Desde hace unos años se llevan cada vez más aquellos juegos en los que se permite una mayor libertad al jugador, dejándole básicamente la baza de poder moverse y actuar como quiera, sin ningún tipo de misión u objetivo más que el que él mismo se marque, teniendo plena facultad de crear todo aquello que por su imaginación pase. Uno de los pasos más importantes en ese sentido lo dio el archifamoso Minecraft, quien se ocupó de sentar muchas de las bases que conllevan este tipo de videojuegos. Uno que bebe en parte de esta filosofía es Terraria, aunque aportando nuevas ideas y enfoques que ayudan a mejorar la exitosa fórmula.
Terraria es básicamente un juego de creación que nos da plena libertad de movimientos y casi una infinidad de objetos y habilidades que nos permiten interactuar con el entorno y prácticamente sentirnos dueños del mismo. Todo desde una perspectiva 2D en visión lateral y con unos bonitos gráficos y música que nos recuerdan mucho a la no tan lejana aún era de los 16 bits, que junto a la estética 8 bit tan hondo está volviendo a calar en la actual generación de consolas a través de muchos títulos independientes.
El mundo de Terraria nos espera
¿Qué es lo que nos ofrece este título? Pues fundamentalmente todo lo que se nos ocurra hacer. Nada más comenzar una partida nueva deberemos proceder a crear el personaje que vamos a manejar, contando con una selección bastante respetable de personalización, pudiendo elegir aspecto y color de la ropa, zapatos, cabellera y piel, pudiendo así obtener un pixelado avatar con un parecido razonable a nosotros si así lo deseamos. A continuación, se nos dará a elegir el tamaño del mundo donde vamos a aterrizar, yendo desde el de escala pequeña (que de por sí tiene lo suyo para poder explorarlo en su totalidad) hasta uno de tamaño enorme. El aspecto y distribución de los elementos del paisaje por el mundo es generado de manera aleatoria cada vez que elegimos uno, de modo que difícilmente llegará a coincidir con los sucesivos que vayamos creando o con los de otros jugadores, lo que le da una gran variedad.
Hecho lo anterior, apareceremos en la superficie del nuevo terreno y a partir de ahí nos tocará elegir lo que vamos a hacer. Contaremos de entrada con un pico para excavar en la tierra, un hacha para derribar arbolitos y una espada con la que enfrentarnos a los enemigos que vayan apareciendo. Haciendo esas respectivas acciones iremos obteniendo los más diversos materiales, que nos permitirán a su vez construir nuevos objetos, recuperar vida, realizar construcciones más complejas (desde humildes chozas hasta ostentosas fortalezas) o explorar aquellas partes del terreno que antes nos estaban vedadas (por ejemplo, bajo el agua). Partimos pues de un equipamiento y unas acciones bastante sencillas e intuitivas para después adentrarnos en unas mecánicas progresivamente más complejas que aumentarán el interés por seguir explorando ese mundo salvaje y lleno de recursos donde hemos descendido.
El pad de Wii U, nuestra herramienta de confianza
Aprovechando la tecnología de la pantalla táctil implementada en el pad de Wii U, podremos ir seleccionando e intercambiando con facilidad de armas y objetos, además de poder elegir la dirección en que vamos a excavar el terreno. Por supuesto además podremos hacerlo igualmente de manera más clásica con los botones del mando, pudiendo usar de manera más cómoda el pico con tan sólo mantener presionado el gatillo derecho del mando. Pero no todo se limita a dedicarnos plácidamente a hacer nuestras artesanas construcciones y a abrirse paso por las entrañas de la tierra como si nada, ya que el mundo de Terraria también se haya poblado por fieras criaturas que no nos van a dejar vivir como si nada, comenzando por unas molestas, aunque poco resistentes, babosas para después dar paso a otras fieras de mayor calibre que darán algo más que hacer para acabar con ellas. El juego cuenta además con un ciclo de tiempo que hará que el día dé paso a la noche y viceversa cada varios minutos, lo que además de darle diversidad a las situaciones, también cambiará algunas de las circunstancias a las que nos enfrentaremos. De este modo, si bien durante el día podremos dedicarnos a pasear con alegría por nuestros dominios pendientes de conquistar derrotando a bichejos menores, durante la noche las cosas se volverán más duras con la aparición de hordas de zombis y ojos flotantes que nos obligarán a huir y escondernos en más de una ocasión hasta que contemos con un equipamiento más adecuado con que enfrentarnos a ellos.
Este ciclo nos llevará a adecuar nuestras actividades en función del momento del día, siendo en ocasiones más conveniente entretenernos en recolectar materiales con los que crear refugios (que además constituyen puntos de reaparición más próximos en caso de caer muerto) y hacernos con la ayuda de algunos NPCs de apoyo, mientras que en otros podremos libremente dedicarnos a explorar y matar monstruos contando con los objetos de recuperación de salud adecuados, con el aliciente añadido de poder encontrar zonas especialmente peligrosas donde habrá enemigos más poderosos y recompensas más jugosas. Pero no tenemos por qué hacer tal cúmulo de tareas posibles en solitario, ya que asimismo contaremos con la opción del multijugador, tanto en modo local hasta cuatro jugadores en pantalla partida que podrán hacer uso de mando pro o de Wiimote conectado a Nunchuk, como en modo online en un equipo de hasta ocho participantes. Así podremos repartir de manera más eficiente las actividades, pudiendo dedicarse unos a recorrer el terreno en tanto otros se ocupan de hacer las labores de construcción de refugios y creación de nuevas armas y herramientas.
Conclusión: Creatividad al poder
Estamos en definitiva ante un título muy recomendable si te gustan los juegos que dan libertad de crear y seguir tu propio camino, que da para muchas horas de entretenimiento, cubriendo un amplio espectro de actividades que van desde la lucha pura y dura hasta otras más creativas que obligan a hacer uso de mucho ingenio e imaginación. La pantalla táctil autónoma de Wii U está bien aprovechada, siendo de bastante utilidad durante el juego, sin ser obligatorio su uso. El multijugador es un gran acierto además de por la diversión por la posibilidad de repartir tareas, potenciando la cooperación y facilitando el avance. Visualmente se aparta de lo que permiten actualmente las tecnologías modernas, quizás por no ser fundamental para cumplir con lo que promete el juego o por constituir un guiño retro que responde al sentimiento de nostalgia presente en muchos de los gamers que vivieron la generación de los 16 bits.
Debe estar conectado para enviar un comentario.