El anuncio por parte de Capcom de Mega Man 11 pilló a no pocos por sorpresa. La desarrolladora y distribuidora afincada en Japón daba un golpe sobre la mesa, y como parte de ese proceso de reestructuración que les está llevando a lo más parecido a una resurrección, presentaba un título que prometía regresar a los orígenes de la franquicia. ¿Nos encontramos realmente con el regreso del Mega Man clásico o simplemente se quedará en humo? Echad un vistazo a este análisis y lo mismo, con suerte, logramos aportar nuestro granito de arena para resolver algunas de vuestras dudas.
Mega Man 11: doble ración de nostalgia
Corría el año 1987. Los Simpson emitían su primer capítulo en Estados Unidos; Guns N’ Roses publicaba Appetite for Destruction, el álbum más vendido de la historia. Ahhh… y hacía su aparición uno de los personajes estrella de Capcom. Un pequeño robot azul, llamado Mega Man (RockMan en tierras niponas). Por aquel entonces yo tan solo tenía 5 años, sería unos años después cuando, de la mano de mi querida NES y el mítico cartucho Mega Man, conocería por primera vez a nuestro cibernético héroe. La sensación fue imborrable. No se trataba del mejor título, ni el más vendido, pero resulta innegable afirmar que asentó las bases de tan sonada franquicia. Hablamos de un juego sin el cual hoy, probablemente, no estaríamos celebrando los 30 años de la saga.
Mega Man es una de esas series que ha ido dando forma a diversas subsagas que coexisten, la mayoría, dentro del mismo universo. Probablemente, muchos tenéis en mente una de las más recientes: Mega Man X, saga que transcurre un siglo después de la historia clásica. MegaMan 11 a diferencia de la subsaga X, no pretende situarnos en un futuro/pasado lejano. El título en cuestión se presenta como actual, pero nos planta sobre la mesa una propuesta muy similar a la ofrecida por el primer título de la serie.
Es el año 20XX y el pasado vuelve a hacer acto de presencia en la vida del Dr. Thomas Xavier Light (padre de la sociedad robótica moderna). La historia comienza con el laboratorio del Dr. Light repleto de robots creados, en la ciudad de Monsteropolis para tareas industriales, con el objetivo de facilitar las cosas a la humanidad. Dichos trabajadores cibernéticos han acudido a su revisión de mantenimiento anual. Es entonces cuando aparece el Dr. Wily, viejo conocido de Light. Ambos eran compañeros universitarios y los dos presentaron sendos proyectos relativos al mundo de la robótica. El comité escogió el proyecto Robot Master de Light (encaminado a la creación de un robot humanoide) y esto desquició por completo a Wily. Tras muchos años, Wily consigue materializar su proyecto Doble Mega o Double Gear System (sistema que logra aumentar la fuerza de cualquier robot hasta límites insospechados) y tras refrescar la memoria a un canoso y barbudo Light, captura los Robot Master, creados por este último, reprogramándolos para hacer el mal y usándolos como conejillos de indias, a pilas (redoble de tambores), de su propia investigación.
Mega Man, uno de los robots asistentes del doctor, haciendo acopio de un gran sentido de justicia, decide aventurarse a rescatar a sus queridos amigos. Antes de partir, el mismísimo Light lo actualiza incluyendo el propio sistema doble mega (Doble Gear), que otorga la posibilidad de equipar más de un poder simultáneamente. Disponiendo de un total de dos habilidades principales: Speed Gear (modo cámara lenta) y Power Gear (potencia la habilidad que tengamos equipada). Por otro lado, contamos con la posibilidad de activar un estado que nos dota de unos segundos de energía extra, a costa de dejarnos debilitados tras su uso. A partir de aquí, nos toca ponernos en la piel (o mejor dicho en el mando) de Mega Man para truncar los planes del estrambótico Dr. Wily. Por cierto, si fuiste uno de los que probaron su sorpresiva demo, tras comenzar la partida Capcom te obsequia con un regalo extra que seguro te viene que ni pintado.
Mega Man 11 – Gameplay: más preparados que nunca para plantar cara a Wily
Mega Man 11 nos presenta 8 robots (más los clásicos mini jefes a mitad de fase) y un malvado enemigo final con sorpresa incluida. ¿Nostalgia? Qué carajo, ¡en estado puro! Estamos frente a un título que ha logrado hacer despertar sensaciones y sentimientos que pensaba olvidados. Una vuelta a los orígenes en toda regla, pero con un sabor mucho más actual. Saltar, deslizarnos, disparar, aprovechar las habilidades y mejoras de nuestro compañero canino Rush o absorber los poderes de los enemigos finales tras derrotarlos (algo que resulta tremendamente útil para afrontar la aventura con mayores garantías). Todo nos recuerda a los títulos clásicos, pero con un lavado de cara que, personalmente, me ha gustado bastante. Un acabado llamativo, unos efectos notables (destacando las explosiones y los efectos de nuestro propio arsenal) y una llamativa paleta de colores, ponen la guinda a un apartado gráfico con un marcado estilo 2.5D con personajes y entornos poligonales en 3D.
