Parece mentira pero ya han pasado más diez años desde que Scott Pilgrim se acabó, ¡tres veces! Una década desde que los cómics de Bryan Lee O’Malley concluyesen, se estrenase una película unos meses después, Scott Pilgrim Vs The Wold, y un mes después saliese su videojuego, Scott Pilgrim vs The World: The Game. Y creo que no todos los cómics de autores independientes son capaces de terminar su obra con un par de adaptaciones al mundo del cine y del videojuego. Y es que lo de Scott Pilgrim fue uno de esos bombazos que ocurren muy de vez en cuando. Uno de esos comics que todo el que estuviese metido en el mundillo por aquella época conocía más o menos, si no de leerlo, como mínimo, de haber visto ilustraciones o haber escuchado a otros tantos hablar de él.
Y es que fue un auténtico boom. Una de esas obras que cuando la seguías al día y se acaba, te deja un vacío por dentro porque quieres más. Y ahora mismo no estoy hablando solamente del cómic. Si ya es difícil que un cómic de este tipo reciba dos adaptaciones a medios tan distintos, más raro aún es que esas sean, no solo buenas, sino terriblemente recomendables como obras independientes aunque uno no conozca el material original. Y precisamente por eso cuando el contrato entre Ubisoft y Universal Pictures caducó y se retiró el juego de las tiendas digitales de Sony y Microsoft a finales de 2014, se convirtió en uno de los primeros juegos que se perdieron en el limbo de lo digital, ya que era imposible de comprar y solo se podía jugar en una Playstation 3 o XBOX 360 quién lo tuviese descargado. Por esto mismo cuando Ubisoft anunció en septiembre que por el décimo aniversario habían vuelto a llegar a un acuerdo con Universal, para relanzar el juego con todo su contenido adicional bajo el nombre de Scott Pilgrim vs The World: The Game – Complete Edition, muchísimos fans saltamos de la silla a celebrarlo.
«We are Sex Bob-omb! One, Two, Three, Four!»
Los que ya peinéis canas seguro que estáis al tanto, pues os tocó vivir la sequía de Beat ‘em up como a mí, pero los más jovencitos tenéis que saber que antes de que el género resucitase en los últimos años con juegos como Fight’N Rage, Dragon’s Crown, River City Girls o Streets of Rage 4 ,hubo una gran sequía donde a penas salían juegos de «yo contra el barrio». Y creo que no seré el único que piense que el que volvió a demostrar que lejos de estar muerto el género, se podían seguir haciendo buenos juegos, actualizando la fórmula y que fuesen aclamados por crítica y público, ese fue Scott Pilgrim vs. The World: The game, con permiso de Castle Crashers.
Y es que la premisa de la obra original pedía a gritos que ese fuera el género de la adaptación al videojuego. Por resumir bastante, el cómic trata de cómo Scott, un chico normal, que es bajista de un grupo, empieza a salir con Ramona Flowers, una misteriosa chica que se acaba de mudar a la ciudad. Pero lo que en un principio parece una comedia romántica con muchas referencias a la cultura pop, pronto da un girito cuando a Scott le empiezan a atacar y perseguir las siete ex-parejas de Ramona, convirtiéndose Toronto en una ciudad donde Scott no está a salvo y puede sufrir un ataque en cualquier momento. Con esa premisa, el género era más que evidente.
Como Beat’em up cumple con absolutamente todas las premisas que cabría esperarse: una serie de personajes con distintas formas de juego, ir avanzando por las calles de la ciudad saltando, pegarse con masillas mientras recoges objetos del suelo para repartir justicia, encontrar zonas secretas, pantallas de bonus, las míticas fase del ascensor y la fábrica de todo buen juego del género. ¡Ah, y por supuesto los jefes finales que ponen en apuros y nos hacen repetir las pantallas tras darnos una paliza! Todos los clichés están presentes, pero Scott Pilgrim vs The World: The Game – Complete Edition también aporta cosas de su propia cosecha. Para empezar está el tema de que los personajes van subiendo de nivel, ganando habilidades conforme más luchemos, salud y puntos de coraje. Pero subir de nivel no es sinónimo de subir las distintas estadísticas de cada personaje. Para mejorar el daño, defensa y velocidad de los siete personajes tenemos que ir de compras con el dinero que sueltan los enemigos. Cada una de las múltiples tiendas que pueblan los distintos niveles venden objetos de recuperación y objetos que nos suben permanentemente las estadísticas. Y creedme que hace falta pasarse por ellas porque el juego no perdona una y es importante ir con todos los puntos de salud que podamos, pero más importante es ir subiendo las estadísticas conforme avanzamos para no pasarlas realmente canutas.
