Incluir “Deluxe” a un nombre no suele ser algo fácil, a no ser que seas de la prensa rosa. Nintendo ha usado esta denominación en contadas ocasiones para traer a un nuevo público algunas de sus mayores obras, aprovechando para ofrecer un contenido más amplio y puliendo mecánicas con las que terminar de rematar juegos de los que marcan la diferencia. Mario Kart 8 Deluxe es precisamente eso, un videojuego que trae todo lo del Mario Kart 8 original y lo completa para que Nintendo Switch sepa lo que es derrapar desafiando la gravedad mientras manejas a un fontanero.
El Mario Kart más depurado
Mario Kart 8 Deluxe es una revisión del Mario Kart 8 que pudimos ver en Wii U. Hereda todo lo que este tenía, DLCs incluidos, y lo orla todo con las posibilidades de la nueva consola de Nintendo, nuevos personajes, nuevos vehículos, nuevas piezas, nuevos modos y hasta funciones pensadas para todo el público. Lo que viene siendo una edición de lujo.
Antes de seguir, y para el que no sepa todavía lo que es esta franquicia, vamos a hacer un pequeño repaso. Mario Kart es un juego de carreras en el que el objetivo es llegar a la meta, montado sobre vehículos que pueden ser karts o incluso motos, pero con el toque de Nintendo. Mucho más desenfadado que cualquier simulador de conducción, aquí los personajes pueden entorpecer a sus rivales lanzándoles todo tipo de objetos, como caparazones o bolas de fuego, que se obtienen durante la carrera. Este detalle tan importante, sumado a la variedad de modos, los entramados de los circuitos, un manejo diseñado a la perfección y, por supuesto, al carisma que derrochan los mundos y personajes extraídos de la imaginería de la compañía nipona, han servido para que esta IP que nació en los 90 siga pegando tan fuerte que nos tenga aquí, y ahora, hablando de lo que supone ese tal Mario Kart 8 Deluxe.
Volviendo al juego que nos ocupa, uno de los puntos más positivos de esta entrega es, precisamente, gozar de una herencia de sobresaliente a la que remata más todavía. La jugabilidad es la mejor que hemos podido catar en toda la historia de la franquicia de karts, y para colmo ahora está más pulida y ofrece una experiencia nueva para el jugador que se acerca por primera vez y para el que ya probó la octava entrega. Volvemos a tener la ingravidez como uno de los puntos clave, con los karts cambiando sus ruedas de posición y haciéndonos perder la noción de lo que es suelo, pared o techo; pero hay dos cosas que, junto al cambio en los pesos de los corredores (que alteran a las estadísticas), reestructuran las estrategias de cada carrera: la ranura doble de objetos y el Ultra Miniturbo.
Tu corredor puede llevar dos objetos al mismo tiempo, y esto acaba con el tedio que suponía cargar con una moneda o una cáscara de plátano en la retaguardia. Mario Kart 8 acababa volviéndose un juego muy defensivo; pero Mario Kart 8 Deluxe te deja preocuparte menos por cubrir tus espaldas, dando pie a un cambio que permite una experiencia mucho más ofensiva, incluso estando en primera posición. Por otra parte, el Ultra Miniturbo (de color rosa, se carga manteniendo más el derrape) alarga un poco más el acelerón de lo que lo hacían los turbos ya existentes; pero su ejecución requiere que el corredor trate de apurar más los derrapes en curva. Imaginad ir a toda pastilla, a 200 cc, aprovechando cada milímetro de trazada para conseguir esas chispas rosadas y soltar el acelerón justo después mientras notas su efecto en tus manos (sí, hay Vibración HD). Requiere mucha práctica y replanteamiento incluso si vienes del juego de Wii U; pero menudo gozo.
Más completo, más accesible
Mario Kart 8 Deluxe tiene 12 copas, de 4 circuitos cada una, que se pueden jugar en varias modalidades: 50 cc, 100 cc, 150 cc, Espejo y 200 cc. Todas estas pistas forman el conjunto del que contaba la octava entrega, junto con sus DLC, y esto también influye en la cantidad de corredores, que supera los 40 (y más si contamos las variaciones por color), y a las piezas y karts disponibles antes de cada carrera. Pero no se queda ahí, y es que también cuenta con modalidades contrarreloj, carreras contra otros jugadores a nivel local (misma consola o varias) u online (que no hemos podido probar), y el más que celebrado nuevo Modo Batalla. Vamos, que hay para elegir.
Entre tanta y tanta posibilidad, hay también dos inclusiones que tratan de convertir la experiencia Mario Kart en algo asequible hasta para el menos puesto en esto de las carreras. El volante inteligente y la aceleración automática son nuevas opciones enfocadas al público más novato. El primero de ellos es una antenita que evita que el kart se salga de la carretera (y no permite usar el Ultra miniturbo), y el segundo hace que el coche, o la moto, acelere de forma automática. Si mezclas ambos (cosa que puedes activar o desactivar cuando quieras) casi que no tienes que preocuparte de conducir; de ahí que, junto con la posibilidad de activar el giroscopio para que el mando se convierte en volante, sea un acierto rotundo para los más peques de la casa, que también tienen derecho a jugar.
