“- ¿Qué botones tengo que usar? – Ninguno. – ¿De verdad no hace falta mirar a la tele? – No. – Pero, ¿esto es un juego de verdad? – Sí.” Durante estos días he tenido la oportunidad de probar en profundidad 1-2-Switch, como seguro muchos de vosotros estaréis haciendo ya. Como no podía ser de otra forma, la mejor forma de tantear las posibilidades de este título que acompaña a Nintendo Switch en su lanzamiento ha sido trayendo amigos a casa, y sí, el diálogo con el que he comenzado este análisis ha sido un tema recurrente cada vez que alguien cataba el videojuego, porque este título va de videojuego; pero, su propuesta dista de lo que consideramos como tal.
Comentaba en mis primeras impresiones que 1-2-Switch podía definirse como el fruto de una relación entre Wii Sports, de Wii, y Spin the Bottle, de Wii U; incluso mi compañero, Sr_Escribano, recalcaba esta idea al asociarlo al concepto de Wii y un juego de mesa al estilo party. Tras jugarlo por completo y explorar sus posibilidades, creo que acertamos de pleno, y eso, teniendo en cuenta que estamos ante un juego de los de “hacer el cabra” con colegas; es simplemente genial y digno de elogio para Nintendo por arriesgarse de esa manera.
https://www.youtube.com/watch?v=cF676hai424
En la variedad está el gusto
Hay un total de 28 minijuegos esperando a que los descubras en este cartuchito de Nintendo Switch. Las pruebas que ofrecen son bastante variadas; con ejercicios de respuesta rápida, como el Duelo de Vaqueros, de coordinación, como Leche Fresca, o, simplemente, de hacer un poco el tonto delante de la consola o del televisor, como con el desfile de modelos. Diversas, y rápidas, se llevan a cabo normalmente en un minuto o incluso menos, buscando el intercambio rápido de mando entre jugadores para que todos se sumen a la partida.
Junto a esto, está la posibilidad de disfrutar de los juegos a tu libre albedrío, permitir que la consola elija al azar o, incluso, una especie de modo competitivo (Partida por equipos) en el que varios equipos se mueven por un tablero ganando minijuegos hasta llegar a la meta (en este modo nos llama la atención el claro “mientras más, mejor”, permitiendo un total de 20 jugadores como máximo). El último está bien para ofrecer esa competición que tanto aliciente nos da a la hora de jugar entre varios; mientras que los dos primeros son más un escaparate para enseñar lo que molan algunas funciones del Joy-Con o hasta qué punto te da igual hacer el ridículo delante de los amigos o amigas.
Y de hacer el ridículo, en el buen sentido, va la cosa. Los minijuegos (cuya explicación puede verse justo antes de empezarlos con un breve vídeo) son más sencillos que el mecanismo de un chupete con el fin de que cualquiera aprenda rápido cómo se juegan y que comience el asunto. Pero aquí lo importante no es conseguir las mejores puntuaciones, ser el más rápido o comerte más bocadillos; lo que de verdad importa no sucede en la televisión, ni siquiera en la consola; sino en el salón, en esas dos personas que se están mirando fijamente a los ojos mientras agitan el mando o se preparan para desenfundar a una velocidad que ni “Billy El Niño”. Y todo esto se debe a lo que comentaba al principio. 1-2-Switch se mueve en esa delgada línea entre un party game y, por ejemplo, los típicos juegos de adivinar la película que tanta vida dan en las fiestas en casa. Esa mezcla es posible gracias al concepto de Switch; pero también a eso de lo que son capaces los Joy-Con y su ya asumida precisión.
¿Y a la larga…?
Dicen que el tiempo es el mayor enemigo de los mortales; y también lo es de 1-2-Switch. A pesar de que hay una variedad de juegos aceptable (echamos en falta que Nintendo hubiera pujado un poco más y meter más propuestas dentro del cartucho), es más que probable que a la larga pierdan interés. No por un problema de idea, más bien por la naturaleza que tienen. Son pequeñas dosis de consumo rápido, pequeños chutes de diversión pensados para el cambio de mandos que mencionaba justo antes. Y claro, al no haber algo más allá, algo nuevo que llegue como recompensa, acaba cansando.
Por otra parte, hay minijuegos cuyo planteamiento es… dudoso. Pruebas como la guitarra invisible se convierten más en un ejercicio de imaginación y disfrute que en un desafío de ejecución, por lo que hay que superar esa barrera psicológica de querer hacerlo bien y simplemente limitarte a moverte cual ente poseído por el espíritu de Ian Anderson en sus tiempos mozos (y eso que sigue vivo, ojo). Bien por la diversión, mal por el hecho de no saber qué hacer para ganar; sobre todo si estás en pleno pique contra otro equipo.
Hablaría del plano técnico de 1-2-Switch; pero, al menos en lo visual, es algo demasiado superfluo, sobre todo teniendo en cuenta que no requiere apenas mirar a la pantalla salvo para contadas ocasiones. Lo que sí juega un papel crucial en este título es todo lo relacionado tanto con el sonido como con la vibración; y no es algo que diga en vano. Comentábamos entre varios de NextN hace unos días que, en cierto modo, este videojuego es una buena forma para que, por ejemplo, un invidente pueda jugar. 1-2-Switch se basa sobre todo en la respuesta a estímulos auditivos y táctiles, gracias sobre todo a la “magia” de la Vibración HD. La mayoría de pruebas no requieren mirar a nada más que a tu rival, por lo que todo lo relacionado con la visión queda en un plano innecesario. Además, siempre hay una voz que te indica el momento de empezar, incluso pruebas basadas en lo que dice. Un muy buen acierto para ampliar el espectro de jugadores y que, personalmente, creo que merece tenerse en cuenta a la hora de analizar este título.
1-2-Switch. Un riesgo necesario
A la hora de poner en la balanza todo lo que propone 1-2-Switch, tiene muchos pros; pero también una serie de contras a tener en cuenta. Es divertido a rabiar y más que idóneo para jugar con amigos, hasta el punto de que tiene todas las papeletas de volverse un indiscutible para las quedadas; pero también apunta a gastarse de forma prematura y perder interés, amén de ciertas pruebas algo confusas. Por definición, no es un videojuego; de hecho lo repito: es de lo más arriesgado que ha hecho Nintendo hasta la fecha, más teniendo en cuenta de con quién ha llegado acompañado al lanzamiento de Nintendo Switch. Pero no se me ocurre una mejor forma de ofrecer algo con lo que captar a cualquier tipo de público y ponerlo a disfrutar sin preocupaciones con la consola como pretexto. Y de paso fardar de Joy-Con.
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