Análisis Zelda Breath Wild

Análisis The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Una infinita Hyrule como jamás habíamos explorado

portada caratula boxart zelda breath of the wild nintendo switch
Fecha de lanzamiento
03/03/2017
Género
Aventura
Número de jugadores
1
Nuestra puntuación
100

Anunciado originalmente para 2015, 2016 nos sumió en una eterna incertidumbre… para por fin alcanzar 2017. El «Zelda Wii U» que nos prometieron finalmente se llama The Legend of Zelda: Breath of the Wild, y no solo llega a la sobremesa del Wii U GamePad como último juego de la Gran N para esta inolvidable incomprendida consola, sino que se trata del título estrella de lanzamiento para su nueva plataforma, Nintendo Switch. Hace ya una semana que tuve el placer de embarcarme en esta aventura, la más extensa hasta la fecha por las distintas tierras de Hyrule que he pisado. Y ahora, por fin, una vez echadas decenas y decenas de horas, tantas que no sabría no contar, habiendo completado los desafíos principales, blandiendo un arma legendaria… por fin he completado la aventura. Y cómo he disfrutado.

 

Ante todo decir que este análisis creo que es el más complicado al que podría haberme enfrentado. Es por ello que me he empeñado en llegar al final de la historia para llegar a un veredicto. Porque es muy cierto lo que venía advirtiendo Eiji Aonuma; Breath of the Wild destroza muchos de los pilares de la serie, aquello en lo que confiabas que iba a ser de una forma, simplemente ya no lo es. Lo primero que podríamos pensar es que eso es bueno, y malo. Es bueno, porque se trata de un soplo fresco. Para todo aquel que sea su primer The Legend of Zelda ni sabrá de qué hablamos. Eran ciertas fórmulas que funcionaban muy bien, pero que quizás se habían repetido hasta la saciedad desde los inicios de la serie. Más adelante hablaremos de ello, pero una cosa tenemos que dejar clara: sería muy injusto juzgar este título pensando que traiciona de alguna forma esas bases de la serie, pues tiene mucho que ofrecer expandiéndose hasta límites insospechados.

 

Una Hyrule como nunca habíamos soñado

 

Hace muchos años, cuando me enteré de que The Legend of Zelda iba a saltar a las tres dimensiones, me imaginé perdido en un bosque. El que me conozca bien, sabrá lo que me gusta andar sin rumbo por lugares desconocidos… esa sensación de no saber donde estás, de que pisas un lugar en el que nunca antes habías estado, perderte y encontrar sitios nuevos… Ocarina of Time llegó a mis manos, y lo disfruté de principio a fin, no podía soñar con un Zelda más realista. «Realista»… Hoy día insertas ese viejo cartucho en tu Nintendo 64, y si bien podemos continuar calificándolo de obra maestra, la tecnología de la época no hizo posible que la Campiña de Hyrule más extensa, pese a lo increíble que fue en su día. Se podría decir que Twilight Princess fue la evolución que pudo ofrecer la tecnológica de otra época… Cuando Eiji Aonuma mostró por primera vez el título que nos ocupa, se centró en un verde prado en el que se nos perdía la vista en el horizonte, prometiendo que podríamos alcanzar hasta el punto más remoto que alcanzara nuestra vista en ese bello lugar. Y todo eso estaba corriendo bajo una Wii U.

 

 

En cuanto a apartado técnico, The Legend of Zelda: Breath of the Wild no es comparable a ningún título de la saga. No se trata de una simple evolución gráfica a la altura de las plataformas que lo ejecutan. Hay mucha más ambición ahí. ¿Quizás demasiada? En algunos puntos del videojuego esto se hace patente. Recalcar que hemos jugado a la versión 1.0.0 del título, que de cara al lanzamiento posiblemente llegará alguna actualización que podría conllevar alguna mejora de rendimiento. Porque sí, hay algunas partes en las que la carga gráfica se encarga de ofrecernos unas feas ralentizaciones muy por debajo de los 30 frames por segundo que por lo general encontramos en el juego. Pero es que es fácil sentirse maravillado con la Hyrule de Breath of the Wild, lo que habríamos dado por conocer la de hace 100 años. Aún devastada por la influencia de Ganon, los cientos de lugares que podrás visitar van a complacer todos tus sentidos, pues casi nos faltaría poder oler la hierba recién cortada por Link. Hablando de ésta, se mueve con el viento, tiene diferentes alturas, hasta cuando nuestro héroe la pisa va cambiando, puede prenderse fuego… también podría decirse que es la culpable, en conjunto a muchos efectos, de las mencionadas caídas en la tasa de refresco… pero es que no quitaríamos ni una brizna. Recalcar que todo esto es sobre todo visible en el modo sobremesa de Nintendo Switch, mostrándose más fluido cuando jugamos en modo portátil; el juego adapta sus recursos a este modo de tal forma que no notaremos demasiada pérdida de detalle al jugar en este modo. ¿El secreto? Básicamente, una pantalla que ofrece una menor resolución.