Un poco más arriba he mencionado el Modo Batalla casi de puntillas, y es algo que merece ser citado en grande, en negrita y con rótulos luminosos. ¡Por fin tenemos de vuelta el Modo Batalla que merecemos! Mario Kart 8 Deluxe elimina todo rastro de la modalidad del mismo nombre que vimos en el Mario Kart 8 original y pone en su lugar una mucho más completa, en la que hay sitio hasta para nuevos power-ups. Dispone de 5 variantes: Patrulla Piraña (una especie de polis y ladrones), Bob-ombardeo (“no items, bombs only, final…” ya), Batalla de monedas (acumula monedas de tus rivales), Asalto al sol (gana quien logre mantener el sol hasta que el tiempo llegue a 0) y el clásico Batalla de globos (no necesita explicaciones).
Lo mejor no es la variedad que se ofrece para las batallas, sino que se ha dejado un lado el usar pistas de carreras normales para combatir. Las arenas de batalla vuelven al lugar que les corresponde, con 8 entornos nuevos (entre los que figura alguno de viejas entregas) y preparados para el tipo de competición que se va a disputar en ellos. Tienen una estructura adecuada, enfocada como debe ser, y lo suficientemente variada para hacer que cada circuito suponga una estrategia diferente. Nunca entendimos por qué Nintendo optó por la vía fácil en Mario Kart 8, pero nos alegramos de que hayan hecho los deberes y rescatado una modalidad que puede ofrecer tantísimas horas de juego cuando se plantea como en Deluxe, como se debe. No os engañamos si confesamos que el Modo Batalla es al que más horas hemos echado con diferencia de cara a este análisis (puede que por las tardes y tardes vividas en el Block Fort de Mario Kart 64 por el que escribe estas líneas), pero es que es tremendamente adictivo en compañía.
Mario Kart 8 en tu W.C.
El 90% de personas que conoce Nintendo Switch se ha imaginado jugando en el cuarto de baño a Mario Kart. Esta estadística es totalmente inventada, pero seguro que para nada exagerada. Mario Kart 8 Deluxe es una auténtica gozada en el Modo Portátil e incluso Sobremesa de la nueva consola de Nintendo. Verlo en un televisor a 1080p y a 60 fotogramas por segundo es una delicia, pero es que jugarlo en esa pantalla de 6,2 pulgadas (a 720p) es una auténtica pasada.
Puede parecer que uno está delirando, sobre todo porque hemos tenido ya al genial The Legend of Zelda: Breath of the Wild demostrándonos que se puede tener algo inmenso en la palma de la mano; sin embargo, la viveza, la nitidez, la fluidez y el sobresaliente diseño con el que Nintendo ha dotado este Mario Kart son algo que hacen que destaque especialmente cuando lo juegas como si fuera una consola portátil. Los más viejunos del lugar seguramente recordarán esa sensación que provocaba una máquina recreativa en un bar. Sus colores y sus sonidos actuaban como un canto de sirena que te capturaba por la vista y por los oídos para que te dejases tus ahorros. Con el juego de karts ocurre algo parecido en Switch, pero con la ventaja de que ni te dejas las monedas en cada partida ni tienes un armatoste. Ah, y que también puedes jugar mientras estás en el baño.
Excusados aparte, Mario Kart 8 Deluxe se ve prácticamente igual y se oye prácticamente igual que el Mario Kart 8 de Wii U. Es cierto que tiene un plus de resolución, pasa de 720p a 1080p en la TV, y que deja atrás aquel pequeñísimo fallo de los 59 fps que molestaba a los más exquisitos; pero en líneas generales, no hay una diferencia palpable a nivel visual. Cosa que no es mala, porque el juego de por sí era espectacular, pero que ya puestos podría prestarse a ir un pelín más allá. De la banda sonora no vamos ni a opinar, porque sigue siendo perfecta. Está formada por arreglos de algunos de los temas más famosos de la saga, e incluso de otras, y es idónea para el tipo de experiencia que se ofrece. Merece la pena hasta oírla por separado.
Mario Kart 8 Deluxe – El “KARTOCHO”, en mayúsculas, se vuelve de lujo
Nintendo ha optado por una apuesta segura con Mario Kart 8 Deluxe. Esta entrega ofrece todo lo que tenía el Mario Kart 8 original y lo complementa con nuevos corredores y un Modo Batalla dispuesto a hacerlo más divertido si cabe. Podemos reprocharle que no se haya atrevido a innovar más a nivel de mecánicas, quedándose con los nuevos turbos y la doble ranura de objetos, o incluso que intentar jugar a 4 jugadores en modo portátil acabe siendo una especie de “¿Dónde está Wally?”; pero son cosas que no estropean lo que supone esta edición Deluxe.
Mario Kart 8 Deluxe es indispensable para todo el que tenga una Nintendo Switch. Así, sin paños calientes. Quien ya posea el título de Wii U puede ser algo reticente, sobre todo si cuenta con los DLC; pero es que esta entrega lo ofrece todo y lo lleva más allá. Es más grande, más completo, más accesible y cabe en la palma de la mano. ¿Qué más se puede pedir?
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