Ape Out

Análisis – Ape Out (Nintendo Switch). ¡Mamporros a ritmo de jazz!

...y como los gorilas ¡uh! ¡uh! ¡uh! ¡uh!, todos caminamos

Ape Out
Fecha de lanzamiento
28 febrero, 2019
Género
Aventura, acción, arcade
Lanzamiento Físico
No
Nuestra puntuación
80

No le faltaba razón a la buena de Melody cuando cantaba aquello de… y como los gorilas ¡uh! ¡uh! ¡uh! ¡Ape Out!, todos caminamos… Y es que no solo caminamos como estos sorprendentes animales, sino que compartimos similitudes en el 98% de nuestro ADN. Además, y ojito con esto, son los únicos capaces de enfrentarse a Godzilla.

 

Desarrollado por Gabe Cuzzillo, bajo la batuta sonora de Matt Boch y el arte de Bennett Foddy, Ape Out nos presenta una propuesta simple, pero rica en matices, colores e intensidad, que transcurre a ritmo de percusión y de jazz en estado libre. Algo especial se cuece y Devolver Digital, expertos en capturar verdaderas rarezas jugables y heraldos del buen hacer independiente, son conscientes de ello. ¿Listos para comenzar este análisis a golpe de música, acción y color? ¡El primate más poderoso llega a Nintendo Switch!

 

 

Zaz, entusiasmo a ritmo de jazz

Mi relación con el jazz y la música instrumental siempre ha sido verdaderamente estrecha. Un gran amigo de la familia ya me decía desde chiquitito aquello de «si amas la libertad y la poesía el jazz tiene que formar parte de la banda sonora de tu vida». Como buen gato de jazz siempre he sido muy de improvisar, y allí ha estado siempre el bueno de Ornette Coleman, saxo alto y uno de los moldeadores de lo que posteriormente sería el free jazz, para acompañar acompasar cada uno de mis pasos ¿A que viene este rollo? Fácil, la música, al igual que ocurre en mi vida, es un elemento imprescindible en la narrativa jugable y visual de Ape Out. Este título, como ya hizo el jazz o el blues, rompe barreras, literal y figuradamente, para ofrecer una propuesta jugable sin ataduras y libre de complejos. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que la música, aquí, no solo es parte fundamental del tempo de la aventura, sino que, además, nos acompaña como si de un segundo jugador se tratase.

 

Federico García Lorca:

Las únicas cosas que Estados Unidos ha dado al mundo son los rascacielos, el jazz y los cocktails.

 

Tanto su diseño artístico, de formas sin detalles y armonía cromática, como el uso inteligente de luces y sombras o su apartado sonoro, a golpe de timbales y platillos, son un claro homenaje al jazz, viniendo a ser una composición improvisada que se va generando con nuestros propios movimientos. Es decir, golpes, disparos, roturas de cristales e incluso nuestros puños juegan de forma brutalmente acompasada, dando forma a un sistema de música procedural que utiliza miles de muestras de bateria para crear una banda sonora única e irrepetible en cada partida. Por su parte, las portadas de los diferentes niveles con que cuenta Ape Out, inspiran su estética en los discos de jazz de los años 50. Portadas que, con Reid Miles como diseñador gráfico a la cabeza, primaban la calidad artística y el respeto por los músicos.

 

El parecido es realmente simiesco, ¿verdad?

 

Huyendo a lo loco mono

Ape Out es un smash’ em up colorido, minimalista, rítmico y eminentemente intenso, que pese a su simplicidad, solo contamos con un botón para empujar y otro para capturar a nuestros enemigos y usarlos como arma arrojadiza y/o escudo, exige al jugador una labor previa de desaprendizaje. Ni contamos con un contador, valga la redundancia, de muertes, ni existe la posibilidad de encadenar combos o puntos de experiencia. Por supuesto, olvidaros de una barras de vida como dios manda. Es más, en ocasiones, nuestro peludo protagonista cae de un solo golpe, mientras que en otras resiste hasta tres. Disparando, puntualmente, la curva de dificultad y reforzando aún más ese carácter caótico e improvisatorio.

