Streets of Rage 4

Análisis Streets of Rage 4 – Nintendo Switch. Larga vida al rey… ¡de los beat ‘em up!

Streets of Rage 4
Fecha de lanzamiento
30 abril, 2020
Número de Jugadores
1-4
Idiomas
Español, inglés, alemán, etc.
Tamaño de la Descarga
3330,00 MB
Nuestra puntuación
90

Dicen que la memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados, y por ello, antes de entrar de lleno en el análisis de un título de la talla de Streets of Rage 4 bien merece una pequeña puesta en antecedentes. Corría el año 1991, uno de los veranos más calurosos de la historia de España con temperaturas que superaron los 46° en pleno agosto. Un servidor aún andaba, entre zambullido y zambullido, exprimiendo su maravillosa, aunque algo desfasada (tecnicamente hablando) Nintendo Entertainment System (a la NESxtalgia me remito). No obstante, si había un género que, al menos hasta el momento, solo se identificaba con las máquinas recreativas o tragaperras, era el de los beat ‘em up. Un pozo sin fin de monedas que, como si de una fuente de los deseos se tratase, ofrecía una experiencia altamente adictiva a cambio de una cantidad ingente de monedas de 100 pesetas.

 

Y fue entonces cuando, como si se tratase de un giro de guión inesperado que lo pone todo patas patadas arriba, se obró el milagro. Megadrive puso las cartas los puños sobre la mesa y presentó un título que hacía un increíble uso del chip sonoro y gráfico de la máquina de SEGA y que nos permitía liarnos a mamporros contra todo un barrio, desde nuestra propia casa y con una sorprendente fidelidad con respecto a las máquinas arcade. Han pasado casi 30 años desde que se lograra semejante hito, pero esa sensación, que rompía betos autoimpuestos hasta la fecha, de que las consolas domésticas no tenían nada que envidiar a las recreativas aún sigue grabada a fuego en mi memoria jugona. Pues bien, el tandem formado por Dotemu, Lizardcube y Guard Crush Games parece haber tenido todos nuestros deseos en cuenta, dando forma a Streets of Rage 4. Un sentido homenaje a tan legendaria franquicia y la primera entrega de la saga principal, tras más de 25 años de doloroso e incomprensible silencio, que deja tras de si un largo periplo de remakes abandonados, remixes musicales y mucho fan art. ¿Habrá logrado, el rey de la lucha, mantener el trono? No te pierdas nuestro análisis para Nintendo Switch si quieres descubrirlo.

 

 

La leyenda continúa… ¡más viva y actualizada que nunca!

He de reconocer que el anuncio de Streets of Rage 4 me pilló ciertamente descolocado. Y es que vivimos tiempos de remakes, adaptaciones y reinvenciones que, en muchas ocasiones, se centran exclusivamente en subirse al carro de la nostalgia y el dinero fácil, dejándose por el camino unos estándares mínimos de calidad. No obstante, saber que Lizardcube y Dotemu, responsables del sobresaliente Wonder Boy: The Dragon’s Trap, junto a Guard Crush Games (Streets of Fury EX) estaban tras esta nueva entrega numerada de tan sonada saga garantizaba que, al menos, la calidad, el cariño y el respeto a la franquicia sería algunos de sus pilares fundamentales.

 

Streets of Rage 4

 

Han pasado 10 años desde los hechos acontecidos, análisis libre de spoilers, en Streets of Rage 3. Wood Oak City vive en un relativo estado de paz y armonía desde que un grupo de valientes lograra derrotar a un tipejo, de muy malas pulgas y peor calaña, llamado Mister X. Por desgracia, una nueva sombra se cierne sobre la ciudad y los exagentes Axel Stone y Blaze Fielding, junto a Cherry Hunter (hija de Adam Hunter) y Floyd Iraia (aprendiz del Dr. Zan) no están dispuestos a permitirlo.

