Glorioso el día en el que a Nintendo se le ocurrió crear la vertiente 3D de la serie del «exfontanero», pues lograron crear todo un referente. Lo necesario para crear tal proeza fue una máquina que lograra representar en tres dimensiones aquello con lo que soñaban sus creadores. Super Mario 64 supuso toda una revolución de la que tomaron nota los grandes plataformas del género que llegaron a continuación, siendo todo un reto para la propia Nintendo crear nuevos capítulos que trataran de igualar su maestría. Y así, llegamos a un Super Mario Sunshine en Nintendo GameCube que supo tomar el relevo apostando por nuevas mecánicas. A continuación tuvimos un par de capítulos de Super Mario Galaxy en Wii que rizaron el rizo, y un Super Mario 3D World en Wii U que supo divertirnos, de nuevo, apostando por novedades jugables que rompían con lo anteriormente visto en una consola doméstica. Siempre se trató de ofrecer lo mejor de cada plataforma donde viajó nuestro bigotudo héroe. Llegamos a Super Mario Odyssey para Nintendo Switch, con una diferencia palpable con respecto a anteriores títulos de la serie; no hace tantísimo que sabemos de él. Es más, hace poco más de un año ni conocíamos el nombre de la consola que lo iba a mover, pero no fue hasta principios de este mismo 2017 que conocimos de la existencia de esta odisea, ante la sorpresa de todo el mundo. Sin embargo, a medida que han ido mostrando nuevos materiales, ha conseguido enamorarnos, crear el deseo de disfrutarlo, hacernos tararear una y mil veces el estribillo de su tema principal, crear el «hype» que se espera de un nuevo Super Mario en 3D.
Con esta introducción llegamos hasta un punto clave: el mayor rival de Super Mario Odyssey es el pasado, tratar de superar a videojuegos anteriores. Más allá de gráficos, hablamos de una serie de pura jugabilidad y experiencias innovadoras, donde todo está medido al detalle. En este análisis trataremos de no crear, más de lo necesario, un enfrentamiento directo contra el legado de la vertiente 3D de la saga Super Mario, sino que nos centraremos en el título que nos ocupa, lo que lo hace tan genial, y también aquello que podría hacer ensombrecer el resultado final.
Érase una vez, una princesa secuestrada
Si has visto los tráilers de Super Mario Odyssey, se podría decir que ya conoces todo lo que hay que saber sobre el argumento de este videojuego. Lejos de introducirnos en cómo han llegado el bigotudo y Bowser a luchar por la Princesa Peach, con un Rey Koopa repeinadete y vestido de novio… la historia, de hecho, sin más comienza ahí. Es decir, es de los inicios más directos de los últimos «Super Mario 3D». Sirve para presentar a Cappy, para justificar un motivo para que forme equipo con nuestro héroe, a fin de salvar a «las chicas», es decir, a la soberana del Reino Champiñón y a Tiara, hermana de nuestro nuevo amigo. Así que emprendemos de nuevo un viaje para rescatar a nuestra princesa, en esta ocasión con más apuro que nunca, pues parece que Bowser tiene intenciones más serias que cualquier capítulo anterior de la serie: ¡quiere casarse con ella!
Poco después conoceremos a los Broodals, unos malvados conejos contratados por Bowser para organizar su boda, a los que tendremos que derrotar a lo largo de una odisea que nos llevará a visitar diversos reinos. «Odisea», en cuanto al viaje repleto de aventuras de nuestro héroe, no en cuanto a argumento. Tenemos muy en cuenta que los «Mario 3D», salvo alguna excepción (el transfondo de Super Mario Galaxy siempre nos fascinó), han gozado de argumentos intencionadamente simplistas, sin ninguna complicación o giros dignos del recuerdo. Sí en cambio situaciones divertidas, introducción a personajes y demás cuestiones.
