Análisis Final Fantasy VII – Nintendo Switch. La espera ha merecido la pena

¡Allévoy!

Fecha de lanzamiento
26 marzo, 2019
Número de jugadores
1
Idiomas
Inglés Francés, Español, Alemán, Japonés
Tamaño de descarga
3,7 GB
Nuestra puntuación
87

Es posible que nadie se lo hubiera imaginado hace unos años (aunque tras la aparición de Cloud como DLC de Super Smash Bros. For 3DS/Wii U, hubo quien especulaba con ello), pero Final Fantasy VII llega tras más de 20 años de espera a una consola de Nintendo. Todos hemos oído historias sobre este título y cómo se convirtió en el principio del fin entre la buena relación de Square y Nintendo. Aunque algunas de esas leyendas urbanas tienen algo de verdad, siempre se tiende a exagerar y, por suerte para nosotros, eso se ha quedado en una historia del pasado. El círculo se ha cerrado y por fin podemos disfrutar de las aventuras de Cloud en una consola de la compañía que acogió los seis primeros títulos de la saga. Final Fantasy VII es un juego del que siempre se puede comentar algo. Algunos hablan de él en pasado, otros en presente y otros incluso en futuro. Sea como sea, Square Enix sigue dándonos motivos para hablar del icónico título, en esta ocasión, gracias a su salida en Nintendo Switch.

 

 

¿Salvar el planeta? No me interesa

Cloud, nuestro protagonista, se nos presenta como una persona que lucha por sus propios intereses; un mercenario al que le importa más recibir dinero por sus servicios que la motivación de los que le han contratado. Como antiguo miembro de SOLDADO, cuenta con conocimientos de gran utilidad, por lo que los miembros de AVALANCHA le tienen cierta estima, pese a su actitud. AVALANCHA  es un grupo armado que quiere salvar al planeta enfrentándose a la compañía Shin-Ra, una empresa que utiliza la energía Mako para abastecer ciudades a costa de la integridad del planeta. Ese sería un brevísimo resumen de los primeros compases del juego. Lejos de ver a un héroe con motivaciones nobles y un sentido de la justicia impecable, nos encontramos ante un «malote», aunque durante el desarrollo de la historia vemos sus motivaciones y trasfondo.

 

Pese a que han pasado bastantes años desde su lanzamiento original y prácticamente todo el mundo sepa «ciertas cosas» del juego, desde NextN nos negamos a hacer ningún tipo de spoiler, así que vamos a hablar de la historia sin mojarnos demasiado. Podríamos resumirlo así: Cloud acaba ayudando a AVALANCHA al verse obligado por Tifa, su amiga de la infancia. Tras infiltrarse en Shin-Ra descubre que Séfirot (Sephiroth) ha hecho acto de presencia allí y decide ir tras él. Dejando atrás la ciudad de Midgar, Cloud y sus compañeros exploran todo tipo de localizaciones siguiendo los pasos de Séfirot y descubriendo los misterios que le rodean, así como a Shin-Ra, al planeta y al propio Cloud, contando con numerosos giros de guión. En esta historia podemos encontrar todos los ingredientes que hacen que permanezcamos expectantes y pegados a la pantalla: humor, amor, intriga… La verdad es que estamos ante una historia que te atrapa y hace que acabes amando el juego sin remedio.

 

 

Turnos diferentes que nos llevan al límite

Aunque hemos dado a entender que la historia del juego es parte de lo que hace tan especial a este título, no podemos dejar de lado la jugabilidad del mismo. Mucha gente asocia automáticamente «Final Fantasy» con combates por turnos tediosos y algo arcaicos o anticuados. Sin embargo, Final Fantasy VII ofrece un soplo de aire fresco a los combates sin terminar de desechar la fórmula clásica. Cada personaje cuenta con un indicador de tiempo (los enemigos también, aunque no es visible para nosotros), cuando se completa nos permite realizar una acción (atacar, magia, usar un objeto…) y mientras elegimos el comando (o pensamos) es posible que recibamos daño de los enemigos, ya que se su indicador de tiempo se rellena en tiempo real también (las animaciones de algunos ataques especiales o invocaciones paran momentáneamente la carga de este indicador). Esto crea una especie de híbrido entre tiempo real y turnos que, una vez nos hemos acostumbrado, vuelve los combates bastante interesantes y dinámicos. Por otro lado, recibir daño rellena nuestro indicador de límite. El límite es una habilidad especial bastante poderosa que podemos emplear cuando el indicador se completa, sustituyendo el comando de nuestro ataque básico. Hay diferentes niveles de límite (a mayor nivel, mayor dificultad para que se rellene el indicador) y cada nivel suele contar con un par de ataques diferentes. Cada personaje cuenta con ataques únicos que van desde hacer daño en cantidades estratosféricas a incapacitar de diferentes formas a los enemigos o curarnos.

 

También tenemos que mencionar la materia. La materia se divide en diferentes tipos (invocación, magia, habilidad…) y nos proporciona diversas opciones en consecuencia. Por norma general cada pieza de equipo que pongamos a nuestros personajes (hasta un máximo de 3 personajes pueden formar parte de nuestra «fiesta») cuenta con ranuras para introducir materia. En resumen, la materia nos permite utilizar magia y otros comandos en combate. Una de las características más significativas de la materia es que altera nuestros atributos (por ejemplo, llevar demasiadas materias de curación equipadas hace que nuestro personaje vea su salud reducida en gran medida), por lo que debemos tener en cuenta a quién le equipamos cada materia. Tanto la elección de accesorios y armas para nuestros personajes, el conjunto de 3 personajes que formen nuestro equipo, la posibilidad de elegir si están en primera línea o algo rezagados para recibir menos daño y las materias equipadas, dan al título un extra de estrategia bastante interesante.

