Super Smash Bros Ultimate Steve Minecraft

[OPINIÓN] Steve se merece su puesto en Super Smash Bros. Ultimate le pese a quien le pese

A partir de hoy los Creepers no están hechos de pólvora. Su nueva composición es 100% sal de los fans haters de Minecraft

Para que no me llaméis luego fanboy ni nada, lo voy a decir en la primera frase del texto: yo NO quería a Steve en Super Smash Bros. Ultimate. «¿Entonces qué haces escribiendo un artículo con ese titular? ¿Eres un click-baiter de esos? Dimisión«. Pues lo escribo porque lo pienso de realidad. Y aunque os parezca imposible se puede tener más de una opinión y que estas sean compatibles entre sí. Con este artículo no pretendo ir de guay ni de «todos tenéis que pensar así o vuestra opinión no vale nada«, pero sí pretendo intentar explicar el porqué Steve sí merece estar en el juego de lucha de Nintendo, a pesar de que no parezca que estuviese entre los favoritos de Sakurai o la comunidad más gritona para meterlo.

 

 

La importancia de Minecraft y Steve en la industria

Podría escribir aquí y ahora una biblia de cómo el desarrollo de Minecraft comenzó como un proyecto pequeño cuando su creador original (al cual no pienso mencionar por tener unas ideas políticas de odio hacia ciertos colectivos y que gracias a dios ya no tiene nada que ver con el título) trabajaba en King y el proyecto fue creciendo, creciendo poco a poco, ganando adeptos en sus primeras fases hasta convertirse en algo tan gordo e importante que Microsoft pagó 2.500 millones de dólares; pero eso ya hay gente que lo ha contado mejor que yo a lo largo y ancho de internet y prensa escrita.

 

Y es que lo que empezó como un simple juego sandbox, se ha convertido por méritos propios en el juego más influyente e importante para la industria de los videojuegos de la última década. Sí, me habéis leído bien. Ni Marios, ni Breath of the Wilds, ni The Last of Us, el juego más importante de los diez últimos años es Minecraft. ¿Por qué? Bueno, podríamos entrar en los más de 200 millones de copias vendidas y 126 millones de jugadores mensuales activos. ¿Sabéis cuánta gente jugando al mes es esa? Es como si todos los habitantes de España y Alemania estuviesen jugando a la vez. Pero algunos diréis que cantidad no es sinónimo de calidad. De acuerdo, empecemos hablando de lo que simboliza como fenómeno.

 

Fortnite
Haced todos los chistes que queráis mientras podáis, porque si Fortnite sigue así de fuerte dentro de 10 años, es inevitable que entre en Super Smash Bros. tarde o temprano de una forma o de otra.

 

Mucho antes que Fortnite fuese el fenómeno de masas que es actualmente -tranquilos ;), si el juego de Epic aguanta 10 años más no dudéis que lo veremos en Smash 6- el rey del cotarro era Minecraft. ¡Qué diablos, sigue siendo Minecraft! Quizás no en solitario porque los números de Fortnite dan miedo, pero sigue teniendo un enorme reino en el que gobernar. Para empezar a comprender la importancia del juego de los cubos. Su popularidad ha hecho que lo jueguen muchas generaciones de jugadores, pero en especial hay una generación de chavales que han crecido con Minecraft. Decenas de millones de niños para los que salir a esas praderas pixeladas a hacer un sin fin de cosas era su Super Mario Bros., su Final Fantasy VII y su lugar donde quedar después de las clases con los colegas para charlar mientras colaboran en hacer una casa o explorar una mina. Y lo de usar Minecraft como lugar de reunión no es exclusivo de la chavalada. En 2018 los datos demográficos indicaban que los jugadores menores de 15 años eran el 21% de los jugadores, entre los 15 y los 21 años se encontraba el 43% y el otro 36% restante eran de jugadores de más de 22 años. Pues parece que no es tanto cosa de niños, ¿no?

