Hace pocos días se confirmó uno de esos rumores que llevaban tiempo flotando por el aire, finalmente con el anuncio de Diablo III: Eternal Collection para Nintendo Switch, la versión definitiva de uno de los trabajos más conocidos de la compañía Blizzard, y uno de los mayores referentes de los rpgs de acción online de vista aérea desde hace años, sobre todo en territorio PC. Como todo gran juego que es capaz de perdurar en la efímera memoria colectiva, ha sido capaz de crear escuela y fuerte inspiración para muchos rivales deseando ser capaces de hacer sombra al grande original aportando sus propias ideas. Uno de esos casos es Titan Quest, obra del equipo Iron Lore, con gente detrás de lo más prometedora, responsables de grandes sagas de la estrategia como Age of Empires o del argumento de la conocidísima peli Braveheart -por más años que pasen jamás se puede olvidar a Mel Gibson enseñando las posaderas (?)- que hace unos doce años comenzó su andadura, y que con motivo de su décimo aniversario recibió una interesante revisión además de comenzar a visitar el territorio de las consolas de sobremesa, pues bien, ahora es el turno de que dicha revisión se dé un paseo por la consola híbrida de Nintendo.
Aunque por suerte cada vez va pasando menos, lo cierto es que no se trata del primer título que se toma un tiempo de diferencia en su salida en Switch respecto a otras plataformas, circunstancia que algunos han aprovechado para incluir algún contenido extra o siquiera algún pequeño lavado de cara gráfico o corrección de errores, en tanto otros tal cual estaban tal cual llegan (si algo ya estaba perfecto para qué cambiar nada, ¿no?), ¿en cuál de las dos categorías se ubica el título que ahora nos ocupa? Nada como seguir leyendo el siguiente análisis para descubrirlo, por si acaso echad algunas pociones y vuestras mejores armas, ya que el viaje promete estar cargado de emociones. ¡En marcha!
Hablemos un poco de mitología
Para los más puestos en temas de mitología griega, ya sea a través de libros o de las múltiples películas que han adaptado libros sobre ello se han inspirado en esa temática, sabréis que los titanes y las titánides eran una especie de deidades muy antiguas antecesoras de los dioses del Olimpo que se pelearon con estos últimos y acabaron encerradas en el Tártaro, la región más profunda del Inframundo, las manías entonces de ocupar el mejor trono echando a patadas al anterior, con sus guerras épicas de por medio. El caso es que dichos titanes han logrado escapar de su prisión y la están liando en el mundo terrenal, mandando toda clase de criaturas malignas a arrasar con todas las aldeas y pueblos a su paso, y por supuesto, la única persona capaz de pararles los pies y restablecer el orden es nuestro personaje, al que por cierto podemos personalizar – de manera un poco limitada eso sí – eligiendo género y color de túnica. Así pues, esa es la trama principal de base, a partir de ahí nos corresponde recorrer las amplias y clásicas regiones de la Antigua Grecia, Egipto y partes de Asia asumiendo misiones de ayuda y acabando con toda bestia mitológica que se nos cruce por el camino. Con cada batalla ganada vamos recogiendo materiales en forma de pociones o piezas de equipamiento (armas, armaduras y demás accesorios) que, como suele ser característico de todo buen rpg, nos permite mejorar de características, afrontar peligros mayores cada vez y continuar avanzando en la odisea. Como también suele ser habitual, aparte vamos subiendo de nivel y ganamos habilidades nuevas – llamadas maestrías aquí – que nos permiten mejorar nuestras defensas, realizar invocaciones o hechizos mágicos, entre otros poderes especiales, que nos permiten personalizar mejor la manera en que vamos a combatir en adelante.
Nuestro viaje, partiendo de la Villa de Helos, al este de Grecia, que se ha visto atacada por un poderoso chamán y sus huestes, nos lleva a explorar territorios donde la naturaleza impera de lo más variopintos (cuevas, praderas, aldeas, desiertos, bosques…) y a enfrentarnos a grupos de bestias monstruosas, de lo más inspiradas en las criaturas fantásticas que la mitología clásica se encargó de crear hace cientos de años; en unos casos los podemos pillar por sorpresa y en otros son ellos quienes nos hacen la emboscada, en cualquiera de los casos debemos ir más que preparados puesto que si vamos muy a lo loco no vamos a tardar ni dos segundos en perder la partida. Por suerte nuestro recorrido se encuentra jalonado por las llamadas Fuentes de Renacimiento, que son los puntos donde vamos a reaparecer cada vez que perdamos la vida, además podemos guardar en cualquier momento, por si necesitamos parar en cualquier momento, eso sí, en caso de muerte regresamos igualmente a la última fuente que visitemos, por lo que hay que tener cuidado de que no se nos despiste ninguna por el camino. Por si la cosa se nos hace algo cuesta arriba, hay varios modos de juego entre los que alternar, aparte de en solitario, que son básicamente Multijugador online y Offline (tanto en consolas independientes en local como en la misma aprovechando la pantalla partida).