En el caso de Super Mario Odyssey, nos habría encantado contar con algo más para emprender este viaje, para tratar de llenar el hueco de un mínimo de argumento que algunos podrían echar en falta. Eso sí, situaciones divertidas y guiños por doquier no faltarán a lo largo de la aventura. Con esto queremos decir que se le podría pedir más en este sentido, el despliegue gráfico y sonoro exigen algo más que contar, algo más que hacer con todos esos preciosos lugares e interesantes personajes a los que se les podría haber dado mayor protagonismo, algo más que hacer con su vida. En resumen, el argumento es extremadamente simple, pero no exento de momentos divertidos.
El juego de un bigotudo más bello hasta la fecha
Espectacular, soberbio, redondo… son unos cuantos adjetivos que servirían para calar a Super Mario Odyssey cuando hablamos de su apartado visual. Tarea complicada es encontrar pega alguna, cuando nos ha dejado tan prendados de sus encantos. Los diversos mundos están perfectamente caracterizados según la temática que abordan, con un encanto made in Nintendo que se ha visto beneficiado de las capacidades gráficas de la consola que lo mueve, una máquina de modestas prestaciones si la comparamos con su competencia doméstica. Como suele pasar, la compañía nipona da clases magistrales de cómo exprimir su propio hardware, cuando todavía estamos durante el primer año de existencia de Nintendo Switch.
Comenzamos en el Reino Sombrero, abrumados por el mimo al detalle de este videojuego, algo que va más allá de las posibilidades técnicas de una consola y tiene mucho que ver con el buen hacer de sus creadores. Este primer reino es un país en blanco y negro, con reflejos dorados, una maravilla para tus ojos. Quizás el desencanto llegue cuando te das cuenta que, pese a hablar de «Reino», no saldrás de Villa Chistera, pueblo que el propio mapa del juego nos advierte que se trata de un lugar de tamaño reducido. Ah tienes el horizonte de tan mágico lugar, con esos ondeantes edificios coronados con sombreros de copa, llamándote en la lejanía del horizonte, y te encantaría conocer más del reino en cuestión, o encontrar una mayor variedad de habitantes. Esto suele ocurrir allá donde viajes, los «lugareños clónicos» son algo que te vas a encontrar.
En pocas palabras, el viaje de Super Mario lo llevará a distintos reinos, visitando zonas concretas de cada uno de ellos. Algunos de estos lugares son bastante grandes, como por ejemplo Soltitlán, del Reino de las Arenas, incluyendo subzonas a las que puedes acceder entrando a través de tuberías, edificaciones y demás accesos. Otros se te quedarán pequeños. Por ejemplo, de Nueva Donk cabría esperar una gran ciudad, mientras que «solo» tendrás acceso a unas pocas manzanas de la inmensa urbe que puede divisarse a la lejanía.
Por supuesto, hay que hablar de lo que hay, no de lo que podría haber sido. Y lo que hay es tanto, y tan variado… que precisamente te hace desear más. Más allá de los reinos y sus lugareños, hay que hablar de los distintos tipos de criaturas que podremos controlar gracias a Cappy. Algo que podríamos resumir en puro amor.
Una banda sonora a la altura de una odisea
Mientras que el apartado gráfico de todo videojuego es algo limitado a las posibilidades de una máquina, todo lo referente a música es otra historia. Dado que la serie Super Mario lleva décadas regalándonos temas que resonarán en nuestras cabezas por el resto de nuestras vidas, tener que medirte con cualquiera de los clásicos de la saga en materia musical siempre será complicado. La cuestión en cuanto a Super Mario Odyssey es bastante sencilla, puesto que no existe la necesidad de entrar en comparativas: brilla por su propia cuenta. Nos encontramos piezas muy variadas, que acompañan a la perfección a cada reino, tan pegadizas como magníficas, de las que no puedes dejar de tararear, y con capacidad de sorprenderte.