 

 

La Hyrule creada para Breath of the Wild nos transporta a otro mundo, es una delicia que no solo se limita a sus variados y pintorescos parajes. El mimo al detalle rebosa por todas partes, algo que queda patente en sus gentes, los lugares donde viven, o la propia naturaleza, que cuenta con más especímenes que nunca. Y es que los animales hacen de este mundo algo más vivo. Su comportamiento, la forma en la que se mueven… te podrías pasar las horas muertas solo admirando a los caballos salvajes. En cuanto a los enemigos, quizás nos gustaría ver más variedad pues se utiliza demasiado el recurso de «reutilizo este enemigo cambiándolo de color para hacerlo más fuerte», que no son pocos, y se mueven, actúan y piensan en base a la Inteligencia Artificial con las que se les ha dado vida, cosa que en algunas ocasiones nos proporcionará momentos muy divertidos debido a sus reacciones ante los problemas que se les presenten, o incluso por la estupidez de ese Bokoblin que estás conduciendo al fuego para que se mate él solo.

 

Las físicas del juego son una gozada

 

En conclusión, es uno de los títulos más bellos que un servidor ha podido jugar hasta la fecha. El gigantesco mapa de Hyrule rebosa de detalles, así como enemigos, fauna y naturaleza de densos bosques, los cambios de clima de cada zona o del propio día, los habitantes de las diferentes razas y las diferentes (y tradicionales) zonas donde hacen su vida y mención especial a un sistema de físicas que nos brindará momentos de lo más divertidos, a la vez que ha permitido a los desarrolladores inundar todo el reino de puzles. En este apartado, la balanza se inclina por completo hacia sus virtudes, ensombreciendo por completo cualquier fallo que puedas encontrar por el juego.

 

 

Apartado musical inolvidable

La serie The Legend of Zelda desde siempre ha destacado en cuanto a su banda sonora, regalándonos piezas inolvidables que, en el caso de un servidor, en ocasiones resuenan en su cabeza. ¡Me es inevitable! Silbar las canciones de A Link to the Past o Link’s Awakening llega incluso a inundarme de fuerza. En este sentido he de reconocer que estaba un poco preocupado por Breath of the Wild, un título en el que la naturaleza está fuertemente implicada, en el que sus creadores han querido que nos sintamos como si estuviéramos de pie parados ante esa verde pradera, sintiendo fluir del viento entre la hierba, deleitándonos con el cantar de los pájaros o escuchando el trote de una manada de caballos que se pierde en la lejanía. Los sonidos de la naturaleza nos transportan a esta Hyrule como nunca antes, mientras que la banda sonora ha recibido especial mimo, como podrás comprobar cuando llegues a pueblos, en los combates, en zonas especiales… a destacar un tema principal que enamora, a la altura de la aventura que nos espera.

 

 

No podríamos dejar el apartado sonoro sin hacer mención del doblaje en español que nos regala The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Todas las escenas de corte de la historia principal cuentan con voces, y si bien no son muy numerosas, ayudan en la inmersión en esta aventura. También encontrarás algunos personajes que cuentan con diálogos en español, por norma general doblados por los mismos actores.