Pelea con cabeza (y con la espada)
Centrándonos en los aspectos técnicos, es donde quizás se aprecia que el paso del tiempo no ha sido demasiado benévolo con este título, tanto en el apartado gráfico, que está bien, resulta bonito visualmente, pero nada especialmente llamativo a la vista, acaba resultando un pelín monótono, como en el apartado sonoro donde tanto la música como los efectos de sonido resultan un poco anodinos, aunque cabe mencionar la presencia de voces de doblaje – en inglés eso sí – tanto en escenas de vídeo como en las conversaciones durante la partida. Se echa en falta en resumen una mejora mayor de la que se aprecia respecto al original de 2006, algo que lo haga llamar más la atención, teniendo en cuenta la fuerte competencia que ya tiene y que se le avecina. Respecto a los controles, son asequibles, no especialmente sencillos pero se pueden aprender bien, y en caso de que nos perdamos, podemos dejar activadas las pistas de ayuda, que nos recuerdan para qué sirve cada botón. No obstante, la navegación por los menús resulta un tanto caótica, es fácil perderse con tantas opciones que consultar (equipamiento, submisiones, recordatorios de conversaciones, estadísticas…), teniendo en cuenta además que por abrir el menú la partida no se detiene, como suele ser frecuente en los juegos de rol online, por lo que debemos buscar en todo momento un lugar a salvo de peligro si queremos hacer consultas, teniendo en cuenta que incluso así en alguna ocasión pueden aparecer enemigos por sorpresa y hay que ponerse en marcha con nuestro arma en ristre.
Respecto a la jugabilidad, tiene su tranquillo que cogerle, aunque resulta interesante, es de acción pura y dura, pero en lugar de machacar el botón Y para atacar, tan sólo debemos dejarlo pulsado y el personaje se dirige solo al enemigo más cercano, atacando a su ritmo, con el inconveniente de que si hay varios – cosa de lo más frecuente – nos pueden rodear y machacarnos, entonces debemos soltar el botón y echar a correr buscando una mejor posición. Los hitbox o zonas de contacto de nuestros ataques con el cuerpo del enemigo resultan un tanto confusas, todo hay que decirlo, por lo que no siempre vamos a saber si estamos acertando o no, pese a estar pegados, nos tenemos que fijar muchas veces en su barra de vida (y en la nuestra de paso) para saber si de verdad estamos haciendo algo de daño, ya que no se aprecian demasiadas reacciones en los personajes. Por lo demás, la partida transcurre de lo más fluida, no hay especialmente caídas de frames ni saltos, las pantallas de carga no son excesivas, por lo que en caso de caer en combate podemos regresar con relativa rapidez a la última Fuente de Renacer y sin haber perdido mucho avance, una vez se le coge el tranquillo al sistema de combate y a las características de los encuentros con los enemigos, ya es cuestión de perseverar (en sus respectivos tres niveles de dificultad) y mejorar en habilidades para seguir continuando en nuestras andanzas.
Titan Quest – Antes de salir ponte la anti-titánica por si acaso
En conclusión, este juego presenta algunas luces y sombras, principalmente que no parece haber evolucionado mucho ni contar con excesivas mejoras respecto al original, de hecho se conservan algunos glitches gráficos, aunque son bastante puntuales la verdad, por otro lado ofrece un peculiar sistema de combate al que una vez te acostumbras – un botón pulsado y el stick para apuntar el objetivo – resulta entretenido de dominar, aparte de su completo sistema de mejoras que personaliza mucho la evolución de nuestro personaje. Su punto más fuerte sin duda es su elevada duración, al menos unas treinta horas vamos a necesitar para llegar hasta el final, y eso si vamos a tiro hecho, sin pararnos a atender el buen puñado de misiones secundarias, a subir de nivel a manta y a echarle tiempo al online, que entonces la cosa ya puede dar para largo. Se echa en falta un pequeño pulido visual y sonoro para hacerlo más atractivo a la actual generación tecnológica, aparte de más opciones de creación de personaje para completar.
En definitiva, aunque es osado decirlo, si te gustan los juegos de rol estilo Diablo, Starcraft, o World of Warcraft, aunque menos masivos, Titan Quest puede ser una interesante opción, eso sí, si jugaste al original, no esperes demasiadas mejoras, aparte de la opción de poder jugar en cualquier parte, que de por sí no está nada mal. Y encima con temática mitológica, que tan de moda sigue estando y tan imaginativa que resulta.
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