Las compañías de videojuegos indie están cada vez más en auge. No hay nada más que ver la cantidad de videojuegos independientes que son lanzados a la semana. Muchos de estos videojuegos, se pueden haber lanzado primero en una plataforma y meses más tarde hacerlo en otra. Este es el caso del título que tratamos hoy, Lonely Mountains: Downhill, el cual salió en octubre para PS4, XBox One y PC, recibiendo grandes críticas por parte de los usuarios y de la prensa, y ahora lo hace para Nintendo Switch. Este juego está desarrollado por Megagon Industries, una compañía alemana afincada en Berlín, formada únicamente por dos desarrolladores, Jan Bubenik y Daniel Helbig. ¿Nos acompañáis a recorrer las montañas con nuestras bicicletas? ¡Pues allá vamos!
Descensos accidentados
Lonely Mountains: Downhill es un juego con una premisa muy sencilla, descender con nuestra bicicleta desde lo alto de una montaña hasta nuestro campamento, no hay más. No es un juego con historia, ni con NPCs con los que tengamos que hablar, no; es el típico título hecho para no pensar, relajarte y disfrutar. Leyendo esto, podréis pensar que el juego no tiene gracia, ¿verdad? Todo lo contrario, y es que la gracia de este título radica en llegar a nuestro campamento sanos y salvos, sin ningún rasguño, o mejor dicho, sin ningún accidente por el camino.
Los accidentes en Lonely Mountains: Downhill están a la orden del día. Ponte tu casco porque la vas a piñar muchísimas veces. Como hemos comentado, nuestro objetivo es descender desde lo alto de la montaña hasta la falda de la montaña donde se sitúa nuestro campamento. Este descenso va a ser complicado, ya que el camino está lleno de obstáculos como piedras, árboles o caminos serpenteantes. Gracias a su increíble sistema de físicas, debemos ir con cuidado para no tener un accidente y acabar por un precipicio. El gran problema, es que cualquier «pedaleo» en falso, supondrá nuestra ruina y nuestra muerte. ¿Que te chocas contra un árbol?, hasta luego. ¿Que tropiezas con una piedra?, hasta luego de nuevo Mari Carmen. Su curva de dificultad no crece exponencialmente, sino de forma brusca; vamos, desde la primera ruta la dificultad ya es alta. Sin embargo, en cuanto te haces con los controles, sobre todo dominando el de frenar, la cosa cambia. Los controles son fáciles: pedalear, frenar y acelerar, pero hay que destacar que se echa en falta que podamos dar marcha atrás, ya que cuántas veces estamos frente a un precipicio y al no poder pedalear hacia atrás, caemos y al traste nuestra ruta.
El juego cuenta con 4 escenarios diferentes entre los que se encuentran montañas, bosques o incluso desfiladeros, y 16 pistas en total. Podemos elegir recorrer la ruta en modo explorador, en el cual nuestro objetivo es únicamente disfrutar del paisaje y cruzar la línea de meta, o el modo desafíos, donde, como su nombre nos indica, tenemos que superar diferentes desafíos como es acabar la ruta por debajo de un tiempo estimado o con menos accidentes de lo que se nos indica en el desafío. Si lo conseguimos, desbloqueamos más rutas, atuendos para nuestro aventurero o piezas que nos sirven para desbloquear bicicletas. Aunque todo parezca muy difícil, hay que comentar que dentro de la ruta hay diferentes puntos de control, por lo que si accidentamos, empezamos desde el último punto de control. Cada ruta tiene un camino principal pero también existen caminos alternativos y atajos. Éstos obviamente no están marcados como sí lo está el camino principal, por lo que hay que descubrirlos. Suelen ser mucho más complicados, pero eso sí, mucho más divertidos, ya que debido a esa complejidad, tenemos que sacar todo nuestro potencial con los controles, calculando todo al milímetro. También hay que destacar, que el uso de estas rutas alternativas, como es lógico, hace que lleguemos al siguiente punto de control mucho más rápido que por la ruta convencional.
