguir desbloquear todas las habilidades de Néro y Sci. También nos encontramos con granadas, que no son otra cosa que «puntos de pista». Si nos atascamos en algún puzle y tenemos granadas, podemos pedirle ayuda a Sci, que nos dará una pista útil para entender qué hay que hacer en ese escenario. Aunque hay que admitir que algunas pistas son tan enrevesadas o tan básicas que uno podría quedarse igual que estaba.
Sci es una ayuda indispensable en el avance del juego, gracias a sus poderes. Utilizando a Sci, podemos visualizar la llamada «Dimensión Blanca«: si dejamos pulsado ZR, la pantalla se detiene y se pone en negativo. Y eso, en algunos puzles, sirve para ver pistas ocultas, descubrir caminos secretos o mover objetos que sólo se pueden mover en esa dimensión. Sci es la encargada de mover objetos, y si jugamos en modo cooperativo (en modo 1 jugador, el mismo jugador controla a ambos personajes) supone una ayuda táctica muy interesante que agiliza el progreso. La Dimensión Blanca es un elemento indispensable que enriquece el recorrido, tanto que en algunos lugares hay una especie de recipientes de pintura que hay que usar para hacer que los objetos salten de una dimensión a otra, siendo esto imprescindible para resolver algunos puzles. Esto da al título, valga la redundancia, una nueva dimensión de profundidad.
Las leyes de A Tale of Synapse: The Chaos Theories
A estas alturas del análisis, parece claro que esto no es un título de plataformas 2D al uso. A lo largo de nuestro recorrido por Héméide nos encontramos con plataformas al uso y puzles convencionales, pero también nos encontramos con desafíos que sólo se pueden resolver mediante las matemáticas. Y lo interesante es que no las tocan de pasada, sino que se meten de lleno en ellas. Las sumas, restas, multiplicaciones, simetrías, etc. son apenas una carta de presentación para todo lo que viene después. Porque se atreve a todo. Trigonometría, gráficas, regla de tres, álgebra, estadística, probabilidad, vectores, potencias, estudio de funciones… El nivel de complejidad que llegan a alcanzar los puzles dejan claro, tras apenas dos o tres horas de juego, que posiblemente a un niño de primaria (salvo que su nivel sea realmente avanzado, claro) este juego le venga grande. Con adolescentes y alumnos de secundaria, claro, es otro cantar.
Visto de este modo, podemos llegar a pensar que el juego puede tener un gran potencial didáctico por sí mismo, pero la realidad es que no llega a ser así del todo. Sí es, indiscutiblemente, un gran complemento para las lecciones ya aprendidas. Y esto es así porque el orden de los factores sí altera el producto. Primero nos encontramos con los puzles. A continuación los resolvemos como podamos y seguimos avanzando en el nivel. Y no es hasta el final del nivel cuando el juego nos explica qué teoría matemática era la que estábamos aplicando en ese puzle. Al ser así, llegar a un puzle sin conocer la teoría puede ser sinónimo de importantes atascos que sólo se pueden resolver mediante ensayo y error, o quizás con una pizca de suerte. Y eso sin contar con que hay algunos puzles a los que es realmente complicado encontrarles la lógica. En esos casos, sólo queda armarse de paciencia. Fue mi caso al enfrentarme con un par de puzles especialmente endiablados del tercer y cuarto mundo, en los que pasé horas tratando de encontrar la solución.
Sea como sea, hay que admitir que la creatividad de estos puzles es digna de reconocimiento. Poner el polígono adecuado en su pedestal con el tamaño y el ángulo necesarios, recolocar números para que coincidan con lo que la ecuación pide, buscar pistas en la dimensión blanca para entender la clave, lanzar flechas-vector con el ángulo correcto… Las mecánicas no dejan de sorprender a cada momento, ni siquiera cuando ya estás cerca de terminar el juego y crees que lo has visto todo. Además, no se limitan a estar presentes en el recorrido, sino que también son imprescindibles en los combates contra jefes. En este sentido, resulta realmente impresionante lo bien que casan las matemáticas con la jugabilidad plataformera.
