Paper Mario: The Origami King está a la vuelta de la esquina y nosotros ya hemos podido jugarlo para traeros nuestras impresiones de lo que apunta a ser, el juego del verano de Nintendo Switch. The Origami King supone el estreno en Nintendo Switch de esta saga RPG llena de humor y colorido que, aunque parezca mentira, hacen los chicos de Intelligent Systems (los mismos que Fire Emblem) y que está protagonizada por una simpática versión en dos dimensiones de nuestro querido fontanero bigotón: Paper Mario. Aunque es cierto que las últimas entregas que pudimos disfrutar en Wii U y 3DS dividieron a los fans, todo parece indicar que se han escuchado las críticas y se está volviendo a encauzar la saga en la dirección adecuada. ¿Quieres saber más? ¡Pues sigue leyendo!
Menudo papelón
Nuestra aventura comienza cuando Mario y Luigi son invitados a la Feria de Origami del reino Champinón. Como ya podéis imaginar, resulta que los famosos hermanos no van a poder tener la fiesta en paz y descubren que la Princesa Peach se ha convertido en origami y que el Reino Champiñón está bajo la amenaza del Rey de Origami, Olly. Tras lograr escapar del castillo antes de ser convertido en origami, Mario emprende una nueva aventura con el fin de rescatar a la Princesa Peach y devolver la normalidad al Reino Champiñón. No vamos a destripar nada más de la historia en este avance, pero aunque la premisa parezca simple, estamos seguros de que hay más factores a tener en cuenta de los que puede parecer en un principio. Otra de las novedades del juego son los brazos plegables, que nos permiten alterar ciertas partes del mapa y descubrir secretos ocultos, por ejemplo. Sin embargo, lo más llamativo de esta entrega es el sistema de combate, del que os vamos a hablar a continuación.
Los combates en Paper Mario: The Origami King son un soplo de aire fresco a la fórmula por turnos de Paper Mario. Este giro de tuerca (nunca mejor dicho), se centra en una arena de combate circular, donde los enemigos se sitúan en los diferentes anillos que hay dentro del mismo. Para que os hagáis una idea, es como una diana de dardos. Nuestro turno nos permite hacer un número limitado de movimientos con una cuenta atrás (aunque podemos comprar más tiempo con dinero o aumentarlo equipando cierto accesorio) para resolver el rompecabezas, es decir, alinear a los enemigos de forma que podamos atacarlos en grupo y así obtener un bonus de daño. Luego, tenemos una serie de acciones a poder realizar durante el combate en sí, pudiendo elegir nuestro mejor equipamiento, como unas botas de hierro para poder pisar sin problema a los pinchones o curarnos, por ejemplo. Si conseguimos resolver el rompecabezas y derrotar a los enemigos en un único turno, obtenemos más dinero, lo cual nos viene muy bien para ciertos momentos del juego donde necesitamos gastar parte del dinero que acumulamos, como comprar más tiempo para pensar la forma de resolver el rompecabezas.
Por desgracia, se han eliminado los niveles del personaje, no hay puntos de experiencia y eso puede volver los combates contra los enemigos que pululan por el escenario algo totalmente prescindible, más allá de coger dinero o confeti. Hablando del confeti, este elemento es muy importante durante el juego, ya que a medida que vamos explorando el mapa descubrimos que hay numerosos agujeros. Por suerte para Mario, puede rellenar estos agujeros con el confeti que obtiene derrotando enemigos o machando objetos del escenario con su martillo. Cabe destacar, que el mapa está interconectado, por lo que podemos volver a escenarios ya superados y explorarlos con tranquilidad. Además, los completistas están de enhorabuena ya que estos agujeros que mencionamos antes, así como los Toads y los trofeos coleccionables que hay desperdigados por los escenarios, prometen mantenernos ocupados una temporada.
Explorar los escenarios es bastante satisfactorio, ya que hay algún que otro elemento de plataformeo que funciona muy bien durante la búsqueda de los coleccionables. Tened cuidado, porque en alguna que otra ocasión, explorar por encima de nuestras posibilidades puede acabar en un combate. Sin embargo, si tenemos suficiente dinero, siempre podemos pagar a los Toads que hemos reclutado para que nos echen una mano durante nuestro turno. A mayor número de Toads que hemos rescatado, mayor son los efectos en combate por los que pagamos. Por ejemplo, nos pueden dar algún que otro objeto consumible, curarnos, o incluso atacar a los enemigos, por lo que se vuelven unos aliados muy a tener en cuenta en los combates más complicados, aunque nuestro bolsillo se resienta.
Paper Mario: The Origami King – Una aventura sin recortar
Las impresiones que nos ha dado el título son bastante positivas, de hecho, nos parece que es un juego que no ha recortado contenido y que promete tener una duración más que aceptable. Aún es pronto para que nos arriesguemos a dar una cifra aproximada, pero creemos que va a ser un juego muy completo. El humor característico de la saga, así como numerosas cosas que buscar en los mapas mientras completamos la historia, nos hace pensar que Paper Mario: The Origami King será la reconciliación de muchos jugadores con la saga. El sistema nuevo de combate, aunque pueda parecer complejo al principio, el juego se encarga de introducirlo y explicarlo muy bien, experimentando los cambios, que lo hacen cada vez más profundo, de forma muy escalonada, para asegurarse de que lo hemos entendido. Echamos en falta el poder subir de nivel y tener que «entrenar» para poder hacer frente a algún combate más complejo, pero es cierto que el propio rompecabezas que suponen algunos combates ya añade ese plus de dificultad.
Permaneced atentos a nuestro análisis completo del juego, ya que ahí profundizaremos en los combates contra los jefes, lo que nos ha parecido la historia y su duración, así como en otros aspectos que descubramos cuando realmente nos metamos entre los pliegues de esta gran aventura de Mario en Nintendo Switch. Aprovechamos para invitaros a que nos dejéis vuestras dudas sobre el título, para que os respondamos, dentro de la medida de lo posible o directamente centrarnos en algunos de esos aspectos durante el análisis.
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