Las aventuras épicas están a la orden del día. Ya sabéis: recorrer el mundo, hacernos más fuertes y enfrentarnos a un poderoso enemigo… Recientemente, el reconocido título Oceanhorn: Monster of Uncharted Seas, ha llegado a Nintendo Switch (después de haber aterrizado en diversas plataformas). Un juego que surgió originalmente en plataformas móviles y que está fuertemente inspirado en los The Legend of Zelda más clásicos.
En busca del destino
Y cuando decimos “inspirado”, no lo decimos en broma. Oceanhorn toma de base muchos elementos de los juegos de exploración y acción-RPG que nos recuerdan a la serie de Nintendo. La exploración y la resolución de acertijos será nuestra principal tarea a lo largo de nuestro viaje, a la vez que nos enfrentamos a monstruos conforme avanzamos. Por supuesto, podemos esperar ciertos elementos que le hacen ganar su propia identidad.
En primer lugar, su historia. No esperemos rescatar a princesas ni nada por el estilo. Una bestia que aterroriza los mares y un padre desaparecido serán las razones que nos impulsen a surcar el océano para salvar el mundo. Conforme exploramos las islas, descubriremos más sobre los orígenes de ese mundo y de la criatura que da nombre al juego. Sin embargo, no puedo evitar sentir que hay aspectos que mejorar. Dejando de lado a los principales personajes, no habrá ningún otro que resulte demasiado destacable: todos son demasiado genéricos y vuestro encuentro hasta la siguiente mazmorra será breve. Eso causa a su vez que la historia parezca demasiado sencilla, al contrario de la sensación que nos da al principio, y también que en ocasiones nos ofrezcan poca información para avanzar, lo que puede resultar confuso y frustrante.
Estos fallos no impedirán que disfrutemos del título. Oceanhorn nos propone recorrer las diversas islas para llegar a las mazmorras principales, donde resolver acertijos, derrotar a jefes finales y conseguir nuevas armas (como flechas y bombas). Lo sé, lo sé: las similitudes con The Legend of Zelda son demasiado… “evidentes”. Pero no hay de qué preocuparse, ya que Oceanhorn cuenta con elementos propios que lo diferencian (al menos hasta cierto punto), como una serie de hechizos para aportar un elemento adicional a la poca variedad de armas disponibles.
Algo que me sorprendió descubrir es su sistema de niveles y de “logros”. El personaje principal contará con un “nivel de aventurero” que irá subiendo conforme reúna puntos de experiencia al derrotar enemigos o completar “logros” como derrotar a un número de enemigos concreto, realizar ciertas acciones o simplemente completar el objetivo de la historia que se halla en cada isla. Al subir de nivel, recibiremos bonificaciones, como poder llevar un mayor número de bombas, flechas o incluso gastar menos energía al protegernos.
Una aventura épica, o quizá no tanto
Hasta ahora, he mencionado varias veces lo del “mar” y las “islas”. ¿Pero cómo viajaremos de una a otra? ¡En un barco, evidentemente! Desde el principio, contamos con un barco con el que surcamos los mares. Sin embargo, este sistema no explota todas las posibilidades que podría ofrecer. No descubrimos nuevas islas simplemente por navegar (todas se descubren interactuando con algún elemento o personaje en las islas en sí). Y la variedad de elementos que nos encontramos en el mar es paupérrima. Al final, da la sensación de que los viajes en barco son más bien como una “minifase” entre isla e isla donde podemos romper cajas para recuperar vida u objetos.
Por desgracia, todos los fallos que he mencionado hasta ahora parecen tener un denominador común, y que sería la principal razón por la que Oceanhorn es como es: se trata de un juego de móviles y, por lo tanto, todo está pensado para la forma de jugar de un móvil. La sencillez de su historia, la brevedad de las islas y las mazmorras, la simpleza de la navegación por mar… Todo está ideado para partidas cortas en las que, poco a poco, vas descubriendo todos los elementos en cada isla (de ahí que cada una tenga un porcentaje de exploración). Pero quizá el juego no esté tan bien pensado para largas sesiones de juego.
Por suerte, el viaje nos resultará ameno debido a la variedad de entornos y su colorido. Los gráficos, dentro de lo que cabe esperar de un port de un título de smartphone, no están del todo mal… de lejos, porque si la cámara se acerca a un personaje, notamos entonces la poca expresividad en sus rostros.
Oceanhorn: Monster of the Uncharted Seas: una aventura en formato mini
Oceanhorn: Monster of the Uncharted Seas puede ser entretenido… siempre que seas consciente de sus orígenes. La historia deja mucho que desear, los acertijos pueden resultar demasiado sencillos y el juego no posee ningún elemento que le haga ganarse su propia identidad. Aún así, es un buen título para sesiones cortas o para desconectar de otros juegos demasiado grandes.
Hemos podido realizar este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Fdg Entertainment de la versión de Nintendo Switch de Oceanhorn.
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