El improbable Mario + Rabbids: Kingdom Battle se convirtió en una de las exclusivas más frescas del catálogo de Nintendo Switch durante su primer año. Su presentación en la conferencia de Ubisoft del E3 2017 pasará a la historia como uno de los momentos más aplaudidos y entrañables de un show generalmente cortado por la grandilocuencia. Muy atrás quedaron los meses de filtraciones y mofas ante la idea de juntar el mundo del fontanero con las mascotas de Ubisoft. Ahora, el juego de Nintendo Switch no publicado por Nintendo más vendido se prepara para recibir una gran actualización que incluirá nueva historia, nuevos personajes, nuevas mecánicas y muchos plátanos.
Donkey Kong Country: Rabbid Peach’s Quest
En la Nintendo Direct Mini del pasado enero ya conocimos que Donkey Kong sería el protagonista de esta nueva aventura. Rabbid Peach entra por error en la máquina del tiempo (con forma de lavadora) y aparece en la jungla. Allí conocerá a Donkey Kong, y sorpresa, Rabbid Cranky, que la ayudarán a reparar la máquina y volver a su era. Aunque no será tan fácil, pues allí está Rabbid Kong, el jefe final del primer mundo, deseando vengarse de la paliza que le dieron.
Esta aventura transcurrirá entre el primer y segundo mundo (será imprescindible haber terminado el primer cuarto del juego para jugarla), pero por lo demás será completamente independiente. El equipo de Donkey Kong, Rabbid Peach y Rabbid Cranky es indivisible, al contrario de lo que ocurre en la aventura principal, en el que podemos elegir entre hasta ocho personajes jugables. Esto ha permitido diseñar los niveles específicamente para sacar el máximo partido a estos personajes. Rabbid Peach contará con los mismos movimientos y árbol de habilidades, pero funcionará como un personaje nuevo: las armas y habilidades que hayamos adquirido de este personaje en la aventura principal no se trasladarán al DLC.
En nuestro periplo visitaremos cuatro localizaciones distintas, basados en las junglas y playas de los juegos de Donkeyy Kong. El desarrollo será similar al del juego original: entre combates podremos explorar los escenarios, resolviendo puzles tanto obligatorios como opcionales, que nos darán acceso a cofres con armas, trofeos o melodías. Esta vez, los niveles se resuelven en un solo combate, a diferencia de la aventura principal, en la que cada nivel solía contar con dos combates (y la posibilidad de cambiar de equipo entre medias si tenías poca salud). Podemos esperar unos cinco niveles por cada zona, lo que deja una duración de unas 6-8 horas, según la propia Ubisoft. Eso sí, una vez terminada la historia, parece que habrá niveles adicionales secretos, donde la dificultad aumentará.
Así se las gastan los monetes
En palabras de uno de los desarrolladores del equipo de Ubisoft París, que estuvo presente en la presentación del DLC, el principal atractivo de este DLC no es el nivel de desafío, sino las nuevas mecánicas que se desarrollan a lo largo de esta veintena de niveles. En ese sentido, está claro que las principales bazas del DLC son sus dos nuevos personajes, que abren nuevas estrategias en cuanto a ataque, y sobre todo movilidad. Donkey es la estrella, y el que más se diferencia del resto, pues puede trepar a zonas altas sin necesidad de tuberías y saltar con lianas entre plataformas a través de unas casillas especiales. Además, puede atacar a varios enemigos al mismo tiempo con sus plátanos-boomerang, y tocar los bongos para atraerlos. Pero sin duda su movimiento más espectacular es el de agarrar y lanzar todo lo que esté en el escenario. Puede, por ejemplo, lanzar a Rabbid Peach o Rabbid Cranky para que lleguen más lejos, lanzar a enemigos (contra otros enemigos) o incluso levantar bloques del escenario, que sirven como coberturas.
Cranky es menos sorprendente, y recuerda mucho a Rabbid Mario: tiene unos barriles-granada, y una balleta-escopeta. También recupera la acción de atacar automáticamente a los enemigos alrededor de la casilla en la que aterriza tras saltar, una habilidad que, como todas las específicas de cada personaje, se puede mejorar en el árbol de habilidades. Entre sus habilidades especiales, destaca la capacidad de dormir a los enemigos cercanos contando sus «batallitas». Por otro lado, Rabbid Peach es igual que como la recordamos: destaca por sus bombas guiadas y sus habildades curativas. Sí que estrena nuevas armas, casando con la ambientación de la aventura.
Pero los personajes no son las únicas novedades jugables. El DLC se distinguirá del modo principal también por la mayor variedad de objetivos. A las misiones más clásicas de «derrota a tantos enemigos» o «alcanza la meta» se unen otras más originales. En los cuatro niveles que jugamos cada batalla era distinta. En una teníamos que recoger una pieza de la máquina del tiempo, que robaba un Rabbid y se lo llevaba al fondo del escenario. En más de una ocasión, al derrotar al conejo y soltar el artilugio, vino otro corriendo y se lo llevó de nuevo a la otra punta. Si no quieres eternizarte, lo mejor es separar a tus unidades para cubrir el mayor espacio posible y que no tengan donde escapar. Otra misión consistía en destruir tres plantaciones de plátanos. Aunque menos interesante que la otra batalla, aquí era recomendable mantener unido al equipo, pues atacar a los plátanos puede dejarnos indefensos un turno, y vernos rodeados de conejos en el siguiente.
Si los siguientes niveles mantienen la variedad de objetivos, esto puede ser clave para sentir esta nueva aventura como una evolución jugable, y uno una extensión forzada de un juego ya de por sí muy largo. Especialmente porque los veteranos (sobre todo si jugaste el anterior DLC, que incluía nuevos desafíos en modo Ultradifícil) superarán este DLC sin sudar mucho. La dificultad es menor que en los últimos mundos, pues el objetivo es ofrecer nuevas mecánicas, no seguir rizando el rizo con las mismas. Los que hayan jugado al original sabrán que ya de por sí viene con una enorme cantidad de desafíos solo aptos para expertos, así que un cambio de ritmo puede ser lo que más le convenga al título.
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