Crítica de cine: Sonic: La Película. Gotta go slow…

Tras el sonado rediseño, por fin llega la película de Sonic. ¿Conseguirá enamorarnos como en sus buenos años?

Que las adaptaciones al cine de videojuegos están malditas es algo que nadie puede negar. No importa cuánto dinero haya metido o si hay alguien de prestigio involucrado: los problemas siempre llegarán, de una forma u otra. Y con Sonic: La Película, la pifiada fue histórica: poco después de revelar el primer tráiler, se anunció que retrasaban la película para cambiar por completo el diseño del personaje, en respuesta a la lapidaria reacción de los fans, que no daban crédito al aspecto “realista” que mostraba el erizo en pantalla.

El estreno, programado para noviembre de 2019, se aplazó a febrero de 2020. En diciembre, el estudio encargado con la poco envidiable tarea de volver a animar por completo la película, Moving Picture Company Vancouver, cerró sus puertas. Además de Sonic, el estudio había trabajado en películas como Detective Pikachu o El Rey León. Poco ayudó el haber trabajado en taquillazos al estudio, que dejó en la calle a cientos de animadores. En fin, contextualizada ya su desdichada producción, pasemos a ver si, al menos, la película puede ayudar a subir un poco la bajísima media de calidad de estas adaptaciones.

 

Una película que no se atreve a correr

Para empezar, Sonic: La Película toma la cobarde decisión de ser un live-action en vez de una película de animación, lo que implica que, casi con total seguridad, los vibrantes, coloridos, surrealistas e imaginativos mundos de los videojuegos de SEGA no se verán reflejados en pantalla. Así es el caso: tras un breve prólogo en un Green Hill Island fotorrealista preciosamente diseñado (de lo mejor de la película), la acción se mueve a un aburrido pueblo americano, a una más aburrida aún autopista y a un poco convincente croma de San Francisco. A cambio, tienes la gracia de ver a Sonic interactuando en el mundo real, jugando al béisbol, leyendo cómics de Flash, jugando a los dardos, corriendo entre rascacielos y soltando repetitivas referencias pop.

 

Para algunos, ver a Sonic hacer cosas en el mundo real ya será suficiente, sobre todo gracias a su nuevo diseño, calcado al original pero suficientemente repeinado para que parezca nuevo. Pero a la película se le agotan muy pronto las ideas propias, y su extremadamente simple guion pierde fuerza tras un arranque prometedor, hasta acabar corriendo solo por inercia. Da la sensación de que la historia se podría haber beneficiado enormemente de más aportaciones del “canon” original de Sonic, con personajes secundarios o incluso trasladando la acción a otros mundos. Pero la película anda de puntillas todo el rato, entre situaciones anodinas, giros predecibles y sorpresas inexistentes, como con miedo a tocar algo que pueda disgustar a los fans, sin atreverse prácticamente a nada nuevo. Así, con lo único que nos quedamos es con un dúo protagonista (Sonic y su amigo poli) simpático, pero definido a brochazos gordísimos que hacen imposible que nadie por encima de los diez años pueda creérselos.

 

 

La única excepción en toda esta montaña de mediocridad es Jim Carrey como Robotnik. En un mundo en el que la tendencia en adaptaciones manda alejarse o subvertir todo lo hortera y caricaturesco, hay que tener bemoles para coger a Jim Carrey (un actor que, encima, es un desconocido para la mayoría de niños actuales) y disfrazarlo de Eggman, con las gafas, el bigote y todo. Buena intención, y buen cásting, pero su papel no pasa más que de algunas escenas gesticulando y gritando exageradamente. Además, su rol en la historia es intrascendente, sin ninguna justificación de peso para enemistarlo con Sonic. La verdad es que no le veo la gracia en ningún sitio, pero bueno, no seré yo el que lo juzgue en el cine. Aunque es reseñable que en el pase de prensa la película, hasta arriba de críos, la sala estuvo bastante silenciosa con pocas excepciones, como un inaudito chiste de pedos que te sueltan sin ningún tipo de pudor.

 

Aun con todo, las escenas de Carrey son probablemente lo más destacable, pues son los únicos momentos en los que la película parece atreverse a salirse de la ruta y probar cosas originales. Tampoco está mal la acción, la sensación de velocidad está conseguida y la escena del bar es muy espectacular (si bien poco te va a sorprender si has visto las escenas de Mercurio en las últimas pelis de X-Men).

 

 

Que nadie se lleve a engaño, Sonic es una película destinada a un público infantil (que sepan o no quién rayos es Sonic ya es cosa suya). Como tal, aguanta el visionado porque es colorida, tiene mucha acción, Sonic es simpático… y claro, se preocupa tanto en ser tan correcta y no cometer ningún “sacrilegio”, que nunca toma ningún riesgo. Los fans disfrutarán algunos guiños extras (poca cosa, dadas las circunstancias). Tras los créditos, quedaros para una escena final con la que soñar con una secuela mejor… si esta les sale rentable.

 

 

 

Sonic: La Película – Descafeinada adaptación incapaz de sorprender

El año pasado, Detective Pikachu mejoró la media de películas de videojuegos, pero seguía rindiendo por debajo de su excelente materia bruta. Sonic pisa aún más el freno que aquella, dejando una película insulsa y extremadamente simple, incapaz de sacar provecho de su personaje y su mundo, o de ofrecer al menos algo diferente que tenga personalidad. Ni siquiera Jim Carrey es capaz de elevar una película que va con piloto automático, y que dudamos que consiga crear afición.

 

 

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Redactor
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  1. Está bastante complicado que nos sorprendan con una peli de videojuegos, ya leyendo la crítica me queda claro. Casi siempre se apuesta por la misma fórmula, cuando se trata de hacer algo destinado al público infantil. La de historias increíbles que se podrían contar con estos personajes… pero bueno, supongo que será eso, una peli entretenida, pero descafeinada, con algún chiste mejor que otro, en la que ver corretear a Sonic.

  2. A mí ya la de Detective Pikachu me pareció una oportunidad desaprovechada de hacer algo realmente para todos los públicos y no solo para niños de menos de 10 años (en consonancia con las pelis de animación actuales), pero seguramente ni el cachondo de Ryan Reynolds pudo con el control de lo políticamente correcto que no dudo que supervisó Nintendo. Sega siempre ha sido un poco más laxa en este sentido, por lo que esperaba algo más de riesgo en la trama y situaciones de esta peli, algo que, según Sr_Escribano, no se da. Así que, lamentablemente, me esperaré a que la estrenen de manera doméstica para verla.

    Mi última esperanza de ver una película decente con mascotas de videojuegos como protas es que hagan una de Conker! ;P

  3. Ya vi Sonic (La Película). Coincido en que es un filme que, por desgracia, no ha pretendido arriesgar en ningún momento. No obstante, desprendiéndome del prisma de un fan de Sonic y bajo mi rol de padre de familia… He de decir que, como producto de entretenimiento familiar (y no hay mejor termómetro que mis hijos de 9 y 6 años) cumple su cometido bastante bien. Mis dos hijos, y esa era la sensación replicada en el resto de la sala, han salido encantandos.