Hay ocasiones en que determinadas experiencias dejan una huella difícilmente borrable en nuestra memoria. Una impronta que más allá de diluirse con el paso del tiempo consigue perdurar con la misma intensidad año tras año. Ese fue mi caso con Pikmin. Una nueva, y original IP, que desembarcó en las Game Cube españolas allá por el año 2002 (en Japón estas maravillosas criaturas ya llevaban unos cuantos meses haciendo de las suyas). Un título que, bajo la producción del mismísimo Miyamoto y la dirección de otros dos grandes de la industria como Shigefumi Hino y Masamichi Abe, nos presentaba un producto con una personalidad arrolladora, un concepto divertido y original y unas mecánicas bastante frescas y novedosas, que consiguieron acercarme de lleno a un género hasta entonces ajeno a mi «zona de confort» jugable, la estrategia. Y es que este nuevo juego logró atraer a todo tipo de público, ya fuera por sus coloridos gráficos, una depurada jugabilidad o su forma de actualizar (sin revolución alguna) el género estratégico. Ahora, unos cuantos años después, recibimos Pikmin 3 Deluxe. Una revisión del título más completo de la saga, que aterriza en Nintendo Switch con diversas novedades con respeto a la entrega original publicada en WiiU. ¿Lograrán dichas novedades convencer a propios y extraños?, no os perdáis (con nuestras impresiones aún en la memoria) este análisis para descubrirlo.
Nos vamos de excursión
La historia que Pikmin 3 Deluxe nos presenta puede parecer, a simple vista de Pikmin, tremendamente simple. Y ahora sería cuando yo debería decir: «y puede que hasta cierto punto lo sea, pero blablabla blabla bla». Pues no, nada más lejos de la realidad. La historia es simple, desenfadada y hasta cierto punto infantil. Y ello, al contrario de lo que podría pensar mucha gente, no solo no es un defecto sino que se convierte en una virtud que sostiene con gran acierto toda esta peculiar y llamativa propuesta. Nos situamos en el año 20XX (fuente: calendario Astrometric) y nos toca acompañar a Alph, Brittany y su capitán Charlie en una búsqueda interplanetaria de recursos para su planeta en extinción (Koppai). Búsqueda que, como buenos Koppaianos (y vecinos del planeta Hocotate) les lleva a realizar un, in es-perado aterrizaje forzoso en PNF-404… un planeta (extrañamente similar al nuestro) en el que, ¡oh, sorpresa!, los seres humanos se han extinguido… siendo «sustituidos» por unas criaturas tan maravillosas como sorprendentes, ¡los Pikmin!
Bajo esta particular y esquemática premisa, Nintendo siempre ha sido experta en crear mundos sencillos, pero realmente mágicos, se nos presenta una aventura en la que tomamos el control de los Pikmin. Seres que, todo hay que decirlo, son parte misma de la esencia jugable de Pikmin 3 Deluxe, y es que, estratégicamente hablando, cada uno tienes sus habilidades y, por supuesto, sus defectos. Mientras los Pikmin Rojos son resistentes al fuego, los azules pueden desenvolverse con soltura en el agua y los amarillos nos ayudan a resolver determinados problemillas eléctricos. Por otro lado, conviene puntualizar que en esta tercera entrega no contamos (al menos en el modo historia) con la presencia de los Pikmin blancos ni de los morados (disponibles solo en las modalidades multijugador). Por suerte, han sido sustituidos por los Pikmin pétreos (menudas leches pegan) y por los Pikmin alados (que como su propio nombre indica pueden volar).