 

Ape Out

 

Por si furera poco, los entornos por los que discurre nuestra fuga son generados de forma procedimental, obligándonos a actuar como un gorila y a mimetizarnos con nuestro entorno como un camaleón predator. Eso sí, derivado de ese carácter aleatorio también hemos sufrido el caso opuesto al comentado con anterioridad. Tras una hora atascado en un nivel, hemos podido completarlo sin toparnos, prácticamente, con ningún enemigo, gracias a la generación de un mapa especialmente favorable. Algo que, a todas luces, resta algo de motivación.

 

Ape Out pone a nuestra disposición un total de cuatro escenarios, que a modo de vinilos cuentan con una cara A y B, cada uno con sus propias pistas niveles en los que la premisa permanece siempre inmutable: huir, huir y huir. Premisa que, por otro lado y como si de una entidad viva se tratase, logra aumentar la tensión y dificultad de forma magistral mientras empuja al jugador, acompasando el ritmo de los tambores con el de su propio pulso, hacia un adelante tan intenso como incierto. Por desgracia, hemos sufrido un par de fallos en los que nuestro personaje, como por arte de magia, ha acabado teletransportándose de un extremo a otro de la pantalla. Eso sí, hablamos de algo muy puntual que esperamos sea solventado en próximas actualizaciones.

 

Ape Out

 

Resulta curioso el hecho de que Cuzzillo planteara inicialmente este juego como un título de sigilo en el que manejábamos a un anciano, para posteriormente pasar a primar (de primate, guiño, guiño, platillo) el contacto, acabando, finalmente, sustituyendo al anciano por un experto en la materia, un gorila. Y es que aquí el sigilo hace pocas veces acto de presencia, o al menos como lo conocemos habitualmente, y el control va enfocado a esa impulsividad rítmica que acaba plasmada en forma de violento manto cromático.

 

En relación a su duración, podemos decir que resulta tan intenso como corto (grandes fragancias, frascos pequeños), pudiendo completarse en poco más de tres horas. (Ojo, todo depende de nuestra habilidad a los mandos del primate). Una vez terminado, se desbloquea el modo arcade, que está basado en la puntuación y añade tiempo a las fases. Incluso existe la posibilidad de recorrer las distintas fases a la inversa. Es decir, teniendo que volver a la jaula. No obstante, y para ser honestos, Estos añadidos, aún dando algo de vida al título, modifican la experiencia hasta el punto de oponerse a su propia esencia jugable.

 

Ape Out

 

Ape Out – Nintendo Switch. El jazz free os hará libres

Ape Out es un título que a golpe de timbales y platillos logra acompasar su tempo con nuestro propio ritmo cardíaco. Bajo una premisa aparentemente sencilla, escapar de nuestros captores, nos presenta un mundo rico en matices que a pesar de ser algo raro resulta tremendamente adictivo. Un indie con marcado sabor a autor que puede que no guste a todos, pero cuyo extraño concepto resulta único e inimitable. Y no es poco… ¡Ape Out golpea de lleno en Nintendo Switch!

 

 

Ape OutHemos analizado Ape Out para Nintendo Switch gracias a un código de descarga proporcionado por Devolver Digital.

 

Ape Out
¡Mamporros a ritmo de jazz!
Ape Out es una gran bestia que se esconde bajo una premisa, escapar de nuestros captores, tan simple como caótica. Un título que a golpe de tambores y platillos logra acompasar su ritmo jugable con el nuestro propio. ¡Toda una explosión de música, acción y color!
PROS
Un título de acción rítmica en donde música, acción y color conviven en perfecta armonía
Su BSO inspirada, a golpe de timbales y platillos, en el free jazz
Un apartado jugable tan divertido como adictivo
CONTRAS
Se antoja corto
En ocasiones, algo caótico
Algún fallo puntual
80