 

 

 

No toques, ¿por qué tocas?

El título original tiene ya sus años y es cierto que, hoy en día, gráficamente se queda algo anticuado con esos personajes que parecen una mezcla entre muñecos de Lego y Playmobil. A la hora de hacer el port de PSX a PC y otras consolas, se retocaron los modelos de los personajes (añadiendo boca a los mismos) y texturas en HD, así como imágenes de mejor resolución en los decorados, cosa que se agradece. No obstante, en cuanto a las escenas cinematográficas, se ha conseguido un emborronamiento general que no estaba presente en la versión original, cosa que provoca que estas secuencias se vieran mejor en la versión de la «play 1» en comparación con la versión para consolas mucho más potentes.

 

Por suerte, la BSO no se ha modificado y sigue siendo tan emblemática como siempre. Si nos ponemos a pensarlo detenidamente, tampoco tenemos tantos temas diferentes en esta BSO, pero la mente de Nobuo Uematsu creó melodías en Final Fantasy VII que no cansan por mucho que se escuchen. Sobre todo, debemos hacer especial mención al tema del jefe final, que nos parece una obra maestra capaz de plasmar a la perfección todos los sentimientos que provoca en el jugador la conclusión de su viaje y el moméntum de la batalla.

 

Diversos minijuegos amenizan ciertos tramos de la historia

 

No obstante, puestos a hablar de cambios realizados en esta versión… Debemos hacer una especial mención a 3 comandos nuevos introducidos en el juego. El primero es la posibilidad de aumentar x3 la velocidad del juego, lo que nos ahorra tiempo de exploración en el mapeado y permite que nuestros ataques se carguen antes, acelerando los combates. También podemos eliminar los combates aleatorios, cosa que puede llegar a resultar útil, sin embargo, el último de los 3 comandos introducidos nos parece que rompe bastante el equilibrio del juego y lo hace demasiado fácil: podemos cargar de forma automática nuestra salud, magia y límite de forma ilimitada. Esto provoca que la única forma de perder sea que cada miembro de nuestro equipo reciba un ataque con un daño superior a su salud máxima, cosa bastante difícil hasta llegar a ciertos puntos del juego. Este comando podría haberse sustituido por cargar el turno automáticamente o incluso el límite, pero que te vuelva prácticamente inmortal y además cargue el límite, nos parece excesivo y que mima demasiado al jugador.

 

Final Fantasy VII: Genial en su día y genial hoy

Pese al paso del tiempo, Final Fantasy VII es un juego increíble. A nivel jugable es una maravilla, auditivamente una delicia y, aunque gráficamente es donde más pegas podemos ponerle al título, la historia y el conjunto en general hacen del juego una obra maestra. Hay pequeños detalles que pueden ensombrecer la experiencia como el exceso de ayudas de este port, que se hayan desmejorado las escenas cinematográficas o que no se haya revisado la traducción, por ejemplo. Sí, todos amamos los «allévoy» y demás frases icónicas de este juego, pero lo cierto es que hay errores bastante graves de traducción que no deberíamos perdonar así como así. Es de agradecer que llegó en español en su momento y podemos gozar de esa misma traducción, pero si se han puesto a retocar aspectos de la jugabilidad y los gráficos, habría sido consecuente hacer una revisión de los textos.

 

Eso debería ser un «¡Qué guay!»…

En resumen, estamos ante una versión ligeramente mejorada de un clásico atemporal. Gracias a las características de Nintendo Switch podemos llevarnos esta aventura donde queramos y agradecemos este detalle, pues en las 40 horas que nos ha durado la historia, hemos tenido que sacar en más de una ocasión la consola del dock y llevarla con nosotros para seguir jugando. Final Fantasy VII fue un gran juego en su época y lo sigue siendo hoy en día. Recomendamos con todas nuestras fuerzas darle una oportunidad al título, pues creemos que es de esas obras que todo jugón debe haber completado.

 

 

Este análisis ha sido realizado gracias a un código de descarga proporcionado por Koch Media.

 

 

Pasan los años y sigue siendo magnífico
Por desgracia no pude apreciar todo el potencial de este juego en su momento debido a mi corta edad. Hoy, gracias a esta versión he sido capaz de disfrutar de un juegazo con todas las letras. Los ligeros cambios y ayudas que ofrece esta versión, hasta cierto punto, mejoran la experiencia del jugador. Aunque tiene sus detallitos aquí y allá que nos chirrían un poco, es imposible negar la genialidad que supone Final Fantasy VII en cualquier consola. Tanto la historia como el sistema de combate crean una atmósfera jugable que nos engancha hasta el último instante. Si no lo habéis jugado, ya no hay excusa que valga...
PROS
Sistema de combate que añade un toque fresco a los turnos
Variedad de ataques, magias y habilidades
Historia y banda sonora geniales
CONTRAS
Las escenas cinematográficas se ven más borrosas que en el original
Demasiadas ayudas para el jugador
Traducción mediocre
87