Nuestra misión en Pikmin 3 Deluxe, a diferencia de lo visto en anteriores entregas, no se centra tanto en la búsqueda de objetos (más allá de algunos items que nos otorgan propiedades especiales) como en la recolección de fruta con la que hacer zumitos y, en definitiva, mantenernos alimentados, sanos y fuertes de cara a afrontar las inclemencias que el destino nos depara. Y es que, como ya decía el primo bastardo de Zumosol… «disfruta la fruta, Pikmin sin azúcar». Además, la narrativa (aunque presentada bajo un formato totalmente desenfadado) aquí cobra mayor importancia, gracias a las escenas introductorias, los diálogos existentes entre los distintos personajes, las anotaciones en el diario (tras finalizar el día) o los distintos consejos que vamos recolectando durante nuestra aventura. No, no os equivoquéis, no estamos ante ningún portento de la prosa, el verso, la tinta y la pluma, pero aporta lo suficiente para meternos de lleno en una absorbente y divertida aventura.
Nociones básicas para Pikminpiantes
Entrando en terreno jugable, la dinámica vista aquí es bastante similar a las del resto de entregas lanzadas hasta la fecha. Sobrevivir, en un entorno tan hermoso como hostil, gracias a los distintos tipos de Pikmin que desbloqueamos por el camino. Los controles, por su parte, resultan bastante intuitivos, precisos y sencillos. Podemos apuntar, lanzarnos a la carga o alternar entre los distintos tipos de Pikmin a nuestra disposición, mientras el silbato nos permite controlar el comportamiento del grupo. Eso sí, sigo echando en falta la posibilidad de mover a los Pikmin a nuestro alrededor. Algo que era posible en la primera entrega de Game Cube gracias al stick C. Puede parecer una tontería, pero apartarlos hacia un lado u otro en un momento determinado puede ser la diferencia entre un picnic y una masacre. En su defecto, en esta tercera entrega el stick derecho de la híbrida nos permite girar la cámara de izquierda a derecha, y viceversa, de cara a ampliar nuestro campo de visión.
Y como de gestionar nuestra supervivencia va la cosa, contamos con una especie de colmena o cebolla (según Olimar) que hace las veces de nido/nave nodriza de tan singulares seres. Uno de los pilares jugables de Pikmin 3 Deluxe y la principal herramienta con la que gestionar a nuestros queridos amigos. Una suerte de eco-base a la que traemos alimento (ya sean flores o restos de animales derrotados) para poder aumentar nuestra tropa y desde la que, al más puro estilo Lemmings, planificar nuestra aventura. A su vez, y aunque en este aspecto se podría haber profundizado un poco más, se nos permite cierto grado de evolución de nuestros Pikmin. Y es que cuando nacen aparecen con una hoja en la cabeza que, siempre que los alimentemos a base de néctar, evoluciona hasta dar forma a una flor que los hace más rápidos y fuertes. Vale, dejarlos plantados un buen rato también sirve, pero resulta menos divertido.
Y este no es, ni mucho menos, el único toque estratégico de este título, ya que contamos con un tiempo determinado para completar cada una de nuestras incursiones en PNF-404. Pasado dicho periodo (la noche los confunde más que a Dinio) todos los Pikmin que tenemos desperdigados por el mapa quedan desprotegidos, siendo devorados en un periquete por el resto de criaturas existentes en este peculiar hábitat. Esto nos lleva a medir todos nuestros pasos, a dosificar el tiempo con que contamos e, incluso, a utilizar diversas herramientas a nuestra disposición para facilitar el regreso de nuestros diminutos amigos.
Y hablando de herramientas, Pikmin 3 Deluxe nos ofrece una realmente fundamental, el mapa. Un elemento que nos resulta de gran utilidad para controlar todo lo que ocurre a nuestro alrededor e, incluso, para planificar rutas en «modo automático» (mientras nosotros ejercemos de meros espectadores). Es cierto que en esta «nueva» entrega contamos con un mini radar en pantalla, que hace las veces de chivato para no tener que estar revisando el mapeado cada 10 segundos. No obstante, en ningún momento puede compararse con las capacidades asimétricas que nos ofrecía la obra original (materializadas gracias a la doble pantalla de WiiU).
