En esta industria de los videojuegos, hay una clara variedad de títulos. Los hay que ofrecen pura diversión, otros buscan cierta espectacularidad, en cambio, algunos apuestan por experimentar con el jugador. La escena independiente en los últimos años ha desarrollado mucho este último tipo de juegos, con experiencias con ciertos trasfondos y significados. Posiblemente, Limbo ocupe un lugar entre los títulos indies más laureados, además de ser el juego que ha catapultado a Playdead a tener cierto renombre. Dos años después desde su lanzamiento en 2016, Inside, nuestro gran protagonista, ha desembarcado a la consola de los Joy-Con, dispuesto a no perderse ese fenómeno Nindie que vive la consola híbrida, y por supuesto, a demostrar que el estudio no solo vive de las rentas de su primera obra.
Escapando de un mundo asfixiante
Es difícil hablar de Inside, lo reconocemos, hay tanto que comentar sobre todo su desarrollo, las miles de teorías que nos rodean la cabeza y la gran experiencia que es en sí misma el título. Es por eso, por lo que en este análisis sólo nos vamos a centrar en sus primeros compases, contar mucho más de él puede estropear un recorrido que, sin duda alguna, no deja indiferente a nadie. Si hace unas líneas mencionábamos a Limbo, es totalmente imposible no hablar del primer título del estudio. Al fin y al cabo, Inside tiene ciertas similitudes con su antecesor y no se aleja de la fórmula ya vista anteriormente, con un desarrollo bidimensional, de estética oscura y minimalista, con tramos donde las secciones de plataformas y puzles son el eje de la aventura.
Nuestro protagonista; un niño al igual que en Limbo, puede correr, saltar e interactuar con el escenario, todas estas acciones son dominadas desde sus primeros minutos, esto conlleva a superar con total normalidad cantidad de situaciones tensas y peligrosas, algunas de ellas, están protagonizadas por guardias y perros a los que no podemos hacer frente. Nos encontramos en un mundo donde estamos totalmente indefensos, somos vulnerables y como no, escapar de todo ello es nuestra única opción. Ser víctima de cada uno de los peligros presentes suponen una muerta cruda, cruel y dura. El estudio se escuda en una fórmula que les ha funcionado en el pasado y que ahora, ha conseguido evolucionar a algo mucho más ambicioso y maduro.
Un recorrido lleno de incógnitas
Inside es una huida a lo desconocido y el propio inicio del juego lo demuestra. Sin diálogos ni cinemáticas, sin saber qué está ocurriendo, Playdead se las apaña para soltarte en una aventura en la que sólo funciona escapar de los peligros que te rodean. Aunque no todo lo que propone el título son escapatorias, uno de los puntos más fuertes es la experiencia que supone combinar la narrativa con los ocasionales puzles que se plantean en el juego. Se puede decir que todo está hilado, conectado, con la idea que Inside nos quiere meter en la cabeza, o por lo menos, una gran mayoría de las mecánicas.
Estos rompecabezas presentes no suponen un gran reto, pero tampoco son sencillos de resolver. Cada uno de ellos está tremendamente bien diseñado y cumple de sobra su función, gracias a un diseño ingenioso y una variedad de estos, que proponen soluciones donde las físicas del juego u la interacción con objetos y escenario están presentes en todo momento. En cuanto a los momentos plataformeros, siguen el mismo patrón que los rompecabezas, no suponen un desafío, ni lo plantean, pero en cambio ayudan a crear esos momentos tensos que tanto caracterizan al título. Inside posee una mezcla equilibrada entre sus dos mecánicas, que le dan variedad a todo el desarrollo que le envuelve, pero además de eso, encajan a la perfección con su narrativa y el mundo distópico que está presente.
En cuanto al apartado artístico, se aleja del blanco y negro tan característico de Limbo, apostando por colores apagados. Se mantiene la tónica ya establecida de ambientar su universo de forma tétrica, asfixiante, minimalista, ganando enteros con una gran variedad de escenarios a recorrer como bosques, granjas, fábricas, incluso tramos acuáticos. El sonido en cambio, funciona para ambientar estos escenarios, con melodías que suenan puntualmente y se combinan con efectos de sonido que sí que están mucho más presentes.
INSIDE – Una experiencia imprescindible y sobrecogedora
Inside es uno de esos juegos que jamás te deben de contar. Es un recorrido corto, de entre tres o cinco horas, pero que consigue marcar al jugador y grabar momentos a fuego en tu memoria. La atmósfera tan conseguida, la perfecta combinación entre narrativa con puzles y plataformas, el excelente apartado audiovisual, que eleva las sensaciones que produce una historia qué, no deja indiferente a nadie y es libre de interpretaciones.
Este análisis ha sido posible gracias a un código de descarga cedido por Playdead
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