No todo el mundo sabe de sus hazañas. No todo el mundo conoce que Uli Horner es el actual e indiscutido rey de Tetris en Game Boy con 748.757 puntos según Twin Galaxies, una organización que verifica y mantiene una lista con los récords de los videojuegos, en colaboración con Guinness World Records. Una competición relativamente poco reñida para él, que saca más de 100.000 puntos al segundo puesto; y en que puede otra personalidad singular, Steve Wozniak (el cofundador de Apple), en el puesto 6 con un montante de 507.110 puntos. No son adolescentes ni jóvenes adultos: el actual campeón ronda los 40 años y el ingeniero electrónico de la manzana acumula dos tercios de siglo de sabiduría, hoy día. El Tetris de Game Boy es la versión más popular en la región europea mientras que en América lo es el de la versión de NES; y en Japón se lleva la palma la máquina arcade Tetris: The Grand Master.
Pero volvamos a Uli Horner. En una reciente entrevista con Vice, el actual campeón narra su historia con detalle y con humildad. Horner comienza restándose méritos, como si ser el mejor en un algo fuera poco. Asegura la existencia de otros que son mejores que él, pero «quizá les diera por pausar el juego o por no grabarse llegando al máximo de 999.999 puntos«; y afirma beneficiarse de que no se le compite el título: el récord actual de Tetris: TGM «es sobrehumano«; «Nunca podría decir que soy mejor que jugadores de otras versiones de Tetris«, sigue.
El actual rey del orden en los tetriminós monocromáticos se sincera sobre su versión favorita: «En cierto modo, es horrible, porque las piezas son totalmente aleatorias.» Según Horner, en el resto de versiones siempre hay algo que se puede prever. «Incluso yo la lío a veces en la Game Boy; y es frustrante porque te enfrentas a la campana [refiriéndose a la campana de Gauss]. En algunos de los otros juegos hay tácticas que siempre funcionan.»
En los últimos compases de su adolescencia se hizo con una de las portátiles de Nintendo, pero lo mantuvo en secreto porque le avergonzaba que le vieran en 1993 con algo que podría verse como un juguete. Durante ese año solo jugó a ese título, simplemente porque le parecía mejor. Comenzó a saber que era bueno en eso cuando llevó su Game Boy apenas sin pilas a un periódico local con 400.000 puntos, lo que en esos momentos era el récord europeo. Aunque Horner se muestra a favor del panorama eSport actual, señala que «la gente se cree que te beneficias de algo cuando les cuentas que eres el mejor en un juego como este, pero aquí no hay dinero. »
Lo más normal cuando te dedicas a machacar botones es que se rompa la consola, y no se reponen por arte de magia. Horner confirma que «lo más complicado hoy día es encontrar una Game Boy suficientemente en buenas condiciones como para ir a por el récord«, aunque el récord actual está hecho en una Game Boy Pocket porque normalmente el primer modelo suele tener los botones demasiado gastados cuando los encuentra. Su mejor marca, de unos 889.000 puntos, no está documentada en Twin Galaxies simplemente porque no se grababa jugando:
«Grabarte mientras vas a por el récord significa que no puedes hacer trampas. No puedes pausar el juego, ni tomar un descanso: tienes que conseguir la puntuación en el acto.
Entonces, comienzas al nivel 9, porque te dan puntos de forma proporcional a la dificultad. Lo máximo es cuando llegas al nivel 20, a partir de 200 líneas. Así que, en cuanto llegues a 200 líneas, juegas a la máxima dificultad. Y, desde ahí, cualquier error acaba contigo. En ese punto, mi cerebro está todo el rato colocando la próxima pieza en el campo de juego, por lo que ni siquiera soy consciente de lo que ocurre ahí. Suena complicado, pero si juegas al Tetris 10.000 veces, también serías capaz de hacerlo. Le pude enseñar muy rápidamente a un amigo a llegar a 400.000 puntos. No es tan difícil, se trata de solo 7 piezas que organizar en una zona. Ahora mismo podría sentarme y llegar a 500.000 puntos mientras hablo contigo, que es más o menos mi media.»
El campeón de Tetris no juega todos los días, simplemente intenta superarse a sí mismo e ir a por un nuevo récord cuando se toma unas vacaciones, y cuando juega solo le echa un par de horas al día. En ocasiones deja la consola y se dedica simplemente a disfrutar de otras cosas de la vida. Ha dejado de jugar en situaciones cotidianas como el autobús porque, ¿qué ocurriría si no pudiera filmar un nuevo récord ahí? Ahora lleva una GoPro, pero antes tenía que grabarse atando el teléfono a un jarrón. Uli Horner admite que nunca consiguió ningún récord encontrándose él mismo en posición cómoda. Le inquieta no llegar al máximo de 999.999 puntos, pero seguirá intentándolo, aunque a veces le dé por pensar que es suficiente con tener su nombre en la edición gamer Libro Guinness de los Récords. Por último, cierra la entrevista con una interesante visión personal que tiene sobre el título originalmente desarrollado por Alekséi Pázhitnov:
«Te contaré qué es lo que más me gusta del juego, y es que siempre pierdes. El juego solo acaba cuando pierdes. Por muy bien que lo hagas, pierdes. ¿Cómo de genial es eso? En otros juegos, le pegas un tiro al resto y ganas. Nadie gana al Tetris, jamás.«
Puedes ver más de Uli Horner a través de su perfil de LinkedIn. Como reflexión personal, resulta asombroso ver que no es necesario formar parte del panorama «principal» del videojuego para ser jugador de élite, y que tener un récord mundial en videojuegos no es incompatible con llevar una buena vida, un currículum impresionante o ambos como ocurre en este caso (Horner está actualmente al frente de una empresa de ingeniería civil en Inglaterra). Una realidad totalmente opuesta a la visión que se nos vende y bombardea en muchos casos, incluso desde dentro del mundillo, en que el argumento ad nauseam es que para ser bueno jugando, básicamente hay que perder la vida en ello y no servir para otra cosa.
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