 

Historia

Una voz despierta al «joven» Link en el Santuario de la Vida, y ahí comienza nuestra aventura. Nuestra misión con en este análisis es no destriparos el argumento, aunque puedes imaginar de qué va la cosa por los tráilers emitidos, o si eres fan de la saga. Y es que nuestra primera misión, nada más comenzar nuestro viaje en la Meseta de los Albores se llama «Derrota a Ganon». No es que nada más salir corriendo del santuario puedas dirigirte a por el villano para acabar con él; la rama de árbol que habrás encontrado por ahí tirada no podrá hacerle frente a este monstruo. El viejo al que conoceremos nos dará alguna que otra cosa que hacer antes de partir hacia un pueblo donde un tradicional y muy importante personaje de la serie nos dará las siguientes misiones principales: «Las cuatro bestias divinas» y «Los recuerdos perdidos». Se podría decir que para completar la historia tienes que terminar este trío de misiones y conseguir la Espada Maestra, siendo «Derrota a Ganon» la única imprescindible para terminar el juego. Es decir, si quieres puedes probar suerte a derrotarlo sin haber completado las otras misiones, pero créeme que será mucho más complicado intentar ir a por él sin antes haberlas completado, y ni qué decir que nos perderemos parte de la trama que Eiji Aonuma y su equipo han preparado para nosotros.

 

 

Quizás la historia en sí es bastante simple, sin muchos secretos que desvelar por el camino. Todo es demasiado evidente y los giros argumentales brillan por su ausencia. La misión «Los recuerdos perdidos» nos brindará muchas piezas del pasado que sin duda disfrutaremos, desgranando poco a poco lo que sucedió hace 100 años, y la especial relación que mantenían Link y la princesa. Pero el caso es que estamos ante un título que va mucho más allá de su historia principal. No nos podemos permitir no conocer a los habitantes del reino, con sus tradiciones, preocupaciones, peticiones… No solo es la Hyrule más viva que nunca por su naturaleza, sino también por sus gentes, perfectamente puedes dejarte llevar por semanas o incluso meses conociéndolos e intentando ayudarlos.

 

 

Tras los santuarios que salpican todo el mapa no es que exista mucha historia que contar. Todo se podría resumir a encontrarnos con el señor momificado al final del santuario en cuestión, que muy amablemente se nos presentará planteándonos un desafío. Pero de santuarios hablaremos en el siguiente apartado. Diremos que, en resumen, la historia de The Legend of Zelda: Breath of the Wild va mucho más allá de las misiones principales. Es un mundo muy vivo con infinidad de cosas que descubrir. Tu propia aventura por él es parte de la historia del título.

Jugabilidad y duración

En el apartado de jugabilidad podríamos hablar de todas las bases de la serie que han sido destrozadas en Breath of the Wild. Puede que hayas llegado hasta este capítulo con un doctorado en la serie The Legend of Zelda… y te vas a encontrar que prácticamente no tienes nada. Olvídate de la clásica mazmorra con X inolvidables puzles colocados de forma magistral. He jugado decenas de horas, completado infinidad de misiones, y mil cosas más, y no la he encontrado. Digamos que lo más parecido llega en cuanto nos enfrentamos a los desafíos de las cuatro bestias divinas, sin llegar a tener que rompernos los sesos para completar estas partes. Ahí es donde encontrarás lo más parecido a la clásica mecánica de «consigue mapa, brújula, llave del jefe y a por él». No es exactamente así, pero es lo que más se le parece.

 

 

Nada más comenzar la aventura posiblemente te veas abrumado. Digamos que muchas bases han desaparecido, y en su lugar se han introducido multitud de elementos nuevos o mecánicas que han sido ampliadas. La hierba ya no regala rupias, flechas, etc., ni te servirá para encontrar corazones con los que recuperar energía. Nada de eso. Aquí tienes que cazar, cocinar si quieres sobrevivir. Tienes que recolectar minerales si deseas conseguir, por ejemplo, rupias con las que pagar o para realizar trueques por aquello que desees. Tendrás que tener sumo cuidado con tus armas, pues tienen una duración determinada; no puedes malgastar esa potente espada que acabas de arrebatar de las garras de un enemigo para, por ejemplo, utilizarla para romper piedras. Y tampoco es que puedas llevar de primeras todo lo que quieras encima. En cuanto a objetos y armaduras, los espacios son ilimitados, puedes almacenar tantas como encuentres. Tema diferente con armas, escudos y arcos, te verás constantemente tirando aquellos que no te interesen. Más adelante podrás ampliar espacios… pero tampoco tienes que sufrir por dejar nada atrás, pues encontrarás estos elementos una y otra vez, a excepción de los más raros.

