Análisis – Luigi’s Mansion (Nintendo 3DS). Revive una aventura sorprendente

Acercándose ya a los ocho años, diríamos que Nintendo 3DS se ha ganado una más que merecida jubilación. Sin embargo, la Gran N sigue apostando por ella, porque incluso en esta nueva era de portabilidad que abrió Nintendo Switch, la veterana consola no pierde su popularidad. Y a la chita callando, sigue llenando su catálogo a base de remakes y remasterizaciones, hasta configurarse como la máquina de referencia para conocer el pasado de Nintendo.

Ya han pasado diecisiete años, pero no deja de sorprendernos tener en nuestro bolsillo un juego de GameCube, quizás uno de los títulos más “de culto” de la consola, controvertido en su día pero hoy considerado un clásico. No sé si decir “infravalorado”, porque la verdad es que ha dejado un legado indeleble en la iconografía de los juegos de Mario. O dicho de forma más amplia, del Reino Champiñón, porque una de sus claves es, precisamente, la ausencia de la mascota favorita en favor del hermano miedoso… y por ende, más entrañable. Con una tercera parte recién anunciada y vitoreada y cuya segunda parte fue uno de los exclusivos más potentes de 3DS, es muy apropiado que recibamos ahora el remake de Luigi’s Mansion.

 

 

Una casa con encanto

El pobre Luigi recibe una carta que le dice que ha ganado una mansión, y allá va ilusionado a su premio. Pero el de verde es tan inocentón que no se da cuenta que camina directo a una trampa, y es en realidad una casa encantada. Así comienza una fábula en la que Nintendo ya nos advertía en 2001 sobre los peligros del Spam y por qué nunca debemos aceptar ningún trato sin comprobar su veracidad. Siempre pioneros.

Esta versión reproduce con gran fidelidad el desarrollo del original. Hablamos de un juego relativamente desafiante, con algunos enemigos realmente duros y con un desarrollo bastante abierto. Aunque el hilo conductor es lineal, habrá ocasiones en las que no sepas muy bien qué hacer después, o tengas que retroceder a buscar algo que te dejaste. En ese sentido, no hay pistas, ni ningún nuevo modo de esos que Nintendo suele colocar a sus remakes para hacerlos más sencillos al nuevo público. Un acierto, porque la gracia de Luigi’s Mansion, que es también un juego bastante corto y “comprimido” es el descubrimiento, la experimentación, el no saber qué te vas a encontrar al cruzar cada nueva puerta, aunque el sistema de juego sea en esencia siempre el mismo (combatir, ir de A a B, combatir, ir de B a C…).

 

Al contrario que otros juegos de Nintendo, esa sensación de sorpresa que nos acompaña toda la aventura se apoya más en su apartado artístico más que en el jugable. Evita repetir las ambientaciones clichés de desierto, jungla, volcán, acuático… por un único escenario, una mansión en la que todos sus elementos juegan en una misma dirección formando un conjunto coherente. Cada habitación de la mansión es única, y cuenta con una razón de ser y una decoración acorde. La biblioteca, el baño, la cocina, el salón de baile, la habitación del bebé, el observatorio, la sala de trofeos… La imaginación es inagotable, y merece la pena detenerse en cada una con la cámara de fotos de la Game Boy Horror (pulsando Y) y explorar con más detalle todos sus elementos. Además, todo luce muy sólido, con modelados mejorados respecto a la Cube, y aunque algunos efectos de luz y partículas se han quedado fuera, gana fuerza con el 3D activado (que de hecho estuvo considerado para el original pero quedó fuera por limitaciones técnicas).

La atención al detalle, la atmósfera (aunque no es nada terrorífico, sí juega mucho con ideas tétricas y escenarios bastante oscuros) y un sentido del humor más agudo que el habitual lo aleja de otros juegos de la compañía. También es muy particular el mencionado desarrollo más abierto y sobre todo su sistema de “combate”. Y es que muy al estilo de los Cazafantasmas, Luigi captura los entes con una manguera conectada a una aparatosa mochila. Pero no dispara protones, sino que succiona aire… y fantasmas, y todo lo que pille en su camino. Este tipo de acción, que nos tiene tirando en la dirección contraria para atrapar a los fantasmas (y acorralándolos en el caso de los más resistentes Boos) no se le parece a nada que hayas jugado, y además de los combates en sí, da lugar a una serie de puzles contextuales (echar aire para correr cortinas o arrancar puzles) muy originales.

 

Tropiezos por las escaleras

Sin embargo, se nota que no fue diseñado para 3DS. La ausencia de un segundo stick hace muy impreciso y robótico el movimiento, y aunque permite usar el stick C de los modelos New 3DS y el giroscopio para apuntar, es casi imposible coordinarlo bien con el andar de Luigi, en niveles con cámara estática. Estos defectos, más del hardware de del propio juego, provocarán no pocos momentos frustrantes. Prescindir del incomodísimo stick C por el modo de control más sencillo significa sacrificar precisión necesaria en los últimos combates. Por lo menos, hay una nueva función sacada de Luigi’s Mansion 2: ahora podemos disparar flashes de luz con la linterna, lo que ayuda a sorprender y capturar a los fantasmas.

Otras novedades incluyen un modo para repetir los combates contra jefes y un modo cooperativo compatible con todo el juego (aunque para la historia, se necesitan dos tarjetas de juego). También hay logros y un nivel de dificultad bastante más difícil al completar el juego por primera vez, necesario para conseguir el máximo trofeo. En general, añadidos pensados para fomentar la rejugabilidad, nada revolucionario… aunque siendo un juego cuyos mayores valores están en la ambientación, no hay mucho interés en rejugarlo… salvo volver a disfrutarlo.

 

 

Conclusión – La Nintendo más experimental

Luigi’s Mansion es un juego muy recomendable, especialmente si piensas que Nintendo nunca sale del mismo molde para sus juegos de Mario y cía. Sorprende por un desarrollo menos sencillo de lo que aparenta, un sistema de combate diferente y sobre todo por su genial ambientación. Es uno de los juegos con más personalidad que ha hecho Nintendo, y aunque dura lo que dura una noche, es intenso, con sorpresas y nunca aburre. Los problemas con el control empañan esta versión, y necesita un segundo stick «de verdad» como el comer, pero no lo hace menos disfrutable.

Análisis realizado en una sesión de review a cargo de Nintendo España

 

Un remake correcto (salvo problemas con control derivados del hardware) para uno de los juegos más sorprendentes que ha hecho Nintendo. Perfecto para pasar la noche de Halloween en vela.
Nota de lectores4 Votos
96
PROS
Desarrollo abierto, variado y con un sistema de combate muy original.
La mansión es terroríficamente encantadora, y con una gran atención por el detalle.
Guste más o menos, es una muestra de Nintendo experimentando con ideas diferentes y con personalidad.
CONTRAS
El control pierde mucho sin el segundo stick, y las alternativas que ofrece el hardware no son muy precisas.
El cooperativo, el modo jefe y los logros son buenos añadidos, pero tampoco amplían el original.
Destaca más por su ambientación que por su jugabilidad, así que tampoco hay muchos motivos para rejugarlo (salvo volver a disfrutarlo).
78