Myst

Carta abierta a Cyan – Myst y Nintendo Switch, la dupla perfecta

Hace unos meses se anunció que Obduction, de los creadores de Myst (Cyan Worlds) podría llegar a Nintendo Switch. Esto hizo despertar en mi una serie de recuerdos encontrados, una sensación tremendamente familiar, pero a la vez un sentimiento totalmente inexplicable. El sabor agridulce de haber llegado a un futuro sin haber jugado a fondo su pasado. Consciente de lo pequeña que es nuestra perspectiva, he decidido poner nombre a esa extraña nostalgia hacia viejas librerías. Doctor, doctor, ¡siento MYSTalgia!

 

2018 es el año del 25 aniversario de la serie Myst y los chicos de Cyan Worlds, como estudio independiente y tras lograr recuperar los derechos de la saga al completo, parecen encontrarse en pleno desarrollo de una nueva entrega, así como de lo que va ser una suerte de remasterización, compatible con windows 10, que incluirá todos los títulos de la saga. Remasterización que, dicho sea de paso, se financió a través de la plataforma KickStarter, logrando cubrir sus objetivos en apenas 8 horas. Puestos en antecedentes, sobre lo que está por venir y lo que debería y no lo está, me ha parecido la ocasión perfecta para echar la vista atrás y poder mirar con claridad el futuro. Preparad vuestras mochilas porque comienza nuestro viaje.

 

 

Myst Nintendo

 

Estaba leyendo un libro llamado Myst, cuando de repente, no sé qué pasó, me encontraba en un extraño lugar idéntico a la novela que estaba leyendo. Miré a mí alrededor y efectivamente me encontraba en la isla de Myst. Pero, ¿se trataba de un sueño o realmente estaba allí?

 

Con estas icónicas palabras da comienzo nuestra andadura en Myst, pero.. Myst, ¿que es Myst?.. Parece lógico que os esboce antes algunas pinceladas para los desconocedores del universo que vengo a relatar. Tal como había sucedido con King’s Quest una década atrás, Myst vino a ser el siguiente paso evolutivo de las aventuras. Un paso dado a principios de los 90 por Robyn y Rand Miller y que supuso una forma de conectar con un mundo nuevo y extraño plagado de aventuras, puzles, misterios, una espectacular banda sonora y belleza, mucha belleza. Un mundo que ya nadie duda forma parte de la historia viva de los videojuegos y que se ha expandido no solo en forma de juegos sino también en forma de novelas, existiendo un total de 3, un lenguaje propio con cerca de 500 palabras propias e incluso una película cuyo desarrollo no terminó de cuajar.

 

 

Toda su crónica, plagada de traiciones y vueltas de tuerca, gira en torno a la raza de los D’ni, maestros en el arte de establecer nexos con otros mundos mediante la escritura descriptiva. Lo que se escribía en los libros nexo se hacía real y al poner tu mano sobre su pantalla te transportabas a la que algunos entendían como su posesión y otros como su responsabilidad dentro de un universo de infinitas posibilidades. La idea de crear mundos a partir de la escritura descriptiva abría infinidad de posibilidades y daba rienda suelta no solo a la imaginación de los chicos de Cyan sino a la nuestra propia. Myst no es una narración interactiva pero dado el peso argumental del que hace acopio, logra que sea su propia prosa, durante el transcurso de la aventura, la que nos sitúe dentro de la historia, adoptando un rol en el que controlamos nuestros movimientos pero no lo que ocurre a nuestro alrededor.

 

Hagamos una parada para situarnos en escena y poder dimensionar con propiedad todo lo ocurrido. Años 90, la llegada del CD-ROM y posteriormente el Compact Disc convulsiona todo a su paso, ofreciendo al mundo la primera expresión del «entretenimiento digital». Es aquí donde radica parte del éxito de la saga, las capacidades que ofrecía este nuevo formato abría infinitas posibilidades y los hermanos Miller eran conscientes de ello como más adelante quedaría demostrado.

 

Myst
«Incluye CD-ROM», que prestigio daba esa frase

 

Un mundo creado a partir de cientos de imágenes renderizadas, que partían de avanzados modelados en 3D. Estábamos ante lo nunca visto, la aventura que se abría ante nuestros incrédulos ojos no se basaba en nada que hubiéramos visto hasta la fecha, era algo totalmente nuevo, y este era otro pilar fundamental en el que sustentar su tremendo éxito. Myst no solo ha sido el videojuego más vendido para ordenador durante la década de los 90. Fue mucho más, supuso la implantación de un nuevo y original estilo de juego que influyó notablemente en muchos títulos posteriores. Además, vino a ser una vía de escape hacia un mundo fotorrealista en el que, y esto parece haber venido en cierto desuso, había que hacer acopio de todo nuestro ingenio, pericia y dotes de observación. Porque sí, hubo una época en la que no era necesario un fusil automático con cadencia de disparo rápida y daño moderado para poder llevar a buen puerto nuestra aventura.

 

 

Myst
Aquí parte de mi colección MYSTeriosa

 

Myst
Esta edición de coleccionista ocupa un lugar especial en mi biblioteca

Myst en Nintendo Switch: La esperanza de todo aficionado

Puestos en antecedentes, resulta del todo necesario aclarar que, con este artículo, no quiero recordarle al mundo por qué la saga Myst se merece el título de clásico indispensable, más bien todo lo contrario. No se trata de recordar ni revivir sino de mostrar y demostrar. Nunca ha dejado de sorprenderme la cantidad de gente que dice: «He oído hablar de Myst, pero nunca he llegado a jugarlo». Pues bien, Nintendo Switch, las andanzas en 3DS ni mencionarlas, es la plataforma perfecta NO para dar una segunda vida a la saga sino para, simple y llanamente, darla a conocer en todo sus esplendor. Las secuelas espirituales están muy bien pero en los inicios está la esencia, la chispa y ese espíritu primigenio que otrora revolucionó la industria del ocio electrónico. Espero que las palabras de este humilde servidor no caigan en saco roto. Rand, Robin, Cyan.. Una nueva era se abre ante nosotros y necesita de toda vuestra mystalgia.

 

En el instante mismo en que caí de la fisura, me di cuenta de que el libro no se destruiría como yo había planeado. Siguió cayendo en aquel espacio lleno de estrellas, del que sólo tuve un atisbo. He intentado especular acerca de dónde puede haber ido a parar, pero he de reconocer que es inútil hacer semejantes conjetura. Aun así, me inquieta pensar en qué manos puede acabar algún día mi libro de Myst. Sé que mis aprensiones podrían no ser mitigadas nunca, por lo que termino aquí, aunque me doy cuenta de que quizás el final todavía no está escrito”.