 

 

Todo esto se podría resumir a que Breath of the Wild es muy diferente a lo que estábamos acostumbrados. Y no es que no existan puzles que resolver; más de 100 santuarios se esconden por toda Hyrule y encontrarlos a veces es un puzle en sí mismo. Es como si esa mazmorra diseñada al milímetro de anteriores entregas, hubiera explotado y esparcido todas sus genialidades por un reino de extensiones descomunales. Si bien un servidor no ha encontrado mayores problemas para resolver todos aquellos con los que se ha cruzado, algunos eran la mar de ingeniosos… y los que me quedarán por descubrir. Y también los hay que pueden completarse sin necesidad de seguir las reglas. Por ejemplo, encontrarás algunos que hacen uso de los sensores giroscópicos de la consola, concretamente un puzle de un laberinto sobre una plataforma y una bola que debe cruzarlo para llegar al final, inclinando el mando hacia la dirección que queramos dirigir la bola se inclinará de igual forma la plataforma. [PEQUEÑO SPOILER de puzle] Pero… ¿qué pasa si le das por completo la vuelta al mando? Pues que no hay laberinto debajo de la plataforma, por lo que podremos llevar la bola sin problema alguno hasta el final [Fin del SPOILER]. Se decía que este título era tan libre, que podrían plantearse muchas situaciones así, pero lo cierto es que este tipo de «trampa» tampoco abunda. Los santuarios son lugares donde ciertos tipos de poderes no podrán ser utilizados… por suerte.

 

 

La mayoría de los puzles o desafíos están planteados en base a los poderes que llevaremos activos desde el inicio de nuestra aventura. Esto es algo que choca también con las bases de una serie que nos planteaba progresar para ir adquiriendo nuevas habilidades que nos permitirían acceder a nuevos lugares. No es que este concepto haya desaparecido por completo, sino que prácticamente podrás acceder a cualquier lugar desde el principio gracias a los poderes de nuestra Piedra Sheikah, esa especie de «tablet» que Link lleva en su cinto, que podrán ser mejorados sin que ello represente poder acceder a sitios antes inaccesibles. A excepción de un módulo concreto no muy útil para el transcurso de la aventura, el poder de las bombas remotas, el imán, el paralizador y el témpano nos acompañarán desde el inicio.

 

No faltará el humor característico de la serie

 

Podríamos continuar hablando durante horas de todo aquello que debemos olvidar para enfrentarnos a Breath of the Wild, que simplemente es un videojuego que trata de ofrecer algo nuevo a los seguidores de la serie, consiguiéndolo por el camino. Hay tantas cosas que hacer, tanto que conocer, que explorar, tantas submisiones que completar, puzles que solucionar, lugares que descubrir… Sí, es un Zelda muy diferente, pero de carácter propio que te invita a dejarte llevar durante meses, si así lo quieres.

 

¿Y qué hay de las batallas? El simple hecho de poder llevar contigo tantos alimentos como desees puede resultar excesivamente ventajoso para nuestro héroe. Los combates contra pequeñas hordas de enemigos son incluso más complicados que las batallas contra jefes. En mi caso no he visto enfrentamiento alguno contra un jefe / jefe intermedio en el que haya sudado la gota gorda. Y en cuanto a las mecánicas a la hora de combatirlos, diría que han sido simplificadas. Esto es debido también a que no existe tanta variedad de objetos con habilidades únicas. Es decir, antes, llegabas a cierta mazmorra, encontrabas el gancho, el bumerán, o el objeto en cuestión que sabías que serviría para acabar con el enemigo final en cuestión. Ahora todo es más libre, algunos enemigos tienen sus debilidades, pero hay muchas formas de acabar con ellos.