 

El primer contacto con Streets of Rage 4, tras disfrutar su espectacular intro, nos deja clara su propuesta. Tras escoger a Axel, comprobar que no se libra de los embites del paso del tiempo y comenzar a repartir estopa, quedaron meridianamente claras un par de cosas. El juego se siente y se juega como un Streets of Rage en toda regla. Un beat ‘em up de toda la vida en 2D y con scroll lateral. No obstante, y las primeras sensaciones ya apuntaban hacia la existencia de un arduo trabajo entre bastidores, bajo ese caparazón en forma de cartucho de 16 bits, se esconde una propuesta, repleta de personalidad propia. A diferencia de lo ocurrido con ciertos remakes o con algunas entregas recientes de franquicias míticas, Dotemu y compañía han optado por situar en ambos lados de la balanza, y en perfecto equilibrio, nostalgia y evolución. Por suerte, y esto no es más que una apreciación personal, no encontramos aquí ni rastro de sistemas de subida de nivel y desbloqueo de técnicas o peligrosos experimentos que cambien el alma de la saga. Los protagonistas de esta aventura dejan, desde el minuto uno de juego, todo su potencial en nuestras manos. Puñetazos y patadas, saltos, llaves, ataques potenciados que consumen vida, movimientos que nos permiten correr con determinados personajes y super especiales (previa recolección de estrellas). Todo, en esencia, sigue donde debe estar en Streets of Rage 4.

 

Nostalgia en estado puro… ¡o puño!

 

Líneas atrás enfatizábamos sobre el equilibrio que este título logra al abordar temas tan peliagudos, cuando se acaban mezclando, como el respeto por lo clásico y la necesidad de evolución (entendida, esta última, como un progreso necesario y natural). Pues bien, si la jugabilidad se mantiene casi intacta, ¿donde encajan aquí los cambios? En primero lugar, se ha actualizado el sistema de combos para adherirle, con una naturalidad casi pasmosa, un componente de progresión en el que se premia, precisamente, nuestro avance. Y es que con cada combo completado (la cadena se rompe cuando trascurren unos segundos sin golpear o cuando nos hiere algún enemigo) se nos otorga un número determinado de puntos que, una vez acumulados, nos sirven para ir desbloqueando los diferentes personajes disponibles. No olvidemos que, aunque inicialmente limitado, el plantel final de Streets of Rage 4 supera la docena de luchadores (todos ellos con su particular y diferenciado estilo de lucha). Esto, por suerte, se traduce en un afán de mejora constante que se suma a una fórmula tan clásica como adictiva. Si todo ello lo aderezamos con un toque extra de fluidez, la asignación de un botón exclusivo para recoger los objetos o el amplio y medido repertorio de armas a nuestra disposición (que abarca desde los clásicos cuchillos o botellas de cristal hasta las mazas medievales o incluso las armas de electrochoque), el resultado es un cóctel tan explosivo como sorprendente.

 

Y no acaba aquí la cosa, ya que el modus operandi de los movimientos especiales también ha sufrido pequeñas actualizaciones que aportan ciertas dosis de dinamismo a la aventura. Por un lado, podemos recuperar la salud perdida al realizar los ataques potenciados (asignados a un solo botón). Eso sí, siempre y cuando seamos lo suficientemente habilidosos como para proseguir el combo tras finalizar dicho ataque vitaminado. Por otro lado, se amplía el número de super especiales, gracias a un sistema de colección de estrellas repartidas estrategicamente por los distintos niveles. Fruto de ese afán de mejora, el habitual sistema de continuaciones propio del género de los beat ‘em up, ha sido reemplazado por un formato mucho más inclusivo, en el que salvamos partida al comienzo de cada nivel, contando con un número determinado de vidas para completar cada fase (número que, por cierto, oscila en función del modo de dificultad escogido). Además, el juego cuenta con un sistema de puntuación con el que podemos obtener vidas extras que, por otro lado, no son acumulables entre pantalla y pantalla. Los alimentos, por su parte, siguen siendo nuestra fuente principal de recuperación de vida. Manteniendo una de las principales señas de identidad de Streets of Rage.

 

Streets of Rage 4
Freddy… ¿eres tú?

 

Una aventura con regusto clásico, pero envoltorio moderno

Es cierto que completar la primera vuelta del modo historia de Streets of Rage 4 no nos llevó demasiado. Es más, probablemente con una sola tarde tengáis más que suficiente. No obstante, creednos cuando os decimos que ese primer acercamiento es solo el principio. Y es que puede que el sistema de ventajas que nos otorga más vídas o estrellas tras caer en combate suponga una gran ayuda. No obstante, este formato (encaminado a ponernos las cosas más fáciles de cara a superar con éxito el modo historia) se vuelve contraproducente si lo que queremos es completar el título al completo, ya que dichos «regalos» penalizan nuestra puntuación acumulada (tan necesaria si queremos desbloquear el resto de personajes).

