Don't Starve

Análisis – Don’t Starve (Nintendo Switch). El Wilson cadáver

Desde las tierras lejanas del norte, también conocidas como Canadá, la desarrolladora Klei Entertainment nos amenaza con su título más famoso en los casi trece años que llevan en la industria. Don’t Starve se planta de lleno y casi por sorpresa en Nintendo Switch junto a sus dos expansiones, Reign of Giants y Shipwrecked, para hacernos sufrir como condenados. Un resumen sencillo para cualquiera que no conozca de qué juego estamos hablando, aunque lleva cinco años ya en Steam y gozó de gran popularidad en Youtube en su época: Don’t Starve es el resultado de mezclar la estética de Tim Burton con la supervivencia de Minecraft, el 2D de South Park y las drogas de los guionistas de El internado. Y, por favor, decidme que no hay nadie que desconozca la existencia de Don’t Starve pero sí se haya visto El internado. Por favor.

 

Sin más dilación, allé vamos. Coged una silla cómoda, porque esto va a doleros. Mucho. Pero, tranquilos, que al final termina siendo un vicio del que no os podréis olvidar. Como El internado.

 

 

Wilson en el país de las pesadillas

Estamos ante un título difícil de expresar con palabras sin que suene a uno más del montón con descripciones superficiales y explicaciones medianamente resumidas del mismo. Empecemos hablando de la historia. Wilson, protagonista y primer personaje jugable, podría exponerse como un científico malogrado. No pormenorizamos mucho de forma clara en la personalidad de Wilson, si bien se nos presenta cómo llegó hasta el mundo en el que se encuentra. Relatemos.

 

Wilson y sus pelos de loco vivían en una casa en las montañas. Allí se dedicaba a realizar distintos experimentos, hasta que una mezcla química explotó en su cara. Desanimado, quiso tirarse en el sillón para odiarse a sí mismo. Apenas pudo sentarse, una misteriosa voz empezó a llamarle a través de la radio, ofreciéndole el «conocimiento secreto». Wilson, deseoso por conocer más, aceptó la propuesta que esta voz le presentó. Abrumado de conocimiento, comenzó a construir una nueva máquina en su taller. La voz, una vez la máquina estuvo terminada, le pidió que bajara la palanca, creando una especie de portal maligno que lo arrastró hasta el mundo donde transcurre el juego.

 

No, va, en serio, ¿a quién coño le importa la historia? Incluso Klei Entertainment opina lo mismo, obligándonos a ver el tráiler del juego para enterarnos de todo lo que os acabo de contar. El tráiler también sirve como introducción al juego mientras carga, pero sigue relevado a un segundo (o tercero, o cuarto) plano en cuanto a relevancia se refiere. Podemos afirmar que el final es curioso, pero ni suma ni resta en cuanto a la nota que va a recibir en este análisis. Aquí lo importante es la jugabilidad, basada en la pura y más maldita supervivencia. Nada de tutoriales, de compasión ni de ayudas. Don’t Starve quiere matarte, y tú vas a morir.

 

Maldad y agonía se dan de la mano para hacer de tu existencia un infierno, en un mundo generado aleatoriamente donde tú importas una mierda miseria y tu vida pende de un hilo constantemente. Probablemente no llegues a pasar la primera noche si es tu primera partida, y probablemente no llegues a pasar más de quince aunque lleves diez horas jugadas. Un mundo sin mapa dividido en biomas donde dar vueltas sin rumbo intentando averiguar dónde te encuentras, rezando para que un nido de arañas sea lo peor que puedas encontrarte. Búscate la vida para recolectar materiales, fabricar herramientas y mesas de trabajo y, mediante tecnología, tratar de mejorar lo que ya tienes para, poco a poco, conseguir sobrevivir un par de noches más. Don’t Starve te odia, y eso te encanta.

 

Fetiches a parte, los enemigos acechan constantemente y te ponen en peligro cuando menos te lo esperas. La oscuridad de la noche afecta a tu cordura, la cual te pone las cosas aún más difíciles debido a las alucinaciones que sufres. Estas alucinaciones pueden hacerte daño y complicarte la supervivencia, creando una bola de nieve, un bucle finito que termina con tu partida y todo lo que has conseguido hasta ahora. Y si consigues escapar de la locura, el hambre puede apoderarse de tu cuerpo hasta hacerte desfallecer. Y si consigues comida suficiente para llenar el estómago, los enemigos se van a encargar de acabar con tu vida en apenas un par de golpes. Se acabó. Vuelve a empezar.

