Hablar de Resident Evil 4 es hacerlo de uno de los títulos más influyentes e importantes de su generación. La obra de Shinji Mikami no solo consiguió que su franquicia tomara un rumbo donde los tiroteos eran primordiales a la hora de sobrevivir, sino que también señaló un nuevo camino para el género de acción en tercera persona. Tras comenzar siendo exclusivo de Game Cube en su momento, finalmente esta cuarta entrega es uno de los juegos con más recorrido de la propia Capcom, con versiones en casi todas las plataformas habidas y por haber.
Como no podía ser de otra manera, Leon S. Kennedy ha puesto rumbo a otro sistema más: Nintendo Switch. Esta vez, con un lanzamiento que también trae consigo la llegada de Resident Evil Remake y Resident Evil Zero a la híbrida, aunque no de la mejor forma posible. Es por eso, que nos armamos hasta los dientes con todo tipo de armas y hierbas verdes, dispuestos a frenar a la famosa secta de Los Iluminados, ya sea desde nuestro sofá o en el metro.
Un nuevo paso dentro de la saga
Se suele decir que las costumbres nunca se pierden, y al menos en el caso de Resident Evil, su terrorífica experiencia sigue manteniéndose. Esta vez, toda la acción se lleva a cabo en Europa, concretamente en una España irreconocible. En este peculiar territorio rural, Leon S. Kennedy debe rescatar a Ashley Graham, la hija del presidente de los EEUU, que ha sido secuestrada por la secta de Los Iluminados. De esta manera, se comienza una misión donde los tiroteos, la violencia y los insultos de sus peculiares habitantes cobran todo el protagonismo, siendo ya historia de este mundo de los videojuegos.
Pero antes de meternos en el meollo, es importante remarcar la palabra tiroteo, porque esta cuarta entrega rehuye por completo de esa experiencia survival horror que ofrecen sus tres primeras entregas o Resident Evil Zero. Aquí es difícil que tengamos escasez de munición, ni de hierbas curativas, sino que ocurre todo lo contrario, en vez de evitar los enfrentamientos contra nuestros enemigos para ahorrar suministros, no dudaremos ni un instante en presionar el gatillo y reventar cabezas. Resident Evil 4 se centra mucho más en la acción, con una buena cantidad de momentos donde no dudaremos en acabar con hordas enteras, poniendo situaciones de lo más tensas y variadas. El cambio es tal, que el desarrollo de la aventura es mediante capítulos, se introducen Quick Time Events, además de un vendedor ambulante, que bajo un modélico precio podemos comprar nuevas armas y mejorarlas.
El principal motivo del éxito del juego, además de su calidad en cuanto a ofrecer una aventura con un buen ritmo y variedad de situaciones, es su cámara en tercera persona, que se encuentra por encima del hombro del personaje. Este sistema nos ofrece un nuevo apuntado totalmente diferente a las entregas predecesoras, aunque a día de hoy, es muy habitual en el género. De hecho, uno de los mayores logros y legados de Resident Evil 4 es precisamente esto, influyendo en infinidad de títulos del género.
Morir es vivir
Por eso, a día de hoy, tanto los movimientos de León al apuntar como al moverse pueden resultar toscos. Precisamente porque se nos impide realizar estas dos acciones a la vez. Se puede decir que se le notan las costuras por el paso del tiempo incluso en acciones como el equipamiento de armas, aunque precisamente todo esto que comentamos no son sus mayores defectos, al menos en esta versión de Nintendo Switch.
La conversión a la máquina de la Gran N podemos decir que es cuanto menos cuestionable por parte de Capcom. Esta vez el juego se ha limitado a ofrecer una resolución de 900p si lo jugamos en el dock. En el caso del modo portátil, llegamos a unos 600p, unas cifras que se nos hacen cortas viendo que estamos ante una entrega que tiene catorce años a sus espaldas. En cuanto a la tasa de imágenes por segundo, esta vez se ha optado por 60fps. Una decisión que puede resultar acertada, pero que en el caso del apuntado se ve totalmente lastrada, complicando acertar en ocasiones por la velocidad del movimiento.
Tampoco se ha añadido el control por movimiento de la versión de Wii, que hacía de esta versión algo más que interesante y que, en la consola híbrida, se ha perdido la oportunidad de rescatarlo. Esa forma de jugar al título hubiera sido un buen añadido, muy acorde a las características de los Joy-Con y que le hubiera dado un mayor atractivo. También nos encontramos con pequeños detalles como en la traducción de los objetos, que la palabra combinar por una extraña razón se nos muestra como «Abbina».
Resident Evil 4 – Una obra maestra, un port más que mejorable
Uno de los mayores títulos desarrollados por Capcom en toda su historia llega a la consola híbrida de una forma muy cuestionable. Su elevado precio, la incapacidad de que el juego funcione bajo una resolución de 1080p o 720p en modo dock o portátil, respectivamente, además de no aprovechar la ocasión para introducir controles por movimientos, como fue el caso de la versión de Wii, ponen la nota negativa a un juego incuestionable. Cabe destacar que, a pesar de estos inconvenientes, es un port que se puede jugar a la perfección y tiene el atractivo de la portabilidad.
Por lo contrario, volvemos a insistir, Resident Evil 4 es una auténtica experiencia imprescindible. Su variedad de situaciones nos transportan a una España rural donde el peligro de Los Iluminados está presente en bosques, pueblos de lo más desoladores e incluso castillos, ofreciendo pura adrenalina y tensión. Pese a que no es un título como los clásicos, atesora una enorme calidad. Así que, ya sea en Nintendo Switch o en otra plataforma, es más que recomendable.
Hemos analizado Resident Evil 4 gracias a un código digital cedido por Koch Media. Versión analizada 1.0.0
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