Los aniversarios están a la orden del día, y es que en 2021 no son pocas las franquicias que celebran sus aniversarios de una forma u otra. Sin embargo, también hay una franquicia que puede que no tenga nada que celebrar, pero que ha decidido que 2021 suponga el año de su regreso a Nintendo Switch. Monster Hunter volvió por todo lo alto a la híbrida de Nintendo el pasado mes de marzo con Monster Hunter Rise, la más reciente entrega de la serie que ya analizamos en su momento en NextN. Pero ahora debemos dejar de cazar a los monstruos (al menos parcialmente) para hacernos sus amigos, ya que a comienzos de julio se estrenó Monster Hunter Stories 2: Wings of Ruin.
Esta subserie supuso un nuevo acercamiento a la franquicia de Capcom en el que se adaptaron los elementos clave de Monster Hunter al formato JRPG más tradicional, con el añadido de poder reunir y entrenar a los monstruos característicos de la serie. Tras el lanzamiento del juego original para Nintendo 3DS en 2016 en Japón (a Occidente llegó en 2017) y tras portear ese mismo juego a dispositivos móviles, los fans no tenían claro el futuro de la serie y deseaban poder ver al menos que ese mismo juego llegaba a nuevas plataformas. Para sorpresa de todos, la compañía nipona nos deleitó con el anuncio de un juego totalmente nuevo para Nintendo Switch. En NextN le hemos dedicado muchas horas tanto para completar el juego como para traeros esta extensa guía de Monsties, y hemos de decir que nos ha deleitado de principio a fin. ¡Ride on!
De cazador a Rider
Puede que pertenezcan a la misma IP, pero Monster Hunter Stories 2 se aleja bastante de lo que hemos podido experimentar en la serie principal. ¿Las claves para ello? En primer lugar, una reestructuración total del sistema de juego tanto a nivel de jugabilidad como narrativo. Seguimos teniendo que luchar contra monstruos, pero los combates por turnos afectan a cómo plantearnos cada batalla. Como en cualquier otro JRPG, tanto nuestro personaje como nuestro Monstie poseen habilidades a su disposición (todas basadas en los ataques propios de los monstruos o en los movimientos habituales de cada tipo de arma), pero todo bajo la misma base de un triángulo de “elementos” estilo piedra-papel-tijera. A primera vista puede parecer que este sistema de combate es bastante sencillo (e incluso puede pecar de repetitivo), pero al introducir factores adicionales, los combates se vuelven más emocionantes.
Lo primero son los Cara a Cara. Si un rival y un personaje de tu equipo se atacan el uno al otro, se aplica la norma de los elementos (ataques potentes vencen a técnicos, técnicos vencen a ágiles y ágiles vencen a potentes). Si ganamos los CaC, hacemos más daño al rival y obtenemos energía de vínculo que nos sirve para montar a nuestro Monstie y poder realizar una devastadora habilidad vinculante. Y si tanto tu Monstie como tu personaje atacan al mismo rival con el mismo tipo de ataque y ganan el CaC, realizan un ataque doble más potente. Pero para que todo esto funcione, debemos volver a uno de los elementos clave de Monster Hunter: los comportamientos del monstruo. Es muy importante saber cómo actúa cada monstruo y qué tipo de ataques utilizan en según qué circunstancias, lo que añade una capa más de estrategia a los combates. Por ejemplo, un Bulldrome puede usar normalmente ataques potentes, pero en cuanto se enfurece, su patrón cambia junto a sus ataques. Y a medida que avanzamos, descubrimos monstruos con patrones de ataque adicionales o habilidades que no se ven afectadas por el triángulo de elementos.
Después, también tenemos las partes de los monstruos y sus debilidades a ciertas armas. Romper las partes de los monstruos no solo nos proporcionan recompensas adicionales, sino que pueden servir para inmovilizar al rival o bien para impedir que use ciertos movimientos. A cada monstruo (y cada parte) le afectan ciertos tipos de armas de las 6 disponibles (gran espada y espada y escudo como armas cortantes, martillo y cornamusa como armas contundentes, y arco y lanza pistola como armas perforantes). Además, en cada turno podemos cambiar tanto de Monstie como de arma para adaptarnos a las circunstancias y a lo que vamos descubriendo.