Es complicado citar una canción favorita… pero si tuviera que escoger, quizás me quedaría con esa que llevamos meses cantando, el tema «interpretado» por Pauline, alcaldesa de Nueva Donk, en el pasado conocida por ser «rehén de mono». Jump Up, Super Star! es la primera canción en toda la serie interpretada por una cantante, algo que deseamos que se convierta en una buena costumbre. Destaca frente al resto, pero no por ello el resto de temas se quedan atrás. En definitiva, Super Mario Odyssey no solo es una maravilla para los ojos, sino también una delicia para nuestros oídos. Si amas la banda sonora de este videojuego, cuando completes la historia tendrás «un regalo» que agradecerás a Nintendo.
Jugabilidad, el verdadero corazón de la aventura
Aunque un título alcance la gloria en diversos apartados, todo lo anterior que hemos comentado no tiene sentido si la jugabilidad no acompaña, si no es divertida, incluso si no innova. A todas estas cuestiones, la respuesta con el título que nos ocupa es un enorme sí. Lo primero que has de hacer es olvidarte de los clásicos poderes conseguidos por medio de objetos. No vas a encontrar ni champiñones que ofrezcan distintos poderes, ni estrellas, ni cosas por el estilo. Como mucho, corazones con los que recuperar vida, o aumentarla. Nuestro héroe suele valerse de objetos para superar las dificultades que le planteaban sus aventuras, siendo necesarios algunos para avanzar por determinadas secciones.
Pero entonces entra en juego Cappy, una especie de fantasma encerrado en un sombrero de copa, con un impresionante poder: puede hacer que Super Mario «posea» cosas, personajes o enemigos. A Nintendo no le gusta el término «poseer», prefieren llamarlo «capturar», pese a que estamos hablando de un fantasma que se introduce en el cuerpo de otros seres anulando su voluntad… pero eso es otra historia. Gracias a este poder, las habilidades del exfontanero van mucho más allá de lo que sus anteriores poderes podrían ofrecerle. Hay enemigos de muy modestas posibilidades, como por ejemplo los Goomba, y luego están aquellos con los que vas a disfrutar, hasta el punto de preguntarte por qué Nintendo no crea un videojuego basado en esos personajes.
Si bien la variedad de «capturas» es bastante grande, las posibilidades a la hora de avanzar por un lugar determinado suelen limitarse a una sola. Es decir, no suele existir variedad de opciones a la hora de buscar una solución. En ocasiones se limita el campo de acción del personaje / criatura / objeto capturado, para que no puedas hacer lo que quieras, y así «romper» o desviarte del camino que han designado
Pero no todo te lo vas a pasar «por la gorra». Hay momentos que tendrás que valerte sin las habilidades de captura de Cappy. Por ejemplo, las secciones en dos dimensiones, un tremendo tributo a Super Mario Bros. (sin champiñones ni estrellas), o en las pruebas donde un espantapájaros te guardará a Cappy mientras dependes única y exclusivamente de las habilidades de Super Mario, todo un profesional de las plataformas, que además se controla de fábula en esta última entrega.
Todo por las energilunas
Las energilunas son la clave, lo que has de recolectar para que la Odyssey, la nave que nos llevará de un reino a otro, pueda ir un poco más lejos. El principio de la aventura podría definirse como una tarea de recolección. Dependiendo del reino en el que estemos, de sus dimensiones, encontraremos más o menos energilunas. Cuando consigamos las necesarias, podrás viajar al siguiente reino, existiendo en ocasiones la posibilidad de escoger un destino u otro. Quizás la cantidad de reinos no es la que nos habría gustado (dada la extensión de algunos), una odisea más larga habría sido muy de agradecer, aunque cierto es que… una vez completas la aventura principal, todavía puedes ir más lejos a base de recolectar energilunas que incluso antes no existían.
El problema está en la forma en la que se han distribuido estas energéticas lunas. En ocasiones tendrás que superar un nivel, derrotar a un enemigo final (consiguiendo una multiluna, un racimo de tres energilunas), realizar puzles, ayudar a personajes, afrontar con éxito minijuegos, entre otras posibilidades. Hasta aquí, bien, existe una variedad de opciones… sin embargo, existe un gran número de energilunas que te encuentras «al tuntún», y ya no digamos cuando, a partir de un momento de la aventura, tenemos la posibilidad de comprar infinidad de ellas por cada tienda de cada reino (no os revelaremos el número, pero podrás hacerte con muchas en las tiendas).
