Con las últimas noticias de la presentación, los que tengamos pensado adquirir la versátil Nintendo Switch, será necesario pagar una cuota si queremos disfrutar de nuestros videojuegos favoritos en modo online. Esto ha armado un gran revuelo mediático, ya que obviamente a nadie le gusta pagar algo por lo que hasta ahora ha disfrutado de manera gratuita. Nintendo no será la primera en cobrar cuotas por esta clase de servicios (Sony y Microsoft ya lo tienen incorporado) y ya hay diversas opiniones en la red, tanto que es lógico pagar para poder mantener los servidores cada vez más costosos o que con el precio del juego que pagamos ya debería ser suficiente.
Opinión sobre pagar una cuota para jugar online
De lo que quiero hablar hoy, es que jugar online se ha convertido en un sobrecoste, un “extra” que para algunos juegos no viene a ser una gran pérdida si no se utiliza.
Mario Kart 8 es un ejemplo. Tenemos un gran juego totalmente terminado, con sus 8 copas y sus respectivos 32 circuitos (sin contar los DLCs), sus 3 dificultades (4 con la actualización) y una gran variedad de personajes y vehículos donde escoger. Un gran juego con muchísimas horas de diversión, tanto jugando contra la CPU como contra tus amigos. Pero tiene un pequeño añadido: puedes jugar también online contra gente de todas partes del mundo, y es un extra que está muy bien, pero no deja de ser eso, un extra para el juego.
Pero, ¿qué ocurre cuando un juego se centra en su modo online, siendo lo demás el extra? El ejemplo más claro de esta generación ha sido Splatoon, la reinvención del género shooter. Bien, en el caso de WiiU no ha habido ningún problema, el videojuego tiene unos costes de producción y nosotros al comprarlo en las tiendas correspondemos a ese esfuerzo y después ya podemos disfrutar del juego sin ninguna restricción. Aunque esto parece ser que no será lo que ocurrirá con Switch y la segunda entrega de la saga: Splatoon 2, ya que, a partir de otoño para poder utilizar los servidores de los juegos, se pagará una cuota.
Sí, a la gente no le gusta pagar de más por jugar online, y sí, los servidores son un gasto muy grande para las compañías que los mantienen. Entonces, ¿quién lleva la razón en estos casos? ¿Qué sería lo correcto para con los usuarios de esta parte del sector?
Como parece ser que el mundo no se pone de acuerdo con el tema, voy a dar mi humilde opinión como usuario, y es que la manera correcta se podría hacer de dos formas: o bien vendiendo un videojuego completo como hasta ahora ha sido, manteniendo los servidores de forma gratuita, o bien pagar cuotas por esa conexión online, pero con una diferencia considerable en los precios de los videojuegos que se centren en dicho servicio.
Es decir, Splatoon 2 por lo que sabemos se centrará básicamente en partidas online, como su predecesor, por lo que, si llegamos a la tienda y pagamos el precio completo de un videojuego, estamos pagando por algo terminado, algo que se supone que nos va a divertir y con lo que tendremos horas de diversión. Pero no es así, una vez pagado todo el precio, nos dicen que para poder jugarlo además tenemos que pagar una suscripción al servicio online.
Si pagas por jugar online, ¿deberían cambiar el precio de los juegos?
No deja de ser casi un símil con los polémicos DLCs, juegos recortados en contenido que se venden a precio completo para después venderte esas partes que han quitado a precios desorbitados desde el día de lanzamiento. La parte online del videojuego, esa parte que ahora nos venden a parte, sería el DLC, ese coste adicional para poder tener un juego completo, y como consumidor, es irritante, molesto y, sobre todo, doloroso para nuestros bolsillos; por lo que, si cobran esa parte del juego, ¿no debería de salir el software a un precio mucho más reducido que el que nos están cobrando? ¿Si nada más comprar el juego, no podemos acceder a todo el contenido sin tener que pagar todavía más, no sería un abuso?
Tampoco digo que nos regalen los juegos, pero sabemos que incluso con los Nintendo Select, esos videojuegos “imprescindibles” para una consola que se rebajan al cabo de cierto tiempo de haber estado al mercado a 20 ó 25 euros, dan beneficios y son rentables. Entonces, ¿por qué no vender dichos juegos “incompletos” a esos precios? ¿Por qué no hacer más sencillo a un jugador aceptar la decisión de la empresa de cobrar el servicio para mantener los servidores? La respuesta es sencilla: porque la gente no se queja. Al fin y al cabo, las empresas de videojuegos son por definición, organizaciones con ánimo de lucro, organizaciones para ganar dinero con sus productos, y cuanto más, mejor. Por tanto, si prueban a cobrar por las dos cosas a la vez y la gente paga, ¿por qué iban a regalar después la conexión o rebajar los precios que precisan de ella?
Si queremos que esta parte de nuestro hobby esté regulada o controlada de alguna manera, hacer recular estos métodos abusivos, tenemos que hacernos notar, y la mejor arma de la que dispone un usuario es su propio dinero. Nuestro dinero es nuestra voz, si no se lo damos, escucharán lo que pensamos.
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