Hasta ahora, para aquellos que ya hayan jugado al título original, no hay grandes cambios. La principal novedad de Monster Hunter Stories 2 se encuentra en los combates cooperativos, que lejos de ser simplemente una novedad para el modo multijugador, se incorporan como un elemento clave de la historia principal. A lo largo de nuestra aventura se unen a nosotros diversos personajes que nos apoyan en los combates. Aunque no podemos controlarlos, todos los elementos jugables anteriores también se aplican a ellos, e incluso nos sirven para tener más oportunidades de cara a realizar ataques dobles. Por desgracia, un aspecto negativo es el funcionamiento de la IA, ya que a veces no se adapta bien a los ataques de nuestros rivales y hace que alguno de los personajes adicionales haga una acción incorrecta o ejecute su habilidad vinculante antes de lo que nos conviene. Por otro lado, aunque no sabemos con certeza si está relacionado o no, notamos que hay pocos enfrentamientos Rider contra Rider en la historia (más adelante hablamos de ellos).
Criando a nuestro Monstie favorito
El otro aspecto clave de Monster Hunter Stories 2 es, sin duda, la cría de monstruos. Con tantas criaturas diferentes que han aparecido en la serie a lo largo de los años, ¿quién no hubiera querido criar a su propio monstruito? Ya sea un Pukei Pukei, un Nargacuga o un Lagiacrus, la lista de monstruos disponibles en este juego es increíblemente extensa (como podéis comprobar en nuestra guía de Monsties).
De igual forma que en el juego original, a lo largo y ancho del mundo encontramos guaridas que se generan aleatoriamente en las que encontramos huevos de monstruo. De cada guarida solo podemos llevarnos un huevo y estos son aleatorios (en cada gran zona aparecen unos monstruos determinados). También encontramos guaridas raras (de color dorado) con huevos con genes raros (muy importante para el rito canalizador) y nidos viejos donde podemos desbloquear monstruos adicionales y conseguir tapones de botella para conseguir ciertos objetos exclusivos. Si deseamos obtener un monstruo en particular, necesitamos luchar contra él y lograr que huya (con un patrón de ataques determinado o usando una bola de pintura) para que genere un nido exclusivo para ese monstruo. Esto no siempre es positivo, ya que a veces puede resultar difícil encontrar un monstruo concreto, por lo que ese factor de aleatoriedad puede resultar un poco frustrante, aunque también invita a la rejugabilidad. Por otro lado, al avanzar en el juego nos veremos obligados a reemplazar a nuestros Monsties por otros nuevos ya que suelen ser más fuertes que los anteriores, por lo que quizás tengas que dejar atrás a alguno de tus favoritos.
Una vez en el establo, podemos abrir los huevos y gestionar nuestros Monsties como queramos. Incluso llegado cierto punto, podemos desbloquear expediciones para enviar a los monstruos que tenemos en reserva y que consigan objetos. Pero la función más llamativa y profunda es el rito canalizador. Cada Monstie posee genes que le otorgan sus habilidades especiales o pasivas, y con esta función podemos transferir cualquier gen de cualquier monstruo a otro (sacrificando así al monstruo donante). Aunque pueda parecer un sistema complicado de entender, esto permite que podamos personalizar a nuestros Monsties de cualquier forma, otorgándoles habilidades propias de otros monstruos o cambiando su elemento. Es aquí donde encontramos el foco principal de la personalización de este JRPG, porque sí, seguimos teniendo a nuestra disposición armas y armaduras para nuestro personaje humano, pero las armaduras actúan como un set único que no se pueden combinar. Es curioso que se simplificaran estos aspectos para hacer un JRPG más casual e introductorio, pero que se ofrezcan tantas opciones con los genes. Pero claro, si el foco principal del juego es entrenar monstruos, es normal que ellos acaparen toda la atención.