 

Wilson y la fábrica de locura

El apartado técnico, más concretamente el estilo artístico, es lo más llamativo a primera vista. Como ya mencioné, es inevitable compararlo con el rollo tan característico que tienen la mayoría de películas de Tim Burton, con ese estilo de animación resultado de una extraña mezcla de elementos góticos y oscuros. El título de Klei Entertainment capta a la perfección esta idea tan loca del director estadounidense para diferenciar su juego de los otros tantos basados en la supervivencia tras el boom que generó Minecraft hace unos años.

 

A simple vista el mundo parece 2D, pero podemos rotar el mapa y cambiar la perspectiva desde la que vemos a nuestro personaje y demás elementos que tengamos delante. Resulta un tanto extraño al principio puesto que todo lo que vemos es completamente plano y, al girar la cámara, sigue siendo plano, pero desde otro ángulo. Es decir, nunca vamos a ver la parte de detrás o el lateral de, por ejemplo, un árbol, ya que no hay ningún modelado en 3D, pero sí podemos decidir desde dónde queremos ver su parte frontal. Admito que es bastante difícil de explicar y que, por mi parte, apenas lo he usado precisamente por ese lío entre planos y dimensiones, pero ahí queda.

Don't Starve

 

El sonido es uno de los elementos más importantes en Don’t Starve, ya que hasta las voces de los personajes no son más que un par de notas de instrumentos concretos para cada uno de ellos. Cada palabra, frase o sentimiento que nuestro personaje puede pronunciar lo hace en forma de una sutil melodía de un instrumento característico y único para ese personaje. Para evitar adelantar ningún personaje secreto, solo os diré que, entre otros, algunos de los instrumentos son una flauta, una tuba, un ukelele o una armónica. Muy, muy original.

 

En cuanto a los controles, no mucho que comentar. Todo funciona perfectamente, aunque a nivel personal siempre he pensado que los juegos de supervivencia que exigen cierta soltura a la hora de manejarte con tu inventario y crear o construir se juega mejor en un PC que con mando, pero me ha resultado mucho más cómodo acostumbrarme a Don’t Starve que a, por ejemplo, Minecraft, cuyo sistema de menús me parece muy inferior a la solución que Klei Entertainment ha optado al llevar el juego a consolas. Buen apaño, nada que objetar.

 

Don’t Starve: Wilson, el científico inútil de la calle eShop

Klei Entertainment hizo un gran trabajo en su día con Don’t Starve, consiguiendo un título distinto, atractivo y muy, muy difícil. Excesiva dedicación debéis entregar al juego si queréis sobrevivir lo máximo posible, y con las dos expansiones incluidas tenéis aún más horas, si caben. Un título divertido a la vez que exasperante que hará las delicias de todos aquellos que estén deseando perderse durante horas y horas y horas en un infierno. Como los que hacen maratón de El internado, pero en Nintendo Switch.

 

No, en serio. Dadle una oportunidad, Don’t Starve es uno de los mejores títulos de supervivencia que jamás he probado y merece todo el respeto y fama que otros juegos del género muy inferiores a él sí tienen. Y si una vez terminado queréis aún más, siempre os queda la versión de PC con la workshop de Steam para añadir contenido nuevo creado por la comunidad que alargará todavía más vuestra experiencia.

 

Sé que me he dejado Mars Attacks!, lo siento.

Don't Starve

Este análisis ha sido posible gracias a un código de descarga cedido por Klei Entertainment.

Don't Starve es un juego de supervivencia que, junto a sus dos expansiones, pondrá a prueba la paciencia y la habilidad de los jugadores que se atrevan a intentar sobrevivir a su locura.
Nota de lectores18 Votos
70
PROS
Jugabilidad adictiva
Su estilo artístico es precioso
Incluye las dos expansiones
CONTRAS
Frustrante al principio por su excesiva dificultad
No incluye Together, expansión de PC para jugar online
No está en español
90
Mostrar Comentarios (2)
  1. Muy fan del análisis xDD En definitiva, la experiencia de juego es como un viaje lleno de fantasía pero sin necesidad de alucinógenos, toda una ventaja

  2. ¡Muchas gracias! Siempre se agradece un comentario positivo al análisis en sí mismo, no solo al juego del que se habla.
    Exacto, veo que tienes muy claro de qué trata Don’t Starve. No sé qué comen en Canadá, pero debe ser algo muy tocho para flipar tantísimo a la hora de desarrollar este juego. Eso sí, mis respetos, porque aún así les ha quedado una maravilla xD