Para conseguir hacerte con esas energilunas tendrás que conseguir mucho dinero, 100 monedas por energiluna. Sí, es una forma de estirar la duración… una forma defectuosa que podría llegar a aburrir, no por la dificultad a la hora de conseguir este coleccionable, sino por una falta de imaginación innecesaria. Es decir, si no había forma de colocarlas de forma ingeniosa, tampoco era necesario forzarla sin más.
De compras con monedas de oro o locales de cada reino
Si bien la compra de energilunas en tiendas no nos parece muy acertada, con los artículos es ya otro tema. Encontrarás dos tipos de tiendas en Super Mario Odyssey: las que aceptan las clásicas monedas de oro, donde comprar potenciadores de salud, energilunas, sombreros y ropa, y aquellas con las que solo podrás comprar con la moneda local de cada reino, contando con artículos exclusivos de la zona, que podrían ser gorros, ropa o recuerdos con los que adornar la Odyssey. Esto te hará desear hacerte con todas las monedas posibles, pues algunas prendas de ropa son simplemente… una pasada.
Guiños no faltarán, tanto al pasado, como a personajes del universo. Ni te imaginas lo que te espera, con algunas referencias que harán brotar más de una lagrimita nostálgica. ¡Y la cosa parece que no termina! Consigue más y más energilunas, y nuevos y sorprendentes prendas llegarán a las tiendas.
¡NO PUEDES PASAR! Oye, ¿y qué hay del modo fotografía?
¿Sirve para algo cambiarte de ropa? Sí y no. Digamos que hay ciertos habitantes, repartidos por todos los reinos, que juzgan a nuestro héroe por su aspecto, limitando el acceso a ciertos lugares si no vestimos de la forma que consideran adecuada. Fuera de eso, cambiar de ropa es… visualmente divertido. Quizás quieras explorar la jungla del Reino de las Cataratas vestido de explorador. ¿Y por qué no de pirata?¿O de algo que desentone por completo?
Y aquí es donde entra en juego el modo fotografía; el juego es tan bonito, ¡que estarás haciendo fotos constantemente! Las opciones para cambiar de filtro, ángulo, zoom, enfocar lo que quieras, etc., te permitirán crear verdaderas postales, hasta el punto de realmente disfrutar fotografiando. Esto no sería posible, ni atractivo, sin un apartado visual, no solo pulido, sino precioso. Aquí tienes solo una pequeña muestra de las capturas que hemos tomado con este modo.
Dificultad y duración
El apartado más duro de Super Mario Odyssey es su dificultad. No por excesiva, sino por lo contrario. Completar la historia principal se podría definir como un «paseo», más que una odisea. Un divertido, inolvidable y bonito paseo que verdaderamente merece la pena, porque es de los que vas a disfrutar como pocos. Pero no puedes dejar de sentirte un poco decepcionado por la ausencia de reto que supone enfrentarse a unos jefes finales muy previsibles y fáciles de derrotar, incluso «en su retorno» más adelante. Lo complicado es que te pillen por sorpresa, o que no pilles a la primera lo que hay que hacer para derrotarlos (no ayudan algún mensaje en pantalla que te indica cómo enfrentarlos). También es cierto que la ausencia de vidas a veces te hace repetir y repetir sin mucha preocupación por hacerlo mal; lo único que pierdes son unas monedas que puedes recuperar sin problemas, aunque cabría destacar que el concepto «vida extra» era algo que ya poco importaba en la serie, por lo que no ha sido desacertado eliminarlas.
Como decíamos en el apartado anterior, el secreto de su duración está en las energilunas. Cierto es que algunas (muchas) tendrás que comprarlas, otras tantísimas te las encontrarás al girar una esquina. Pero también las hay que requerirán de tu habilidad para conseguirlas. Hacerte con todas es el mayor reto de Super Mario Odssey, lo que extenderá su duración.