Tras completar un nivel se nos da la posibilidad de transportarnos al laboratorio del Dr. Thomas Light. Allí podemos intercambiar los tornillos recogidos durante nuestra plataformera aventura por mejoras para nuestro traje u objetos de apoyo (vidas extra, contenedores de energía, etc..). Puede que los más puristas pongan el grito en el cielo argumentando que estas «ayudas» rompen la simbiosis con la experiencia clásica de juego. Tranquilos, Mega Man 11 se adapta a todos los públicos. Al igual que podemos escoger un nivel de dificultad (cuatro ni más ni menos, a elegir entre novato, amateur, normal y superhéroe) acorde al grado de maestría a los mandos de nuestro azulado amigo, estos ítems son totalmente opcionales y nosotros tenemos el poder de decidir, primero, si adquirirlos y, segundo, si posteriormente hacer uso de ellos o no. Mega Man 11 es un título en el que mueres, mueres y mueres una vez tras otra, pero cada muerte te acerca más al temido jefe final, por lo que en la mayoría de ocasiones la frustración se transforma en motivación y en una férrea, como el metal del propio Mega Man, determinación para completar ese nivel que tanto se nos resiste.
Regresando a su núcleo jugable y en referencia a su curva de dificultad, puedo afirmar que es bastante flexible y se adapta perfectamente tanto a los jugadores más experimentados como a los más casuales. Ya conocemos algunos de los extras, anteriormente comentados, y sus 4 niveles de dificultad abren un abanico bastante amplio en lo que a jugabilidad se refiere. La primera vuelta la he jugando en modo normal, y sin miedo a equivocarme, puedo decir que se trata de un modo accesible, siempre que tengamos experiencia en el género de las plataformas. En este modo no han sido pocas las veces que he muerto, pero me ha otorgado el suficiente margen para ir aprendiendo las mecánicas y los entresijos de cada nivel. Algo fundamental si queremos llevar la aventura a buen puerto. Por el contrario, el modo amateur nos ofrece una experiencia mucho más agradable y casual, en donde tenemos más vida, los pinchos no nos matan y los enemigos nos causan menos daño. Si, por el contrario, optamos por el modo difícil, la aventura supone todo un desafío, prácticamente al mismo nivel que las entregas clásicas. Recalcar que Mega Man 11 cuenta con 8 espacios para guardar archivos y no se puede cambiar la dificultad una vez que se haya seleccionado uno de ellos. A su vez, contamos con un apartado en el que configurar los controles a nuestro gusto. En mi caso, he tenido que deshabilitar el joystick derecho como acceso rápido para cambiar de traje, ya que cada dos por tres lo presionaba sin querer y acaba formando un curioso caos cibernético.
Para complementar la experiencia ofrecida por la campaña principal, Mega Man 11 nos ofrece diferentes desafíos en los que se nos pide completar una serie de objetivos concretos. Estos desafíos se desbloquean conforme realizamos determinadas acciones en la campaña principal. A su vez, podemos consultar las clasificaciones, ver las repeticiones, revisar los récords que hemos desbloqueado y echar una ojeada a una galería donde se encuentran disponibles todos los personajes que aparecen en el título. Como extra, el juego en cuestión es compatible con las figuras amiibo. Una vez al día podemos utilizar nuestra colección al completo para conseguir objetos de forma aleatoria. Eso sí, resulta mucho más solemne hacerlo con la figura del mismísimo Mega Man. Puede que no sea la panacea, pero todos estos modos alargan la vida de un juego que ya de por sí no resulta largo. En lo referente al apartado sonoro, correcto y sin alardes. Es cierto que algunas pistas resultan chirriantes y repetitivas, pero no es menos cierto que, como conocedores de la saga, consiguen transportarnos a aquellas interminables tardes de «deberes» a bordo de nuestra querida NES.
Mega Man 11: toda una vieja nueva aventura
Capcom pone sobre la mesa, con Mega Man 11, un gran juego de plataformas, un producto casi redondo, el homenaje perfecto con motivo del 30 aniversario de una de las franquicias robóticas por excelencia del mundo de los videojuegos. En definitiva, un título que, aún dejando atrás el legado del píxel, tiene muy presente su glorioso pasado y lo reformula adaptándose a la realidad actual de una forma bastante acertada.
El análisis de Mega Man 11 ha sido posible gracias a un código de descarga cedido por Koch Media
Debe estar conectado para enviar un comentario.