 

En todos estos años hemos visto muchísimas noticias y vídeos de gente loca que le echa 2000 horas a Minecraft recreando los mapas íntegros de Pokémon Azul y Rojo, Midgard en todo su esplendor o hacen cosas como calculadoras o programar un ordenador funcional para jugar a DOOM. Minecraft es un juego que no tiene una única manera de jugar, que fomenta la creatividad, que se usa en los colegios para enseñar y que une a la gente. Es un juego que ha influenciado a prácticamente cualquier juego de supervivencia y crafteo que se ha hecho de la última década, y así como Dan Houser (co-fundador de Rockstar) afirmaba que «Cualquiera que haga juegos 3D que diga que no ha tomado prestado algo de Mario 64 y Zelda Ocarina of Time está mintiendo.», se puede afirmar lo mismo de los juegos de supervivencia modernos y Minecraft. Popularizar un género de nicho, un género que era famoso por ser duro de jugar, hacerlo accesible, redefinir el concepto de sandbox, crecer poco a poco hasta convertirse en un fenómeno de masas que atraía a nuevos jugadores que no habían tocado nunca un videojuego como en su momento ya hicieron Wii Sport, Wii Fit o Nintendogs. Todos esos son solamente una pequeña parte de los méritos del título. Por no hablar de que parte de esos jugadores que empezaron a jugar apilando bloques de tierra para hacerse una casa, después habrán probado otros juegos, parecidos y no tan parecidos, y habrán descubierto otras experiencias que les gusten y con las que disfruten.

 

¿Es necesario que me pare a hablar de cómo Minecraft superó hace muchos años la barrera de los videojuegos y es un icono de la cultura pop tan importante como PAC-MAN? Les guste reconocerlo a la gente o no, basta con haber ido en los últimos 8 años a cualquier salón del manga, cualquier convención de videojuegos o cualquier tienda especializada en alguno de los dos mundos anteriores para darse cuenta de que Minecraft está ahí, formando parte del imaginario colectivo. Pero claro, hay un problema. Es popular.

 

El odio de lo popular.

Reconozcámoslo, siempre hay un fragmento de cualquier grupo que le gusta odiar las cosas populares por el mero hecho de ser populares. Curiosamente ese grupo de personas suele coincidir con aquellas que no han probado el tiempo suficiente esa cosa popular como para generarse una opinión distinta a la del resto del grupo y suele ser la más vocal en redes sociales. Y es que es mucho más fácil criticar, hablar mal e insultar que hablar bien de algo. Y si encima esa cosa popular se ha hecho exitosa gracias a los Youtubers entre los niños, ya tenemos la receta perfecta para odiar algo. Y es que este sentimiento de aversión nace de la más mínima cosa y es muy fácil mostrar el desacuerdo (fundado o infundado) contra algo, mientras que cuando uno está contento con algo, es más difícil que deje un comentario positivo porque que las cosas funcionen bien es «lo esperado» y como tal no merece un reconocimiento.

 

«¿Cómo puede ser que este niño de 5 años se esté divirtiendo con un juego tan feo, con pixelotes, sin historia y lo prefiera antes que mi juego favorito, cuya saga llevo jugando desde que tenía 5 años y tenía pixelotes y no me enteraba de la historia porque estaba en inglés? No tiene criterio ninguno y no sabe lo que es bueno».

 

Os voy a contar un secretito de la vida: resulta que no todo el mundo tiene los mismos gustos, nadie está obligado a que le guste lo mismo que a ti y eso es genial. Es fantástico. Así funcionan todas las industrias y todos los negocios ya sean deportes, cine, televisión, cómics y/o música. Y por desgracia en todos esos ámbitos también encontramos los mismos casos de odiar por odiar. El mundo sería un lugar peor si a todos nos gustase lo mismo, pero es aún mucho cuando existen un grupo de personas cuyo objetivo en la vida es odiar lo que a ellos no les gusta en lugar de centrarse en lo que sí les gusta y dejar vivir a cada uno con sus gustos. ¿No os dais cuenta que las compañías son las primeras que están constantemente felicitándose entre sí, apoyándose en redes sociales y diciendo públicamente que no quieren a los fans tóxicos? La guerra de consolas está bien cuando tienes siete años y estas en el patio del colegio en los noventa, donde la publicidad entre Sega, Sony y Nintendo era despiadada. A día de hoy las compañías no solo no la buscan, sino que rechazan esa idea, a favor de remar todos hacia un mismo lugar donde todos podamos jugar juntos gracias a iniciativas como el crossplay sin importar dónde lo hagamos. Eso sí, sin olvidar que esto es una industria y aquí se está para ganar dinero.