Y altamente rejugable, también lo es. No solo por lo divertido que es volver a corretear por algunos niveles, o disfrutar de las habilidades de ciertas capturas, sino también por aquello que podrías encontrar en tu retorno. Tras superar ciertas partes del juego, en tu regreso a mundos anteriores podrías encontrarte con caminos desbloqueados, o personajes con un nuevo reto, puzle, etc., que será recompensado con una energiluna.
No podríamos cerrar el apartado de duración sin mencionar un elemento de jugabilidad que podría retenerte horas jugando: las distintas pruebas repartidas por cada reino que te permiten medir tus récords con los de jugadores de todo el planeta. Y es que no solo podrás mejorar tus puntuaciones de forma local, sino que podrás subirlas a Internet para entrar en un ranking en el que aparecerá tu clasificación en la prueba en cuestión. Aquí empiezan y terminan las características online de Super Mario Odyssey, con una posibilidad que puede servirnos para variar entre tanta búsqueda de energilunas.
Modo ayuda, o cómo poner las cosas más fáciles
El modo ayuda, siempre accesible desde el menú de pausa, está destinado a poner las cosas más fáciles de diferentes formas: tendrás más corazones de vida, que además se regenerará si dejas a Super Mario quieto. La cosa no acaba ahí, pues a tu disposición tendrás burbujas que te rescatarán si caes por lugares peligrosos, y flechas indicadoras de nuestro próximo objetivo, siempre apuntando hacia donde tienes que ir. Nuestro consejo es que no hagas uso de este modo, pues creemos que la dificultad normal es lo suficientemente asequible como para que pueda enfrentarse cualquier tipo de jugador. Activar este modo serviría para restar reto a los menos habilidosos. ¿Acaso eso es divertido? Además, en el modo normal, si pierdes una vida varias veces contra un enemigo un personaje aparecerá para ofrecerte vida adicional, algo que tampoco es necesario. ¿Y para los más peques de la casa? Te sorprendería ver lo capaces que son los niños con algunos juegos. Nuestro consejo, con respecto a esto, es que vayan a por energilunas más sencillas de conseguir, que aprendan poco a poco a controlar al bigotudo héroe, para a continuación ir expandiendo las fronteras de sus posibilidades. De todas formas, es un modo opcional que podría ser de utilidad para los menos duchos en materia, algo que nunca está demás.
Funciones Nintendo Switch
Siempre nos gusta mencionar las posibilidades de Nintendo Switch con cada nuevo título o conversión lanzado en la consola híbrida. Comenzaremos diciendo que poco o nada hemos visto de diferencia entre jugar en modo portátil y TV, algo que es toda una proeza para un título tan potente como Super Mario Odyssey, sin lugar a dudas y de forma obvia, el más potente de la serie en cuanto a apartado técnico, ya sea para consola de sobremesa o portátil. Ni que decir la gozada que supone poder llevarte un videojuego así a cualquier sitio; es un antes y un después en el mundo de las consolas, aunque esto ya lo hemos vivido con otros títulos lanzados en este sistema.
Pero, ¿qué pasa en cuanto a otras posibilidades de Nintendo Switch? Para empezar, permite juego a dos jugadores utilizando un Joy-Con por participante. Tanto el control del bigotudo héroe, como el de su sombreril acompañante, se manejan a la perfección haciendo uso de este control… si bien es cierto que a veces Cappy puede suponer un «engorro» en las manos de jugadores poco expertos o de graciosillos con ganas de liarla. Por otro lado, la Vibración HD hace acto de presencia, pero no de forma muy diferente a como lo haría la vibración estándar. La vibración del motor de una moto quizás sea lo que más aproveche esta característica, sin que sea muy destacable. La vibración también sirve para encontrar energilunas, y que esté repartida entre los dos Joy-Con (o entre el lado izquierdo y derecha del Mando Pro de Nintendo Switch) también es algo interesante. Por cierto, desde el menú de opciones podrás ajustar la intensidad de la vibración.
