En el mundo de los videojuegos existen obras de muy diversa índole. Algunos juegos tratan de revolucionar la industria con sus mecánicas, complejidad o apartado visual innovadores. Otros esconden en su argumento enseñanzas filosóficas o morales que reflejan la personalidad del autor y tienen como objetivo hacernos pensar. Pero también, entre un gran mar de posibilidades, encontramos títulos con el único afán de entretener sin querer ir más allá ni pretender convertirse en «el próximo Ocarina of Time». Access Denied es una de esas experiencias, una para despejar la mente tras un día duro o, simplemente, para hacer de «puente» entre juegos más complejos. Analizamos este agradable pasatiempo originalmente desarrollado por Stately Snail y trasladado y distribuido por Ratalaika Games a Nintendo Switch.
Cubos con «chismes» para tocar y descubrir
Access Denied comienza de golpe. Un pequeño menú conceptual donde seleccionamos una fase y empezamos. Nos encontramos en una pequeña habitación que no sabría muy bien cómo identificar. Parece una especie de garaje, o tal vez simplemente sea una mesa de trabajo en algún lugar. Sea como fuere, un extraño cubo emerge de una trampilla con dos compuertas, presentándonos el elemento que nos acompañará a lo largo de toda la experiencia: un puzle. No hay ninguna clase de tutorial, pero nuestro primer impulso lógico es rotar horizontalmente esta forma volumétrica para descubrir qué más hay, aparte de la cara que se nos muestra.
En este momento es en el que la jugabilidad de Access Denied se muestra al jugador como diciéndole «aquí me tienes, ¿a qué esperas para tocar todos los elementos que componen este misterioso cubo?». Eso es precisamente lo que se espera de nosotros en los primeros niveles, que sin mediar palabra ni utilizar juegos de luces ni indicadores de ningún tipo, nos presentan los principales mecanismos que los puzles lucen a lo largo de toda la obra. Es una forma inteligente de familiarizarnos con el control y de ayudarnos a reconocer la función de cada uno de estos componentes a primera vista. Realmente te sientes como un niño pequeño con el clásico juguete de apretar botones para ver qué hace cada cosa.
Las partes que componen cada uno de los puzles en Access Denied pueden parecer simples a primera vista, y realmente lo son cuando actúan de forma atómica. Sin embargo, en rompecabezas posteriores comienzan a interconectarse entre sí, lo que conlleva que, en ocasiones, sea necesario resolver una parte del enigma para poder afrontar otra que nos lleve a la solución última. Cuando conseguimos desentrañar los misterios de la fase actual, el juego nos envía automáticamente a la siguiente, siendo un total de 36 niveles los que componen esta relajante experiencia. La mayoría de los acertijos tienen una solución relativamente sencilla y que podemos inferir fijándonos en patrones o códigos de color. A pesar de ello, hay un par cuyo sentido todavía no he logrado encontrar, pero supongo que eso es cosa mía.
Escenario ubicuo, escenario mejor.
Access Denied tiene poco que decir en términos auditivos. El juego utiliza de forma inteligente, aunque limitada, los efectos de sonido, dando un cierto realismo a la pulsación de interruptores y botones, pero repitiéndose en algunas ocasiones para más de un elemento. En lo que compete a la música, la desarrolladora ha optado por intentar hacer que nos sintamos lo más relajados posible mientras disfrutamos de una experiencia igualmente tranquila. De este modo, el único acompañamiento sonoro que tenemos a lo largo de los 36 niveles que componen Access Denied es el murmullo de una pequeña tormenta, cuya lluvia cayendo suavemente sobre el pavimento y los ocasionales truenos que se escuchan en la lejanía son muy adecuados para complementar la propuesta jugable.
El apartado artístico de Access Denied es bastante correcto. Los gráficos no son espectaculares, pero sí lo bastante resultones como para que nos llame la atención que formen parte de un videojuego de puzles. No me malinterpretéis; no encontramos elementos muy detallados ni efectos de iluminación sorprendentes, pero el título se ve lo suficientemente bonito como para resultar muy agradable a la vista. Un aspecto interesante es que toda la acción ocurre en el mismo lugar, incluyendo la selección de nivel. En este sentido, el equipo de desarrollo tomó la inteligente decisión de no sacar al jugador de la escena a un menú independiente, sino que este se encuentra integrado como un elemento de la escena al que el juego nos lleva con un movimiento de cámara. Otro detalle curioso es que gracias a dos elementos del escenario podemos saber qué hora es y en qué puzle nos encontramos en cada momento. Puede parecer una tontería, pero añade una pequeña capa de inmersión muy agradecida.
Con todo, Access Denied no es perfecto. Es cierto que no he encontrado ninguna clase de «bug» ni picos de dificultad irrisorios en las aproximadamente dos horas y cuarto que he tardado en completarlo, pero le falta algo para llegar a ser un grandísimo juego de puzles. No pido una mayor cantidad de rompecabezas, pues considero que es mejor tener 36 niveles de una buena calidad que 100 a los que se les vean «las costuras». Sin embargo, algunos mecanismos se repiten y tal vez la integración de tres o cuatro elementos adicionales o la mayor diversidad de formas geométricas y superficies para los rompecabezas, hubiera otorgado una complejidad realmente interesante al título.
Access Denied – Luces y sombras en un buen juego de rompecabezas
Desde el principio tenía claro que Access Denied iba a ser un juego que disfrutaría. Puzles, mecanismos con interruptores y botones, y un entorno agradable. Era difícil hacerlo mal, y no me equivocaba. Este es un título en el que tomarte tu tiempo resolviendo cada uno de los enigmas y ejercitar la mente sin hacer demasiado esfuerzo. Tiene un par de conceptos realmente interesantes entre los mecanismos de resolución de rompecabezas, pero se antoja un poco limitado debido a la repetición ocasional de patrones en sus niveles. La ubicuidad de los elementos del escenario es un punto a favor, pues hace innecesario que salgamos de la escena principal del juego para mirar algo tan trivial como la hora o seleccionar la fase que queremos afrontar. Access Denied tiene más luces que sombras, y lo recomiendo a todos los fans de los videojuegos de puzles, aunque no puedo usar para su valoración el mismo baremo que utilizaría para obras más complejas y ambiciosas. El título tiene un precio de 4,99€ en la eShop de Nintendo Switch y os ofrece un par de horas y media de diversión. ¿Merece la pena? En mi opinión sí, pero ahora os toca a vosotros decidir.
Este análisis ha sido posible gracias a la cesión de un código de descarga de Access Denied para Nintendo Switch por parte de Ratalaika Games
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