Sin embargo, en la práctica…
A Tale of Synapse: The Chaos Theories es un concepto realmente impresionante. Sin embargo, a día de hoy, ese potencial jugable y teórico no tiene una respuesta técnica a la altura que merece. La estética del título, muy del corte de los indies metroidvania de los últimos años, hace un maravilloso alarde creativo bañándose en su propio concepto, creando escenarios basados en números, polígonos y símbolos matemáticos que acaban siendo omnipresentes. ¡Incluso los enemigos disparan polígonos y símbolos! La suave banda sonora a piano se mantiene discreta y sutil, dejando que las matemáticas tomen todo el protagonismo, e incluso dejando algunas melodías para el recuerdo en los compases finales del juego. Esto muestra que la ambición y la convicción de este título llega a todos sus rincones.
Es esto lo que hace que los errores resulten tan tristes. Uno de los mayores problemas del título es, precisamente, visual: se trata de la cámara. Normalmente, la cámara sigue a Néro en todo momento, pero al llegar a una zona de puzles, se amplía y abarca todo el escenario, sin posibilidad de hacer zoom ni movimiento de cámara. Esto desemboca en dos problemas: el primero, que a veces los elementos en pantalla se muestran minúsculos. Y esto, en una plataforma como Nintendo Switch, da problemas, y en la versión Lite puede ser mucho peor. En modo portátil, en ocasiones, hay que dejarse los ojos para ver un simple número en una plataforma, y hay niveles concretos que se vuelven casi injugables bajo estas circunstancias (incluso en sobremesa hemos tenido que ponernos de pie y pegarnos a la tele a veces…). El segundo son los bugs de cámara. Si la cámara se fija en un escenario y salimos o nos caemos de él, a veces sucede un fallo que mantiene la cámara fijada ahí, dejándonos fuera de escena y obligándonos a reiniciar el nivel, perdiendo el progreso hasta el momento.
Otro de los grandes problemas reside en la fluidez de los controles. Sí es cierto que, en su gran mayoría, el control es fluido e intuitivo, pero hay ocasiones en las que da problemas que complican bastante la vida. A veces hay ataques o saltos que se pierden en el limbo si pulsamos demasiado rápido, el doble salto también da problemas en según qué situaciones, y cuando uno lleva bastante rato jugando, controlar los vectores-diana con Sci también se hace complicado. Dicho control tiende a atascarse y hay que volverse loco moviendo el joystick para que se desatasque, y resulta terriblemente molesto en niveles que apoyan mucho sus puzles en las mecánicas de los ángulos de vector.
Todo esto, unido a que no existe guardado entre niveles y que el autoguardado sólo se activa al finalizar un nivel, provoca que algunas sesiones de juego sean bastante problemáticas. Si hay que sacar un detalle positivo de todos estos inconvenientes, es que los problemas más graves del juego, quitando el tema de que la teoría se enseñe después que la práctica, son técnicos, y trabajar en actualizaciones podría resolverlos. Por lo tanto, el potencial latente de A Tale of Synapse: The Chaos Theories sigue estando ahí, y eso hace que la esperanza de que alcance un nivel técnico que le ayude a lucir con más brillantez no se esfuma del todo.
A Tale of Synapse: The Chaos Theories – Mucha teoría y mucho caos
Enamorarse a primera vista del mundo que propone A Tale of Synapse: The Chaos Theories es bastante sencillo. Es un mundo imaginativo que abraza una ciencia tan única como las matemáticas, tanto en su estética como en su jugabilidad, suponiendo un interesante refuerzo para estudiantes de secundaria, y un reto bastante divertido para jóvenes y adultos amantes de las matemáticas. Lo cierto es que, a día de hoy, los problemas técnicos lastran y penalizan notablemente la experiencia, pero es indiscutible que, con los arreglos adecuados, puede hacerse un hueco como uno de los plataformas más originales y entretenidos de los últimos tiempos.
Hemos analizado A Tale of Synapse: The Chaos Theories gracias a un código digital cedido por Tesura Games. Versión analizada: 1.0.2
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