Por otro lado, no existen posibilidades táctiles, ni siquiera a la hora de ojear el mapa de cada mundo, algo que tendrás que hacer por medio de controles tradicionales. Sí en cambio tendrás opciones de control de movimiento; agitando los Joy-Con mientras subes por una enredadera, por ejemplo, subirás más rápido.
¡amiibo time!
Super Mario Odyssey es compatible con todas las figuras amiibo que ronden por tu casa. Puedes escanearlas con el Señor amiibo, un robot que te ayudará a encontrar la ubicación de energilunas a cambio de escanear una amiibo, o bien escanearlas siempre que quieras para concederte monedas y corazones, aleatoriamente, otras podrían otorgarte nuevos trajes. También las hay que te dan invencibilidad por un tiempo limitado… aunque podrás recurrir a ella tantas veces como quieras. No es la típica invencibilidad que te daría una estrella; nada te puede dañar, pero Super Mario retrocederá por el impacto de los enemigos o trampas que causen daño. Decir que este recurso no es necesario; la dificultad general es muy asequible, como para recurrir a algo que hace que no puedan restarte vida.
Conclusión: Super Mario Odyssey, no solo es «otro imprescindible» de Nintendo Switch
Super Mario Odyssey nos ha encantado. En lo audiovisual enamora a primera vista y en profundidad. Hay muchos momentos que recordar y volver a jugar. Es el Super Mario que merece Nintendo Switch, el que redescubrirán aquellos que se apartaron del camino de nuestro bigotudo favorito, una experiencia que además te podrás llevar a cualquier parte. Esto último parece ya «cansino» repertirlo una y otra vez con cada título de la consola híbrida… y es que todavía no nos hemos acostumbrado a esta increíble posibilidad.
En cuanto a lo jugable, nos encontramos el sello de Nintendo. Simpático, divertido, con mecánicas innovadoras, con esa capacidad de dibujarte una sonrisa, con espacio para momentos épicos que lograrán sorprenderte. Magia, es la palabra. En la otra cara de la moneda nos encontramos una dificultad para completar la historia principal que posiblemente te será insuficiente, que trata de equilibrar la duración con una cantidad ingente de energilunas. Quizás lo mejor, en este sentido, sería encontrarte con menos lunas, y más retos… que los hay. Conseguir dinero para comprar todas las piezas de ropa, que se van desbloqueando a medida que consigues lunas, podría ser uno de ellos, si es que eres amante de los coleccionables. La ropa en sí, no tiene gran utilidad, pero utilizarla en el modo fotografía, un excelente añadido para sacar el jugo a toda la belleza visual que desprende, ya vale todo el esfuerzo por conseguirla.
En definitiva, Super Mario Odyssey se convierte por derecho propio en uno de los imprescindibles de Nintendo Switch, completando un catálogo de primer año que jamás hubiéramos soñado en otro sistema. Y no solo se queda en «éso»: el resultado es todo un referente de las plataformas 3D, uno de los mejores juegos de la historia de este género… ¡donde quieras y cuando quieras! ¿Por qué no le hemos otorgado «el punto» que le falta para obtener una puntuación perfecta? Nos habría encantado, pero hay ciertos apartados donde creemos que flojea, que podrían haber mejorado; todo lo que necesita un título con puntuación perfecta lo encontrarás en Super Mario Odyssey, pero no termina de rematar el trabajo por algunas cuestiones comentadas a lo largo del análisis, algo que nos deja con la duda de si Nintendo tendrá intenciones de lanzar actualizaciones que amplíen su contenido para llevarlo hacia esa perfección, como ha hecho con otros de sus últimos videojuegos.
Hemos realizado el análisis de Super Mario Odyssey gracias a una copia digital suministrada por Nintendo España
Debe estar conectado para enviar un comentario.