 

Por si fuera poco, contamos con una surtida oferta de modos de dificultad y un amplio abanico de opciones con las que personalizar diversos aspectos que inciden directamente en la experiencia jugable, como las estrellas con las que ejecutamos los super especiales o el número de vidas. ¿En qué se traduce todo esto? En una curva de difultad perfectamente medida que se adapta, como si de de un camaleón se tratase, tanto a los jugadores más hardcore como a los que se acercan por primera vez a la franquicia o incluso al género que aquí nos ocupa. Por otro lado, y de forma complementaria al resto de posibilidades que nos ofrece Streets of Rage 4, no podemos olvidar los niveles retro escondidos en diversas fases. Un extra más, que si bien no resulta mastodóntico, en cuanto a contenido, si le otorga un plus más. Y ya van unos cuantos.

 

Streets of Rage 4

 

En relación a los modos de juego, y obviando el ya comentado modo historia, contamos con diversas alternativas con las que alargar la experiencia jugable. El Modo Arcade nos presenta, así de sopetón, la campaña principal, pero con una interesante particularidad. Se elimina la posibilidad de continuar, abocándonos a tener que completar la aventura del tirón. Por su parte, el Modo Batalla nos enfrenta en peleas 1vs1, mientras los combates contra jefes hacen lo propio frente a los enemigos finales. Además, se nos permite repetir, a nuestra elección y de forma individualizada, las distintas fases, siempre y cuando ya las hayamos superado con anterioridad.

 

Por último, y ya nos vamos acercando a uno de los núcleos jugables de Streets of Rage 4, alcanzamos el apartado multijugador de este título. Y es que el juego admite hasta cuatro jugadores en multijugador local y dos jugadores en su vertiente online. Modalidad, esta última, que hemos podido probar de primera mano con resultados bastantes satisfactorios. Aunque, combiene destacar que el título aquí se nos ha colgado, en varias ocasiones, tras pulsar start mientras jugábamos. Algo que suponemos será resuelto en próximas actualizaciones. Como os podéis imaginar, si jugar en solitario ya es una delicia, compartir partida con otros amigos es una experiencia única, irrepetible y, ojo, aún más alocada y divertida (activar el fuego amigo resulta tremendamente recomendado en estos casos). Y sí… ¡los piques están más que garantizados!

 

 

 

Un espectacular flashmob callejero

Cuando comenzaron a mostrarse las primeras imágenes de Streets of Rage 4, una de las críticas más recurrentes, en lo referente a su apartado gráfico, era que parecía un juego flash. Y puede que en dicha fase temprana de desarrollo cobraran algo de sentido. No obstante, no es, ni muchísimo menos, una afirmación válida con el producto final en nuestras manos. Y es que el rediseño de personajes y escenarios, realizado a mano, se acerca más a un estilo próximo al cómic en el que, además, se ha mimado hasta el más mínimo detalle. Efectos de iluminación, movimientos en segundo plano, sprites bellamente animados y, en definitiva, una estética que borda a la perfección el espíritu de la saga y, por ende, de los años 90.

 

Llegados a este punto, y ya sabéis que en NextN nos gusta llegar al fondo de asunto, conviene recalcar que esta cuarta entrega ha levantado cierta polémica, al sustituir el estilo original por una nueva estética más animada. No obstante, y sin entrar en un debate que no deja de ser personal e intransferible (para gustos colores). Apostar por el pixel art como envoltorio visual no habría hecho más que imitar una estética, la de las anteriores entregas, que no tuvo ese aspecto por capricho sino porque era lo máximo que podían ofrecer las plataformas de aquella época. Creo, y esto no es más que una apreciación personal, que este salto gráfico, que logra mantener con bastante solvencia la esencia de la franquicia, era el siguiente paso natural de la serie. Por otro lado, y aunque esto puede entenderse como un parche, las opciones de configuración nos permiten conseguir un aspecto de corte más clásico modificando apartados como el tamaño de pantalla, la luminosidad, las sombras o los detalles. Permitiendo, además, activar o desactivar distintos tipos de posprocesado. En lo relativo a su rendimiento, Streets of Rage 4 hace, sin lugar a dudas, un verdadero acopio de solvencia, funcionando a unos rocosos 60 FPS (tanto en modo portátil como con la consola acoplada al dock) que no se resienten lo más mínimo, ni siquiera con cuatro jugadores en pantalla. Y para muestra, un gameplay comentado, marca de la casa, con sus primeros 30 minutos de juego:

