Son muchos los tipos de rompecabezas que, a lo largo del tiempo, han entretenido a personas de todo el mundo. Desde el cubo de Rubik hasta el Tangram, pasando por las Torres de Hanói, quien más, quien menos ha resuelto alguna vez uno de estos intrincados juegos mentales. Sin embargo, estoy seguro de que la palabra «puzle» evoca en todos nosotros el mismo pensamiento: piezas, muchas piezas, que encajar entre ellas. Cien, quinientas, mil, dos mil. Pequeñas, brillantes por un lado y acartonadas por el otro, que juntas forman un precioso paisaje o incluso la imagen de vuestra lolita favorita de anime. Precisamente esa es la premisa de Animated Jigsaws: Beautiful Japanese Scenery, pues el título trata, ni más ni menos, que de completar esta clase de rompecabezas. Hoy os traemos el análisis de esta desafiante experiencia de Dico (actuales desarrolladores de Bloodstained: Ritual of the Night) y Bottlecube que llegó a la eShop de Nintendo Switch el pasado 5 de abril.
Arrastras y sueltas, así funciona esto
Animated Jigsaws: Beautiful Japanese Scenery es conceptualmente simple: consiste en hacer puzles. No pretende ser nada más que un pasatiempo y, como tal, prescinde de una historia que lo envuelva. Va al grano: seleccionas el rompecabezas que quieres resolver y te embarcas en un mar de piezas de todas las formas (manteniendo la tradicional estructura de paralelogramo, claro). Cada uno de los diez juegos mentales que propone puede realizarse en tres dificultades en función del número de piezas que lo conformen, siendo este número 60, 120 o 240. Al principio solamente tres de ellos están disponibles y, si queremos desbloquear más, nos vemos obligados a completar los anteriores, cada uno en la dificultad que nos exija. Tras resolverlo, el resto de dificultades pasan a estar disponibles para el puzle en cuestión, y su imagen se añade a una galería donde podemos observarlo durante tanto tiempo como queramos.
Dejando de lado los hechos, pasemos a las sensaciones jugables. La primera vez que empecé una partida pensé que los controles no podían ser muy complejos, y así es. Con el botón A agarramos o soltamos la pieza sobre la que estamos situados mientras que el joystick izquierdo nos permite arrastrar la misma por el tablero de juego. Por su lado, el botón B hace que el desplazamiento del cursor sea mucho más ágil. Teniendo en cuenta las mecánicas que nos encontramos, cualquiera imaginaría que un sistema de control tan sencillo no puede implementarse mal… pero se equivocaría. Es cierto que en dificultades bajas funciona a la perfección, pero a medida que el número de piezas aumenta y estas se hacen más pequeñas, el sistema se hace impreciso (especialmente en modo portátil) y, lo que es más preocupante, empezamos a sufrir un problema que tiene que ver con la velocidad, pues da la sensación de que el cursor se desplaza ligeramente más rápido que la pieza que sujeta. Esto desemboca en que, a medio camino, nos encontremos con que la pieza se nos ha caído y que tengamos que volver a por ella, lo que es bastante engorroso. Por este motivo, con 240 piezas el desplazamiento rápido se vuelve totalmente inútil. Por su lado, el control táctil cumple, si bien pierde precisión cuando la dificultad del juego es elevada.
Pero no todo iban a ser cosas malas. De hecho, hay un par de cosas que el juego hace muy bien. La primera de ellas es que te permite ver la imagen del rompecabezas a pantalla completa en cualquier momento, lo que nos ayuda a ubicarnos y, sobre todo, a discurrir a qué lugar del rompecabezas pertenece una pieza. La segunda, y la que más me han gustado, es la existencia de una opción que se utiliza para separar las piezas que conforman los bordes del resto con un solo botón. Créeme cuando te digo que esta es tu mayor arma para comenzar un puzle con éxito. Otras características del título que nos facilitan el trabajo son la posibilidad de unir y arrastrar varias piezas que ya estén encajadas, así como la colocación permanente de estas, consistente en que, una vez situamos una pieza en el lugar que le corresponde, el juego nos lo hace saber con un pequeño resplandor alrededor de la misma, además de no permitir su recolocación a partir de ese momento.
¿¡Se mueven!? Se mueven
Animated Jigsaws: Beautiful Japanese Scenery tiene una peculiaridad que tal vez hayáis podido inferir por el título, y es que estos juegos mentales se mueven. Esto puede hacer que la resolución se vuelva más compleja, aunque también pueden facilitar la tarea si aprendemos a utilizarlo convenientemente. Quizás esto no sorprendería en el mundo de Harry Potter, donde cualquier pintura se mueve y habla, pero personalmente me ha resultado, cuanto menos, interesante.
El abanico de opciones existente es escaso, permitiéndonos seleccionar el idioma (entre los cuales no se incluye el español) y activar o desactivar por un lado los efectos de sonido y, por el otro, la música. En relación con esto, podemos elegir de entre tres melodías con reminiscencias del japón feudal una que nos acompañe para ambientar nuestras partidas. Así, el apartado sonoro del título se compone por los leves efectos que escuchamos cuando pasamos por encima de una pieza o colocamos la misma, junto con la relajante música instrumental. El hecho es que no encuentro necesario un mayor despliegue auditivo para disfrutar del arte de hacer puzles.
Me he guardado para el final una característica interesante de Animated Jigsaws: Beautiful Japanese Scenery, y es la existencia de un modo cooperativo que permite un máximo de 4 jugadores, que unen sus fuerzas (mentales) para resolver rompecabezas en el menor tiempo posible. Esto, que en modo sobremesa puede funcionar, se vuelve un caos en modo portátil, donde tres jugadores ya es multitud y la experiencia se ve bastante enturbiada por un mar de confusión.
Animated Jigsaws: Beautiful Japanese Scenery – Sensaciones agripuzles
He de reconocer que Animated Jigsaws: Beautiful Japanese Scenery no es la experiencia más trepidante para realizar un análisis, y tampoco es un juego que vaya a revolucionar el mercado o el género de los puzles, pero es que sencillamente no pretende hacerlo. Simplemente trata de hacerte pasar un buen rato y evitar que al terminar tengas que recoger todas las pequeñas piezas, y lo consigue con creces. Al principio pensaba jugar un par de horas y poco más, pues hecho un rompecabezas, ya hubiera conocido las mecánicas y habría tenido tiempo suficiente para encontrar las virtudes y defectos del título. Sin embargo, me encontré cada noche tumbado en el sofá con mi familia, viendo la serie de turno de la televisión mientras disfrutaba de una relajante sesión de rompecabezas en mi pequeña Nintendo Switch.
La parte agria del conjunto es que es cierto que el juego tiene sus más y sus menos, y que estos son muy evidentes. También lo es que su mayores fallos sean que en los niveles más altos de dificultad puedas perder una pieza por el camino de vez en cuando o el hecho de que solamente haya diez puzles en total, pero después de haber pasado horas de diversión entre estos rompecabezas me siento en la necesidad de recomendarlo a aquellas personas a las que les gusten mínimamente los puzles. Animated Jigsaws: Beautiful Japanese Scenery te hará romperte la cabeza descubriendo algunas de las imágenes más bellas del país nipón. Además, el momento en el que pones la última pieza de ese puzle de máxima dificultad que te ha tomado un buen rato… no tiene precio.
Este análisis ha sido realizado gracias a un código de descarga otorgado por Rainy Frog.
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