Las alas de la ruina
Un día, los Rathalos desaperecen sin saber por qué y unas extrañas luces surgen de la tierra. Este es el punto de partida de nuestro relato, en el que nos convertimos en un Rider para resolver estos misterios y cuidar de un Rathalos que puede provocar la destrucción del mundo. Monster Hunter Stories 2 nos presenta una historia más compleja e interesante que los juegos principales y en la que conocemos a todo tipo de personajes que nos ayudan en la aventura y que poseen su propio trasfondo y desarrollo. Algunos de ellos son caras conocidas del primer juego, aunque no es necesario haberlo jugado ya que las referencias son mínimas. Y no os dejéis engañar por su aspecto más “simpaticón”. Si bien el comienzo parece ser más fácil, a medida que avanzamos nos encontramos con combates bastante complejos en los que hemos de utilizar nuestra astucia y conocimiento de los monstruos para salir adelante. Aun así, la estructura sí es un poco más tradicional: cada vez que llegamos a una nueva aldea o ciudad, se nos propone varios monstruos objetivo para que la trama avance.
Esta entrega es más grande, y no solo por lo que ya hemos comentado de la cantidad de monstruos. Muchos de los panoramas que exploramos son realmente amplios, con muchos elementos naturales y detalles. Los espacios de las guaridas son más reducidos, pero como poseen ese aspecto aleatorio, a veces se unen varios espacios para formar guaridas más grandes. Que los entornos estén tan bien trabajados afecta un poco al rendimiento: si bien no ocurre con frecuencia, nos hemos encontrado algunas situaciones en las que los FPS se han resentido un poco. Aun así, la calidad gráfica está bastante bien, y el diseño de los monstruos está muy logrado, consiguiendo esa mezcla entre su diseño original con algo más colorido y animado. El apartado sonoro también es bueno, con melodías clásicas de la serie adaptadas al nuevo ritmo de los combates de forma que tengan su propia esencia, pero aún nos recuerden a Monster Hunter (además de contar con doblaje en inglés y japonés). Sin embargo, resulta un poco chocante que no escuchemos nada mientras exploramos. Quizá sea para imitar a la serie principal (no se suele escuchar música hasta encontrar al monstruo), pero en un JRPG más tradicional, se echa en falta.
Quizá a estas alturas os estéis preguntado: “entonces, ¿solo tenemos la historia?”. Tranquilos, que hay mucho más que hacer (por supuesto, aparte de fabricar armas y armaduras y reunir monstruos). Disponemos de un gran listado de submisiones que podemos completar en cualquier momento (que mayormente se dividen en reunir objetos, vencer monstruos normales o vencer versiones especiales de ciertos monstruos). También encontramos un modo torneo en el que hacer duelos de Riders contra la IA. Estos duelos son combates entre Riders y Monsties con sus propias normales especiales, como que los Riders solo pueden atacar a los Monsties y que si pierdes los tres corazones, pierdes el duelo. Y por supuesto, el título también cuenta con un modo multijugador (tanto local como online) en el que podemos participar en misiones cooperativas o bien luchar contra otros jugadores en duelos de Riders. Y todo esto es solo antes de completar la historia. Una vez superamos la aventura, se abren muchas más opciones, pero preferimos reservaros la sorpresa. Por desgracia, echamos en falta que haya más duelos de Riders de forma esporádica. Ya sea a nivel de historia o de exploración, notamos que estos duelos aparecen en contadas ocasiones e incluso como excusa para decir “oye, tienes esta opción en el modo multijugador”.
Monster Hunter Stories 2: Wings of Ruin – Creando una nueva leyenda
Tanto si ya tenéis experiencia con esta serie como si es vuestra primera vez, Monster Hunter Stories 2: Wings of Ruin es un juego que se disfruta hasta el final. Los combates pueden parecer simples y repetitivos, pero ofrecen su buena dosis de estrategia y desafío. Las opciones tanto para nuestro personaje como para los Monsties son amplias, y desde luego, es un placer poder luchar al lado de tu monstruo favorito. Las misiones secundarias y los modos multijugador no hacen más que sumar a la experiencia, y es una gozada tanto a nivel musical como visual (aunque en ciertos momentos el rendimiento se pueda resentir). Se trata de una experiencia totalmente distinta a Monster Hunter Rise, pero eso es bueno, ya que se trata de una forma excelente para que aquellos que no conozcan Monster Hunter o a quienes no les gusta tanta complejidad y acción puedan adentrarse en un mundo tan espectacular. Si criar monstruos y explorar la naturaleza es lo vuestro, solo queda una cosa que decir: ¡a montar!
Hemos analizado Monster Hunter Stories 2: Wings of Ruin gracias a un código digital cedido por Nintendo España. Versión analizada: 1.1.0
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