 

Una industria más grande que el cine y la música, que dicen algunos. Más que una industria es una nueva forma de arte, que dicen otros. Pero viendo algunas reacciones del día a día en ella, y sobre todo a las cosas que son populares y no alcanzamos a comprender, parece que esto no es más grande ni importante que ese patio de colegio de hace 2 décadas. Y si estáis aún en ese patio y sois de los que os quejáis y pataleáis amenazando con vender vuestra copia del juego tan solo porque Steve esté en Super Smash Bros. Ultimate en vez de vuestro personaje favorito, solo tengo que deciros dos cosas: sois minoría y ojala esa copia que vas a vender la pueda disfrutar más que tú otra persona.

 

Nintendo, Smash, Sakurai y Minecraft

¿De verdad sigues pensando que Minecraft no es lo suficientemente importante y que no hay motivos para que sus personajes salgan en Super Smash Bros. Ultimate? ¡Que esta no es la primera colaboración entre la Gran N y Minecraft de la historia! Para empezar tenemos la New 2DS XL Creeper Edition que salió en 2018, una consola de Nintendo vestida de arriba a abajo de Creeper, ese molesto y explosivo enemigo del juego de Microsoft. Pero es que dos años antes de eso fue la propia Nintendo la que se metió dentro del mundo de los cubos con un pack de texturas y personajes de Super Mario para Minecraft.

 

¿Y cuáles han sido los dos personajes que más se pedían de coña y «por el meme» para este nuevo Smash Bros. desde que se anunció? Cada nuevo anuncio, cada nuevo Direct que se han hecho en los dos últimos años se llenaba de peticiones de coña de «Sans Undertale» y «Minecraft Steve». Y ya nos dieron hace meses al primero y ahora tenemos el segundo. ¡Ah!, y por cierto, si el argumento es que «no pega con el resto del juego» os recuerdo que Mr. Game & Watch existe, literalmente es una sombra en dos dimensiones, que en su momento se decía lo mismo cuando debutó en Melee y ahora nadie dice que no pegue con el juego.

 

Y luego está Sakurai. Es cierto que durante el video ha dejado claro que quizás Steve no estaba entre sus prioridades a la hora de meterlo como un nuevo personaje y que ha sido sugerencia directa de la propia Nintendo. Pero también es cierto que lleva años alabando el juego de construcción de bloques y así lo ha dejado claro en múltiples entrevistas, columnas e incluso el vídeo de presentación de Steve. Desde luego no se puede decir que hayan obligado a Sakurai o que el directivo se opusiese porque no le guste el juego. Y es algo que Nintendo, Sakurai y Mojang llevan hablando desde hace cinco años según un ex-empleado del estudio, justo cuando Super Smash Bros. Ultimate se encontraba en sus primeras fases de desarrollo.

 

Y es que precisamente la visión de Sakurai es la última pieza clave de este gran puzle. Horas antes de la revelación Sakurai publicaba un mensaje donde se animaba a ver el anuncio con la mentalidad de «esto es un festival (de la industria los videojuegos)». Y es que durante muchísimos años se ha dicho desde gran parte de la comunidad de jugadores y desarrolladores que Super Smash Bros. hace un trabajo brutal al ser una enciclopedia viva de la industria, rescatando y representando personajes e iconos de todas las épocas. El trabajo, la pasión y el amor que siente Sakurai hacia la historia de los videojuegos es palpable desde hace más de veinte años. Y como en toda enciclopedia de historia, está bien que existan extensos volúmenes de la historia clásica, pero para que tengan valor también necesita poner historia moderna y contemporánea. Minecraft es historia de los videojuegos y merece estar en Super Smash Bros. Ultimate tanto o incluso más que otros tantos de sus representantes, le pese a quien le pese.

Redactor
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  1. No soy fan de ninguno de los dos juegos, pero estoy totalmente de acuerdo con que es un añadido realmente espectacular al plantel teniendo en cuenta la idea de Sakurai de convertir este SSB en un verdadero «All Star» videojueguil. Y es que, en mi opinión, Minecraft (y por tanto su prota) pertenece al TOP 3 en cuanto a influencia e importancia dentro de la industria en lo que llevamos de siglo XXI.