«Hello again, friend of a friend, I knew you when…»
Si la autoría de los cómics recae al completo sobre Lee O’Malley, en el videojuego también podemos hablar de una serie de artistas como autores del mismo, al estar todo el proyecto impregnado con su esencia, sin hacer de menos a todo el pequeño estudio dentro de Ubisoft Montreal que hicieron el juego y al que hay que reconocerles su trabajo también, obviamente. El primero de ellos es Paul Robertson, un animador australiano especializado en hacer un pixel-art súper reconocible y que se encarga de gran parte del diseño artístico y de animación del título. Como artista ha sido el responsable en gran parte de inundar las firmas de foros de la primera década del milenio con su arte, (a veces macabro y subido de tono, así que cuidado si vais a buscar sus trabajos), ha trabajado como artista principal en este juego, en la franquicia Shantae y en series de animación como Los Simpsons y Rick y Morty. Él, junto a otros dos grandes nombres de la animación como Mariel Kinuko Cartwright y Jonathan «Persona» Kim fueron los encargados de traspasar y animar las viñetas al videojuego de una forma magistral, dándole vida a cada uno de los personajes.
Y el apartado sonoro también tiene su propia personalidad intransferible a otro grupo que no fuese Anamanaguchi, el grupo chiptune punk que hace música con NES y Game Boys. ¿Quién iba a ser mejor que este grupo americano para componer la banda sonora de un juego que homenajea a los clásico de esas consolas, basado en un cómic que cada tres viñetas está referenciando y haciendo chiste de juegos de la NES y Game Boy? El resultado no podía ser otro que una banda sonora, cañera, que recuerda al pasado, pero que se siente fresca y actual. Y al final cuando juntas a gente tan talentosa de cada uno de sus ámbitos, el resultado es un juego que desprende personalidad por cada píxel y nota musical y que ha servido de inspiración durante la última década para otros tantos títulos.
Pero a pesar de tantas alabanzas, el juego dista bastante de ser perfecto. Para empezar estamos ante un port que tan solo añade el contenido descargable del título original, sin aportar nada nuevo. Esto quiere decir que los bugs que tenía el juego en 2010 y los fallos de diseño, como el no saber que nos dan los objetos de la tienda hasta después de comprarlos, siguen ahí. Y me gustaría imaginar que la idea al no contar con el equipo original para hacer esta nueva edición completa era de respetar el juego tal como era originalmente, pero entonces hay algo que no me explico. Y es qué a pesar de vender este Scott Pilgrim vs The World: The Game – Complete Edition como la versión definitiva con todos los personajes disponibles, no es del todo cierto. Scott, Ramona, Kim, Still y Wallace están desde el principio sí, pero para conseguir a Knives hay que registrarse a la fuerza en el nuevo servicio de la compañía gala Ubisoft Connect, algo que también es necesario para acceder a las tablas de clasificación online. Impresiona para mal ver cómo Ubisoft no ha destinado tiempo y recursos para arreglar problemas de diseño y fallos, pero sí que se los destinó para secuestrar contenido del juego detrás de su nuevo servicio, cosa que en ningún momento de la promoción del título se avisaba. Sin duda son cosas que afean el conjunto del título, pero cuesta bastante enfadarse al respecto cuando el juego principal, (tanto jugando en solitario como acompañado por otros tres amigos, ya sea en local u online), o a alguno de sus modos extras más alocados como el balón prisionero o aguantar oleadas de zombies.
Scott Pilgrim vs The World: The Game – Complete Edition – «K.O.!»
El juego de Scott Pilgrim ha llegado a Nintendo Switch y el resto de plataformas actuales tal y como lo recordábamos, sin ningún cambio. Si bien se hubiese agradecido una serie de cambios, mejoras y nuevo contenido, la realidad es que el regreso de Scott Pilgrim vs The World: The Game es una fantástica noticia, dada la imposibilidad de poder jugar al juego hasta hace unas semanas. Y aunque hayan pasado diez largos años desde su lanzamiento, el juego ha envejecido bastante bien, apenas se le notan los años y sigue siendo un buen beat’em up y una genial adaptación.
Hemos analizado Scott Pilgrim vs The World: The Game – Complete Edition gracias a un código digital cedido por Ubisoft. Versión analizada: 1.0.1
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