Un pícnic para todos los públicos
En relación a su dificultad, podemos decir que Pikmin 3 Deluxe intenta adaptarse a todo tipo de jugadores. Contamos con dos modos de dificultad disponibles desde el inicio y otros dos desbloqueables conforme progresamos en la aventura. La diferencia entre ellos radica, sobre todo, en la vitalidad de los enemigos y en la cantidad de Pikmin que podemos llevar con nosotros. Por si fuera poco, para hacer la curva de dificultad más amena, existen diversas opciones a nuestra disposición, que van desde la posibilidad de llamar a los Pikmin extraviados, hasta un sistemas de guía, pistas o la vuelta de la Piklopedia (una suerte de bestiario con información de todos nuestros «enemigos»). A su vez, y aunque no contamos con límite temporal alguno para completar el título, podemos repetir desde el comienzo cualquier jornada en curso e incluso regresar a días anteriores, perdiendo, eso sí, todo el progreso hasta dicho día.
Artísticamente, la propuesta que se nos presenta resulta simplemente espectacular. Y no, no nos referimos a la potencia o la carga poligonal, sino al carisma, colorido y singularidades que desprende cada centímetro de PNF-404 y que, por ende, rodea a todos los seres, escenarios y detalles que aparecen en el título. Y es que, no podemos obviar lo evidente, aquí se nos presenta con gran maestría un pequeño gran mundo tan misterioso como hermoso y sorprendente. En lo relativo a su apartado sonoro, puede que ni los efectos sonoros ni las distintas pistas que nos acompañan durante nuestra andadura destaquen por su variedad o abundancia. No obstante, encajan a la perfección de una forma totalmente orgánica, como si de un rompecabezas se tratase, con el resto del juego. Logrando no solo acompañarnos, sino también meternos de lleno en esta singular cruzada.
En relación a su desempeño, es cierto que, a diferencia de lo ocurrido en otras re-ediciones de la Gran N, Pikmin 3 Deluxe no ha pretendido en ningún momento mejorar sustancialmente su rendimiento con respecto a la propuesta original (algo que ya nos venía anunciando su versión de demostración). Por un lado, los 30 FPS se mantienen, estables como una roca, con respecto al original. Por otro, en lo referente a su resolución, el título corre a 720p en Modo TV y unos 580p en portátil (algo superior a los 480p del WiiU Gamepad). No obstante, datos técnicos a parte, conviene puntualizar que, sin obviar que un lavado de cara HD hubiera sido estupendo, el juego luce bastante bien en ambos modos.
¿Qué hay de nuevo, Pikmin?
Los tres modos principales de Pikmin 3 Deluxe siguen intactos con respecto a la entrega original. Mientras el Modo Historia desvela todos los nudos narrativos, Batalla de Bingo nos invita a enfrentarnos a otro jugador, venciendo enemigos y recolectanndo frutas en el orden específico en el que aparecen en un tablero de bingo. Misiones, por su parte, nos emplaza a cumplir determinados objetivos (incluidas las batallas contra los jefes finales o la recolección de fruta) en un tiempo específico (tabla de clasificación online incluida). Estos dos últimos modos incorporan todos los escenarios extra publicados hasta la fecha en la extinta WiiU. La novedad aquí radica en la ampliación de las posibilidades multijugador, permitiendo el modo cooperativo local para dos jugadores (pantalla partida) no solo en Misiones y Batalla de Bingo, sino también en el Modo Historia. Esto que, al menos a priori, puede parecer innecesario, dota al título de un plus multitarea tan efectivo (estratégicamente hablando) como divertido resulta compartir incursiones con los amigos. Y es que, si poder manejar a tres escuadrones de Pikmin ya resultaba increíble, la posibilidad de compartir dicha tarea con otro compañero, amigo o familiar es toda una delicia que, risas a parte, potencia aún más su componente estratégico.