 

 

Entramos en terreno sonoro. Y aquí resulta conveniente aclarar de donde venimos. Streets of Rage arrastra a sus espaldas algunas de las melodías más recordadas del mundo de los videojuegos, siendo un claro referente sonoro de la generación de los 16 bits. Melodías con un marcado tono y estilo personal cuya inspiración procede de la música que durante los años 90 se estilaba en clubs y discotecas. Una vez puestos en antecedentes, salta a la vista que eso es precisamente lo que nos ofrece, musicalmente hablando, Streets of Rage 4. Y puede que nos guste o puede que no, pero resulta innegable afirmar que, mejoras a parte, este apartado es de los más respetuosos con respecto a la obra original. Y es que Olivier Deriviere ( Obscure, Alone in the Dark, A Plague Tale: Innocense) capitanea un apartado, el sonoro, que cuenta entre otros colaboradores con destacados músicos de la franquicia como Yuzo Koshiro y Motohiro Kawashima. Para rematar, se nos permite escoger entre las nuevas composiciones elaboradas para la ocasión y alguno de los temas principales de las entregas clásicas. Algo que, a parte de provocar alguna que otra lágrima de nostalgia, es de agradecer. Por desgracia, las melodías se encuentra prefijadas y no podemos escoger cual escuchar en cada fase. Además, y de forma incomprensible, algunos temas retro pertenecen a versiones de Master System y no Mega Drive.

 

El posprocesado nos permite adoptar una estética de corte más clásico

 

Streets of Rage 4. La retro-actualización de un clásico

Streets of Rage 4 es un beat ‘em up que lejos de apostar por la tan manida fórmula del remake, planta un 4 en toda la frente a una de las franquicias más legendarias dentro del género. Un título que logra aunar en perfecto equilibrio el respeto, cariño y devoción por la fórmula original con una necesidad, no forzada y natural, de actualizar diferentes apartados jugables, visuales y sonoros.

 

Probablemente aún no seamos conscientes del hito alcanzado, pero DotEmu, Lizardcube y Guard Crush han logrado poner los mimbres del reinicio de una de las franquicias más sonadas de los años 90. Un reinicio que nos devuelve a las calles con una maravilloso lavado de cara que, a pesar de abandonar el pixel art, logra mantener la esencia, y un sistema jugable casi intacto que, sin embargo, ha logrado actualizarse mejorando diversos aspectos que restaban dinamismo al conjunto. Más de una docena de jugadores por desbloquear, niveles ocultos, un adictivo modo multijugador de hasta 4 jugadores, diversos e interesantes modos extra y, en definitiva, diversión a raudales… terminan de complementar un juego que ha logrado mantener el tipo frente a todo un clásico, ganando, además, en ritmo y frescura.

 

Streets of Rage 4

Hemos analizado Streets of Rage 4 gracias a un código digital cedido por SEGA. Versión analizada: 1.0.2

Streets of Rage 4
La retro-actualización de un clásico
Streets of Rage 4 es una propuesta tan simple como adictiva. Un sentido homenaje a la franquicia de Axel y compañía en forma de beat 'em up de corte actual, pero alma clásica. El regreso que todo los fan de Streets of Rage merecíamos y un verdadero must have para los amantes del género.
PROS
Perfecto equilibrio entre el respeto por lo clásico y la necesidad de adaptarse a los tiempos que corren
Artisticamente es una verdadera maravilla
Una adictiva formula jugable que, aunque mantiene su esencia, se actualiza con jugosas novedades
Su multijugador, tanto local como online, es tremendamente divertido
CONTRAS
Que se acabe...
Excesivo reciclado de enemigos
Algún cuelgue puntual
90