Como comentábamos, Lonely Mountains: Downhill cuenta con un montón de desafíos (201 en concreto) que hacen que vayas desbloqueando rutas, atuendos o piezas para comprar diferentes bicicletas. También cuenta con un sistema de logros que hará las delicias de los jugadores más completistas, alargando así el juego más allá de su «historia» principal, la cual dura unas 5 horas. Sin embargo, el pique está asegurado gracias al sistema online de clasificaciones, en el que podemos ver en qué posición del ranking a nivel mundial estamos. Podemos ver nuestra clasificación de cualquier ruta y modo que hayamos hecho.
Una versión algo deslucida
Lonely Mountains: Downhill es un juego que entra directamente por los ojos gracias a su colorido y a la belleza de sus paisajes. Es verdad que el estilo que tiene no es nada realista, sino un estilo low poly, destacado por figuras geométricas y colores planos. Sin embargo, aunque sea un estilo algo sencillo, hay que poner peros, y es que la versión de Nintendo Switch no luce igual que las versiones lanzadas en otras plataformas. Gráficamente no llega a 1080p en ninguno de sus modos, observándose grandes dientes de sierra y muchísimo popping durante el recorrido, siendo más acusada la bajada gráfica en el Modo Portátil. A nivel de estabilidad tampoco va a 60 fps como sí ocurre en otras plataformas. Puede llegar a alcanzar los 55 fps en modo TV, pero las bajadas de frames son constantes, sobre todo en escenarios donde hay muchos elementos. Estás en medio de una ruta en la que hay pocos elementos, entras en un bosque con muchos árboles, hojas y demás, y los fps disminuyen una barbaridad. Esto la verdad que resulta muy incómodo porque cuántas veces he llegado a perder el control de la bici debido a ese cambio brusco de estabilidad. También ocurre al contrario, que parte del recorrido va a un número determinado de fps y de repente la estabilidad aumenta, resultando muy extraño todo. Si ocurre esta bajada de frames por segundo en el modo normal, imaginaos en el modo nocturno. Si en este modo la dificultad radica en la ausencia de luz, ya que únicamente nos guiamos por la luz que genera nuestro dinamo, imaginaos si le sumamos las rascadas de frames. Una locura.
A nivel sonoro, Lonely Mountains: Downhill nos transporta perfectamente a esas montañas por las que estamos descendiendo. Únicamente escuchamos el sonido del agua, de los pájaros y de los derrapes de nuestra bicicleta. Está muy bien porque es muy relajante, pero visto el juego que es y las veces que hay que repetir ciertas partes debido a los accidentes que sufrimos, se echa en falta una banda sonora. Nos hubiese gustado que hubiese habido una selección de pistas musicales de varios estilos que nos acompañasen en nuestras rutas por la montaña. Aquí dejamos nuestro apunte por si hay una segunda entrega.
Lonely Mountains: Dowhill – Descendiendo la montaña
La propuesta de los chicos de Megagon Industries con Lonely Mountains: Downhill, es fresca y arriesgada, siendo un combo perfecto. Estamos ante ese tipo de juegos que te pica y no paras hasta que no logras tu objetivo. Gracias a su sistema de físicas, hace que el juego sea bastante realista. Gráficamente entra por los ojos, y aunque haya salido en otras plataformas anteriormente, la versión de Nintendo Switch es la que peor parada sale debido a sus caídas de fps constantes, al popping y a la bajada gráfica que presenta. Esto no empaña la experiencia jugable, excepto cuando la bajada de fps es tan brusca que sí puede estropearte el descenso y generar algún que otro accidente.
Hemos analizado Lonely Mountains: Downhill gracias a un código digital cedido por Thunderful Games. Versión analizada 1.0.5p1
Debe estar conectado para enviar un comentario.