Hace muchos años, a mitad de la primera década de los 2000, se emitió una serie animada en Nickelodeon: Catdog. En dicha serie, un animal siamés de cuatro patas, mitad perro, mitad gato, tenía que poner de acuerdo a sus dos cabezas para cumplir sus metas. PHOGS! nos muestra un protagonista parecido, tanto en morfología, como en limitaciones. Bit Loom Games nos pone en la piel de un extraño ser con el cuerpo alargado, como podría ser el de una serpiente, pero con dos cabezas de perro, una en cada extremo. Resumiendo, a grandes rasgos, lo que nos propone el título, podemos determinar que se trata de una aventura de puzles que, si bien puede jugarse de modo individual, está pensada para hacerlo de forma cooperativa con otra persona. Así que, pasemos a ver como ha resultado este juego.
Un mundo GUAUpísimo
PHOGS! nos traslada al Phoggyveso, un idílico mundo en el que todo está relacionado con lo que le gusta a los perretes o, como se les conoce en este lugar, “phoggos”. Este universo se divide en tres realidades distintas, el Mundo de la Comida, el Mundo de la Siesta y el Mundo de los Juegos. Para completar la aventura de estos extraños animales, tenemos que superar las 24 fases distintas en las que se dividen estos mundos, todas ellas con características propias, como mecánicas diferentes o un apartado visual concreto para cada una de ellas; sólo con ver la paleta de colores identificamos rápidamente el mundo en el que estamos. Algo que dota de personalidad al juego en general.
Peor solo, que mal acompañado
Como decimos, el protagonista es un animal peculiar, un perro sin patas y con una cabeza en cada extremo del cuerpo. Cada testa se moverá de forma independiente, pudiendo realizar cada una acciones concretas; ladrar, morder, saltar o estirarse, pero siempre con la limitación del tamaño del propio cuerpo de la criatura. Y aquí llega el punto más importante a la hora de jugar, ¿cómo lo hacemos? Si jugamos de manera individual, controlamos la mitad azul del cuerpo con el Joy-Con izquierdo y la mitad roja con el derecho. Si decidimos jugar en cooperativo, la repartición de controles será idéntica, con la salvedad de que es una persona distinta la que manejan cada mitad.
Aunque, como decimos, se puede jugar de ambas maneras, de hecho, la mayor parte de mi partida la he tenido que hacer de modo individual, se nota desde leguas de distancia que este juego está pensado para jugarse en cooperativo, y, que esta es en la forma que más se disfruta. Al jugarlo solo se necesita un tiempo de adaptación a un control diferente al habitual; tenemos que usar un stick extra para mover medio personaje. Aunque adaptarse no es complicado es algo que choca, aun avanzando bastante en el juego, y que no se «sufre» si jugamos con otra persona. Así como la resolución de los puzles, de los que hablaremos a continuación, pensados para usar las dos cabezas en todos ellos, por lo que el completarlos en pareja aporta una sensación de satisfacción extra.
La complejidad de PHOGS!, en lo que se fundamenta y nos propone un desafío a la hora de superar los niveles, son sus puzles. Aunque hay pequeñas secciones de cierto plataformeo, su peso con respecto a los rompecabezas es ínfimo. Estos obstáculos se resuelven haciendo uso de las pocas mecánicas que citamos al principio, ladrar, morder, alargarse y saltar, pero que, tras llevarse al límite, resultan otorgar variedad y creatividad al título. Por ejemplo, morder puede servir para agarrar y desplazar un objeto, engancharnos a algo o, mención especial a esta mecánica, acoplar una cabeza a una salida de agua, expulsarla por la otra, convirtiendo a nuestro perrete en manguera. Cada zona aprovecha más algunas mecánicas mientras que da distinta funcionalidad a otras, pero como decimos, llevadas de manera muy inteligente para que no terminen por ser repetitivas.
Por su parte, los puzles, en cuanto a resolución, normalmente tienen una solución más o menos marcada, que podemos intuir desde el principio y cuya complicación está en cómo llegar a la misma. Algo muy positivo que podemos comprobar en este punto es que, si bien hay puzles con una solución fija, otros son más flexibles, dándonos varias posibilidades a la hora de resolverlos. Por otro lado, los niveles tienen escondidos unos coleccionables, en forma de hueso, que luego podemos emplear en la tienda para desbloquear diferentes aspectos para las cabezas. Sombreros, bigotes, máscaras y demás elementos que nos permiten personalizar al protagonista, así como fomentar la rejugabilidad de los niveles para conseguirlos todos.
Bonito hasta decir basta
Aunque, si en algo destaca PHOGS! es en su apartado artístico. Gráficamente es un juego sencillo, pero precioso. Una paleta de colores apastelados y llamativos, que usados en conjunto consiguen dar vida y personalidad de sobra a los diferentes mundos. Además, el modelado de los personajes, la forma de los lugares y localizaciones, con un toque, de cierta manera, infantiloide, viene que ni pintado para la experiencia que nos proponen. El apartado sonoro, en la misma línea, pero un pasito por debajo, nos acompaña bien a la hora de resolver los puzles, con un tono tranquilo y relajante, pero que, en este caso, no destaca en exceso.
PHOGS! – Nintendo Switch. Una hermosa aventura que vivir en compañía
Podemos concluir que PHOGS! es un gran juego de puzles que, si bien, puede disfrutarse de forma individual, no es muy recomendable hacerlo de esta forma. El juego está pensado y es mucho más gratificante si lo jugamos en modo cooperativo, ya sea local u online, mientras hablamos con la otra persona a los mandos. Los puzles, que escalan en dificultad, así como las posibilidades de resolución, hacen que este sea un juego a tener en cuenta si estamos buscando una experiencia que jugar con otra persona y que no nos lleve muchas horas, su duración es de unas 8 ó 10 horas, según si nos queremos ceñir a completar los niveles o a conseguir todos los elementos.
Hemos analizado PHOGS! gracias a un código digital cedido por Coatsink. Versión analizada: 1.1.1
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