Por otro lado, y aquí llega otro de los alicientes de esta revisión, se añaden un par de capítulos adicionales a la historia principal (prólogo+epílogo) centrados en las aventuras de Olimar y el desastroso Luis antes de la llegada de los tres Koopianos. Contenido que sigue muy en la línea del resto del juego, logrando encajar a la perfección. Eso sí, más allá de indicar que sirven para ponernos en contexto, no vamos a hacer spoiler alguno al respecto.
¿Y eso es todo? Ni muchísimo menos.
Puede parecer, a simple vista, que los cambios de esta versión Deluxe se limitan al multi o a los nuevos capítulos presentes en el Modo Historia. Pues bien, a ojo de buen (Nintendo) cubero, y con el título de WiiU frente a frente, vamos a desgranaros el resto de novedades, aún no comentadas en este análisis, para que vosotros mismos toméis vuestras propias conclusiones. Por un lado, la posibilidad de incorporarnos en cualquier instante a la partida para echar un cable (como segundo jugador) dota a Pikmin 3 Deluxe de un enfoque arcade realmente dinámico. Tampoco podemos olvidarnos de la existencia de un nuevo nivel de dificultad, desbloqueable tras pasarnos la demo o completar la historia en modo difícil. En este infierno, de lo más picante, solo se nos permite tener sobre el terreno 60 Pikmin (en lugar de 100).
El control por giroscopio es otra de los añadidos más llamativos. Es cierto que el combo Wiimote + Nunchuk resulta a todos luces insuperable. No obstante, la posibilidad de recurrir a los controles por movimiento siempre es algo positivo. Nos encontramos, por otro lado, con diversos retoques a nivel gráfico enfocados a mejorar la visibilidad durante nuestro camino. En relación a los retoques jugables, ahora se nos permite, a diferencia de lo que ocurría en WiiU, lanzar a los Pikmin que se han quedado atrás. Y es que, con independencia de su posición, ahora hacen acto de presencia de forma inmediata cuando los necesitamos. Para poner el broche de honor, nos encontramos con diversos e interesantes añadidos como un sistema de logros y tres slot distintos de guardado.
Pikmin 3 Deluxe. ¡Follow the leader!
Pikmin 3 Deluxe rescata, y esto ya es una tónica general en la híbrida, uno de los títulos más peculiares y sorprendentes de WiiU para entregárselo en bandeja de plata a Nintendo Switch. Pero… ¿merece la pena volver a pasar por caja? La respuesta, más allá del debate sobre su precio de lanzamiento, es rotunda, ¡sí! Y es que nos encontramos ante un excelente port que, a pesar de no resultar extremadamente ambicioso, nos presenta las suficientes novedades como para llamar la atención de los que ya pudimos jugar al título original y, lo que resulta más importante, absorber de lleno a los nuevos jugadores que, por edad o circunstancias varias, no pudieron disfrutarlo en su momento. Y es que tanto los añadidos del modo historia, como las posibilidades multijugador logran insuflar aún más vida (un servidor hace ya tiempo que superó las 20 horas de juego) a un título que, ya de por sí, resultaba realmente completo y adictivo. No obstante, no todo en esta vida resulta blanco o negro, todo va a depender de como de fan seas de la sorprendente IP surgida de la prodigiosa mente del mismísimo Miyamoto. Eso sí, y esto resulta incontestable, si es la primera vez que escuchas hablar de estos particulares seres, no lo dudes y lánzate de cabeza.
En definitiva, un título difícilmente explicable con palabras, que, tras un delicioso apartado artístico y un desenfadado bloque narrativo, esconde una propuesta jugable tan divertida como solvente, precisa y satisfactoria. No vamos a negar que, con respecto a la versión de WiiU, contamos con algún que otro sacrificio de obligatorio cumplimiento (como la doble pantalla). No obstante, sus añadidos no solo compensan con creces sino que dejan desde ya sobre la mesa uno de los imprescindibles del ya excelso catálogo de la híbrida de los de Kioto.
Hemos analizado Pikmin 3 Deluxe gracias a un código digital cedido por Nintendo. Versión analizada: 1.0.0.
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