 

 

Terminaremos el apartado de jugabilidad hablando de los controles, algo confusos al principio. En esta aventura, Link puede saltar libremente, sin que esto suponga que estemos ante un título de plataformas. Por defecto, se corre con B y se salta con X, combinación de botones complicada de realizar hasta que nos damos cuenta que podemos soltar el botón B durante un breve espacio de tiempo en el que podemos pulsar X para realizar el salto. Quizás habría sido mejor colocar el botón de correr en otra posición, pero como veréis durante el transcurso Breath of The Wild, no nos van a sobrar botones. Las opciones permiten intercambiar el botón de salto por el de correr, pero mi consejo es que os acostumbréis a la configuración por defecto. En cuanto a controles, no se puede decir que se haya aprovechado las posibilidades de los Joy-Con, más allá del control de movimiento utilizado para algunos puzles y para apuntar; esto último es una gozada. Fuera de eso, el juego no cuenta con capacidades táctiles, más allá de poder poner un nombre a nuestra montura, ni Vibración HD. Otro detalle a comentar es la duración de la batería de Nintendo Switch en su modo portátil; quizás no te llegue ni a las tres horas, dado lo exigente de este título.

 

Conclusión

Durante el transcurso de Breath of the Wild llegué a plantearme si estaba jugando a un The Legend of Zelda, o a otro videojuego de mundo abierto que tan de moda están en los últimos años. Es fácil llegar a pensar que el equipo de Eiji Aonuma se ha influenciado en grandes títulos del género, ¡si hasta puedes robar caballos! Pero Nintendo tiene una forma muy especial de hacer las cosas, potenciando aspectos, mimando hasta el más minúsculo detalle. Me siento feliz de haber explorado esta Hyrule, y mucho más pensando en lo que aún me queda por descubrir. Si bien rompe bases que como fan de la serie podría llegar a decir que deberían ser intocables, todo lo nuevo que incorpora a la serie puede llegar abrumar en cuanto a sus posibilidades.

 

Las animaciones… simplemente una pasada

 

Y sí, tiene sus defectos, comentados a lo largo de los apartados del análisis, pero la balanza se vuelca por completo en todas sus virtudes. El sentido de la aventura ha sido potenciado como nunca antes, y es que tu propio viaje es parte de la historia del título. Si hablas con otras personas que lo han jugado se produce un momento mágico en el que llegas a preguntarte si estáis jugando al mismo videojuego. Hay tanto que compartir, tanto que descubrir, tanto que hacer… Para mi, esta es la Hyrule con la que hace tantos años soñé. La nota perfecta que le colocamos en NextN, no es para nada gratuita.

 

Análisis Zelda Breath Wild
PROS
Enorme en todos los aspectos
Gráficamente enamora
Banda sonora de lujo
CONTRAS
Algunos fans podrían sentirse perdidos al principio
Caídas de frames en momentos concretos
100
COMPRAR
Webmaster, Jefe de redacción
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  1. Si ya tenía ganas de jugarlo, al leer el análisis y ver la nota, mis ganas han aumentado x 100!! Lo raro que veo son lo de las mazmorras. Seguro que las echaré en falta. Aún así, habrá que ver cómo son las pruebas.
    Deseando que me llegue mañana la consola con este juegazo!!!

  2. Madre mía qué pepino, desde que llegó ayer a mis manos 12 horas llevo de juego… y eso que desde que bajé de la zona central no avancé más en la historia principal. Pese a que la versión de Wii U tiene caidas de framerate gordas me está encantando la cantidad de detalles que hay en el juego y la dificultad, tranquilamente me morí 20 veces xD

  3. Por lo que he oído, la versión Wii U no se aleja muchísimo de Switch. Claro, hay que tener en cuenta que fue programado a medida para esta consola, lo mismo ha sido un gran dolor de cabeza llevarlo a Switch… lo que da a entender que cuando hagan un Zelda exclusivo para Switch… pues dejará a este en pañales, gráficamente hablando, claro jajaja.

    Por cierto, tras la actualización de Nintendo Switch, pude ver las horas que le eché al juego para analizarlo: «más de 85 horas» dice ;D

  4. Yo le pondría LA MISMA NOTA a CUALQUIER videojuego de STEVEN UNIVERSE. Vamos, cualquier cosa que tenga que ver con tal grandiosa serie es más que un deseo de los de Geno en Star Road (cosillas de Super Mario RPG…)

    PD: Espero que nadie piense que hacer esto sea de locos…